La Regenta - 33

Total number of words is 4827
Total number of unique words is 1680
35.1 of words are in the 2000 most common words
47.2 of words are in the 5000 most common words
53.4 of words are in the 8000 most common words
Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
Obdulia meditaba poco lo que decía, hablaba siempre aturdida, por
máquina, pensando en otra cosa; iba sacándole filo a la calumnia sin
sospecharlo. Además el mayor crimen que podía haber en la Regenta, y no
creía ella que a tanto llegase, era seguir la corriente. «En Madrid y en
el extranjero, esto es el pan nuestro de cada día; pero en Vetusta
fingen que se escandalizan de ciertas libertades de la moda, las mismas
que se las toman de tapadillo, entre sustos y miedos, sin gracia, del
modo cursi como aquí se hace todo. ¡Pero qué se puede esperar de unas
mujeres que no se bañan, ni usan las esponjas más que para lavar a los
_bebés_!». Obdulia, cuando hablaba con algún forastero, desahogaba su
desprecio describiendo la hipocresía anticuada y la suciedad de las
mujeres de Vetusta.
--«Créame usted, repetía, no sabe su cuerpo lo que es una esponja, se
lavan como gatas y se la pegan al marido como en tiempo del rey que
rabió. ¡Cuánta porquería y cuánta ignorancia!».
Ana, acostumbrada muchos años hacía, a la mirada curiosa, insistente y
fría del público, no reparaba casi nunca en el efecto que producía su
entrada en la iglesia, en el paseo, en el teatro. Pero la noche de aquel
día de Todos los Santos, recibió como agradable incienso el tributo
espontáneo de admiración; y no vio en él como otras veces, curiosidad
estúpida, ni envidia ni malicia. Desde la aparición de don Álvaro en la
plaza, el humor de Ana había cambiado, pasando de la aridez y el hastío
negro y frío, a una región de luz y calor que bañaban y penetraban todas
las cosas: aquellas bruscas transformaciones del ánimo, las atribuía
supersticiosamente a una voluntad superior, que regía la marcha de los
sucesos preparándolos, como experto autor de comedias, según convenía al
destino de los seres. Esta idea que no aplicaba con entera fe a los
demás, la creía evidente en lo que a ella misma le importaba; estaba
segura de que Dios le daba de cuando en cuando avisos, le presentaba
coincidencias para que ella aprovechase ocasiones, oyese lecciones y
consejos. Tal vez era esto lo más profundo en la fe religiosa de Ana;
creía en una atención directa, ostensible y singular de Dios a los actos
de su vida, a su destino, a sus dolores y placeres; sin esta creencia no
hubiera sabido resistir las contrariedades de una existencia triste,
sosa, descaminada, inútil. Aquellos ocho años vividos al lado de un
hombre que ella creía vulgar, bueno de la manera más molesta del mundo,
maniático, insustancial; aquellos ocho años de juventud sin amor, sin
fuego de pasión alguna, sin más atractivo que tentaciones efímeras,
rechazadas al aparecer, creía que no hubiera podido sufrirlos a no
pensar que Dios se los había mandado para probar el temple de su alma y
tener en qué fundar la predilección con que la miraba. Se creía en sus
momentos de fe egoísta, admirada por el Ojo invisible de la Providencia.
El que todo lo ve y la veía a ella, estaba satisfecho, y la vanidad de
la Regenta necesitaba esta convicción para no dejarse llevar de otros
instintos, de otras voces que arrancándola de sus abstracciones, le
presentaban imágenes plásticas de objetos del mundo, amables, llenas de
vida y de calor.
Cuando descubrió en el confesonario del Magistral un _alma hermana_, un
espíritu _supra-vetustense_ capaz de llevarla por un camino de flores y
de estrellas a la región luciente de la virtud, también creyó Ana que el
hallazgo se lo debía a Dios, y como aviso celestial pensaba
aprovecharlo.
Ahora, al sentir revolución repentina en las entrañas en presencia de un
gallardo jinete, que venía a turbar con las corvetas de su caballo, el
silencio triste de un día de marasmo, la Regenta no vaciló en creer lo
que le decían voces interiores de independencia, amor, alegría,
voluptuosidad pura, bella, digna de las almas grandes. Sus horas de
rebelión nunca habían sido tan seguidas. Desde aquella tarde ningún
momento había dejado de pensar lo mismo; que era absurdo que la vida
pasase como una muerte, que el amor era un derecho de la juventud, que
Vetusta era un lodazal de vulgaridades, que su marido era una especie de
tutor muy respetable, a quien ella sólo debía la honra del cuerpo, no el
fondo de su espíritu que era una especie de subsuelo, que él no
sospechaba siquiera que existiese; de aquello que don Víctor llamaba los
nervios, asesorado por el doctor don Robustiano Somoza, y que era el
fondo de su ser, lo más suyo, lo que ella era, en suma, de aquello no
tenía que darle cuenta. «Amaré, lo amaré todo, lloraré de amor, soñaré
como quiera y con quien quiera; no pecará mi cuerpo, pero el alma la
tendré anegada en el placer de sentir esas cosas prohibidas por quien no
es capaz de comprenderlas». Estos pensamientos, que sentía Ana volar por
su cerebro como un torbellino, sin poder contenerlos, como si fuesen
voces de otro que retumbaban allí, la llenaban de un terror que la
encantaba. Si algo en ella temía el engaño, veía el sofisma debajo de
aquella gárrula turba de ideas sublevadas, que reclamaban supuestos
derechos, Ana procuraba ahogarlo, y como engañándose a sí misma, la
voluntad tomaba la resolución cobarde, egoísta, de «_dejarse ir_».
