La Regenta - 37

Total number of words is 4901
Total number of unique words is 1636
37.5 of words are in the 2000 most common words
50.4 of words are in the 5000 most common words
57.0 of words are in the 8000 most common words
Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
tarde memorable de _Todos los Santos_. Entonces Ana se ponía en pie,
recorría el comedor a grandes pasos, hundida la cabeza en el embozo del
chal apretado al cuerpo, daba vuelta alrededor de la mesa oval, y
acababa por acercarse a los vidrios del balcón y apretar contra ellos la
frente. Salía, cruzando el estrado triste, pasillos y galerías; llegaba
a su gabinete y también allí se apretaba contra los vidrios y miraba con
ojos distraídos, muy abiertos y fijos, las ramas desnudas de los
castaños de Indias, y los soberbios eucaliptos, cubiertos de hojas
largas, metálicas, de un verde mate, temblorosas y resonantes. Si no
llovía mucho, Frígilis solía andar por allí; más tiempo faltaba
Quintanar de casa que Frígilis de la huerta. Ana acababa por verle.
«Aquel había sido su único amigo en la triste juventud, en el tiempo de
la servidumbre miserable; y ahora casi le odiaba; él la había casado; y
sin remordimiento alguno, sin pensar en aquella torpeza, se dedicaba
ahora a sus árboles, que podaba sin compasión, que injertaba a su gusto,
sin consultar con ellos, sin saber si ellos querían aquellos tajos y
aquellos injertos...». «¡Y pensar que aquel hombre había sido
inteligente, amable! Y ahora... no era más que una máquina agrícola,
unas tijeras, una segadora mecánica, ¡a quién no embrutecía la vida de
Vetusta!».
Frígilis, si veía a su querida Ana detrás de los cristales, la saludaba
con una sonrisa y volvía a inclinarse sobre la tierra; aplastaba un
caracol, cortaba un vástago importuno, afirmaba un rodrigón y seguía
adelante, arrastrando los zapatos blancos sobre la arena húmeda de los
senderos.... Y Ana veía desaparecer entre las ramas aquel sombrero
redondo, flexible, siempre gris, aquel tapabocas de cuadros de pana
eternamente colgado al cuello, aquella cazadora parda y aquellos
pantalones ni anchos ni estrechos, ni nuevos ni viejos, de ramitos
borrosos de lana verde y roja alternando sobre fondo negro.
A menudo visitaban a la Regenta la del Banco y el Marquesito.--Paco
estaba admirado de la heroica resistencia de la de Ozores; no comprendía
él que su ídolo, su don Álvaro tardase tanto en conquistar una voluntad,
en rendir una virtud, si la voluntad estaba ya conquistada.
--«Ella está enamorada de ti, de eso estoy seguro»--decía Paco a Mesía
en el Casino, a última hora, cuando sólo quedaban allí los
trasnochadores de oficio.
Estaban los dos sentados junto a un velador cubierto con fina y blanca
servilleta; cenaban con sendas medias botellas de Burdeos al lado, y
llegaban al momento necesario de la expansión y las confidencias; Mesía
melancólico, pasando a tragos la nostalgia de lo infinito, que también
tienen los _descreídos_ a su modo, inclinaba mustia la gallarda y fina
cabeza de un rubio pálido, y parecía un poco más viejo que de ordinario.
Callaba, y comía y bebía. Paco, con la boca llena, pero no por modo
grosero, sino casi elegante, hablaba, brillante la pupila, rojas las
mejillas, con el sombrero echado hacia el cogote.
--Ella está enamorada, de eso estoy seguro... pero tú... tú no eres el
de otras veces... parece que la temes. Nunca quieres venir conmigo a su
casa... y eso que don Víctor nunca está, siempre anda con el espiritista
de Frígilis por esos montes.
Paco creía que Frígilis era espiritista, opinión muy generalizada en
Vetusta.
--En su casa no se puede adelantar nada. Es una mujer rara...
histérica... hay que estudiarla bien. Dejadme a mí.
No quería confesar que se tenía por derrotado: creía firmemente que Ana
estaba entregada al Magistral. No quería aquella conversación; se sentía
ahora humillado con la protección de Paco, solicitada meses antes por
él. Sin saberlo, el Marquesito le hacía daño cada vez que le hablaba de
tal asunto y le proponía planes de ataque y medios para entrar en la
plaza por sorpresa. «¿Cuándo había necesitado él, Mesía, socorros por el
estilo? ¿Cuándo había permitido a nadie saber el cómo y a qué hora
vencía a una mujer?... ¡Y esta señora le humillaba así! ¡Cómo se reiría
de él Visita, aunque lo disimulaba; y el mismo Paco! ¿qué pensaría? ¡Ah
Regenta, Regenta, si venzo al fin!... ¡ya me las pagarás!». Pero ya no
esperaba vencer; lidiaba desesperado. En vano, siempre que el tiempo lo
permitía, montaba en su hermoso caballo blanco de pura raza española;
pasaba y repasaba la Plaza Nueva, y algunas veces veía detrás de los
cristales, en la Rinconada, a la de Quintanar, que le saludaba amable y
tranquila; pero no era el caballo talismán como él había creído, porque
la escena de la tarde aquélla no se repitió nunca. «Sí, lo que yo temía,
no fue más que un cuarto de hora que no pude aprovechar». Creía con fe
inquebrantable que ya su único recurso sería la ocasión dificilísima,
casi imposible, de un ataque brusco, bárbaro, coincidiendo con otro
cuarto de hora. Pero esto no colmaba su deseo, no satisfacía su amor
propio, sería un placer efímero y una venganza... ¡y además era casi
imposible! Pocas veces se había atrevido a visitar a la Regenta, que no
le recibía si no estaba don Víctor en casa. Quintanar, en cambio, le
abría los brazos y le estrechaba con efusión, cada día más enamorado,
como él decía, de aquel hermoso figurín: ¡qué arrogante primer galán en
comedia de costumbres haría el dignísimo don Álvaro! Pero ya que las
tablas no le llamasen ¿por qué no se hacía diputado a Cortes? Mesía
había nacido para algo más que cabeza de ratón; era poco ser jefe de un
partido, que nunca era poder, en una capital de segundo orden. ¿Por qué
no se iba a Madrid con un acta en el bolsillo?
