La Regenta - 12

Total number of words is 4718
Total number of unique words is 1615
33.8 of words are in the 2000 most common words
46.9 of words are in the 5000 most common words
53.8 of words are in the 8000 most common words
Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
perseguir. En cuanto a las «infames que comerciaban con su cuerpo», como
decía Cármenes escribiendo de incógnito los fondos del _Lábaro_, ¿cómo
no habían de ser maltratadas, si diariamente se publicaban excitaciones
de este género en la prensa local?
Casi todos los días salía a luz una gacetilla que se titulaba, por
ejemplo: _¡Esas palomas!_ o _¡Fuego en ellas!_ y en una ocasión el
mismísimo don Saturnino Bermúdez escribió su gacetilla correspondiente
que se llamaba a secas: _Meretrices_, y acababa diciendo: «de la
impúdica _scortum_».
Volviendo al juego, si algún gobernador enérgico había amenazado a los
socios del Casino con darles un susto, los jugadores influyentes le
habían pronosticado una cesantía. Lo ordinario siempre fue que hiciese
la vista gorda, y no faltaron a veces subvenciones en la forma más
decorosa posible, como decían las partes contratantes. Los jugadores
vetustenses tenían una virtud: no trasnochaban. Eran hombres ocupados
que tenían que madrugar. Tal médico se recogía a las diez después de
perder las ganancias del día: se levantaba a las seis de la mañana,
recorría todo el pueblo entre charcos y entre lodo, desafiaba la nieve,
el granizo, el frío, el viento; y después de ímprobo trabajo, volvía,
como con una ofrenda ante el altar, a depositar sobre el tapete verde
las pesetas ganadas. Abogados, procuradores, escribanos, comerciantes,
industriales, empleados, propietarios, todos hacían lo mismo. En el
tresillo, en el gabinete de lectura, en el billar, en las salas de
conversación, de dominó y ajedrez, había siempre las mismas personas,
los aficionados respectivos; pero el cuarto del crimen era el lugar
donde se reunían todos los oficios, todas las edades, todas las ideas,
todos los gustos, todos los temperamentos.
No en balde se afirmaba que Vetusta se distinguía por su acendrado
patriotismo, su religiosidad y su afición a los juegos prohibidos. La
religiosidad y el patriotismo se explicaban por la historia; la afición
al juego por lo mucho que llovía en Vetusta. ¿Qué habían de hacer los
socios, si no se podía pasear? Por eso proponía don Pompeyo Guimarán, el
filósofo, que la catedral se convirtiera en paseo cubierto. «_¡Risum
teneatis!_» contestaba Cármenes en la gacetilla del _Lábaro_.
La religiosidad, aunque en la forma lamentable de la superstición, se
manifestaba en el mismo vicio de la tafurería. Se contaban en el Casino
portentos de credulidad de los jugadores más famosos. Un comerciante,
liberal y nada timorato, tenía depositados en la puerta de aquel centro
de recreo un par de zapatos viejos. Llegaba al Casino, calzaba los
zapatos de suela rota y subía a probar fortuna. Juraba que jamás
llevando botas nuevas le había favorecido la suerte. Venía a ser un
jugador de la orden de los descalzos. Entre su fe y cierta maliciosa
experiencia le daban ganancias seguras. Un año hizo una espléndida
novena a San Francisco, a la cual acudió toda _Vetusta edificada_, como
decía Bermúdez.
Después que Bedoya salía del Casino, pasando sin ser visto de los
porteros, que dormían suavemente, no quedaban allí más socios que ocho o
diez trasnochadores jurados. Pocos y siempre los mismos. Unos eran
personajes averiados que habían contraído la costumbre de trasnochar en
Madrid, otros elegantes y calaveras de Vetusta que los imitaban. Pero de
esta tertulia de última hora tendremos que hablar más adelante, porque a
ella asistían personajes importantes de esta historia.
Eran las tres y media de la tarde. Llovía. En la sala contigua al
gabinete viejo estaban los socios de costumbre, los que no jugaban a
nada y los seis que jugaban al ajedrez. Estos habían colocado el
respectivo tablero junto a un balcón, para tener más luz. En el fondo de
la sala parecía que iba a anochecer. Sobre una mesa de mármol brillaba
entre humo espeso de tabaco, como una estrella detrás de niebla, la
llama de una bujía que servía para dar lumbre a los cigarros. Ocultos en
la sombra de un rincón, alrededor de aquella mesa, arrellanados en un
diván unos, otros en mecedoras de paja, estaban media docena de socios
fundadores, que de tiempo inmemorial acudían a las tres en punto a tomar
café y copa. Hablaban poco. Ninguno se permitía jamás aventurar un
aserto que no pudiera ser admitido por unanimidad. Allí se juzgaba a los
hombres y los sucesos del día, pero sin apasionamiento; se condenaba,
sin ofenderle, a todo innovador, al que había hecho algo que saliese de
lo ordinario. Se elogiaba, sin gran entusiasmo, a los ciudadanos que
sabían ser comedidos, corteses e incapaces de exagerar cosa alguna.