Así llegó al teatro. Había cedido a los ruegos de D. Álvaro y de D.
Víctor sin saber cómo; temiendo que aquello era una cita y una promesa;
y sin embargo iba. Cuando se vio sola delante del espejo en su tocador,
se le figuró que la Ana de enfrente le pedía cuentas; y formulando su
pensamiento en períodos completos dentro del cerebro, se dijo:
--«Bueno, voy; pero es claro que si voy me comprometo con mi honra a no
dejar que ese hombre adquiera sobre mí derecho alguno; no sé lo que
pasará allí, no sé hasta qué punto alcanza este aliento de libertad que
ha venido de repente a inundar la sequedad de dentro; pero el ir yo al
teatro es prueba de que allí no ha de haber pacto alguno que ofenda al
decoro; no saldré de allí con menos honor que tengo».
Y después de pensar y resolver esto, se vistió y se peinó lo mejor que
supo, y no volvió a poner en tela de juicio puntos de honra, peligros,
ni compromisos de los que D. Víctor tanto gustaba ver en versos de
Calderón y de Moreto.
El palco de Vegallana era una platea contigua a la del proscenio, que en
Vetusta llamaban bolsa, porque la separa un tabique de las otras y queda
aparte, algo escondida. La bolsa de enfrente--izquierda del actor--,
era la de Mesía y otros elegantes del Casino; algunos banqueros, un
título y dos americanos, de los cuales el principal era D. Frutos
Redondo, sin duda alguna. Don Frutos no perdía función; a este le
gustaba el verso, «el verso y tente tieso» como él decía, y se declaraba
a sí mismo, con la autoridad de sus millones de pesos, _inteligente de
primera fuerza_, en achaques de comedias y dramas. «¡No veo la tostada!»
decía D. Frutos, que había aprendido esta frase poco culta y poco
inteligible en los artículos de fondo de un periódico serio. «No veo la
tostada», decía, refiriéndose a cualquier comedia en que no había una
lección moral, o por lo menos no la había al alcance de Redondo; y en no
viendo él la tostada, condenaba al autor y hasta decía que defraudaba a
los espectadores, haciéndoles perder un tiempo precioso. De todas partes
quería sacar provecho don Frutos, y prueba de ello es que decía, por
ejemplo:
«Que Manrique se enamora de Leonor, y que el conde también se enamora, y
se la disputan hasta que ella y el perdulario del poeta amén de la
gitana, se van al otro barrio, ¿y qué? ¿qué enseña eso? ¿qué vamos
aprendiendo? ¿qué voy yo ganando con eso? Nada».
A pesar de D. Frutos y sus altercados de crítica dramática, la bolsa de
D. Álvaro, que así se llamaba en todas partes, era la más _distinguida_,
la que más atraía las miradas de las mamás y de las niñas y también las
de los pollos vetustenses que no podían aspirar a la honra de ser
abonados en aquel rincón aristocrático, elegante, donde se reunían los
_hombres de mundo_ (en Vetusta el mundo se andaba pronto) presididos por
el jefe del partido liberal dinástico. La mayor parte de los allí
congregados, habían vivido en Madrid algún tiempo y todavía imitaban
costumbres, modales y gestos que habían observado allá. Así es que a
semejanza de los socios de un club madrileño, hablaban a gritos en su
palco, conversaban con los cómicos a veces, decían galanterías o
desvergüenzas a coristas y bailarinas, y se burlaban de los grandes
ideales románticos que pasaban por la escena, mal vestidos, pero llenos
de poesía. Todos eran escépticos en materia de moral doméstica, no
creían en virtud de mujer nacida--salvo D. Frutos, que conservaba
frescas sus creencias--, y despreciaban el amor consagrándose con toda
el alma, o mejor, con todo el cuerpo, a los amoríos; creían que un
hombre de mundo no puede vivir sin querida, y todos la tenían, más o
menos barata; las cómicas eran la carnaza que preferían para tragar el
anzuelo de la lujuria rebozado con la vanidad de imitar costumbres
corrompidas de pueblos grandes. Bailarinas de desecho, cantatrices
inválidas, matronas del género serio demasiado sentimentales en su
juventud pretérita, eran perseguidas, obsequiadas, regaladas y hasta
aburridas por aquellos seductores de campanario, incapaces los más de
intentar una aventura sin el amparo de su bolsillo o sin contar con los
humores herpéticos de la dama perseguida, o cualquier otra enfermedad
física o moral que la hiciesen fácil, traída y llevada.