Cuando le dirigía estas preguntas lisonjeras, don Álvaro inclinaba la
cabeza y miraba con gesto compungido a la Regenta como diciendo:
--«¡Por usted, por el amor que la tengo estoy yo en este miserable
rincón!».
--Usted es de la madera de los ministros....
--Oh... don Víctor... no crea usted que eso me halaga.... ¡Ministro!
¿Para qué? Yo no tengo ambición política.... Si milito en un partido es
por servir a mi país, pero la política me es antipática... tanta
farsa... tanta mentira....
--Efectivamente, en los Estados Unidos sólo son políticos los
perdidos... pero en España... es otra cosa... un hombre como usted....
Subiría mi don Álvaro como la espuma.
Pero don Álvaro suspiraba y volvía los ojos a la Regenta.... Por lo
demás, él seguía considerando que ante todo era un hombre político. Lo
de ir a Madrid lo dejaba para más adelante. Ahora hacía diputados desde
Vetusta y se quedaba allí; pero en cuanto tuviera más blanda a la señora
del ministro, él volaría, él volaría... seguro de no dar un batacazo.
Estos eran sus planes. Pero además aquella resistencia de Ana, que había
creído vencer si no en pocas semanas en pocos meses, era un nuevo motivo
para retrasar el cambio de vecindad.
¿Cómo ir a Madrid sin vencer a aquella mujer? Y aquella mujer parecía ya
invencible.
Desde la noche de Todos los Santos, Mesía, vergüenza le daba
confesárselo a sí mismo, no había adelantado un paso. Ocho días había
estado sin conseguir hablar a solas un momento con Ana, y cuando logró
tal intento fue para convencerse de que aquella exaltación de la tarde
dichosa había pasado acaso para siempre.
Visitación se volvía loca. Su marido, el señor Cuervo, y sus hijos
comían los garbanzos duros, se lavaban sin toalla porque ella había
salido con las llaves, como siempre, y no acababa de volver. «¿Cómo
había de volver si aquella empecatada de Regenta no se daba a partido, y
resistía al hombre irresistible con heroicidad de roca?». El mísero
empleado del Banco retorcía el bigotillo engomado y con voz de tiple
decía a la muchedumbre de sus hijos que lloraban por la sopa:
--Silencio, niños, que mamá riñe si se come sin ella.
Y la sopa se enfriaba, y al fin aparecía Visitación, sofocada,
distraída, de mal humor. Venía de casa de Vegallana donde había
conseguido que Ana y Álvaro se hablaran a solas un momento, por
casualidad... que había preparado ella. ¡Pero buena conversación te dé
Dios! Él había salido mordiéndose el bigote y le había dicho a ella, a
Visita: «¡Déjame en paz! al querer darle una broma. ¡Déjame en paz!»
señal de que no daba un paso. Visitación sentía ahora una vergüenza
retrospectiva; recordaba el tiempo que había ella tardado en ceder, lo
comparaba con la resistencia de Ana y... se le encendían las mejillas de
cólera, de envidia, de pudor malo, falso. Algo le decía en la conciencia
que el oficio que había tomado era miserable... pero buena estaba ella
para oír consejos de comedia moral y gritos interiores; aquel anhelo
villano era una pasión cada día más fuerte, era de un saborcillo
agridulce y picante que prefería ya a todas las dulzuras de la
confitería. Era una pasión, una cosa que recordaba la juventud, aunque
al mismo tiempo parecía síntoma de la vejez. En fin, ella no trataba de
resistir, y había llegado a creer que sería capaz de arrojar a su amiga
a la fuerza en brazos del antiguo amante. De todos modos, en casa de
Visita faltaba la limpieza de suelo y muebles, de sala y cocina, y no
era su hogar una taza de plata, y día hubo que el marido no encontró
camisa en el armario y se fue al Banco... con un camisolín de su mujer,
que simulaba bien o mal un cuello marinero.