Antes mentir que exagerar. Don Saturnino Bermúdez había recibido más de
una vez el homenaje de una admiración prudente en aquel círculo de
señores respetables. Pero en general preferían a esto hablar de
animales: v. gr., del instinto de algunos, como el perro y el elefante,
aunque siempre negándoles, por supuesto, la inteligencia: «el castor
fabrica hoy su vivienda lo mismo que en tiempo de Adán; no hay
inteligencia, es instinto». Hablaban también de la utilidad de otros
irracionales; el cerdo, del cual se aprovechaba todo, la vaca, el gato,
etc., etc. Y aún les parecía más interesante la conversación si se
refería a objetos inanimados. El derecho civil también les encantaba en
lo que atañe al parentesco y a la herencia. Pasaba un socio cualquiera,
y si no le conocía alguno de aquellos fundadores preguntaba:
--¿Quién es ese?--Ese es hijo de... nieto de... que casó con... que era
hermana de....
Y como las cerezas, salían enganchados por el parentesco casi todos los
vetustenses. Esta conversación terminaba siempre con una frase:
--Si se va a mirar, aquí todos somos algo parientes.
La meteorología tampoco faltaba nunca en los tópicos de las
conferencias. El viento que soplaba tenía siempre muy preocupados a los
socios beneméritos. El invierno actual siempre era más frío que todos
los que recordaban, menos uno.
También a veces se murmuraba un poco, pero con el mayor comedimiento,
sobre todo si se hablaba de clérigos, señoras o autoridades.
A pesar de la amenidad de tales conversaciones, el grupo de venerables
ancianos, con los que sólo había un joven y éste calvo, prefería al más
grato palique el silencio; y a él se consagraba principalmente aquella
especie de siesta que dormían despiertos. Casi siempre callaban.
No lejos de ellos, y por cierto molestándolos a veces no poco, había dos
o tres grupos de alborotadores, y a lo lejos se oía el antipático
estrépito del dominó, que habían desterrado de su sala los venerables.
Los del dominó eran siempre los mismos: un catedrático, dos ingenieros
civiles y un magistrado. Reían y gritaban mucho; se insultaban, pero
siempre en broma. Aquellos cuatro amigos, ligados por el seis doble,
hubieran vendido la ciencia, la justicia y las obras públicas por salvar
a cualquiera de la partida. En el salón de baile, donde no se permitía
jugar ni tomar café, se paseaban los señores de la Audiencia y otros
personajes, v. gr., el marqués de Vegallana, los días de mucha agua,
cuando él no podía dar sus paseos.
La animación estaba en los grupos de alborotadores antes citados.
--«Allí no se respetaba nada ni a nadie»--decían los viejos del
rincón.--Aunque estaban a dos pasos de ellos, rara vez se mezclaban las
conversaciones. Los ancianos callaban y juzgaban.
--¡Qué atolondramiento!--dijo un _venerable_ en voz baja.
--Observe usted,--le respondieron--que rara vez hablan de intereses
reales de la provincia.
--Únicamente cuando viene el señor Mesía....
--Oh, es que el señor Mesía... es otra cosa.
--Sí, es mucho hombre. Muy entendido en Hacienda y eso que llaman
Economía política.
--Yo también creo en la Economía política.
--Yo no creo, pero respeto mucho la memoria de Flórez Estrada, a quien
he conocido.
Todo menos disputar; en cuanto asomaba una discusión, se le echaba
tierra encima y a callar todos.
En la mesa de enfrente, gritaba un señor que había sido alcalde liberal
y era usurero con todos los sistemas políticos; malicioso, y enemigo de
los curas, porque así creía probar su liberalismo con poco trabajo.
--Pero, vamos a ver--decía--¿quién le ha asegurado a usted que el
Magistral no ha querido confesar a la Regenta?
--Me lo ha dicho quien vio por sus ojos a doña Anita entrar en la
capilla de don Fermín y a don Fermín salir sin saludar a la Regenta.
--Pues yo los he visto saludarse y hablar en el Espolón.
--Es verdad--gritó un tercero--yo también los vi. De Pas iba con el
Arcipreste y la Regenta con Visitación. Es más, el Magistral se puso muy
colorado.
--¡Hombre, hombre!--exclamó el ex-alcalde fingiendo escandalizarse.
--Pues yo sé más que todos ustedes--vociferó un pollo que imitaba a
Zamacois, a Luján, a Romea, el sobrino, a todos los actores cómicos de
Madrid, donde acababa de licenciarse en Medicina.
Bajó la voz, hizo una seña que significaba sigilo; todos los del corro
se acercaron a él, y con la mano puesta al lado de la boca, como una
mampara, dejando caer la silla en que estaba a caballo, hasta apoyar el
respaldo en la mesa, dijo:
--Me lo ha contado Paquito Vegallana; el Arcipreste, el célebre don
Cayetano, ha rogado a Anita que cambie de confesor, porque....
--¡Hombre, hombre! ¿qué sabes tú por qué?--interrumpió el enemigo del
clero--. ¡El secreto de la confesión!
--¡Bueno, bueno! Yo lo sé de buena tinta. Paquito me lo ha dicho.
Mesía--y bajó mucho más la voz--Mesía le pone varas a la Regenta.
Escándalo general. Murmullo en el rincón obscuro.
«Aquello era demasiado».
