La Regenta - 52

Total number of words is 4829
Total number of unique words is 1542
37.6 of words are in the 2000 most common words
51.6 of words are in the 5000 most common words
58.0 of words are in the 8000 most common words
Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
Ana Ozores, cerca del presbiterio, arrodillada, recogiendo el espíritu
para sumirlo en acendrada piedad, oía el _rum rum_ lastimero del
púlpito, como el rumor lejano de un aguacero acompañado por ayes del
viento cogido entre puertas. No oía al jesuita, oía la elocuencia
silenciosa de aquel hecho patente, repetido siglos y siglos en millares
y millares de pueblos: la piedad colectiva, la devoción común, aquella
elevación casi milagrosa de un pueblo entero prosaico, empequeñecido por
la pobreza y la ignorancia, a las regiones de lo ideal, a la adoración
de lo Absoluto por abstracción prodigiosa. En esto pensaba a su modo la
Regenta, y quería que aquella ola de piedad la arrastrase, quería ser
molécula de aquella espuma, partícula de aquel polvo que una fuerza
desconocida arrastraba por el desierto de la vida, camino de un ideal
vagamente comprendido.
Calló el P. Martínez y comenzó el órgano a decir de otro modo, y mucho
mejor, lo mismo que había dicho el orador de lujo. El órgano parecía
sentir más de corazón las penas de María.... Ana pensó en María, en
Rossini, en la primera vez que había oído, a los diez y ocho años, en
aquella misma iglesia, el _Stabat Mater_... Y después que el órgano dijo
lo que tenía que decir, los fieles cantaron como coro monstruo bien
ensayado el estribillo monótono, solemne, de varias canciones que caían
de arriba como lluvia de flores frescas. Cantaban los niños, cantaban
los ancianos, cantaban las mujeres. Y Ana, sin saber por qué, empezó a
llorar. A su lado un niño pobre, rubio, pálido y delgado, de seis años,
sentado en el suelo junto a la falda de su madre cubierta de harapos,
cantaba sin pestañear, fijos los ojos en la Dolorosa del altar portátil;
cantaba, y de repente, por no se sabe qué asociación de ideas, calló,
volvió el rostro a su madre y dijo:--¡Madre, dame pan!
Cantaba un anciano junto a un confesonario, con voz temblorosa, grave y
dulce... olvidado de las fatigas del trabajo a que el hambre le
obligaba, contra los fueros de la vejez. Cantaba todo el pueblo y el
órgano, como un padre, acompañaba el coro y le guiaba por las regiones
ideales de inefable tristeza consoladora, de la música.
«¡Y había infames, pensó Ana, que querían acabar con aquello! ¡Oh, no,
no, yo no! Contigo, Virgen santa, siempre contigo, siempre a tus pies;
estar con los tristes, ésa es la religión eterna, vivir llorando por las
penas del mundo, amar entre lágrimas...». Y se acordó del Magistral.
«¡Oh qué ingrata, qué cruel había sido con aquel hombre! ¡Qué triste,
qué solo le había dejado!... Vetusta le insultaba, le escarnecía, le
despreciaba, después de haberle levantado un trono de admiración; y
ella, ella que le debía su honra, su religión, lo más precioso, le
abandonaba y le olvidaba también.... ¿Y por qué? Tal vez, casi de fijo,
por aprensiones de la vanidad y de la malicia torpe y grosera. ¡Ah!,
porque ella estaba tocada del gusano maldito, del amor de los sentidos;
porque ella estaba rendida a don Álvaro si no de hecho con el
deseo--esta era la verdad--porque ella era pecadora ¿había de serlo
también el _hermano de su alma_, el padre espiritual querido? ¿qué
pruebas tenía ella? ¿No podía ser aprensión todo, no podía la vanidad
haber visto visiones? ¿Cuándo De Pas se había insinuado de modo que
pudiera sospecharse de su pureza? ¿No habían estado mil veces solos, muy
cerca uno de otro, no se habían tocado, no había ella, tal vez con
imprudencia, aventurado caricias inocentes, someros halagos que hubieran
hecho brotar el fuego si lo hubiera habido allí escondido?... ¡Y está
abandonado! Se burlan de él hasta en los periódicos; hasta los impíos
alaban a los misioneros, para rebajar la influencia del Magistral; la
moda y la calumnia le han arrinconado, y yo como el vulgo miserable, me
pongo a gritar también, ¡crucifícale, crucifícale!... ¿Y el sacrificio
que había prometido? ¿Aquel gran sacrificio que yo andaba buscando para
pagar lo que debo a ese hombre?...».
En aquel momento cesaron los cánticos del pueblo devoto; siguió silencio
solemne; después hubo toses, estrépito de suelas y zuecos sobre la
piedra resbaladiza del pavimento... una impaciencia contenida. Hacia la
puerta sonaba el _tic, tac_, de las monedas con que Visitación y la
Marquesa golpeaban la bandeja para llamar la atención de la caridad
distraída. Rechinaban los canceles; había en el aire un cuchicheo tenue.
En el coro daban señales de vida violines y flautas con quejidos y
suspiros ahogados; se oía el ruido de las hojas del papel de música.
Gruñó un violín. Cayeron dos golpes sobre una hojalata.... Silencio otra
vez.... Comenzó el _Stabat Mater_.
