Historia de Venezuela, Tomo II - 22

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del principe Don Hernando se le auia dado, el qual lo torno hazetar y
usar como solia.
El fraile, al fin, fue a surxir aquel puerto donde el traidor auia sido
auisado y tenia puestas sus espias y zentinelas, los quales, como muy
leales traidores, luego por la posta dieron auiso dello a su caudillo y
capitan, que no deuio de holgarse mucho con la nueua, ni aun della
rredundo mucho prouecho, sino harto daño.


CAPITULO ZYNQUENTA Y OCHO
Como mato Aguirre a Don Juan, gouernador de la Margarita, y a otros con
el, y la causa porque.

Con esta nueua de auer surxido el nauio en el puerto de las Piedras,
andaua Lope de Aguirre muy negociado y argulloso[393], aperciuiendo la
mayor parte de sus soldados para yr con ellos a rreceuir al fraile y a
los demas que con el uenian, lo qual solecitaua y hazia con muchos
generos de blasfemias y palabras ereticas contra Dios nuestro Señor y
contra sus santos.
Ya que tenia aperceuida la jente para el efeto dicho, acordo que hera
bien prendallos en alguna manera, de suerte que tuuiesen temor de
desanparalle a el y pasarse al Rrey, para el qual efeto, no sin consejo
y persuacion de sus soldados, le parecio que el mejor medio que para
esto podia tener, hera matar a Don Juan de Billandrando y a Manuel
Rodriguez, alcalde, y a Don Cosme de Leon, alguazil mayor, y a un
Cazeres, rregidor, y otro Juan Rodriguez, criado del Gouernador, que son
los que auia tenido sienpre presos; y determinandose de hazello assi, ya
despues de anochezido, mando questos caualleros, questauan en un quarto
alto de la fortaleza, los uajasen en vna camara uaja, los quales,
sospechando el efeto de su mouimiento, yban muy tristes y atemorizados,
y biendoles asi Lope de Aguirre, les comenzo a consolar con fynxidas
palabras, diziendoles que perdiesen el temor que tenian de sus uidas, y
questuuiesen confiados, que les prometia y daua su fee y palabra que
aunque el fraile trujese consigo mas soldados que carbones y arboles
auia en la Margarita--que no ay otra cosa hen ella--y se conuatiesen con
el y en la batalla muriesen todos sus conpañeros, que ninguno de los que
alli estauan presos peligraria ni muriria por ello, y que el se lo
aseguraua y hazia cierto y lo cunpliria como quyen el hera, que se le
podia vien creher; y con esto que les dijo los consolo alguna cosa y se
salio de aquel aposento uajo donde los avia metido. Mas como Aguirre era
traidor en todo y por todo, tenia la propiedad tal que jamas cunplio
cosa que prometio, y quando mas alagos y ofertas y promesas hazia a vno,
hera para dar con mas breuedad al traues con el y quytalle la uida, como
lo hizo con estos caualleros.
Hecho esto, dende a poco espazio, sin dar a entender lo que queria
hazer, mando a todos los uezinos y mugeres que tenia presos que se
fuesen a sus casas, para que no entendiesen ni uiesen lo que el queria
efetuar, y asi se fueron todos a sus casas.
Muchos soldados de los que en la Margarita estauan con Aguirre a esta
sazon, an afyrmado que la causa prinzypal por donde este traidor se
mouio a querer matar a estos caualleros, fue vn Gonzalo Hernandez,
portugues, de su propia conpañia, que le dijo Aguirre que Don Juan con
los demas presos se querian alzar contra el y avian enuiado ziertos
mensajeros y arcabuzes al fraile para que saltase en tierra e hiziese
muestra con su jente; y que yndinado por esto, y por otra parte con el
temor que tenia al frayle y a los que con el uenian y por prendar a sus
soldados, como se a dicho, se determino de hazer esta tan gran crueldad.
Pasado, pues, muy gran rrato de la noche quel traidor Aguirre,
pareciendole que hera tiempo mas acomado[394] para hello, mando a un
Francisco de Carrion, mestizo, su alguazil, que con ciertos soldados
fuese y diese garrote a Don Juan de Billandrando, gouernador, y a los
demas que con el estauan, los quales, tomando para este efeto ciertos
negros con cordeles y garrotes, se auajaron a la camara donde estauan, y
entrando dentro, les dijeron que se encomendasen a Dios y tuuiesen la
contricion que como cristianos deuian tener, porque abian de morir. Don
Juan, que todauia estaua confiado de la palabra que Aguirre les auia
dado, les respondieron que como hera aquello, que poco auia que se auia
ydo de alli el general Lope de Aguirre y les auia dado su fee y palabra
que no los mataria ni harian daño ninguno. El alguazil y los demas le
rrespondieron que no obstante aquello que les auia dicho y prometido,
que auian de morir, y que se encomendasen a Dios, y biendo su
determinacion se encomendaron a Dios lo mas breue que pudieron, y
enpezando aquellos ministros de maldad por el Gouernador, le dieron
garrote primero, y luego a el Manuel Rodriguez, alcalde, y luego al
Cosme de Leon, alguazil mayor, y luego a el Juan Rodriguez, y luego, o a
la postre, a el Cazeres, rregidor, que hera un biejo manco y tullido de
pies y manos, y juntando los cuerpos muertos, los cubrieron con unas
esteras en el suelo, porque nadie los uiese, y se fueron o subieron a
donde Lope de Aguirre estaba a dalle quenta de como se auia echo y
cunplido su mandado y boluntad, con tanta muestra de alegria y contento,
como si fueran de hazer alguna cosa de muy grande ynportancia a el
seruicio de Dios y de su Rey.