Pero tanto afán era inútil; ni Visita, ni Paco, ni los paseos a caballo
de Mesía, conseguían rendir a la Regenta. ¡Y si al menos se viera que
era indiferencia aquella fortaleza! Pero, no; a leguas se veía, según
los tres, que Ana estaba interesada. Esto era lo que les irritaba más,
sobre todo a Visita. Don Álvaro no hablaba de este mal negocio con la
del Banco, por más que ella le hurgaba. Con Paco únicamente desahogaba,
y pocas veces.--Pero Ana creía en un complot y esto la ayudaba no poco
en su defensa. Iba de tarde en tarde a casa de Vegallana, a pesar de
protestas pesadas, insufribles de Quintanar, que repetía:
--¡Qué dirán esos señores, Anita, qué dirán los Marqueses!
Si don Álvaro perdía la esperanza, el Magistral tampoco estaba
satisfecho. Veía muy lejos el día de la victoria; la inercia de Ana le
presentaba cada vez nuevos obstáculos con que él no había contado.
Además, su amor propio estaba herido. Si alguna vez había ensayado
interesar a su amiga descubriéndole, o por vía de ejemplo o por alarde
de confianza, algo de la propia historia íntima, ella había escuchado
distraída, como absorta en el egoísmo de sus penas y cuidados. Más
había; aquella señora que hablaba de grandes sacrificios, que pretendía
vivir consagrada a la felicidad ajena, se negaba a violentar sus
costumbres, saliendo de casa a menudo, pisando lodo, desafiando la
lluvia; se negaba a madrugar mucho, y alegando como si se tratase de
cosa santa, las exigencias de la salud, los caprichos de sus nervios.
«El madrugar mucho me mata; la humedad me pone como una máquina
eléctrica». Esto era humillante para la religión y _depresivo_ para don
Fermín; era, de otro modo, un jarro de agua que le enfriaba el alma al
Provisor y le quitaba el sueño.
Una tarde entró De Pas en el confesonario con tan mal humor, que
Celedonio el monaguillo le vio cerrar la celosía con un golpe violento.
Don Fermín bajaba del campanario, donde, según solía de vez en cuando,
había estado registrando con su catalejo los rincones de las casas y de
las huertas. Había visto a la Regenta en el parque pasear, leyendo un
libro que debía de ser la historia de Santa Juana Francisca, que él
mismo le había regalado. Pues bien, Ana, después de leer cinco minutos,
había arrojado el libro con desdén sobre un banco.
--¡Oh! ¡oh! ¡estamos mal!--había exclamado el clérigo desde la torre:
conteniendo en seguida la ira, como si Ana pudiera oír sus quejas.
Después habían aparecido en el parque dos hombres, Mesía y Quintanar.
Don Álvaro había estrechado la mano de la Regenta que no la había
retirado tan pronto como debiera; «¡aunque no fuese más que por estar
viéndolos él!». Don Víctor había desaparecido y el seductor de oficio y
la dama se habían ocultado poco a poco entre los árboles, en un recodo
de un sendero. El Magistral sintió entonces impulsos de arrojarse de la
torre. Lo hubiera hecho a estar seguro de volar sin inconveniente. Poco
después había vuelto a presentarse don Víctor, el tonto de don Víctor,
con sombrero bajo y sin gabán, de cazadora clara, acompañado de don
Tomás Crespo, el del tapabocas; los dos se habían ido en busca de los
otros y los cuatro juntos se presentaron de nuevo, ante el objetivo del
catalejo que temblaba en las manos finas y blancas del canónigo. Don
Víctor levantaba la cabeza, extendía el brazo, señalaba a las nubes y
daba pataditas en el suelo. Ana había desaparecido otra vez, había
entrado en la casa, olvidando a Santa Juana Francisca sobre el banco, y
a los dos minutos estaba otra vez allí con chal y sombrero; y los cuatro
habían salido por la puerta del parque, que abrió Frígilis con su llave.
¡Iban al campo!
Cuando don Fermín se vio encerrado entre las cuatro tablas de su
confesonario, se comparó al criminal metido en el cepo.
Aquel día las hijas de confesión del Magistral le encontraron distraído,
impaciente; le sentían dar vueltas en el banco, la madera del armatoste
crujía, las penitencias eran desproporcionadas, enormes.
En vano esperó, con loca esperanza, ver a la Regenta presentarse en la
capilla, por casualidad, por impulso repentino, como quiera que fuese,
presentarse, que era lo que él quería, lo que él necesitaba. Verdad era
que no habían quedado en tal cosa; ocho días faltaban para la próxima
confesión, ¿por qué había de venir? «Por que sí, por que él lo
necesitaba, porque quería hablarla, decirle que aquello no estaba bien,
que él no era un saco para dejarlo arrimado a una pared, que la piedad
no era cosa de juego y que los libros edificantes no se tiran con desdén
sobre los bancos de la huerta; ni se pierde uno entre los árboles de
Frígilis sin más ni más, en compañía de un buen mozo materialista y
corrompido». Pero, no, no pareció por la capilla Ana. «Sabe Dios dónde
estarían. ¿Qué expedición era aquella? Necedades de don Víctor; había
levantado el brazo señalando a las nubes; aquello parecía como responder
del buen tiempo; en efecto, la tarde estaba hermosa, podía asegurarse
que no llovería... pero ¿y qué? ¿Era esa razón suficiente para salir con
el enemigo al campo? Porque aquel era el enemigo, sí, don Fermín volvía
a sospecharlo. La Regenta, sin embargo, jamás se había acusado de una
afición singular; hablaba de tentaciones en general y de ensueños
lascivos, pero no confesaba amar a un hombre determinado. Y Ana, su
dulce amiga, no mentía jamás y menos en el tribunal santo. Pero entonces
¿con quién soñaba? El Magistral recordó la dulcísima hipótesis que había
acariciado algún día... y ahora se oponía esta otra que le hacía saltar
dentro del cajón de celosías: supongamos que sueña con... ese
caballero». Salió de la capilla furioso, sin disimularlo apenas.