La música sublime de Rossini exaltó más y más la fantasía de Ana; una
resolución de los nervios irritados brotó en aquel cerebro con fuerza de
manía: como una alucinación de la voluntad. Vio, como si allí mismo
estuviese, la imagen de su resolución, «sí... ella... ella, Ana a los
pies del Magistral, como María a los pies de la Cruz. El Magistral
estaba crucificado también por la calumnia, por la necedad, por la
envidia y el desprecio... y el pueblo asesino le volvía las espaldas y
le dejaba allí solo... y ella... ella... ¡estaba haciendo lo mismo! ¡Oh,
no, al Calvario, al Calvario! al pie de la cruz del que no era su hijo,
sino su padre, su hermano, el hermano y el padre del espíritu».
«La Virgen le decía que sí, que estaba bien hecho; que aquella
resolución era digna de un cristiano. Donde quiera que hay una cruz con
un muerto, se puede llorar al pie, sin pensar en lo que era el que está
allí colgado; mejor se podrá llorar al pie de la cruz de un mártir.
Hasta del mal ladrón le estaba dando lástima en aquel momento. ¡Cuánta
mayor lástima le daría del Magistral que, según ella, no era ladrón, ni
malo ni bueno!». La forma del sacrificio, el día, la ocasión, todo
estaba señalado: se juró no volverse atrás; aquella exaltación era lo
que ella necesitaba para poder vivir; si más tarde el cansancio, la
relajación de aquellas fibras tirantes traían a su ánimo la cobardía,
los reparos mundanales, prosaicos, el miedo al qué dirán, no haría
caso... iría derecha a su propósito sin vacilar, sin deliberar más.
Haría lo que había resuelto. Y tranquila, segura de sí misma, volvió su
pensamiento a la Madre Dolorosa, y se arrojó a las olas de la música
triste con un arranque de suicida.... Sí, quería matar dentro de ella la
duda, la pena, la frialdad, la influencia del mundo necio, circunspecto,
_mirado_... quería volver al fuego de la pasión, que era su ambiente.


--XXVI--

Desde el día en que presidió el entierro de don Santos Barinaga, don
Pompeyo no volvió a tener hora buena, de salud completa. Los escalofríos
que le hicieron temblar en el cementerio y se repitieron, cada vez más
fuertes, durante la enfermedad que siguió a la gran mojadura, volvían de
cuando en cuando. Guimarán estaba triste sin cesar; aquel sol de
Justicia que adoraba, tenía sus eclipses y el espectáculo de la maldad
ambiente desanimaba al buen ateo hasta el punto de hacerle dudar del
progreso definitivo de la Humanidad. «Laurent decía bien, estábamos
nosotros mucho más adelantados que los bárbaros. ¡Pero había cada pillo
todavía! ¿Y la amistad? La amistad era cosa perdida». Paquito Vegallana,
Álvaro Mesía, Joaquinito Orgaz, el respetable, o al parecer respetable
señor Foja, que se decían tan amigos suyos, le habían engañado como a un
chino; se habían burlado de él. Eran unos libertinos que renegaban en
sus comilonas de la religión positiva para seducirle a él y librarse del
miedo del infierno. Don Pompeyo rompió bruscamente sus relaciones con
todos aquellos «espíritus frívolos» y no volvió a poner los pies en el
Casino. Tomó esta resolución el día de Navidad, cuando supo que por
Vetusta se corría que él, don Pompeyo Guimarán, el hombre que más
respetaba todos los cultos, sin creer en ninguno, había profanado la
catedral oyendo borracho la Misa del gallo. Se llegó a decir que había
llevado al templo, debajo de la capa, una botella de anís del mono....
«¡Del mono!... ¡él... don Pompeyo!...». No volvió al Casino. «Aquellos
infames que le habían embriagado o poco menos, obligándole después a
penetrar en el templo, eran muy capaces de haber inventado en seguida la
calumnia con que querían perderle. ¿Qué autoridad iba a tener en
adelante aquel ateísmo que se emborrachaba para celebrar las fiestas del
cristianismo, y que asistía a los santos oficios a blasfemar y hacer
eses por las respetables naves de la basílica?».
«¡Bastante tenía él sobre su alma con el entierro civil de Barinaga y la
consiguiente ojeriza que gran parte del pueblo había tomado al señor
Magistral!».
«No, no quería más luchas religiosas. Ya iba siendo viejo para tamañas
empresas. Mejor era callar, vivir en paz con todos». La muerte de
Barinaga le hacía temblar al recordarla. «¡Morir como un perro! ¡Y yo
que tengo mujer y cuatro hijas!».
Se hizo misántropo. Siempre salía solo, al obscurecer, y volvía pronto a
casa.
Una noche le llamó la atención un ruido de colmena que venía de la parte
de la catedral. Oyó cohetes. ¿Qué era aquello? La torre estaba iluminada
con vasos y faroles a la veneciana. A sus pies, en el atrio estrecho y
corto, de resbaladizo pavimento de piedra, cerrado por verja de hierro
tosco y fuerte, se agolpaba una multitud confusa, como un montón de
gusanos negros. De aquel fermento humano brotaban, como burbujas,
gritos, carcajadas, y un zumbido sordo que parecía el ruido de la marea
de un mar lejano.