«Se podía murmurar, hablar sin fundamento, pero no tanto. Vaya por el
Magistral y el secreto de la confesión; ¡pero tocar a la Regenta! Era un
imprudente aquel sietemesino, sin duda».
--Señores, yo no digo que la Regenta tome varas, sino que Álvaro quiere
ponérselas; lo cual es muy distinto.
Todos negaron la probabilidad del aserto.
--Hombre... la Regenta... ¡es algo mucho!
El pollo se encogió de hombros.
--«Estaba seguro. Se lo había dicho el marquesito, el íntimo de Mesía».
--Y, vamos a ver--preguntó el señor Foja, el ex-alcalde--¿qué tiene que
ver eso de las varas que Mesía quiere poner a la Regenta con el
Magistral y la confesión?
No quería dejar su presa. No siempre en el Casino se podía hablar mal de
los curas.
--Pues tiene mucho que ver; porque el Arcipreste ha pedido auxilio al
otro; quiere dejarle la carga de la conciencia de la otra.
--Muchacho, muchacho, que te resbalas--advirtió el padre del
deslenguado, que estaba presente y admiraba la desfachatez de su hijo,
adquirida positivamente en Madrid, y muy a su costa.
--Quiero decir que Anita es muy cavilosa, como todos sabemos--y seguía
bajando la voz, y los demás acercándose, hasta formar un racimo de
cabezas, dignas de otra Campana de Huesca--es cavilosa y tal vez haya
notado las miradas... y demás ¿eh? del otro... y querrá curar en
salud... y el Arcipreste no está para casos de conciencia complicados, y
el Magistral sabe mucho de eso.
El corro no pudo menos de sonreír en señal de aprobación.
Al papá del maldiciente se le caía la baba, y guiñaba un ojo a un amigo.
No cabía duda que los chicos sólo en Madrid se despabilaban. Caro
cuesta, pero al fin se tocan los resultados.
El desparpajo del muchacho solía suscitar protestas, pero luego vencía
la elocuencia de sus maliciosos epigramas y del retintín manolesco de
sus gestos y acento.
Empezaba entonces el llamado género flamenco a ser de buen tono en
ciertos barrios del arte y en algunas sociedades. El mediquillo vestía
pantalón muy ajustado y combinaba sabiamente los cuernos que entonces se
llevaban sobre la frente con los mechones que los toreros echan sobre
las sienes. Su peinado parecía una peluca de marquetería.
Se llamaba Joaquín Orgaz y _se timaba_ con todas las niñas casaderas de
la población, lo cual quiere decir que las miraba con insistencia y
tenía el gusto de ser mirado por ellas. Había acabado la carrera aquel
año y su propósito era casarse cuanto antes con una muchacha rica. Ella
aportaría el dote y él su figura, el título de médico y sus habilidades
flamencas. No era tonto, pero la esclavitud de la moda le hacía parecer
más adocenado de lo que acaso fuera. Si en Madrid era uno de tantos, en
Vetusta no podía temer a más de cinco o seis rivales importadores de
semejantes maneras. En los meses de vacaciones aprovechaba el tiempo
buscando el trato de las familias ricas o nobles de Vetusta. Se había
hecho amigo íntimo de Paquito Vegallana y, aunque de lejos, algo le
tocaba del esplendor que irradiaba el célebre Mesía, flor y nata de los
elegantes de Vetusta. Orgaz le llamaba Álvaro por lo muy familiar que
era el trato de Paco y de Mesía, y como él tuteaba a Paquito... por eso.
Se animó Joaquín con el buen éxito de sus murmuraciones y sostuvo que
era cursi aquel respeto y admiración que inspiraba la Regenta.
--Es una mujer hermosa, hermosísima; si ustedes quieren, de talento,
digna de otro teatro, de volar más alto... si ustedes me apuran diré que
es una mujer superior--si hay mujeres así--pero al fin es mujer, _et
nihil humani_...
No sabía lo que significaba este latín, ni a dónde iba a parar, ni de
quién era, pero lo usaba siempre que se trataba de debilidades posibles.
Los socios rieron a carcajadas. «¡Hasta en latín sabe maldecir el
pillastre!», pensó el padre, más satisfecho cada vez de los sacrificios
que le costaba aquel enemigo.
Joaquinito, encarnado de placer, y un poco por el anís del mono que
había bebido, creyó del caso coronar el edificio de su gloria cantando
algo nuevo. Se puso en pie, estiró una pierna, giró sobre un tacón y
cantó, o _se_ cantó, como él decía:
Ábreme la puerta,
puerta del postigo....
--«Era preciso acabar con las preocupaciones del pueblo. ¡La Regenta!
¿Dejaría de ser de carne y hueso? Y Álvaro siempre había sido
irresistible...». Orgaz hijo suspendió el baile, que había emprendido
mientras hacía observaciones. En la sala vecina habían sonado unas
pisadas que hacían temblar el pavimento.
--Ahí está el inglés--dijo entre dientes el flamenco; y se puso un poco
pálido.