El único conquistador serio del bando era D. Álvaro y todos le
envidiaban tanto como admiraban su fortuna y hermosa estampa. Pero nadie
como Pepe Ronzal, alias Trabuco y antes El Estudiante, abonado de la
bolsa de enfrente, la vecina al palco de Vegallana. Trabuco era el
núcleo de la que se llamaba _la otra bolsa_ y había procurado rivalizar
en elegancia, _sans façon_ y _mundo_ con los de Mesía. Pero a su palco
concurrían _elementos heterogéneos_, muchos de los cuales lo echaban
todo a perder; y no eran escépticos sino cínicos, ni seductores más o
menos auténticos, sino compradores de carne humana. Los abonados de esta
_otra bolsa_ eran Ronzal, Foja, Páez (que además tenía palco para su
hija), Bedoya, un escribano famoso por su lujuria que le costaba mucho
dinero, por su arte para descubrir vírgenes en las aldeas y por sus
buenas relaciones con todas las Celestinas del pueblo; un escultor no
comprendido, que no colocaba sus estatuas y se dedicaba a especulaciones
de arqueólogo embustero; el juez de primera instancia, que se dividía a
sí mismo en dos entidades, 1.º el juez, incorruptible, intratable,
puerco-espín sin pizca de educación, y 2.º el hombre de sociedad,
perseguidor de casadas de mala fama, consuelo de todas las que lloraban
desengaños de amores desgraciados; y tres o cuatro vejetes verdes del
partido conservador, concejales, que todo lo convertían en política.
Pero si estos eran los que pagaban el palco, a él concurrían cuantos
socios del Casino tenían amistad con cualquiera de ellos. Ronzal había
protestado varias veces.--¡Señores, parece esto la _cazuela_! había
dicho a menudo, pero en balde. Allí iba Joaquinito Orgaz, y cuantos
sietemesinos madrileños pasaban por Vetusta, y hasta los que habían
nacido y crecido en el pueblo y no lucían más que un barniz de la corte.
Y como la bolsa del _otro_ era respetada y sólo se atrevían a visitarla
personas de posición, a Ronzal le llevaban los diablos. Desde su bolsa
hasta se arrojaban perros-chicos a la escena, para exagerar la falta de
compostura de los de enfrente. Algunos insolentes fumaban allí a vista
del público y dejaban caer bolas de papel sobre alguna respetable calva
de la orquesta. De vez en cuando les llamaban al orden desde el paraíso
o desde las butacas, pero ellos despreciaban a la multitud y la miraban
con aires de desafío. Hablaban con los amigos que ocupaban las bolsas
de los palcos principales, y hacían señas ostentosas y nada pulcras a
ciertas señoritas cursis que no se casaban nunca y vivían una juventud
eterna, siempre alegres, siempre estrepitosas y siempre desdeñando las
preocupaciones del recato. Estas damas eran pocas; la mayoría pecaban
por el extremo de la seriedad insulsa, y en cuanto se veían expuestas a
la contemplación del público, tomaban gestos y posturas de estatuas
egipcias de la primera época.
Cuando había estreno de algún drama o comedia muy aplaudidos en Madrid,
en el palco de Ronzal se discutía a grito pelado y solía predominar el
criterio de un acendrado provincialismo, que parecía allí lo más natural
tratándose de arte. No había salido de Vetusta ningún dramaturgo
ilustre, y por lo mismo se miraba con ojeriza a los de fuera. Eso de que
Madrid se quisiera imponer en todo, no lo toleraban en la bolsa de
Ronzal. Se llegó en alguna ocasión a declarar que se despreciaba la
comedia porque los madrileños la habían aplaudido mucho, y «en Vetusta
no se admitían imposiciones de nadie», no se seguía un juicio hecho. La
ópera, la ópera era el delirio de aquellos escribanos y concejales:
pagaban un dineral por oír un cuarteto que a ellos se les antojaba
contratado en el cielo y que sonaba como sillas y mesas arrastradas por
el suelo con motivo de un desestero.
--¡Se acuerdan ustedes de la Pallavicini! ¡Qué voz de arcángel!--decía
Foja, socarrón, escéptico en todo, pero creyente fanático en la música
de los cuartetos de ópera de lance.
--¡Oh, como el barítono Battistini, yo no he oído nada!--respondía el
escribano, que estimaba la voz de barítono, por lo _varonil_, más que
la del tenor y la del bajo.
--Pues más varonil es la del bajo--decía Foja.
--No lo crea usted. ¿Y usted qué dice, Ronzal?
--Yo... distingo... si el bajo es cantante.... Pero a mí no me vengan
ustedes con música... ¿saben ustedes lo que yo digo? «Que la música es
el ruido que menos me incomoda.... ¡Ja! ¡ja! ¡ja! Además, para tenor ahí
tenemos a Castelar... ¡ja! ¡ja! ¡ja!».
El escribano reía también el chiste y los concejales sonreían, no por la
gracia, si no por la intención.
Aunque el palco de los Marqueses tocaba con el de Ronzal, pocas veces
los abonados del último se atrevían a entablar conversación con los
Vegallana o quien allí estuviera convidado. Además de que el tabique
intermedio dificultaba la conversación, los más no se atrevían, de
hecho, a dar por no existente una diferencia de clases de que en teoría
muchos se burlaban.