Don Pompeyo, que daba diente con diente, de frío con fiebre, se detuvo
en lo más alto de la calle de la Rúa para contemplar aquella muchedumbre
apiñada a los pies de la torre, en tan estrecho recinto, cuando podía
extenderse a sus anchas por toda la plazuela. «Ya sabía lo que era. _Los
católicos_ celebraban un aniversario religioso. ¿Pero cómo? ¡Oh
ludibrio!». Don Pompeyo se acercó al atrio: observó desde fuera. Lo
mejor y lo peor de Vetusta estaba allí amontonado; las chalequeras, los
armeros, la flor y nata del paseo del Boulevard, aquel gran mundo del
andrajo, con sus hedores de miseria, se codeaba insolente y vocinglero
con la _Vetusta elegante_ del Espolón y de los bailes del Casino: y para
colmo del escándalo, según don Pompeyo, _so capa_ de celebrar una fiesta
religiosa la juventud dorada del clero vetustense, todos aquellos
«_licenciados de seminario_» como él los llamaba con pésima intención,
«¡paseaban también por allí, apretados, prensados, con sus manteos y
todo, en aquel embutido de carne lasciva, a obscuras, casi sin aire que
respirar, sin más recreo que el poco honesto de sentir el roce de la
especie, el instinto del rebaño, mejor, de la piara!». Y separando los
ojos «de aquella podredumbre en fermento, de aquella _gusanera
inconsciente_», volviolos Guimarán a lo alto, y miró a la torre que con
un punto de luz roja señalaba al cielo.... «¡Aquí no hay nada cristiano,
pensó, más que ese montón de piedras!».
Huyó de la catedral, triste, aprensivo, dudando de la Humanidad, de la
Justicia, del Progreso... y apretando los dientes para que no chocasen
los de arriba con los de abajo. Entró en su casa.... Pidió tila, se
acostó... y al verse rodeado de su mujer y de sus hijas que le echaban
sobre el cuerpo cuantas mantas había en casa, el ateo empedernido sintió
una dulce ternura nerviosa, un calorcillo confortante y se dijo: «Al
fin, hay una religión, la del hogar».
A la mañana siguiente despertó a toda la casa a campanillazos. «Se
sentía mal. Que llamasen a Somoza». Somoza dijo que aquello no era nada.
Ocho días después propuso a la señora de Guimarán el arduo problema de
lo que allí se llamaba «la preparación del enfermo». «Había que
prepararle», ¿a qué? «A bien morir».
De las cuatro hijas de don Pompeyo dos se desmayaron en compañía de su
madre al oír la noticia.
Las otras dos, más fuertes, deliberaron. ¿Quién le ponía el cascabel al
gato? ¿Quién proponía a su señor padre que recibiera los Sacramentos?
Se lo propuso la hija mayor, Agapita.
--Papá, tú que eres tan bueno, ¿querrías darme un disgusto, dárselo a
mamá, sobre todo, que te quiere tanto... y es tan religiosa?...
--No prosigas, Agapita querida--dijo el enfermo con voz meliflua, débil,
mimosa--. Ya sé lo que pides. Que confiese. Está bien, hija mía. ¿Cómo
ha de ser? Hace días que esperaba este momento. El señor de Somoza es
tan angelical que no quería darme un susto; pero yo conocía que esto iba
mal. He pensado mucho en vosotras, en la necesidad de complaceros. Sólo
os pido una cosa... que venga el señor Magistral. Quiero que me oiga en
confesión el señor De Pas; necesito que me oiga, y que me perdone.
Agapita lloró sobre el pecho flaco de su padre. Desde la sala habían
oído el diálogo Somoza y la hija menor de Guimarán, Perpetua. Media
hora después toda Vetusta sabía el milagro. «¡_El Ateo_ llamaba al
Magistral para que le ayudara a bien morir!».
Don Fermín estaba en cama. Su madre echada a los pies del lecho, como un
perro, gruñía en cuanto olfateaba la presencia de algún importuno. El
Magistral se quejaba de neuralgia; el ruido menor le sonaba a patadas en
la cabeza. Doña Paula había prohibido los ruidos, todos los ruidos. Se
andaba de puntillas y se procuraba volar.
Teresina creyó que el recado de las señoritas de Guimarán era cosa
grave, y merecía la pena de infringir la regla general.
--Están ahí de parte de la señora y señoritas de Guimarán....
--¡De Guimarán!--dijo el Magistral que estaba despierto, aunque tenía
los ojos cerrados.
--¡De Guimarán! Tú estás loca...--dijo doña Paula muy bajo.
--Sí, señora, de Guimarán, de don Pompeyo, que se está muriendo y quiere
que le vaya a confesar el señorito.
Hijo y Madre dieron un salto; doña Paula quedó en pie, don Fermín
sentado en su lecho.
Se hizo entrar a la criada de Guimarán y repetir el recado.
La criada lloraba y describía entre suspiros la tristeza de la familia y
el consuelo que era ver al señor pedir los Santos Sacramentos.
El Magistral y doña Paula se consultaron con los ojos. Se entendieron.
--¿Te hará daño?
--No. Que voy ahora mismo.