En efecto, era Ronzal. Pepe Ronzal--alias Trabuco, no se sabe por
qué--era natural de Pernueces, una aldea de la provincia. Hijo de un
ganadero rico, pudo hacer sus estudios, que ya se verá qué estudios
fueron, en la capital. Aficionado al monte, como Vinculete al tresillo,
desde la adolescencia, ni durante las vacaciones quería volver a
Pernueces, ganoso de no perder ni unas judías. No pudo concluir la
carrera. No bastó la tradicional benevolencia de los profesores para que
Trabuco consiguiera hacerse licenciado en ambos derechos.
Una vez le preguntaron en un examen:
--¿Qué es un testamento, hijo mío?
--Testamento... ello mismo lo dice, es el que hacen los difuntos.
Además de Trabuco le llamaban el Estudiante, por una antonomasia irónica
que él no comprendía.
Pasó el tiempo; murió el ganadero, Pepe Ronzal dejó de ser el
Estudiante, vendió tierras, se trasladó a la capital y empezó a ser
hombre político, no se sabe a punto fijo cómo ni por qué.
Ello fue que de una mesa de colegio electoral pasó a ser del
Ayuntamiento, y de concejal pasó a diputado provincial por Pernueces. Si
nunca pudo sacudir de sí la prístina ignorancia, en el andar, y en el
vestir y hasta en el saludar, fue consiguiendo paulatinos progresos, y
se necesitaba ser un poco antiguo en Vetusta para recordar todo lo
agreste que aquel hombre había sido. Desde el año de la Restauración en
adelante pasaba ya Ronzal por hombre de iniciativa, afortunado en amores
de cierto género y en negocios de quintas. Era muy decidido partidario
de las instituciones vigentes. Se peinaba por el modelo de los sellos y
las pesetas, y en cuanto al calzado lo usaba fortísimo, blindado. Creía
que esto le daba cierto aspecto de noble inglés.
--«Yo soy muy inglés en todas mis cosas--decía con énfasis--sobre todo
en las botas».
«_Militaba_» en el partido más reaccionario de los que turnaban en el
poder.
--«Dadme un pueblo sajón, decía, y seré liberal».
Más adelante fue liberal sin que le dieran el pueblo sajón, sino otra
cosa que no pertenece a esta historia.
Era alto, grueso y no mal formado; tenía la cabeza pequeña, redonda y la
frente estrecha; ojos montaraces, sin expresión, asustados, que no movía
siempre que quería, sino cuando podía. Hablar con Ronzal, verle a él
animado, decidor, disparatando con gran energía y entusiasmo, y notar
que sus ojos no se movían, ni expresaban nada de aquello, sino que
miraban fijos con el pasmo y la desconfianza de los animales del monte,
daba escalofríos.
Era de buen color moreno y tenía la pierna muy bien formada. En lo que
se había adelantado a su tiempo era en los pantalones, porque los traía
muy cortos. Siempre llevaba guantes, hiciera calor o frío, fuesen
oportunos o no. Para él siempre había el guante sido el distintivo de la
finura, como decía, del señorío, según decía también. Además, le sudaban
las manos.
Aborrecía lo que olía a plebe. Los _republicanitos_ tenían en él un
enemigo formidable. Un día de San Francisco no puso colgaduras en los
balcones del Casino el conserje. Ronzal, que era ya de la Junta, quiso
arrojar por uno de aquellos balcones al mísero dependiente.
--¡Señor--gritaba el conserje--si hoy es San Francisco de Paula!
--¿Qué importa, animal?--respondió Trabuco furioso--. ¡No hay Paula que
valga: en siendo San Francisco es día de gala y se cuelga!
Así entendía él que servía a las Instituciones.
Con rasgos como este fue haciéndose respetar poco a poco.
Lo que es cara a cara ya nadie se reía de él. No le faltó perspicacia
para comprender que el mundo daba mucho a las apariencias, y que en el
Casino pasaban por más sabios los que gritaban más, eran más tercos y
leían más periódicos del día. Y se dijo:
«Esto de la sabiduría es un complemento necesario. Seré sabio.
Afortunadamente tengo energía--tenía muy buenos puños--y a testarudo
nadie me gana, y disfruto de un pulmón como un manolito (monolito, por
supuesto.) Sin más que esto y leer _La Correspondencia_ seré el
Hipócrates de la provincia».
Hipócrates era el maestro de Platón, maestro al cual nunca llamó
Sócrates Trabuco, ni le hacía falta.
Desde entonces leyó periódicos y novelas de Pigault--Lebrun y Paul de
Kock, únicos libros que podía mirar sin dormirse acto continuo. Oía con
atención las conversaciones que le sonaban a sabiduría; y sobre todo
procuraba imponerse dando muchas voces y quedando siempre encima.
Si los argumentos del contrario le apuraban un poco, sacaba lo que no
puede llamarse el Cristo, porque era un _rotin_, y blandiéndolo gritaba:
--¡Y conste que yo sostendré esto en todos los terrenos! ¡en todos los
terrenos!
Y repetía lo de terreno cinco o seis veces para que el otro se fijara en
el tropo y en el garrote y se diera por vencido.
Comprendía que allí las discusiones de menos compromiso eran las de más
bulto y de cosas remotas, y así, era su fuerte la política exterior.
Cuanto más lejos estaba el país cuyos intereses se discutían, más le
convenía. En tal caso el peligro estaba en los _lapsus_ geográficos.