CAPITULO ZYNQUENTA Y NUEUE
Como Aguirre mostro los muertos a sus soldados y los hizo vn
parlamento y torno a prender los uezinos y se fue a la punta de las
Piedras y dejo a Martin Perez en la fortaleza con los presos.

Hecha esta carneceria y pasado algun rrato, que podia ser casi a la
media noche, el traidor de Aguirre, pareciendole que era bien dar parte
de lo que auia echo a sus soldados, y proponelles que todos auian sido
en aquella maldad, como antes lo auia pensado, los llamo a todos, y
metiendolos en la camara donde se auia echo el mal oficio y mortandad,
con muchas uelas encendidas, alzo las esteras y descubrio los cuerpos de
los que auia muerto, y enseñandoselos les hablo desta manera:
Mira[395] marañones, lo que aueis echo, que aliende de los males y daños
pasados que hecistes[396] en el rrio Marañon, matando a vuestro
gouernador Pedro de Orsua y a su theniente Don Joan de Bargas, y
haziendo yo general y prinzype a Don Hernando de Guzman, y jurandolo
como tal, os desnaturastes de los rreynos de Castilla y negastes al
rrey Don Felipe, y deuajo del juramento que hicistes, prometistes de
hazelle guerra perpetua y lo firmastes asi de vuestros nonbres; despues,
añadiendo delito a delito, matastes a vuestro propio Prinzype y otros
muchos capitanes y soldados, y a un clerigo de missa, y a una mujer;
despues, venidos que fuistes a esta isla, la rrouastes y saqueastes,
tomando y rrepartiendo entre bosotros todos los vienes que hen ella
astes[397] asi del Rrey Don Felipe despaña como de otras particulares;
rronpistesle los libros, y agora aqui beis muerto otro gouernador y un
alcalde, y un rregidor y un alguacil mayor y otras personas que ueis los
aqui estan presentes. Por tanto, cada uno de bosotros mire por si, y no
le ciegue alguna mala confianza, porque auiendo hecho tanta maldad y tan
atroces y graues delitos, en ninguna parte podeis bivir seguros sino es
en mi conpañia, porque ya que el Rrey os perdone, los deudos y parientes
de los que aueis muerto os an de seguir y perseguir asta dar fyn y cauo
de bosotros, por lo qual os esorto y digo que bendais bien vuestras
uidas y peleis como rromanos, haziendo el deuer en todo y conformandoos
los unos con los otros, porque si andais conformes, ninguno sera parte
para desuarataros y enojaros. Oy cada uno abra el ojo y mire por si, que
no le ba menos que la uida.
Dicho esto, mando luego, encontinente, hazer en la propia camara dos
oyos o sepulturas donde enterraron con toda brevedad los cuerpos
muertos; y porque los uecinos no tuuiesen siquyera vna noche de rreposo
en sus casas, los mando luego yncontinente tornar a prender con sus
mujeres y trahellos a la fortaleza; los quales con arto sobresalto,
luego se boluieron y fueron traidos a las prisiones en que antes
estauan, donde dieron muestra de tener sospecha de la muerte de Don
Juan, gouernador, y de los demas que con el auian quedado. El traidor y
sus secaces de un animo conforme, se lo negaron, dandoles a entender que
estauan biuos, y luego, yncontinente, poniendo ante todas cosas toda
guarda y rrecado en la fortaleza y en los uezinos que hen ella quedauan,
con los quales dejo a Martin Perez, su maese de canpo, se partio con
ochenta arcabuzeros al puerto o punta de las Piedras, donde auia surxido
el nauio del fraile.
Martin Perez, maese de campo, que auia quedado con los demas marañones,
en guarda de los uecinos presos y del pueblo, aquel dia, que hera
domingo, hizo conuite algunos soldados, teniendo con ellos muy gran jira
y grita y barahunda, y muy gran musica de tronpetas en la comida, y
algunas particulares conbersaciones con soldados, lo qual fue causa y
orijen de su muerte, como adelante se dira.