Encontró en el trascoro a don Custodio y no le contestó al saludo; entró
en la sacristía y amenazó al _Palomo_ con la cesantía, porque el gato
había vuelto a ensuciar los cajones de la ropa. Pasó después al palacio
y el Obispo sufrió una fuerte reprensión de las que en tono casi
irrespetuoso, avinagrado, espinoso, solía enderezarle su Provisor. El
buen Fortunato estaba en un apuro, no tenía dinero para pagar una cuenta
de un sastre que había hecho sotanas nuevas a los familiares de S. I. Y
el sastre, con las mejores maneras del mundo, pedía los cuartos en un
papel sobado, lleno de letras gordas, que el Obispo tenía entre los
dedos. El alfayate llamaba serenísimo señor al prelado, pero pedía lo
suyo.
Fortunato, temblorosa la voz, solicitaba un préstamo. El Magistral se
hizo rogar, y ofreció anticipar el dinero después de humillar cien veces
al buen pastor que tomaba al pie de la letra las metáforas religiosas.
«¿A qué habían venido las sotanas nuevas? Y sobre todo, ¿por qué las
pagaba él, Fortunato, de su bolsillo? Si sabía que no tenía un cuarto,
porque toda la paga repartía antes de cobrarla, ¿por qué se
comprometía?». Fortunato confesó que parecía un subteniente de los
sometidos a descuento; dijo que quería salir de aquella vida de trampas.
--«Yo no sé lo que debo ya a tu madre, Fermín, ¿debe de ser un
dineral?».
--«Sí, señor, un dineral, pero lo peor no es que usted nos arruine, sino
que se arruina también, y lo sabe el mundo y esto es en desprestigio de
la Iglesia.... Empeñarse por los pobres.... Ser un tramposo de la caridad.
Hombre, por Dios, ¿dónde vamos a parar? Cristo ha dicho: reparte tus
bienes y sígueme, pero no ha dicho: reparte los bienes de los demás...».
--Hablas como un sabio, hijo mío, hablas como un sabio, y si no fuera
indecoroso, pedía al ministro que me pusiera a descuento, a ver si me
corregía.
Después entró en las oficinas De Pas y allí tuvieron motivo para
acordarse mucho tiempo de la visita. Todo lo encontró mal; revolvió
expedientes, descubrió abusos, sacudió polvo, amenazó con suspender
sueldos, negó todo lo que pudo, preparó dos o tres castigos, para varios
párrocos de aldea y por fin dijo, ya en la puerta, que «no daba un
cuarto» para una suscripción de los marineros náufragos de Palomares.
--Señor--le dijo llorando un pobre pescador de barba blanca, con un
gorro catalán en la mano--¡señor, que este año nos morimos de hambre!
¡que no da para borona la costera del besugo!...
Pero el Magistral salió sin responder siquiera, pensando en Ana y en
Mesía; y a la media hora, cuando paseaba por el Espolón solo y a paso
largo, olvidando el compás de su marcha ordinaria, le repetía en los
sesos, no sabía qué voz: ¡besugo, besugo!
«¿Por qué se acordaba él del besugo?». Y encogió los hombros irritado
también con aquella obsesión de estúpido.
--No faltaba más que ahora me volviera loco.
Pasaron ocho días y a la hora señalada Anita se presentó de rodillas
ante la celosía del confesonario.
Después de la absolución enjugó una lágrima que caía por su mejilla, se
levantó y salió al pórtico. Allí esperó al Magistral y juntos, cerca ya
del obscurecer, llegaron a casa de doña Petronila.
Estaba sola el Gran Constantino; repasaba las cuentas de la _Madre del
Amor Hermoso_, con sus ojazos de color de avellana asomados a los
cristales de unas gafas de oro. Era muy morena, la frente muy huesuda,
los párpados salientes, ceja gris espesa, como la gran mata de pelo
áspero que ceñía su cabeza; barba redonda y carnosa, nariz de corrección
insignificante, boca grande, labios pálidos y gruesos. Era alta, ancha
de hombros, y su larga viudez casta parecía haber echado sobre su cuerpo
algo como matorral de pureza que le daba cierto aspecto de virgen
vetusta. El vestido era negro, hábito de los Dolores, con una correa de
charol muy ancha y escudo de plata chillón, ostentoso, en la manga,
ceñida a la muñeca de gañán con presillas de abalorios.