--Salid. Que el señorito está muy enfermo, pero que lo primero es lo
primero y que va allá ahora mismo.
Quedaron solos hijo y madre.--¿Será una broma de ese tunante?
--No señora; es un pobre diablo. Tenía que acabar así. Pero yo no sabía
que estaba enfermo.
De Pas hablaba mientras se vestía ayudado por su madre, que buscó en el
fondo de un baúl la ropa de más abrigo.
--¿Fermo, y si tú te pones malo de veras... es decir, de cuidado?...
--No, no, no. Deje usted. Esto no admite espera... y mi cabeza sí. Es
preciso llegar allá antes que se sepa por ahí... ¿No comprende usted?
--Sí, claro; tienes razón.
Callaron. El Magistral se cogió a la pared y al hombro de su madre para
tenerse en pie.
En su despacho se sentó un momento.
--¿Mandamos por un coche?...--Sí, es claro; ya debía estar hecho eso. A
Benito, aquí en la esquina....
Entró Teresa.--Esta carta para el señorito.
Doña Paula la tomó, no conoció la letra del sobre.
Fermín sí; era la de Ana, desfigurada, obra de una mano temblorosa....
--¿De quién es?--preguntó la madre al ver que Fermín palidecía.
--No sé... ya la veré después. Ahora al coche... a ver a Guimarán....
Y se puso de pies, escondió la carta en un bolsillo interior, y se
dirigió a la puerta con paso firme.
Doña Paula, aunque sospechaba, no sabía qué, no se atrevió esta vez a
insistir. Le daba lástima de aquel hijo que enfermo, triste, tal vez
desesperado, iba por ella a continuar la historia de su grandeza, de sus
ganancias; iba a rescatar el crédito perdido buscando un milagro de los
más sonados, de los más eficaces y provechosos, un milagro de
conversión. «Era un héroe». «¡Cuánto había padecido durante aquella
cuaresma!». Ella, doña Paula, había acabado por adivinar que su hijo y
la Regenta no se veían ya; habían reñido por lo visto. Al principio el
egoísmo de la madre triunfó y se alegró de aquel rompimiento que
suponía. Conoció que su hijo no se humillaría jamás a pedir una
reconciliación, que antes moriría desesperado como un perro, allí, en
aquel lecho donde había caído al cabo, después de pasear la cólera
comprimida por toda Vetusta y sus alrededores, de día y de noche. Pero
la desesperación taciturna de su Fermo, complicada con una enfermedad
misteriosa, de mal aspecto, que podía parar en locura, asustó a la madre
que adoraba a su modo al hijo; y noche hubo en que, mientras velaba el
dolor de su Fermo pensó en mil absurdos, en milagros de madre, en ir
ella misma a buscar a la infame que tenía la culpa de aquello, y
degollarla, o traerla arrastrando por los malditos cabellos, allí, al
pie de aquella cama, a velar como ella, a llorar como ella, a salvar a
su hijo a toda costa, a costa de la fama, de la salvación, de todo, a
salvarle o morir con él.... De estas ideas absurdas, que rechazaba
después el buen sentido, le quedaba a doña Paula una ira sorda,
reconcentrada, y una aspiración vaga a formar un proyecto extraño, una
intriga para cazar a la Regenta y hacerla servir para lo que Fermo
quisiera... y después matarla o arrancarle la lengua....
Los primeros días, después de separarse Ana y De Pas, era el Magistral
quien preguntaba más a menudo a Teresina, afectando indiferencia, pero
sin que su madre le oyera: «¿Ha habido algún recado, alguna carta para
mí?». Después, también doña Paula, a solas también, preguntaba a la
doncella, con voz gutural, estrangulada: «¿Han traído algún recado...
algún papel... para el señorito?».
No, no habían traído nada. La cuaresma había pasado así, había comenzado
la semana de Dolores, estaba concluyendo... y nada.
«Debe de ser de ella», pensó doña Paula cuando vio el papel que presentó
Teresina. Sintió ira y placer a un tiempo.
El Magistral sentía en los oídos huracanes. Temía caerse. Pero estaba
dispuesto a salir. También se juró negarse a leer la carta delante de su
madre, aunque ella lo pidiera puesta en cruz. «Aquella carta era de él,
de él solo». Llegó el coche. Una carretela vieja, desvencijada, tirada
por un caballo negro y otro blanco, ambos desfallecidos de hambre y
sucios.
Doña Paula, que había acompañado a su hijo hasta el portal, dijo con
énfasis al cochero:
--A casa de don Pompeyo Guimarán... ya sabes....
--Sí, sí... Dobló el coche la esquina; don Fermín corrió un cristal y
gritó:
--Despacio, al paso. Miró la carta de Ana. Rompió el sobre con dedos que
temblaban y leyó aquellas letras de tinta rosada que saltaban y se
confundían enganchadas unas con otras. Adivinó más que descifró los
caracteres que se evaporaban ante su vista débil.