Solía confundir los países con los generales que mandaban los ejércitos
invasores. En cierta desgraciada polémica hubo de venir a las manos con
el capitán Bedoya que le negaba la existencia del general Sebastopol.
También creyó que su fama de hombre de talento se afianzaría probando
sus fuerzas en el ajedrez y aplicó a este juego mucha energía. Una tarde
que jugaba en presencia de varios socios y llevaba perdidas muchas
piezas, vio su salvación en convertir en reina un peoncillo.
--¡Este va a reina!--exclamó clavando con los suyos los ojos del
adversario.
--No puede ser.--¿Cómo que no puede ser?
Y el contrario, por instinto, retiró una pieza que estorbaba el paso del
peón que debía ir a reina.
--A reina va, y lo hago cuestión personal--añadió envalentonado Trabuco,
dándose un puñetazo en el pecho.
Y el contrario, sin querer, le dejó otra casilla libre.
Y así, de una en otra, jugándose la vida en todas ellas, convirtió el
peón en reina, y ganó el juego el enérgico diputado provincial de
Pernueces.


--VII--

Estas y otras calidades distinguían a Pepe Ronzal, a quien Joaquinito
Orgaz tenía mucho miedo. Tal vez sabía el de Pernueces que Joaquín
imitaba perfectamente sus disparates y manera de decirlos. Además,
Ronzal aborrecía a don Álvaro Mesía y a cuantos le alababan y eran
amigos suyos. Joaquín era uña y carne del Marquesito--el hijo del
marqués de Vegallana--y este el amigo íntimo de don Álvaro.
--Buenas tardes, señores--dijo Ronzal sentándose en el corro.
Dejó los guantes sobre la mesa, pidió café y se puso a mirar de hito en
hito a Joaquín, que hubiera querido hacerse invisible.
--¿De quién se murmura, pollo?--preguntó el diputado dando una palmada
en el muslo no muy lucido del sietemesino.
Para piernas, Ronzal. En efecto, las estiró al lado de las del joven
para que pudiesen comparar aquellos señores. Joaquín contestó:--De
nadie. Y encogió los hombros.--No lo creo. Estos madrileñitos siempre
tienen algo que decir de los infelices provincianos.
--Así es la verdad--dijo el ex-alcalde--. Su amigo de usted el Provisor,
era hoy la víctima.
Ronzal se puso serio.--¡Hola!--dijo--¿también _espifor_? (Espíritu
fuerte en el francés de Trabuco.)
--Se trataba--añadió Foja--de las varas que toma o no toma cierta dama,
hasta hoy muy respetada, y de los refuerzos espirituales que su
atribulada conciencia busca o no busca en la dirección moral de don
Fermín.... ¡Je, je!...
Ronzal no entendía.--A ver, a ver; exijo que se hable claro.
Joaquinito miró a su papá como pidiendo auxilio.
El señor Orgaz se atrevió a murmurar:
--Hombre, eso de exigir...--Sí, señor; exigir. ¡Y hago la cuestión
personal!
--Pero ¿qué es lo que usted exige?--preguntó el muchacho agotando su
valor en este rasgo de energía.
--Exijo lo que tengo derecho a exigir, eso es; y repito que hago la
cuestión personal.
--¿Pero qué cuestión?
--¡Esa! Joaquinito volvió a encogerse de hombros, pálido como un muerto.
Comprendió que el tener razón era allí lo de menos. A Ronzal ya le
echaban chispas los ojos montaraces. Se había embrollado y esto era lo
que más le irritaba siempre, perder el discurso a lo mejor.
--¡Sí, señor, esa cuestión; y quiero que se hable claro!
Ni él mismo sabía lo que exigía.
Foja se encargó de poner las cosas claras.
--El señor Ronzal quiere que se le explique si se piensa que es él quien
pone las varas que esa señora toma o deja de tomar.
--¡Eso es!--dijo Ronzal, que no pensaba en tal cosa, pero que se sintió
halagado con la suposición.
--Quiero saber--añadió--si se piensa que yo soy capaz de poner en tela
de juicio la virtud de esa señora tan respetable....
--Pero ¿qué señora?
--Esa, don Joaquinito, esa; y de mí no se burla nadie.
La disputa se acaloró; tuvieron que intervenir los señores venerables
del rincón obscuro; tan grave fue el incidente. Se pusieron por
unanimidad de parte del señor Ronzal, si bien reconocían que se enfadaba
demasiado. Le explicaron el caso, pues aún no había dejado que le
enterasen. No se trataba de Ronzal. Se había dicho allí con más o menos
prudencia, que el señor Magistral iba a ser en adelante el confesor de
la señora doña Ana de Ozores de Quintanar, porque esta ilustre y
virtuosísima dama, huyendo de las asechanzas de un galán, que no era el
señor Ronzal....
--Es Mesía--interrumpió Joaquín.
--Pues miente quien tal diga--gritó Trabuco muy disgustado con la
noticia--. Y ese señor don Juan Tenorio puede llamar a otra puerta, que
la Regenta es una fortaleza inexpugnable. Y en cuanto al que trae tales
cuentos a un establecimiento público....