Estaba sentada delante de un escritorio de armario con figuras
chinescas, doradas, incrustadas en la madera negra. Se levantó, abrazó a
la Regenta y besó la mano del Magistral. Les suplicó, después de
agradecer la sorpresa de la visita, que la dejasen terminar aquel
embrollo de números; y dama y clérigo se vieron solos en el salón
sombrío, de damasco verde obscuro y de papel gris y oro. Ana se sentó en
el sofá, el Magistral a su lado en un sillón. Las maderas de los
balcones entornados dejaban pasar rayos estrechos de la luz del día
moribundo; apenas se veían Ana y De Pas. Del gabinete de la derecha
salió un gato blanco, gordo, de cola opulenta y de curvas elegantes; se
acercó al sofá paso a paso, levantó la cabeza perezoso, mirando a la
Regenta, dejó oír un leve y mimoso quejido gutural, y después de frotar
el lomo familiarmente contra la sotana del Provisor, salió al pasillo
con lentitud, sin ruido, como si anduviera entre algodones. Ana tuvo
aprensión de que olía a incienso el blanquísimo gato; de todas maneras,
parecía un símbolo de la devoción doméstica de doña Petronila. En toda
la casa reinaba el silencio de una caja almohadillada; el ambiente era
tibio y estaba ligeramente perfumado por algo que olía a cera y a
estoraque y acaso a espliego.... Ana sentía una somnolencia dulce pero
algo alarmante; se estaba allí bien, pero se temía vagamente la asfixia.
Doña Petronila tardaba. Una criada, de hábito negro también, entró con
una lámpara antigua de bronce, que dejó sobre un velador después de
decir con voz de monja acatarrada: «¡Buenas noches!» sin levantar los
ojos de la alfombra de fieltro, a cuadros verdes y grises.
Volvieron a quedar solos Ana y su confesor.
Interrumpiendo un silencio de algunos minutos dijo el Magistral con una
voz que se parecía a la del gato blanco:
--No puede usted imaginar, amiguita mía, cuánto le agradezco esta
resolución....
--Hubiera usted hablado antes...--Bastante he hablado, picarilla...
--Pero no como hoy, nunca me dijo usted que era un desaire que yo le
hacía y que ya sabían estas señoras el negarme a venir.... ¡Llovía
tanto!... Ya sabe usted que a mí la humedad me mata, la calle mojada me
horroriza.... Yo estoy enferma... sí, señor, a pesar de estos colores y
de esta carne, como dice don Robustiano, estoy enferma; a veces se me
figura que soy por dentro un montón de arena que se desmorona.... No sé
cómo explicarlo... siento grietas en la vida... me divido dentro de
mí... me achico, me anulo.... Si usted me viera por dentro me tendría
lástima.... Pero, a pesar de todo eso, si usted me hubiese hablado como
hoy antes, hubiese venido aunque fuera a nado. Sí, don Fermín, yo seré
cualquier cosa, pero no desagradecida. Yo sé lo que debo a usted, y que
nunca podré pagárselo. Una voz, una voz en el desierto solitario en que
yo vivía, no puede usted figurarse lo que valía para mí... y la voz de
usted vino tan a tiempo.... Yo no he tenido madre, viví como usted
sabe... no sé ser buena; tiene usted razón, no quiero la virtud sino es
pura poesía, y la poesía de la virtud parece prosa al que no es
virtuoso... ya lo sé... Por eso quiero que usted me guíe.... Vendré a
esta casa, imitaré a estas señoras, me ocuparé con la tarea que ellas me
impongan.... Haré todo lo que usted manda; no ya por sumisión, por
egoísmo, porque está visto que no sé disponer de mí; prefiero que me
mande usted.... Yo quiero volver a ser una niña, empezar mi educación,
ser algo de una vez, seguir siempre un impulso, no ir y venir como
ahora.... Y además necesito curarme; a veces temo volverme loca.... Ya se
lo he dicho a usted; hay noches que, desvelada en la cama, procuro
alejar las ideas tristes pensando en Dios, en su presencia. «Si Él está
aquí, ¿qué importa todo?». Esto me digo, pero no vale, porque, ya se lo
he dicho, me saltan de repente en la cabeza, ideas antiguas, como
dolores de llagas manoseadas, ideas de rebelión, argumentos impíos,
preocupaciones necias, tercas, que no sé cuándo aprendí, que vagamente
recuerdo haber oído en mi casa, cuando vivía mi padre. Y a veces se me
antoja preguntarme, ¿si será Dios esta idea mía y nada más, este peso
doloroso que me parece sentir en el cerebro cada vez que me esfuerzo por
probarme a mí misma la presencia de Dios?...
--¡Anita, Anita... calle usted... calle usted, que se exalta! Sí, sí,
hay peligro, ya lo veo, gran peligro... pero nos salvaremos, estoy
seguro de ello; usted es buena, el Señor está con usted... y yo daría mi
vida por sacarla de esas aprensiones.... Todo ello es enfermedad, es
flato, nervios... ¿qué sé yo? Pero es material, no tiene nada que ver
con el alma... pero el contacto es un peligro, sí, Anita; no ya por mí,
por usted es necesario entrar en la vida devota práctica.... ¡Las obras,
las obras, amiga mía! Esto es serio, necesitamos remedios enérgicos. Si
a usted le repugnan a veces ciertas palabras, ciertas acciones de estas
buenas señoras, no se deje llevar por la imaginación, no las condene
ligeramente; perdone las flaquezas ajenas y piense bien, y no se cuide
de apariencias.... Y ahora, hablando un poco de mí, ¡si usted pudiera
penetrar en mi alma, Anita! yo sí que jamás podré pagarle esta hermosa
resolución de esta tarde....