«Todos somos iguale, decían muchos burgueses de Vetusta, la nobleza ya
no es nadie, ahora todo lo puede el dinero, el talento, el valor, etc.,
etc.»; pero a pesar de tanta alharaca, a los más se les conocía hasta en
su falso desprecio que participaban desde abajo de las preocupaciones
que mantenían los nobles desde arriba.
En cambio los de la bolsa de don Álvaro saludaban a los Vegallana;
sonreían a la Marquesa, asestaban los gemelos a Edelmira y hacían señas
al Marqués, y a Paco, que solían visitar aquel rincón _comm'il faut_.
También esto lo envidiaba Ronzal, que era amigo político de Vegallana;
pero trataba poco a la Marquesa.
--¡Es demasiado borrico!--decía doña Rufina cuando le hablaban de
Trabuco; y procuraba tenerle alejado tratándole con frialdad
ceremoniosa.
Ronzal se vengaba diciendo que la Marquesa era republicana y que
escribía en _La Flaca_ de Barcelona, y que había sido una cualquier cosa
en su juventud. Estas calumnias le servían de desahogo y si le
preguntaban el motivo de su inquina, contestaba: «Señores, yo me debo a
la causa que defiendo, y veo con tristeza, con grande, con profunda
tristeza que esa señora, la Marquesa, doña Rufina, _en una palabra_,
desacredita el partido conservador-dinástico de Vetusta».
Después de saborear el tributo de admiración del público, Ana miró a la
bolsa de Mesía. Allí estaba él, reluciente, armado de aquella pechera
blanquísima y tersa, la envidia de las envidias de Trabuco. En aquel
momento don Juan Tenorio arrancaba la careta del rostro de su venerable
padre; Ana tuvo que mirar entonces a la escena, porque la inaudita
demasía de don Juan había producido buen efecto en el público del
paraíso que aplaudía entusiasmado. Perales, el imitador de Calvo,
saludaba con modesto ademán algo sorprendido de que se le aplaudiese en
escena que no era de empeño.
--¡Mire usted el pueblo!--dijo un concejal de la _otra bolsa_,
volviéndose a Foja, el ex-alcalde liberal.
--¿Qué tiene el pueblo?
--¡Que es un majadero! Aplaude la gran felonía de arrancar la careta a
un enmascarado....
--Que resulta padre--añadió Ronzal--; circunstancia agravante.
--El hombre abandonado a sus instintos es naturalmente inmoral, y como
el pueblo no tiene educación....
El juez aprobó con la cabeza, sin separar los ojos de los gemelos con
que apuntaba a Obdulia, vestida de negro y rojo y sentada sobre tres
almohadones en un palco contiguo al de Mesía.
Ana empezó a hacerse cargo del drama en el momento en que Perales decía
con un desdén gracioso y elegante:
Son pláticas de familia
de las que nunca hice caso...
Era el cómico alto, rubio--aquella noche--flexible, elegante y suelto,
lucía buena pierna, y le sentaba de perlas el traje fantástico, con
pretensiones de arqueológico, que ceñía su figura esbelta. Don Víctor
estaba enamorado de Perales; él no había visto a Calvo y el imitador le
parecía excelente intérprete de las comedias de capa y espada. Le había
oído decir con énfasis musical las décimas de _La vida es sueño_, le
había admirado en _El desdén con el desdén_, declamando con soltura y
gran meneo de brazos y piernas las sutiles razones que comienzan así:
Y porque veáis que es error
que haya en el mundo quien crea
que el que quiere lisonjea,
escuchad lo que es amor.
y concluyen:
A su propia conveniencia
dirige amor su fatiga,
luego es clara consecuencia
que ni con amor se obliga
ni con su correspondencia.
Y don Víctor le reputaba excelentísimo cómico. No paró hasta que se lo
presentaron; y a su casa le hubiera hecho ir si su mujer fuera otra. En
general don Víctor envidiaba a todo el que dejaba ver la contera de una
espada debajo de una capa de grana, aunque fuese en las tablas y sólo de
noche. Conoció que Anita contemplaba con gusto los ademanes y la figura
de don Juan y se acercó a ella el buen Quintanar diciéndole al oído con
voz trémula por la emoción:
--¿Verdad, hijita, que es un buen mozo? ¡Y qué movimientos tan
artísticos de brazo y pierna!... Dicen que eso es falso, que los hombres
no andamos así... ¡Pero debiéramos andar! y así seguramente andaríamos y
gesticularíamos los españoles en el siglo de oro, cuando éramos dueños
del mundo; esto ya lo decía más alto para que lo oyeran todos los
presentes. Bueno estaría que ahora que vamos a perder a Cuba, resto de
nuestras grandezas, nos diéramos esos aires de señores y midiéramos el
paso....
La Regenta no oía a su marido; el drama empezaba a interesarla de veras;
cuando cayó el telón, quedó con gran curiosidad y deseó saber en qué
paraba la apuesta de don Juan y Mejía.
En el primer entreacto D. Álvaro no se movió de su asiento; de cuando en
cuando miraba a la Regenta, pero con suma discreción y prudencia, que
ella notó y le agradeció. Dos o tres veces se sonrieron y sólo la última
vez que tal osaron, sorprendió aquella correspondencia Pepe Ronzal, que,
como siempre, seguía la pista a los telégrafos de su aborrecido y
admirado modelo.