--El Casino no es un establecimiento público--interrumpió Foja.
--Y se hablaba entre amigos, en confianza--añadió Orgaz, padre.--Y
eso del don Juan Tenorio vaya usted a decírselo a Mesía--gritó Orgaz
hijo desde la puerta, dispuesto a echar a correr si la pulla ponía fuera
de sí al bárbaro de Pernueces.
No hubo tal cosa. Se puso como un tomate Trabuco, pero no se movió, y
dijo:
--¡Ni Mesía ni San Mesía me asustan a mí! y yo lo que digo, lo digo cara
a cara y a la faz del mundo, _surbicesorbi_ (a la ciudad y al mundo en
el latín ronzalesco.) No parece sino que don Alvarito se come los niños
crudos, y que todas las mujeres se le...--y dijo una atrocidad que
escandalizó a los señores del rincón obscuro.
--¡Silencio!--se atrevió a decir bajando la voz Joaquinito, sin dejar la
puerta.
--¿Cómo silencio? A mí nadie... ¡caballerito!
Se oyó una carcajada sonora, retumbante, que heló la sangre del fogoso
Ronzal. No cabía duda, era la carcajada de Mesía. Estaba hablando con
los señores del dominó en la sala contigua. Le acompañaban Paco
Vegallana y don Frutos Redondo. Llegaron a donde estaba Ronzal. Este
había vuelto a sentarse y se quejaba de que se le había enfriado el
café, que tomaba a pequeños sorbos. Había hecho una seña a los del
corro. Quería decir que callaba por pura discreción.
Don Álvaro Mesía era más alto que Ronzal y mucho más esbelto. Se vestía
en París y solía ir él mismo a tomarse las medidas. Ronzal encargaba la
ropa a Madrid; por cada traje le pedían el valor de tres y nunca le
sentaban bien las levitas. Siempre iba a la penúltima moda. Mesía iba
muchas veces a Madrid y al extranjero. Aunque era de Vetusta, no tenía
el acento del país. Ronzal parecía gallego cuando quería pronunciar en
perfecto castellano. Mesía hablaba en francés, en italiano y un poco en
inglés. El diputado por Pernueces tenía soberana envidia al Presidente
del Casino.
Ningún vetustense le parecía superior al hijo de su madre ni por el
valor, ni por la elegancia ni por la fortuna con las damas, ni por el
prestigio político, si se exceptuaba a don Álvaro. Trabuco tenía que
confesarse inferior a este que era su bello ideal. Ante su fantasía el
Presidente del Casino era todo un hombre de novela y hasta de poema.
Creíale más valiente que el Cid, más diestro en las armas que el Zuavo,
su figura le parecía un figurín intachable, aquella ropa el eterno
modelo de la ropa; y en cuanto a la fama que don Álvaro gozaba de audaz
e irresistible conquistador, reputábala auténtica y el más envidiable
patrimonio que pudiera codiciar un hombre amigo de divertirse en este
pícaro mundo. Aunque pasaba la vida propalando los rumores maliciosos
que corrían acerca del origen de la regular fortuna que se atribuía al
Presidente, él, Ronzal, no creía que ni un solo céntimo hubiese
adquirido de mala fe.
Ronzal era reaccionario dentro de la dinastía y Mesía, dinástico
también, figuraba como jefe del partido liberal de Vetusta que acataba
las Instituciones. En todas partes le veía enfrente, pero vencedor.
Mandaban los de Ronzal, este era diputado de la comisión permanente, y
sin embargo, entraba don Álvaro en la Diputación, y él quedaba en la
sombra; no era Mesía de la casa, tenía allí una exigua minoría, y desde
el portero al Presidente todos se le quitaban el sombrero, y don Álvaro
para aquí, y don Álvaro para allá; y no había alcalde de don Álvaro que
no viese aprobadas sus cuentas, ni quinto de Mesía que no estuviera
enfermo de muerte, ni en fin, expediente que él moviese que no volara.
¡Y sobre todo las mujeres! Muchas veces en el teatro, cuando todo el
público fijaba la atención en el escenario, un espectador, Ronzal, desde
la platea del proscenio clavaba la mirada en el elegante Mesía, aquel
_gallo_ rubio, pálido, de ojos pardos, fríos casi siempre, pero
candentes para dar hechizos a una mujer. Aquella pechera, aquel
_plastón_ (como decía Ronzal) inimitable, de un brillo que no sabían
sacar en Vetusta, que no venía en las camisas de Madrid, atraía los ojos
del diputado provincial como la luz a las mariposas. Atribuía
You have read 1 text from Spanish literature.