--¡Habló usted de un modo!
--Hablé con el alma...--Yo estaba siendo una ingrata sin saberlo....
--Pero al fin... vida nueva; ¿no es verdad, hija mía?
--Sí, sí, padre mío, vida nueva....
Callaron y se miraron. Don Fermín, sin pensar en contenerse, cogió una
mano de la Regenta que estaba apoyada en un almohadón de crochet, y la
oprimió entre las suyas sacudiéndola. Ana sintió fuego en el rostro,
pero le pareció absurdo alarmarse. Los dos se habían levantado, y
entonces entró doña Petronila, a quien dijo De Pas sin soltar la mano de
la Regenta....
--Señora mía, llega usted a tiempo; usted será testigo de que la oveja
ofrece solemnemente al pastor no separarse jamás del redil que escoge....
El Gran Constantino besó la frente de Ana.
Fue un beso solemne, apretado, pero frío.... Parecía poner allí el sello
de una cofradía mojado en hielo.


--XIX--

Don Robustiano Somoza, en cuanto asomaba Marzo, atribuía las
enfermedades de sus clientes a la _Primavera médica_, de la que no tenía
muy claro concepto; pero como su misión principal era consolar a los
afligidos y solía satisfacerles esta explicación climatológica, el
médico buen mozo no pensaba en buscar otra. La _Primavera médica_ fue la
que _postró en cama_, según don Robustiano, a la Regenta, que se acostó
una noche de fines de Marzo con los dientes apretados sin querer, y la
cabeza llena de fuegos artificiales. Al despertar al día siguiente,
saliendo de sueños poblados de larvas, comprendió que tenía fiebre.
Quintanar estaba de caza en las marismas de Palomares; no volvería hasta
las diez de la noche. Anselmo fue a llamar al médico y Petra se instaló
a la cabecera de la cama, como un perro fiel. La cocinera, Servanda, iba
y venía con tazas de tila, silenciosa, sin disimular su indiferencia;
era nueva en la casa y venía del monte. Mucho tiempo hacía que Anita no
había tenido uno de aquellos impulsos cariñosos de que solía ser objeto
don Víctor, pero aquel día, a la tarde, sobre todo al obscurecer, lloró
ocultando el rostro, pensando en el esposo ausente. «¡Cuánto deseaba su
presencia! sólo él podría acompañarla en la soledad de enfermo que
empezaba aquel día». En vano la Marquesa, Paco, Visitación y Ripamilán
acudieron presurosos al tener noticia del mal; a todos los recibió
afablemente, sonrió a todos, pero contaba los minutos que faltaban para
las diez de la noche. «¡Su Quintanar! Aquél era el verdadero amigo, el
padre, la madre, todo». La Marquesa estuvo poco tiempo junto a su amiga
enferma; le tocó la frente y dijo que no era nada, que tenía razón
Somoza, la primavera médica... y habló de zarzaparrilla y se despidió
pronto. Paco admiraba en silencio la hermosura de Ana, cuya cabeza
hundida en la blancura blanda de las almohadas le parecía «una joya en
su estuche». Observó Visita que más que nunca se parecía entonces Ana a
la Virgen de la Silla. La fiebre daba luz y lumbre a los ojos de la
Regenta, y a su rostro rosas encarnadas; y en el sonreír parecía una
santa. Paco pensó sin querer, «que estaba apetitosa». Se ofreció mucho,
como su madre, y salió. En el pasillo dio un pellizco a Petra que traía
un vaso de agua azucarada. Visita dejó la mantilla sobre el lecho de su
amiga y se preparó a meterse en todo, sin hacer caso del gesto
impertinente de Petra. «¿Quién se fiaba de criados? Afortunadamente
estaba ella allí para todo lo que hiciera falta».
«Por lo demás, tu Quintanar del alma hemos de confesar que tiene sus
cosas; ¿a quién se le ocurre irse de caza dejándote así?».
--Pero qué sabía él....
--¿Pues no te quejabas ya anoche?
--Ese Frígilis tiene la culpa de todo....
--Y quien anda con Frígilis se vuelve loco ni más ni menos que él. ¿No
es ese Frígilis el que injertaba gallos ingleses?
--Sí, sí, él era.
--¿Y el que dice que nuestros abuelos eran monos? Valiente mono mal
educado está él... pero, mujer, si ni siquiera viste de persona
decente.... Yo nunca le he visto el cuello de la camisa... ni
_chistera_...
Somoza volvió a las ocho de la noche; a pesar de la primavera médica, no
estaba tranquilo; miró la lengua a la enferma, le tomó el pulso, le
You have read 1 text from Spanish literature.