Trabuco se propuso redoblar su atención, observar mucho y ser una tumba,
callar como un muerto. «¡Pero aquello era grave, muy grave!». Y la
envidia se lo comía.
Empezó el segundo acto y D. Álvaro notó que por aquella noche tenía un
poderoso rival: el drama. Anita comenzó a comprender y sentir el valor
artístico del D. Juan emprendedor, loco, valiente y trapacero de
Zorrilla; a ella también la fascinaba como a la doncella de doña Ana de
Pantoja, y a la Trotaconventos que ofrecía el amor de Sor Inés como una
mercancía.... La calle obscura, estrecha, la esquina, la reja de doña
Ana... los desvelos de Ciutti, las trazas de D. Juan; la arrogancia de
Mejía; la traición _interina_ del Burlador, que no necesitaba, por una
sola vez, dar pruebas de valor; los preparativos diabólicos de la gran
aventura, del asalto del convento, llegaron al alma de la Regenta con
todo el vigor y frescura dramáticos que tienen y que muchos no saben
apreciar o porque conocen el drama desde antes de tener criterio para
saborearle y ya no les impresiona, o porque tienen el gusto de madera de
tinteros; Ana estaba admirada de la poesía que andaba por aquellas
callejas de lienzo, que ella transformaba en sólidos edificios de otra
edad; y admiraba no menos el desdén con que se veía y oía todo aquello
desde palcos y butacas; aquella noche el paraíso, alegre, entusiasmado,
le parecía mucho más inteligente y culto que el _señorío_ vetustense.
Ana se sentía transportada a la época de D. Juan, que se figuraba como
el vago romanticismo arqueológico quiere que haya sido; y entonces
volviendo al egoísmo de sus sentimientos, deploraba no haber nacido
cuatro o cinco siglos antes.... «Tal vez en aquella época fuera
divertida la existencia en Vetusta; habría entonces conventos poblados
de nobles y hermosas damas, amantes atrevidos, serenatas de Trovadores
en las callejas y postigos; aquellas tristes, sucias y estrechas plazas
y calles tendrían, como ahora, aspecto feo, pero las llenaría la poesía
del tiempo, y las fachadas ennegrecidas por la humedad, las rejas de
hierro, los soportales sombríos, las tinieblas de las rinconadas en las
noches sin luna, el fanatismo de los habitantes, las venganzas de
vecindad, todo sería dramático, digno del verso de un Zorrilla; y no
como ahora suciedad, prosa, fealdad desnuda». Comparar aquella Edad
media soñada--ella colocaba a D. Juan Tenorio en la Edad media por culpa
de Perales--con los espectadores que la rodeaban a ella en aquel
instante, era un triste despertar. Capas negras y pardas, sombreros de
copa alta absurdos, horrorosos... todo triste, todo negro, todo
desmañado, sin expresión... frío... hasta D. Álvaro parecíale entonces
mezclado con la prosa común. ¡Cuánto más le hubiera admirado con el
ferreruelo, la gorra y el jubón y el calzón de punto de Perales!...
Desde aquel momento vistió a su adorador con los arreos del cómico, y a
este en cuanto volvió a la escena le dio el gesto y las facciones de
Mesía, sin quitarle el propio andar, la voz dulce y melódica y demás
cualidades artísticas.
El tercer acto fue una revelación de poesía apasionada para doña Ana. Al
ver a doña Inés en su celda, sintió la Regenta escalofríos; la novicia
se parecía a ella; Ana lo conoció al mismo tiempo que el público; hubo
un murmullo de admiración y muchos espectadores se atrevieron a volver
el rostro al palco de Vegallana con disimulo. La González era cómica por
amor; se había enamorado de Perales, que la había robado; casados en
secreto, recorrían después todas las provincias, y para ayuda del
presupuesto conyugal la enamorada joven, que era hija de padres ricos,
se decidió a pisar las tablas; imitaba a quien Perales la había mandado
imitar, pero en algunas ocasiones se atrevía a ser original y hacía
excelentes papeles de virgen amante. Era muy guapa, y con el hábito
blanco de novicia, la cabeza prisionera de la rígida toca, muy coloradas
las mejillas, lucientes los ojos, los labios hechos fuego, las manos en
postura hierática y la modestia y castidad más límpida en toda la
figura, interesaba profundamente. Decía los versos de doña Inés con voz
cristalina y trémula, y en los momentos de ceguera amorosa se dejaba
llevar por la pasión cierta--porque se trataba de su marido--y llegaba a
un realismo poético que ni Perales ni la mayor parte del público eran
capaces de apreciar en lo mucho que valía.