«Fermín: necesito ver a usted, quiero pedirle perdón y jurarle que soy
digna de su cariñoso amparo; Dios ha querido iluminarme otra vez; la
Virgen, estoy segura de ello, la Virgen quiere que yo le busque a usted,
que le llame. Pensé en ir yo misma a su casa. Pero temo que sea
indiscreción. Sin embargo, iré, a pesar de todo, si es verdad que está
usted enfermo y que no puede salir. ¿Dónde le podré hablar? Estoy segura
de que por caridad a lo menos no dejará sin respuesta mi carta. Y si la
deja, allá voy. Su mejor amiga, su esclava, según ha jurado y sabrá
cumplir.--ANA».
De Pas dejó de sentir sus dolores, no pensó siquiera en esto; miró al
cielo, iba a obscurecer. Cogió con mano febril la blusa azul del cochero
que volvió la cabeza.
--¿Qué hay señorito?
--A la Plaza Nueva... a la Rinconada....
--Sí, ya sé... pero ¿ahora?
--Sí, ahora mismo, y a escape.
El coche siguió al paso. «Si está don Víctor, que no lo quiera Dios,
basta con que Ana me mire, con que me vea allí... Si no está... mejor.
Entonces hablaré, hablaré...».
Y cansado por tantos esfuerzos y sorpresas, don Fermín dejó caer la
cabeza sobre el sobado reps azul del testero y en aquel rincón obscuro
del coche, ocultando el rostro en las manos que ardían, lloró como un
niño, sin vergüenza de aquellas lágrimas de que él solo sabría.
No estaba don Víctor en casa.
El Magistral estuvo en el caserón de los Ozores desde las siete hasta
más de las ocho y media. Cuando salió, el cochero dormía en el pescante.
Había encendido los faroles del coche y esperaba, seguro de cobrar caro
aquel sueño. Don Fermín entró en casa de don Pompeyo a las nueve menos
cuarto. La sala estaba llena de curas y seglares devotos. Todas las
hijas de Guimarán salieron al encuentro del Provisor, cuyo rostro
relucía con una palidez que parecía sobrenatural. Se hubiera dicho que
le rodeaba una aureola.
Tres veces se había mandado aviso a casa del Magistral para que viniera
en seguida. Don Pompeyo quería confesar, pero con De Pas y sólo con De
Pas: decía que sólo al Magistral quería decir sus pecados y declarar sus
errores; que una voz interior le pedía con fuerza invencible que llamara
al Magistral y sólo al Magistral.
Doña Paula contestaba que su hijo había salido a las siete, en coche, en
cuanto había recibido aviso, que había ido derecho a casa de Guimarán.
Pero como no llegaba, se repetían los recados. Doña Paula estaba
furiosa. ¿Qué era de su hijo? ¿Qué nueva locura era aquella?
Al fin las de Guimarán, en vista de que el Provisor no parecía, llamaron
al Arcediano, a don Custodio, al cura de la parroquia, y a otros
clérigos que más o menos trataban al enfermo. Todo inútil. Él quería al
Magistral; la voz interior se lo pedía a gritos. Glocester al lado de
aquel lecho de muerte se moría de envidia y estaba verde de ira, aunque
sonreía como siempre.
--Pero, señor don Pompeyo, hágase usted cargo de que todos somos
sacerdotes del Crucificado... y siendo sincera su conversión de usted....
--Sí señor, sincera; yo nunca he engañado a nadie. Yo quiero
reconciliarme con la iglesia, morir en su seno, si está de Dios que
muera....
--Oh, no, eso no...--Tal creo yo; pero de todas suertes... quiero
volver al redil... de mis mayores... pero ha de ser con ayuda del señor
don Fermín; tengo motivos poderosos para exigir esto, son voces de mi
conciencia....
--Oh, muy respetable... muy respetable.... Pero si ese señor Magistral no
parece....
--Si no parece, cuando el peligro sea mayor, confesaré con cualquiera de
ustedes. Entre tanto quiero esperarle. Estoy decidido a esperar.
El cura de la parroquia no consiguió más que el Arcediano. De don
Custodio no hay que hablar. Todos aquellos señores sacerdotes «estaban
allí en ridículo», según opinión de Glocester. La verdad era que un
color se les iba y otro se les venía.
--¿Será esto un complot?--dijo Mourelo al oído de don Custodio.
Después de tanto hacerse esperar llegó el Magistral.
Las hijas de Guimarán le llevaron en triunfo junto a su padre.
De Pas parecía un santo bajado del cielo; una alegría de arcángel
satisfecho brillaba en su rostro hermoso, fuerte en que había reflejos
de una juventud de aldeano robusto y fino de facciones; era la juventud
de la pasión, rozagante en aquel momento. Mientras Guimarán estrechaba
la mano enguantada del Provisor, este, sin poder traer su pensamiento a
la realidad presente, seguía saboreando la escena de dulcísima
reconciliación en que acababa de representar papel tan importante. «¡Ana
era suya otra vez, su esclava! ella lo había dicho de rodillas,
llorando.... ¡Y aquel proyecto, aquel irrevocable propósito de hacer ver
a toda Vetusta en ocasión solemne que la Regenta era sierva de su
confesor, que creía en él con fe ciega!...». Al recordar esto, con todos
los pormenores de la gran prueba ofrecida por Ana, don Fermín sintió que
le temblaban las piernas; era el desfallecimiento de aquel deleite que
él llamaba moral, pero que le llegaba a los huesos en forma de soplo
caliente. Pidió una silla. Se sentó al lado del enfermo y por primera
vez vio lo que tenía delante; un rostro pálido, avellanado, todo huesos
y pellejo que parecía pergamino claro. Los ojos de Guimarán tenían una
humedad reluciente, estaban muy abiertos, miraban a los abismos de ideas
en que se perdía aquel cerebro enfermo, y parecían dos ventanas a que se
asomaba el asombro mudo.