Next - La Regenta - 38
  • Parts
  • La Regenta - 01
    Total number of words is 4738
    Total number of unique words is 1824
    31.3 of words are in the 2000 most common words
    44.8 of words are in the 5000 most common words
    52.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 02
    Total number of words is 4832
    Total number of unique words is 1726
    32.5 of words are in the 2000 most common words
    46.4 of words are in the 5000 most common words
    54.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 03
    Total number of words is 4836
    Total number of unique words is 1790
    33.1 of words are in the 2000 most common words
    45.4 of words are in the 5000 most common words
    52.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 04
    Total number of words is 4747
    Total number of unique words is 1705
    32.8 of words are in the 2000 most common words
    45.0 of words are in the 5000 most common words
    51.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 05
    Total number of words is 4711
    Total number of unique words is 1595
    34.1 of words are in the 2000 most common words
    46.8 of words are in the 5000 most common words
    52.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 06
    Total number of words is 4885
    Total number of unique words is 1559
    35.3 of words are in the 2000 most common words
    48.3 of words are in the 5000 most common words
    55.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 07
    Total number of words is 4856
    Total number of unique words is 1699
    34.3 of words are in the 2000 most common words
    48.1 of words are in the 5000 most common words
    55.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 08
    Total number of words is 4848
    Total number of unique words is 1623
    35.2 of words are in the 2000 most common words
    48.8 of words are in the 5000 most common words
    55.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 09
    Total number of words is 4767
    Total number of unique words is 1594
    35.7 of words are in the 2000 most common words
    49.1 of words are in the 5000 most common words
    56.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 10
    Total number of words is 4785
    Total number of unique words is 1579
    37.6 of words are in the 2000 most common words
    49.4 of words are in the 5000 most common words
    54.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 11
    Total number of words is 4761
    Total number of unique words is 1665
    34.9 of words are in the 2000 most common words
    48.8 of words are in the 5000 most common words
    56.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 12
    Total number of words is 4718
    Total number of unique words is 1615
    33.8 of words are in the 2000 most common words
    46.9 of words are in the 5000 most common words
    53.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 13
    Total number of words is 4756
    Total number of unique words is 1592
    35.6 of words are in the 2000 most common words
    48.9 of words are in the 5000 most common words
    54.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 14
    Total number of words is 4668
    Total number of unique words is 1617
    35.4 of words are in the 2000 most common words
    48.4 of words are in the 5000 most common words
    55.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 15
    Total number of words is 4800
    Total number of unique words is 1689
    35.3 of words are in the 2000 most common words
    48.2 of words are in the 5000 most common words
    54.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 16
    Total number of words is 4807
    Total number of unique words is 1656
    35.4 of words are in the 2000 most common words
    49.1 of words are in the 5000 most common words
    55.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 17
    Total number of words is 4800
    Total number of unique words is 1694
    35.3 of words are in the 2000 most common words
    48.7 of words are in the 5000 most common words
    54.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 18
    Total number of words is 4773
    Total number of unique words is 1616
    36.2 of words are in the 2000 most common words
    49.0 of words are in the 5000 most common words
    54.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 19
    Total number of words is 4830
    Total number of unique words is 1699
    34.1 of words are in the 2000 most common words
    47.8 of words are in the 5000 most common words
    54.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 20
    Total number of words is 4768
    Total number of unique words is 1651
    36.6 of words are in the 2000 most common words
    50.1 of words are in the 5000 most common words
    57.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 21
    Total number of words is 4899
    Total number of unique words is 1556
    37.9 of words are in the 2000 most common words
    50.9 of words are in the 5000 most common words
    57.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 22
    Total number of words is 4809
    Total number of unique words is 1634
    36.2 of words are in the 2000 most common words
    48.3 of words are in the 5000 most common words
    54.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 23
    Total number of words is 4668
    Total number of unique words is 1636
    33.8 of words are in the 2000 most common words
    46.4 of words are in the 5000 most common words
    52.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 24
    Total number of words is 4737
    Total number of unique words is 1696
    34.5 of words are in the 2000 most common words
    47.5 of words are in the 5000 most common words
    54.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 25
    Total number of words is 4764
    Total number of unique words is 1556
    34.8 of words are in the 2000 most common words
    48.0 of words are in the 5000 most common words
    53.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 26
    Total number of words is 4765
    Total number of unique words is 1635
    33.8 of words are in the 2000 most common words
    47.9 of words are in the 5000 most common words
    54.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 27
    Total number of words is 4768
    Total number of unique words is 1600
    36.3 of words are in the 2000 most common words
    50.3 of words are in the 5000 most common words
    57.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 28
    Total number of words is 4780
    Total number of unique words is 1579
    34.6 of words are in the 2000 most common words
    46.8 of words are in the 5000 most common words
    52.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 29
    Total number of words is 5030
    Total number of unique words is 1525
    37.5 of words are in the 2000 most common words
    51.4 of words are in the 5000 most common words
    57.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 30
    Total number of words is 4989
    Total number of unique words is 1592
    35.7 of words are in the 2000 most common words
    49.7 of words are in the 5000 most common words
    56.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 31
    Total number of words is 4803
    Total number of unique words is 1659
    35.9 of words are in the 2000 most common words
    49.8 of words are in the 5000 most common words
    56.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 32
    Total number of words is 4840
    Total number of unique words is 1692
    35.8 of words are in the 2000 most common words
    48.8 of words are in the 5000 most common words
    56.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 33
    Total number of words is 4827
    Total number of unique words is 1680