CAPITULO SSENTA[398]
Como los de Burburata dieron auisso a su Gouernador de la llegada
de Aguirre a la Margarita, el qual, asi mesmo, lo dio a los del
Rreyno de Granada.

Los vezinos del pueblo de la Burburata, que es puerto de la Gouernacion
de Benencuela[399], que frai Francisco de Montesinos, prouincial de la
horden de Santo Domingo, dio del suceso de Lope de Aguirre, y de su
llegada a la Margarita, luego dieron auiso dello a todos los pueblos de
aquella Gouernacion, y particularmente ynuiaron vn mensajero con el
auiso dello a su Governador, que hera en aquella sazon Pablo Collado, el
qual rresedia y estaua[400] en un pueblo que llaman el Tocuyo, questa
azia la parte del Nuevo Rreyno de Granada.
Rreceuidas las cartas el Gouernador, y sauida la nueua del peruersso
motin y traicion de Lope de Aguirre y sus secaces, y aun questaua
zertifycado de su uenida por alli, pareziendole questando[401] tan
zerca de Tierra Firme, que facilmente podia pasar la mar, que por halli
esta arto angosta, enbio luego a los uecinos de la Burburata a decilles
que pusiesen en cobro sus mugeres e hijos y haciendas, y estuviesen con
toda uijilancia y cuidado, para en segundando la nueua del traidor, le
diesen auiso por la posta de sus desinios, si los supiesen, y de lo que
hacerca desto sucediese; los quales, sin que el Gouernador se lo ynuiase
a mandar, lo auian ya ellos hecho y efetuado, a causa destar tan zerca
de la mar y ser poca jente, y no tener ninguna fuerza ni armas ni
artilleria con que poder rresistir a los amotinadores.
Demas desto, enuio el gouernador Pablo Collado vn mensajero con cartas a
la ciudad de Merida, ques del destrito y jurisdiccion del Nuevo Reyno de
Granada, y confina con la propia gouernacion de Venencuela, con otro
pueblo della llamado la ciudad de Trujillo, que poblo Diego Garcia de
Paredes, hijo de aquel valerosso y fuerte Diego Garcia de Paredes, el
ynuencible; auisando por ellas a un capitan y justicia mayor que en
aquel pueblo estaua, llamado Pedro Brauo de Molina, honbre de harto
valor por sus buenos hechos y balentias, de la ynfelize llegada de
Aguirre a la Margarita y de la duda en questaua si uendria por halli o
no, rrogandole que asi mesmo estuuiesse a punto con toda la jente que
pudiese, para en segundando la nueva y auisandole dello, fuese a seruir
a su Magestad contra aquel traidor y se hiziese lo que se pudiese para
desuaratallo; de mas de que a el se haria hen ello muy particular y
señalada merced, y que asi mesmo ciertos caualleros que en aquella
ciudad estauan de su gouernacion, vno de los quales hera Diego Garcia de
Paredes, se fuesen luego a hella devajo de su fee y palabra que les daua
de no dalles nengun desgusto ni desabrimiento por los negocios asta alli
sucedidos.
Rreceuidas estas cartas por el capitan Pedro Brauo de Molina, por el
mes[402] de Agosto del año de sesenta y uno, luego yncontinente hizo
aperceuir ciertos vezinos de aquel pueblo para que lleuasen la nueua al
Audiencia real del Nueuo Rreyno; y dizese que hizo aperceuir ciertos
soldados o uezinos, porque para yr a las otras ciudades del Rreyno se
auia de pasar por ciertas poblazones de yndios questauan de guerra entre
Merida y la uilla de San Cristoual, y por alli no hera parte para pasar
vno ni dos soldados sin que los yndios los ofendiesen e matasen.
Aperceuidos estos uezinos, luego les dio la carta quel gouernador Pablo
Collado auia escrito, con otras quel scriuio para las ciudades de
Panplona y Tunja y Billa de San Cristoual, questan en el camino,
dandoles noticia de las nueuas que tenia, y suplicandoles que luego, por