Next - La Regenta - 13
  • Parts
  • La Regenta - 01
    Total number of words is 4738
    Total number of unique words is 1824
    31.3 of words are in the 2000 most common words
    44.8 of words are in the 5000 most common words
    52.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 02
    Total number of words is 4832
    Total number of unique words is 1726
    32.5 of words are in the 2000 most common words
    46.4 of words are in the 5000 most common words
    54.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 03
    Total number of words is 4836
    Total number of unique words is 1790
    33.1 of words are in the 2000 most common words
    45.4 of words are in the 5000 most common words
    52.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 04
    Total number of words is 4747
    Total number of unique words is 1705
    32.8 of words are in the 2000 most common words
    45.0 of words are in the 5000 most common words
    51.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 05
    Total number of words is 4711
    Total number of unique words is 1595
    34.1 of words are in the 2000 most common words
    46.8 of words are in the 5000 most common words
    52.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 06
    Total number of words is 4885
    Total number of unique words is 1559
    35.3 of words are in the 2000 most common words
    48.3 of words are in the 5000 most common words
    55.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 07
    Total number of words is 4856
    Total number of unique words is 1699
    34.3 of words are in the 2000 most common words
    48.1 of words are in the 5000 most common words
    55.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 08
    Total number of words is 4848
    Total number of unique words is 1623
    35.2 of words are in the 2000 most common words
    48.8 of words are in the 5000 most common words
    55.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 09
    Total number of words is 4767
    Total number of unique words is 1594
    35.7 of words are in the 2000 most common words
    49.1 of words are in the 5000 most common words
    56.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 10
    Total number of words is 4785
    Total number of unique words is 1579
    37.6 of words are in the 2000 most common words
    49.4 of words are in the 5000 most common words
    54.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 11
    Total number of words is 4761
    Total number of unique words is 1665
    34.9 of words are in the 2000 most common words
    48.8 of words are in the 5000 most common words
    56.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 12
    Total number of words is 4718
    Total number of unique words is 1615
    33.8 of words are in the 2000 most common words
    46.9 of words are in the 5000 most common words
    53.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 13
    Total number of words is 4756
    Total number of unique words is 1592
    35.6 of words are in the 2000 most common words
    48.9 of words are in the 5000 most common words
    54.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 14
    Total number of words is 4668
    Total number of unique words is 1617
    35.4 of words are in the 2000 most common words
    48.4 of words are in the 5000 most common words
    55.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 15
    Total number of words is 4800
    Total number of unique words is 1689
    35.3 of words are in the 2000 most common words
    48.2 of words are in the 5000 most common words
    54.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 16
    Total number of words is 4807
    Total number of unique words is 1656
    35.4 of words are in the 2000 most common words
    49.1 of words are in the 5000 most common words
    55.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 17
    Total number of words is 4800
    Total number of unique words is 1694
    35.3 of words are in the 2000 most common words
    48.7 of words are in the 5000 most common words
    54.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 18
    Total number of words is 4773
    Total number of unique words is 1616
    36.2 of words are in the 2000 most common words
    49.0 of words are in the 5000 most common words
    54.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 19
    Total number of words is 4830
    Total number of unique words is 1699
    34.1 of words are in the 2000 most common words
    47.8 of words are in the 5000 most common words
    54.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 20
    Total number of words is 4768
    Total number of unique words is 1651
    36.6 of words are in the 2000 most common words
    50.1 of words are in the 5000 most common words
    57.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 21
    Total number of words is 4899
    Total number of unique words is 1556
    37.9 of words are in the 2000 most common words
    50.9 of words are in the 5000 most common words
    57.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 22
    Total number of words is 4809
    Total number of unique words is 1634
    36.2 of words are in the 2000 most common words
    48.3 of words are in the 5000 most common words
    54.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 23
    Total number of words is 4668
    Total number of unique words is 1636
    33.8 of words are in the 2000 most common words
    46.4 of words are in the 5000 most common words
    52.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 24
    Total number of words is 4737
    Total number of unique words is 1696
    34.5 of words are in the 2000 most common words
    47.5 of words are in the 5000 most common words
    54.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 25
    Total number of words is 4764
    Total number of unique words is 1556
    34.8 of words are in the 2000 most common words
    48.0 of words are in the 5000 most common words
    53.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 26
    Total number of words is 4765
    Total number of unique words is 1635
    33.8 of words are in the 2000 most common words
    47.9 of words are in the 5000 most common words
    54.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 27
    Total number of words is 4768
    Total number of unique words is 1600
    36.3 of words are in the 2000 most common words
    50.3 of words are in the 5000 most common words
    57.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 28
    Total number of words is 4780
    Total number of unique words is 1579
    34.6 of words are in the 2000 most common words
    46.8 of words are in the 5000 most common words
    52.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 29
    Total number of words is 5030
    Total number of unique words is 1525
    37.5 of words are in the 2000 most common words
    51.4 of words are in the 5000 most common words
    57.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 30
    Total number of words is 4989
    Total number of unique words is 1592
    35.7 of words are in the 2000 most common words
    49.7 of words are in the 5000 most common words
    56.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 31
    Total number of words is 4803
    Total number of unique words is 1659
    35.9 of words are in the 2000 most common words
    49.8 of words are in the 5000 most common words
    56.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 32
    Total number of words is 4840
    Total number of unique words is 1692
    35.8 of words are in the 2000 most common words
    48.8 of words are in the 5000 most common words
    56.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 33
    Total number of words is 4827
    Total number of unique words is 1680