Doña Ana sí; clavados los ojos en la hija del Comendador, olvidada de
todo lo que estaba fuera de la escena, bebió con ansiedad toda la poesía
de aquella celda casta en que se estaba filtrando el amor por las
paredes. «¡Pero esto es divino!» dijo volviéndose hacia su marido,
mientras pasaba la lengua por los labios secos. La carta de don Juan
escondida en el libro devoto, leída con voz temblorosa primero, con
terror supersticioso después, por doña Inés, mientras Brígida acercaba
su bujía al papel; la proximidad casi sobrenatural de Tenorio, el
espanto que sus hechizos supuestos producen en la novicia que ya cree
sentirlos, todo, todo lo que pasaba allí y lo que ella adivinaba,
producía en Ana un efecto de magia poética, y le costaba trabajo
contener las lágrimas que se le agolpaban a los ojos.
«¡Ay! sí, el amor era aquello, un filtro, una atmósfera de fuego, una
locura mística; huir de él era imposible; imposible gozar mayor ventura
que saborearle con todos sus venenos. Ana se comparaba con la hija del
Comendador; el caserón de los Ozores era su convento, su marido la regla
estrecha de hastío y frialdad en que ya había profesado ocho años
hacía... y don Juan... ¡don Juan aquel Mesía que también se filtraba
por las paredes, aparecía por milagro y llenaba el aire con su
presencia!».
Entre el acto tercero y el cuarto don Álvaro vino al palco de los
marqueses.
Ana al darle la mano tuvo miedo de que él se atreviera a apretarla un
poco, pero no hubo tal; dio aquel tirón enérgico que él siempre daba,
siguiendo la moda que en Madrid empezaba entonces; pero no apretó. Se
sentó a su lado, eso sí, y al poco rato hablaban aislados de la
conversación general.
Don Víctor había salido a los pasillos a fumar y disputar con los
pollastres vetustenses que despreciaban el romanticismo y citaban a
Dumas y Sardou, repitiendo lo que habían oído en la corte.
Ana, sin dar tiempo a don Álvaro para buscar buena embocadura a la
conversación, dejó caer sobre la prosaica imaginación del petimetre, el
chorro abundante de poesía que había bebido en el poema gallardo,
fresco, exuberante de hermosura y color del maestro Zorrilla.
La pobre Regenta estuvo elocuente; se figuró que el jefe del partido
liberal dinástico la entendía, que no era como aquellos vetustenses de
cal y canto que hasta se sonreían con lástima al oír tantos versos
«bonitos, sonorosos, pero sin miga», según aseguró don Frutos en el
palco de la marquesa.
A Mesía le extrañó y hasta disgustó el entusiasmo de Ana. ¡Hablar del
_Don Juan Tenorio_ como si se tratase de un estreno! ¡Si el _Don Juan_
de Zorrilla ya sólo servía para hacer parodias!... No fue posible tratar
cosa de provecho, y el tenorio vetustense procuró ponerse en la cuerda
de su amiga y hacerse el sentimental disimulado, como los hay en las
comedias y en las novelas de Feuillet: mucho _sprit_ que oculta un
corazón de oro que se esconde por miedo a las espinas de la realidad...
esto era el colmo de la _distinción_ según lo entendía don Álvaro, y así
procuró aquella noche presentarse a la Regenta, a quien «estaba visto
que había que enamorar por todo lo alto».
Ana que se dejaba devorar por los ojos grises del seductor y le enseñaba
sin pestañear los suyos, dulces y apasionados, no pudo en su exaltación
notar el amaneramiento, la falsedad del idealismo copiado de su
interlocutor; apenas le oía, hablaba ella sin cesar, creía que lo que
estaba diciendo él coincidía con las propias ideas; este espejismo del
entusiasmo vidente, que suele aparecer en tales casos, fue lo que valió
a don Álvaro aquella noche. También le sirvió mucho su hermosura varonil
y noble, ayudada por la expresión de su pasioncilla, en aquel momento
irritada. Además el rostro del buen mozo, sobre ser correcto, tenía una
expresión espiritual y melancólica, que era puramente de apariencia;
combinación de líneas y sombras, algo también las huellas de una vida
malgastada en el vicio y el amor.--Cuando comenzó el cuarto acto, Ana
puso un dedo en la boca y sonriendo a don Álvaro le dijo:
--¡Ahora, silencio! Bastante hemos charlado... déjeme usted oír.
--Es que... no sé... si debo despedirme....
--No... no... ¿por qué?--respondió ella, arrepentida al instante de
haberlo dicho.
--No sé si estorbaré, si habrá sitio....
--Sitio sí, porque Quintanar está en la bolsa de ustedes... mírele
usted.
Era verdad; estaba allí disputando con don Frutos, que insistía en que
You have read 1 text from Spanish literature.