    35.1 of words are in the 2000 most common words
    47.2 of words are in the 5000 most common words
    53.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 34
    Total number of words is 4749
    Total number of unique words is 1535
    38.0 of words are in the 2000 most common words
    50.6 of words are in the 5000 most common words
    56.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 35
    Total number of words is 4854
    Total number of unique words is 1544
    38.2 of words are in the 2000 most common words
    52.6 of words are in the 5000 most common words
    60.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 36
    Total number of words is 4774
    Total number of unique words is 1766
    32.3 of words are in the 2000 most common words
    47.3 of words are in the 5000 most common words
    54.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 37
    Total number of words is 4901
    Total number of unique words is 1636
    37.5 of words are in the 2000 most common words
    50.4 of words are in the 5000 most common words
    57.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 38
    Total number of words is 4850
    Total number of unique words is 1671
    34.4 of words are in the 2000 most common words
    49.0 of words are in the 5000 most common words
    55.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 39
    Total number of words is 4848
    Total number of unique words is 1654
    35.2 of words are in the 2000 most common words
    48.4 of words are in the 5000 most common words
    57.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 40
    Total number of words is 4784
    Total number of unique words is 1598
    35.6 of words are in the 2000 most common words
    47.5 of words are in the 5000 most common words
    55.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 41
    Total number of words is 4736
    Total number of unique words is 1700
    35.4 of words are in the 2000 most common words
    49.4 of words are in the 5000 most common words
    56.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 42
    Total number of words is 4766
    Total number of unique words is 1736
    34.1 of words are in the 2000 most common words
    48.6 of words are in the 5000 most common words
    54.5 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 43
    Total number of words is 4902
    Total number of unique words is 1701
    34.2 of words are in the 2000 most common words
    48.2 of words are in the 5000 most common words
    54.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 44
    Total number of words is 4860
    Total number of unique words is 1605
    36.1 of words are in the 2000 most common words
    49.4 of words are in the 5000 most common words
    56.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 45
    Total number of words is 4742
    Total number of unique words is 1671
    35.8 of words are in the 2000 most common words
    48.0 of words are in the 5000 most common words
    55.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 46
    Total number of words is 4750
    Total number of unique words is 1594
    34.5 of words are in the 2000 most common words
    47.7 of words are in the 5000 most common words
    54.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 47
    Total number of words is 4645
    Total number of unique words is 1583
    33.3 of words are in the 2000 most common words
    47.0 of words are in the 5000 most common words
    53.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 48
    Total number of words is 4862
    Total number of unique words is 1606
    34.2 of words are in the 2000 most common words
    48.0 of words are in the 5000 most common words
    55.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 49
    Total number of words is 4850
    Total number of unique words is 1531
    37.5 of words are in the 2000 most common words
    50.2 of words are in the 5000 most common words
    55.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 50
    Total number of words is 4863
    Total number of unique words is 1533
    38.5 of words are in the 2000 most common words
    52.2 of words are in the 5000 most common words
    58.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 51
    Total number of words is 4802
    Total number of unique words is 1599
    34.8 of words are in the 2000 most common words
    47.5 of words are in the 5000 most common words
    53.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 52
    Total number of words is 4829
    Total number of unique words is 1542
    37.6 of words are in the 2000 most common words
    51.6 of words are in the 5000 most common words
    58.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 53
    Total number of words is 4690
    Total number of unique words is 1591
    35.3 of words are in the 2000 most common words
    48.9 of words are in the 5000 most common words
    55.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 54
    Total number of words is 4816
    Total number of unique words is 1619
    36.5 of words are in the 2000 most common words
    49.2 of words are in the 5000 most common words
    55.5 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 55
    Total number of words is 4779
    Total number of unique words is 1668
    35.0 of words are in the 2000 most common words
    49.6 of words are in the 5000 most common words
    56.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 56
    Total number of words is 4739
    Total number of unique words is 1512
    36.1 of words are in the 2000 most common words
    48.5 of words are in the 5000 most common words
    56.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 57
    Total number of words is 4809
    Total number of unique words is 1545
    36.4 of words are in the 2000 most common words
    49.6 of words are in the 5000 most common words
    55.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 58
    Total number of words is 4843
    Total number of unique words is 1635
    35.9 of words are in the 2000 most common words
    50.6 of words are in the 5000 most common words
    56.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 59
    Total number of words is 4934
    Total number of unique words is 1442
    36.0 of words are in the 2000 most common words
    50.9 of words are in the 5000 most common words
    57.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 60
    Total number of words is 4918
    Total number of unique words is 1511
    37.3 of words are in the 2000 most common words
    50.5 of words are in the 5000 most common words
    58.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 61
    Total number of words is 4884
    Total number of unique words is 1567
    37.3 of words are in the 2000 most common words
    50.9 of words are in the 5000 most common words
    58.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 62
    Total number of words is 4908
    Total number of unique words is 1471
    37.7 of words are in the 2000 most common words
    50.7 of words are in the 5000 most common words
    57.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 63
    Total number of words is 4859
    Total number of unique words is 1478
    37.9 of words are in the 2000 most common words
    49.9 of words are in the 5000 most common words
    57.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 64
    Total number of words is 4791
    Total number of unique words is 1498
    37.6 of words are in the 2000 most common words
    52.4 of words are in the 5000 most common words
    58.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 65
    Total number of words is 854
    Total number of unique words is 389
    45.4 of words are in the 2000 most common words
    57.0 of words are in the 5000 most common words
    61.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.