Quedaron solos el enfermo y el confesor.
De Pas se acordó de su madre, de los Jesuitas, de Barinaga, de
Glocester, de Mesía, de Foja, del Obispo, y aunque con repugnancia se
decidió a sacar todo el partido posible de aquella conversión que se le
venía a las manos. En un solo día ¡cuánta felicidad! Ana y la influencia
que se habían separado de él volvían a un tiempo; Ana más humilde que
nunca, la influencia con cierto carácter sobrenatural. Sí, él estaba
seguro de ello, conocía a los vetustenses; un entierro les había hecho
despreciar a su tirano, otro entierro les haría arrodillarse a sus pies,
fanatizados unos, asustados por lo menos los demás. Mientras hablaba con
don Pompeyo de la religión, de sus dulzuras, de la necesidad de una
Iglesia que se funde en revelaciones positivas, el Magistral preparaba
todo un plan para sacar provecho de su victoria.... Ya que aquel
tontiloco se le metía entre los dedos, no sería en vano. Los otros
tontos, los que creían que Guimarán era ateo de puro malvado y de puro
sabio, mirarían aquella conquista como cosa muy seria, como una ganancia
de incalculable valor para la Iglesia.
«¡El ateo! Aunque todos le tenían por inofensivo, creían los más en su
maldad ingénita y en una misteriosa superioridad diabólica. Y aquel
diablo, aquel malhechor se arrojaba a los pies del señor espiritual de
Vetusta.... ¡Oh! ¡qué gran efecto teatral!... No, no sería él bobo, su
madre tenía razón, había que sacar provecho.... Y después, aquello no era
más que una preparación para otro triunfo más importante; ¿no se había
dicho que hasta la Regenta le abandonaba? Pues ya se vería lo que iba a
hacer la Regenta...». Don Fermín se ahogaba de placer, de orgullo; se le
atragantaban las pasiones mientras don Pompeyo tosía, y entre esputo y
esputo de flema decía con voz débil:
--Puede usted creer... señor Magistral... que ha sido un milagro esto...
sí, un milagro.... He visto coros de ángeles, he pensado en el Niño
Dios... metidito en su cuna... en el portal de Belem... y he sentido una
ternura... así... como paternal... ¡qué sé yo!... ¡Eso es sublime, don
Fermín... sublime.... Dios en una cuna... y yo ciego... que negaba!...
pero dice usted bien.... Yo me he pasado la vida pensando en Dios,
hablando de Él... sólo que al revés... todo lo entendía al revés....
Y continuaba su discurso incoherente, interrumpido por toses y por
sollozos.
Después el Magistral le hizo callar y escucharle.
Habló mucho y bien don Fermín. Era necesario para obtener el perdón de
Dios que don Pompeyo, antes de sanar, porque sin duda sanaría--y eso
pensaba él también--diese un ejemplo edificante de piedad. Su conversión
debía ser solemne, para escarmiento de pícaros y enseñanza saludable de
los creyentes tibios.
--Puede usted hacer un gran beneficio a la Iglesia, a quien tantos males
ha hecho....
--Pues usted dirá... don Fermín... yo soy esclavo de su voluntad....
Quiero el perdón de Dios y el de usted... el de usted a quien tanto he
ofendido haciéndome eco de calumnias.... Y crea usted que yo no le quería
a usted mal, pero como mi propósito era combatir el fanatismo, al clero
en general... y además Barinaga sólo así podía ser conquistado.... ¡Oh
Barinaga! ¡infeliz don Santos! ¿Estará en el infierno, verdad, don
Fermín? ¡Infeliz! ¡Y por mi culpa!
--Quién sabe.... Los designios de Dios son inescrutables.... Y además,
puede contarse con su bondad infinita.... ¡Quién sabe!... Lo principal
es que nosotros demos ahora un notable ejemplo de piedad acendrada....
Esta lección puede traer muchas conversiones detrás de sí. ¡Ah, don
Pompeyo, no sabe usted cuánto puede ganar la Religión con lo que usted
ha hecho y piensa hacer!...
A la mañana siguiente toda Vetusta edificada se preparaba a acompañar el
Viático que por la tarde debía ser administrado al señor Guimarán. Era
Domingo de Ramos. No se respiraba por las calles del pueblo más que
religión.
--¡El papel Provisor sube!--decía Foja furioso al oído de Glocester, a
You have read 1 text from Spanish literature.