Next - La Regenta - 34
  • Parts
  • La Regenta - 01
    Total number of words is 4738
    Total number of unique words is 1824
    31.3 of words are in the 2000 most common words
    44.8 of words are in the 5000 most common words
    52.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 02
    Total number of words is 4832
    Total number of unique words is 1726
    32.5 of words are in the 2000 most common words
    46.4 of words are in the 5000 most common words
    54.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 03
    Total number of words is 4836
    Total number of unique words is 1790
    33.1 of words are in the 2000 most common words
    45.4 of words are in the 5000 most common words
    52.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 04
    Total number of words is 4747
    Total number of unique words is 1705
    32.8 of words are in the 2000 most common words
    45.0 of words are in the 5000 most common words
    51.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 05
    Total number of words is 4711
    Total number of unique words is 1595
    34.1 of words are in the 2000 most common words
    46.8 of words are in the 5000 most common words
    52.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 06
    Total number of words is 4885
    Total number of unique words is 1559
    35.3 of words are in the 2000 most common words
    48.3 of words are in the 5000 most common words
    55.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 07
    Total number of words is 4856
    Total number of unique words is 1699
    34.3 of words are in the 2000 most common words
    48.1 of words are in the 5000 most common words
    55.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 08
    Total number of words is 4848
    Total number of unique words is 1623
    35.2 of words are in the 2000 most common words
    48.8 of words are in the 5000 most common words
    55.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 09
    Total number of words is 4767
    Total number of unique words is 1594
    35.7 of words are in the 2000 most common words
    49.1 of words are in the 5000 most common words
    56.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 10
    Total number of words is 4785
    Total number of unique words is 1579
    37.6 of words are in the 2000 most common words
    49.4 of words are in the 5000 most common words
    54.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 11
    Total number of words is 4761
    Total number of unique words is 1665
    34.9 of words are in the 2000 most common words
    48.8 of words are in the 5000 most common words
    56.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 12
    Total number of words is 4718
    Total number of unique words is 1615
    33.8 of words are in the 2000 most common words
    46.9 of words are in the 5000 most common words
    53.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 13
    Total number of words is 4756
    Total number of unique words is 1592
    35.6 of words are in the 2000 most common words
    48.9 of words are in the 5000 most common words
    54.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 14
    Total number of words is 4668
    Total number of unique words is 1617
    35.4 of words are in the 2000 most common words
    48.4 of words are in the 5000 most common words
    55.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 15
    Total number of words is 4800
    Total number of unique words is 1689
    35.3 of words are in the 2000 most common words
    48.2 of words are in the 5000 most common words
    54.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 16
    Total number of words is 4807
    Total number of unique words is 1656
    35.4 of words are in the 2000 most common words
    49.1 of words are in the 5000 most common words
    55.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 17
    Total number of words is 4800
    Total number of unique words is 1694
    35.3 of words are in the 2000 most common words
    48.7 of words are in the 5000 most common words
    54.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 18
    Total number of words is 4773
    Total number of unique words is 1616
    36.2 of words are in the 2000 most common words
    49.0 of words are in the 5000 most common words
    54.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 19
    Total number of words is 4830
    Total number of unique words is 1699
    34.1 of words are in the 2000 most common words
    47.8 of words are in the 5000 most common words
    54.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 20
    Total number of words is 4768
    Total number of unique words is 1651
    36.6 of words are in the 2000 most common words
    50.1 of words are in the 5000 most common words
    57.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 21
    Total number of words is 4899
    Total number of unique words is 1556
    37.9 of words are in the 2000 most common words
    50.9 of words are in the 5000 most common words
    57.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 22
    Total number of words is 4809
    Total number of unique words is 1634
    36.2 of words are in the 2000 most common words
    48.3 of words are in the 5000 most common words
    54.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 23
    Total number of words is 4668
    Total number of unique words is 1636
    33.8 of words are in the 2000 most common words
    46.4 of words are in the 5000 most common words
    52.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 24
    Total number of words is 4737
    Total number of unique words is 1696
    34.5 of words are in the 2000 most common words
    47.5 of words are in the 5000 most common words
    54.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 25
    Total number of words is 4764
    Total number of unique words is 1556
    34.8 of words are in the 2000 most common words
    48.0 of words are in the 5000 most common words
    53.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 26
    Total number of words is 4765
    Total number of unique words is 1635
    33.8 of words are in the 2000 most common words
    47.9 of words are in the 5000 most common words
    54.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 27
    Total number of words is 4768
    Total number of unique words is 1600
    36.3 of words are in the 2000 most common words
    50.3 of words are in the 5000 most common words
    57.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 28
    Total number of words is 4780
    Total number of unique words is 1579
    34.6 of words are in the 2000 most common words
    46.8 of words are in the 5000 most common words
    52.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 29
    Total number of words is 5030
    Total number of unique words is 1525
    37.5 of words are in the 2000 most common words
    51.4 of words are in the 5000 most common words
    57.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 30
    Total number of words is 4989
    Total number of unique words is 1592
    35.7 of words are in the 2000 most common words
    49.7 of words are in the 5000 most common words
    56.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 31
    Total number of words is 4803
    Total number of unique words is 1659
    35.9 of words are in the 2000 most common words
    49.8 of words are in the 5000 most common words
    56.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 32
    Total number of words is 4840
    Total number of unique words is 1692
    35.8 of words are in the 2000 most common words
    48.8 of words are in the 5000 most common words
    56.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 33
    Total number of words is 4827
    Total number of unique words is 1680
    35.1 of words are in the 2000 most common words