    35.1 of words are in the 2000 most common words
    47.2 of words are in the 5000 most common words
    53.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 34
    Total number of words is 4749
    Total number of unique words is 1535
    38.0 of words are in the 2000 most common words
    50.6 of words are in the 5000 most common words
    56.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 35
    Total number of words is 4854
    Total number of unique words is 1544
    38.2 of words are in the 2000 most common words
    52.6 of words are in the 5000 most common words
    60.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 36
    Total number of words is 4774
    Total number of unique words is 1766
    32.3 of words are in the 2000 most common words
    47.3 of words are in the 5000 most common words
    54.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 37
    Total number of words is 4901
    Total number of unique words is 1636
    37.5 of words are in the 2000 most common words
    50.4 of words are in the 5000 most common words
    57.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 38
    Total number of words is 4850
    Total number of unique words is 1671
    34.4 of words are in the 2000 most common words
    49.0 of words are in the 5000 most common words
    55.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 39
    Total number of words is 4848
    Total number of unique words is 1654
    35.2 of words are in the 2000 most common words
    48.4 of words are in the 5000 most common words
    57.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 40
    Total number of words is 4784
    Total number of unique words is 1598
    35.6 of words are in the 2000 most common words
    47.5 of words are in the 5000 most common words
    55.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 41
    Total number of words is 4736
    Total number of unique words is 1700
    35.4 of words are in the 2000 most common words
    49.4 of words are in the 5000 most common words
    56.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 42
    Total number of words is 4766
    Total number of unique words is 1736
    34.1 of words are in the 2000 most common words
    48.6 of words are in the 5000 most common words
    54.5 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 43
    Total number of words is 4902
    Total number of unique words is 1701
    34.2 of words are in the 2000 most common words
    48.2 of words are in the 5000 most common words
    54.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 44
    Total number of words is 4860
    Total number of unique words is 1605
    36.1 of words are in the 2000 most common words
    49.4 of words are in the 5000 most common words
    56.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 45
    Total number of words is 4742
    Total number of unique words is 1671
    35.8 of words are in the 2000 most common words
    48.0 of words are in the 5000 most common words
    55.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 46
    Total number of words is 4750
    Total number of unique words is 1594
    34.5 of words are in the 2000 most common words
    47.7 of words are in the 5000 most common words
    54.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 47
    Total number of words is 4645
    Total number of unique words is 1583
    33.3 of words are in the 2000 most common words
    47.0 of words are in the 5000 most common words
    53.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 48
    Total number of words is 4862
    Total number of unique words is 1606
    34.2 of words are in the 2000 most common words
    48.0 of words are in the 5000 most common words
    55.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 49
    Total number of words is 4850
    Total number of unique words is 1531
    37.5 of words are in the 2000 most common words
    50.2 of words are in the 5000 most common words
    55.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 50
    Total number of words is 4863
    Total number of unique words is 1533
    38.5 of words are in the 2000 most common words
    52.2 of words are in the 5000 most common words
    58.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 51
    Total number of words is 4802
    Total number of unique words is 1599
    34.8 of words are in the 2000 most common words
    47.5 of words are in the 5000 most common words
    53.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 52
    Total number of words is 4829
    Total number of unique words is 1542
    37.6 of words are in the 2000 most common words
    51.6 of words are in the 5000 most common words
    58.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 53
    Total number of words is 4690
    Total number of unique words is 1591
    35.3 of words are in the 2000 most common words
    48.9 of words are in the 5000 most common words
    55.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 54
    Total number of words is 4816
    Total number of unique words is 1619
    36.5 of words are in the 2000 most common words
    49.2 of words are in the 5000 most common words
    55.5 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 55
    Total number of words is 4779
    Total number of unique words is 1668
    35.0 of words are in the 2000 most common words
    49.6 of words are in the 5000 most common words
    56.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 56
    Total number of words is 4739
    Total number of unique words is 1512
    36.1 of words are in the 2000 most common words
    48.5 of words are in the 5000 most common words
    56.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 57
    Total number of words is 4809
    Total number of unique words is 1545
    36.4 of words are in the 2000 most common words
    49.6 of words are in the 5000 most common words
    55.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 58
    Total number of words is 4843
    Total number of unique words is 1635
    35.9 of words are in the 2000 most common words
    50.6 of words are in the 5000 most common words
    56.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 59
    Total number of words is 4934
    Total number of unique words is 1442
    36.0 of words are in the 2000 most common words
    50.9 of words are in the 5000 most common words
    57.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 60
    Total number of words is 4918
    Total number of unique words is 1511
    37.3 of words are in the 2000 most common words
    50.5 of words are in the 5000 most common words
    58.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 61
    Total number of words is 4884
    Total number of unique words is 1567
    37.3 of words are in the 2000 most common words
    50.9 of words are in the 5000 most common words
    58.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 62
    Total number of words is 4908
    Total number of unique words is 1471
    37.7 of words are in the 2000 most common words
    50.7 of words are in the 5000 most common words
    57.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 63
    Total number of words is 4859
    Total number of unique words is 1478
    37.9 of words are in the 2000 most common words
    49.9 of words are in the 5000 most common words
    57.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 64
    Total number of words is 4791
    Total number of unique words is 1498
    37.6 of words are in the 2000 most common words
    52.4 of words are in the 5000 most common words
    58.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 65
    Total number of words is 854
    Total number of unique words is 389
    45.4 of words are in the 2000 most common words
    57.0 of words are in the 5000 most common words
    61.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.