Next - La Regenta - 53
  • Parts
  • La Regenta - 01
    Total number of words is 4738
    Total number of unique words is 1824
    31.3 of words are in the 2000 most common words
    44.8 of words are in the 5000 most common words
    52.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 02
    Total number of words is 4832
    Total number of unique words is 1726
    32.5 of words are in the 2000 most common words
    46.4 of words are in the 5000 most common words
    54.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 03
    Total number of words is 4836
    Total number of unique words is 1790
    33.1 of words are in the 2000 most common words
    45.4 of words are in the 5000 most common words
    52.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 04
    Total number of words is 4747
    Total number of unique words is 1705
    32.8 of words are in the 2000 most common words
    45.0 of words are in the 5000 most common words
    51.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 05
    Total number of words is 4711
    Total number of unique words is 1595
    34.1 of words are in the 2000 most common words
    46.8 of words are in the 5000 most common words
    52.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 06
    Total number of words is 4885
    Total number of unique words is 1559
    35.3 of words are in the 2000 most common words
    48.3 of words are in the 5000 most common words
    55.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 07
    Total number of words is 4856
    Total number of unique words is 1699
    34.3 of words are in the 2000 most common words
    48.1 of words are in the 5000 most common words
    55.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 08
    Total number of words is 4848
    Total number of unique words is 1623
    35.2 of words are in the 2000 most common words
    48.8 of words are in the 5000 most common words
    55.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 09
    Total number of words is 4767
    Total number of unique words is 1594
    35.7 of words are in the 2000 most common words
    49.1 of words are in the 5000 most common words
    56.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 10
    Total number of words is 4785
    Total number of unique words is 1579
    37.6 of words are in the 2000 most common words
    49.4 of words are in the 5000 most common words
    54.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 11
    Total number of words is 4761
    Total number of unique words is 1665
    34.9 of words are in the 2000 most common words
    48.8 of words are in the 5000 most common words
    56.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 12
    Total number of words is 4718
    Total number of unique words is 1615
    33.8 of words are in the 2000 most common words
    46.9 of words are in the 5000 most common words
    53.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 13
    Total number of words is 4756
    Total number of unique words is 1592
    35.6 of words are in the 2000 most common words
    48.9 of words are in the 5000 most common words
    54.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 14
    Total number of words is 4668
    Total number of unique words is 1617
    35.4 of words are in the 2000 most common words
    48.4 of words are in the 5000 most common words
    55.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 15
    Total number of words is 4800
    Total number of unique words is 1689
    35.3 of words are in the 2000 most common words
    48.2 of words are in the 5000 most common words
    54.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 16
    Total number of words is 4807
    Total number of unique words is 1656
    35.4 of words are in the 2000 most common words
    49.1 of words are in the 5000 most common words
    55.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 17
    Total number of words is 4800
    Total number of unique words is 1694
    35.3 of words are in the 2000 most common words
    48.7 of words are in the 5000 most common words
    54.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 18
    Total number of words is 4773
    Total number of unique words is 1616
    36.2 of words are in the 2000 most common words
    49.0 of words are in the 5000 most common words
    54.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 19
    Total number of words is 4830
    Total number of unique words is 1699
    34.1 of words are in the 2000 most common words
    47.8 of words are in the 5000 most common words
    54.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 20
    Total number of words is 4768
    Total number of unique words is 1651
    36.6 of words are in the 2000 most common words
    50.1 of words are in the 5000 most common words
    57.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 21
    Total number of words is 4899
    Total number of unique words is 1556
    37.9 of words are in the 2000 most common words
    50.9 of words are in the 5000 most common words
    57.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 22
    Total number of words is 4809
    Total number of unique words is 1634
    36.2 of words are in the 2000 most common words
    48.3 of words are in the 5000 most common words
    54.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 23
    Total number of words is 4668
    Total number of unique words is 1636
    33.8 of words are in the 2000 most common words
    46.4 of words are in the 5000 most common words
    52.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 24
    Total number of words is 4737
    Total number of unique words is 1696
    34.5 of words are in the 2000 most common words
    47.5 of words are in the 5000 most common words
    54.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 25
    Total number of words is 4764
    Total number of unique words is 1556
    34.8 of words are in the 2000 most common words
    48.0 of words are in the 5000 most common words
    53.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 26
    Total number of words is 4765
    Total number of unique words is 1635
    33.8 of words are in the 2000 most common words
    47.9 of words are in the 5000 most common words
    54.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 27
    Total number of words is 4768
    Total number of unique words is 1600
    36.3 of words are in the 2000 most common words
    50.3 of words are in the 5000 most common words
    57.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 28
    Total number of words is 4780
    Total number of unique words is 1579
    34.6 of words are in the 2000 most common words
    46.8 of words are in the 5000 most common words
    52.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 29
    Total number of words is 5030
    Total number of unique words is 1525
    37.5 of words are in the 2000 most common words
    51.4 of words are in the 5000 most common words
    57.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 30
    Total number of words is 4989
    Total number of unique words is 1592
    35.7 of words are in the 2000 most common words
    49.7 of words are in the 5000 most common words
    56.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 31
    Total number of words is 4803
    Total number of unique words is 1659
    35.9 of words are in the 2000 most common words
    49.8 of words are in the 5000 most common words
    56.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 32
    Total number of words is 4840
    Total number of unique words is 1692
    35.8 of words are in the 2000 most common words
    48.8 of words are in the 5000 most common words
    56.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 33
    Total number of words is 4827
    Total number of unique words is 1680