    47.2 of words are in the 5000 most common words
    53.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 34
    Total number of words is 4749
    Total number of unique words is 1535
    38.0 of words are in the 2000 most common words
    50.6 of words are in the 5000 most common words
    56.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 35
    Total number of words is 4854
    Total number of unique words is 1544
    38.2 of words are in the 2000 most common words
    52.6 of words are in the 5000 most common words
    60.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 36
    Total number of words is 4774
    Total number of unique words is 1766
    32.3 of words are in the 2000 most common words
    47.3 of words are in the 5000 most common words
    54.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 37
    Total number of words is 4901
    Total number of unique words is 1636
    37.5 of words are in the 2000 most common words
    50.4 of words are in the 5000 most common words
    57.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 38
    Total number of words is 4850
    Total number of unique words is 1671
    34.4 of words are in the 2000 most common words
    49.0 of words are in the 5000 most common words
    55.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 39
    Total number of words is 4848
    Total number of unique words is 1654
    35.2 of words are in the 2000 most common words
    48.4 of words are in the 5000 most common words
    57.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 40
    Total number of words is 4784
    Total number of unique words is 1598
    35.6 of words are in the 2000 most common words
    47.5 of words are in the 5000 most common words
    55.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 41
    Total number of words is 4736
    Total number of unique words is 1700
    35.4 of words are in the 2000 most common words
    49.4 of words are in the 5000 most common words
    56.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 42
    Total number of words is 4766
    Total number of unique words is 1736
    34.1 of words are in the 2000 most common words
    48.6 of words are in the 5000 most common words
    54.5 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 43
    Total number of words is 4902
    Total number of unique words is 1701
    34.2 of words are in the 2000 most common words
    48.2 of words are in the 5000 most common words
    54.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 44
    Total number of words is 4860
    Total number of unique words is 1605
    36.1 of words are in the 2000 most common words
    49.4 of words are in the 5000 most common words
    56.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 45
    Total number of words is 4742
    Total number of unique words is 1671
    35.8 of words are in the 2000 most common words
    48.0 of words are in the 5000 most common words
    55.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 46
    Total number of words is 4750
    Total number of unique words is 1594
    34.5 of words are in the 2000 most common words
    47.7 of words are in the 5000 most common words
    54.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 47
    Total number of words is 4645
    Total number of unique words is 1583
    33.3 of words are in the 2000 most common words
    47.0 of words are in the 5000 most common words
    53.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 48
    Total number of words is 4862
    Total number of unique words is 1606
    34.2 of words are in the 2000 most common words
    48.0 of words are in the 5000 most common words
    55.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 49
    Total number of words is 4850
    Total number of unique words is 1531
    37.5 of words are in the 2000 most common words
    50.2 of words are in the 5000 most common words
    55.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 50
    Total number of words is 4863
    Total number of unique words is 1533
    38.5 of words are in the 2000 most common words
    52.2 of words are in the 5000 most common words
    58.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 51
    Total number of words is 4802
    Total number of unique words is 1599
    34.8 of words are in the 2000 most common words
    47.5 of words are in the 5000 most common words
    53.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 52
    Total number of words is 4829
    Total number of unique words is 1542
    37.6 of words are in the 2000 most common words
    51.6 of words are in the 5000 most common words
    58.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 53
    Total number of words is 4690
    Total number of unique words is 1591
    35.3 of words are in the 2000 most common words
    48.9 of words are in the 5000 most common words
    55.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 54
    Total number of words is 4816
    Total number of unique words is 1619
    36.5 of words are in the 2000 most common words
    49.2 of words are in the 5000 most common words
    55.5 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 55
    Total number of words is 4779
    Total number of unique words is 1668
    35.0 of words are in the 2000 most common words
    49.6 of words are in the 5000 most common words
    56.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 56
    Total number of words is 4739
    Total number of unique words is 1512
    36.1 of words are in the 2000 most common words
    48.5 of words are in the 5000 most common words
    56.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 57
    Total number of words is 4809
    Total number of unique words is 1545
    36.4 of words are in the 2000 most common words
    49.6 of words are in the 5000 most common words
    55.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 58
    Total number of words is 4843
    Total number of unique words is 1635
    35.9 of words are in the 2000 most common words
    50.6 of words are in the 5000 most common words
    56.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 59
    Total number of words is 4934
    Total number of unique words is 1442
    36.0 of words are in the 2000 most common words
    50.9 of words are in the 5000 most common words
    57.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 60
    Total number of words is 4918
    Total number of unique words is 1511
    37.3 of words are in the 2000 most common words
    50.5 of words are in the 5000 most common words
    58.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 61
    Total number of words is 4884
    Total number of unique words is 1567
    37.3 of words are in the 2000 most common words
    50.9 of words are in the 5000 most common words
    58.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 62
    Total number of words is 4908
    Total number of unique words is 1471
    37.7 of words are in the 2000 most common words
    50.7 of words are in the 5000 most common words
    57.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 63
    Total number of words is 4859
    Total number of unique words is 1478
    37.9 of words are in the 2000 most common words
    49.9 of words are in the 5000 most common words
    57.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 64
    Total number of words is 4791
    Total number of unique words is 1498
    37.6 of words are in the 2000 most common words
    52.4 of words are in the 5000 most common words
    58.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • La Regenta - 65
    Total number of words is 854
    Total number of unique words is 389
    45.4 of words are in the 2000 most common words
    57.0 of words are in the 5000 most common words
    61.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.