    35.1 of words are in the 2000 most common words
    47.2 of words are in the 5000 most common words
    53.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 34
    Total number of words is 4749
    Total number of unique words is 1535
    38.0 of words are in the 2000 most common words
    50.6 of words are in the 5000 most common words
    56.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 35
    Total number of words is 4854
    Total number of unique words is 1544
    38.2 of words are in the 2000 most common words
    52.6 of words are in the 5000 most common words
    60.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 36
    Total number of words is 4774
    Total number of unique words is 1766
    32.3 of words are in the 2000 most common words
    47.3 of words are in the 5000 most common words
    54.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 37
    Total number of words is 4901
    Total number of unique words is 1636
    37.5 of words are in the 2000 most common words
    50.4 of words are in the 5000 most common words
    57.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 38
    Total number of words is 4850
    Total number of unique words is 1671
    34.4 of words are in the 2000 most common words
    49.0 of words are in the 5000 most common words
    55.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 39
    Total number of words is 4848
    Total number of unique words is 1654
    35.2 of words are in the 2000 most common words
    48.4 of words are in the 5000 most common words
    57.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 40
    Total number of words is 4784
    Total number of unique words is 1598
    35.6 of words are in the 2000 most common words
    47.5 of words are in the 5000 most common words
    55.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 41
    Total number of words is 4736
    Total number of unique words is 1700
    35.4 of words are in the 2000 most common words
    49.4 of words are in the 5000 most common words
    56.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 42
    Total number of words is 4766
    Total number of unique words is 1736
    34.1 of words are in the 2000 most common words
    48.6 of words are in the 5000 most common words
    54.5 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 43
    Total number of words is 4902
    Total number of unique words is 1701
    34.2 of words are in the 2000 most common words
    48.2 of words are in the 5000 most common words
    54.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 44
    Total number of words is 4860
    Total number of unique words is 1605
    36.1 of words are in the 2000 most common words
    49.4 of words are in the 5000 most common words
    56.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 45
    Total number of words is 4742
    Total number of unique words is 1671
    35.8 of words are in the 2000 most common words
    48.0 of words are in the 5000 most common words
    55.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 46
    Total number of words is 4750
    Total number of unique words is 1594
    34.5 of words are in the 2000 most common words
    47.7 of words are in the 5000 most common words
    54.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 47
    Total number of words is 4645
    Total number of unique words is 1583
    33.3 of words are in the 2000 most common words
    47.0 of words are in the 5000 most common words
    53.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 48
    Total number of words is 4862
    Total number of unique words is 1606
    34.2 of words are in the 2000 most common words
    48.0 of words are in the 5000 most common words
    55.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 49
    Total number of words is 4850
    Total number of unique words is 1531
    37.5 of words are in the 2000 most common words
    50.2 of words are in the 5000 most common words
    55.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 50
    Total number of words is 4863
    Total number of unique words is 1533
    38.5 of words are in the 2000 most common words
    52.2 of words are in the 5000 most common words
    58.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 51
    Total number of words is 4802
    Total number of unique words is 1599
    34.8 of words are in the 2000 most common words
    47.5 of words are in the 5000 most common words
    53.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 52
    Total number of words is 4829
    Total number of unique words is 1542
    37.6 of words are in the 2000 most common words
    51.6 of words are in the 5000 most common words
    58.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 53
    Total number of words is 4690
    Total number of unique words is 1591
    35.3 of words are in the 2000 most common words
    48.9 of words are in the 5000 most common words
    55.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 54
    Total number of words is 4816
    Total number of unique words is 1619
    36.5 of words are in the 2000 most common words
    49.2 of words are in the 5000 most common words
    55.5 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 55
    Total number of words is 4779
    Total number of unique words is 1668
    35.0 of words are in the 2000 most common words
    49.6 of words are in the 5000 most common words
    56.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 56
    Total number of words is 4739
    Total number of unique words is 1512
    36.1 of words are in the 2000 most common words
    48.5 of words are in the 5000 most common words
    56.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 57
    Total number of words is 4809
    Total number of unique words is 1545
    36.4 of words are in the 2000 most common words
    49.6 of words are in the 5000 most common words
    55.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 58
    Total number of words is 4843
    Total number of unique words is 1635
    35.9 of words are in the 2000 most common words
    50.6 of words are in the 5000 most common words
    56.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 59
    Total number of words is 4934
    Total number of unique words is 1442
    36.0 of words are in the 2000 most common words
    50.9 of words are in the 5000 most common words
    57.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 60
    Total number of words is 4918
    Total number of unique words is 1511
    37.3 of words are in the 2000 most common words
    50.5 of words are in the 5000 most common words
    58.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 61
    Total number of words is 4884
    Total number of unique words is 1567
    37.3 of words are in the 2000 most common words
    50.9 of words are in the 5000 most common words
    58.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 62
    Total number of words is 4908
    Total number of unique words is 1471
    37.7 of words are in the 2000 most common words
    50.7 of words are in the 5000 most common words
    57.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 63
    Total number of words is 4859
    Total number of unique words is 1478
    37.9 of words are in the 2000 most common words
    49.9 of words are in the 5000 most common words
    57.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 64
    Total number of words is 4791
    Total number of unique words is 1498
    37.6 of words are in the 2000 most common words
    52.4 of words are in the 5000 most common words
    58.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 65
    Total number of words is 854
    Total number of unique words is 389
    45.4 of words are in the 2000 most common words
    57.0 of words are in the 5000 most common words
    61.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.