la posta, despachasen aquellas cartas que le ynbiaban con rrelacion y
auiso del alzamiento de Lope de Aguirre y sus secases, a la Rreal
Audiencia que rreside por su Majestad en la ciudad de Santa Fee, que es
en el propio Nueuo Rreyno, en la prouincia de Bogota, para que sauido
por los que gouernauan la nueua de los amotinadores, como juezes
superiores de todo el destrito, diesen horden en lo que se deuia hazer
conuiniente al seruicio de su Magestad; y despachando estos uezinos y
soldados con estos rrecaudos, el se quedo en su pueblo dando horden en
lo que se deuia hazer si el Aguirre uiniese a Tierra Firme, aperciuiendo
desde luego la jente y vezinos que con el auian de yr, y dando otros
muchos ardides y tracas[403] de guerra, como auian de alborotar al
traidor y a su gente si por aquel pueblo[404] sin auer tenido ninguna
rresistencia en Benenzuela, y dando horden asi mesmo a los uezinos que
en Merida auian de quedar de la uigilancia que auian de tener en guardar
su pueblo de los naturales, porque como hera rrecien poblado, aun no
estauan los yndios pacifycos, y si no biuian rrecatados pudiera ser
uenir sobre el pueblo y matar a los que en el quedasen.
Puso asi mesmo algunos soldados a trechos por el camino, desde su pueblo
hasta Trujillo, para que por la posta y con mas breuedad le diesen auiso
de la nueua segunda que del traidor se ouiese, y otros ynuio para que
fuesen al propio Tocuyo, donde estaua el Gouernador, y estubiesen alli
asta sauer si Aguirre auia saltado en tierra, y que por la posta
biniesen dando el auiso a los que el tenia puestos en el camino; y esto
hizo a fin de que la jente que tenia o tuuiese el Gouernador, no se
enbarazase en nada ni saliesen fuera de su distrito, porque hera poca y
haria mucha falta vn solo honbre que fuese a darle auiso.
Los uezinos y soldados de Merida, todos de conformidad, con vna muy
entera y sana boluntad, se juntaron y binieron a su capitan Pedro Brauo
de Molina, diziendole que auian sido muy benturosos en ofrezere una
ocasion como la que se les ofrecio para seruir a su Rrey y señor, y que
estauan todos muy prontos y aparejados para yr a morir en la demanda y
hazer todo lo demas que tales uazallos como hellos heran obligados a
hazer en seruicio de su Rrei y señor natural, y que si para los gastos
de aquella guerra y auio de otros soldados heran menester sus haziendas,
que aunque heran pocas, alli estavan para que su merced las destrebuyese
en lo que fuese necesario. El Capitan les rrindio las gracias del
ofrecimiento y leueralidad de que auian vsado, prefiriendo a que su
Magestad se lo gratifycaria como hera razon.
El llicenciado Pablo Collado, governador de Benencuela, con sus
ciudadanos y rrepublicanos nunca zesaua de platicar y dar horden en lo
que se auia de hazer para la defensa de su Gouernacion, porque le
parecia a el, y aun a todos, que para tan gran pujanza de jente y
alcabuzeria y artilleria como el traidor traia, hera en uano pensar de
podelle rresistir ni desbaratar, por auer en aquella Gouernacion en esta
sazon muy poca jente y sin armas ni arcabuzeria; y asi podemos dejar
aqui al Gouernador y a los suyos, questan platicando estas cosas, mas
uestidos de temor que desnudos de miedo, y boluamos a Aguirre, que auia
salido con ochenta honbres del pueblo de la Margarita al puerto o punta
de las Piedras a receuir al fraile y su gente.


CAPITULO SSESENTA Y UNO
Como Lope de Aguirre bolvio al pueblo y mato a Martin Perez, su
maese de campo, y a causa porque, y como torno a soltar a los
vezinos.

Llegado Lope de Aguirre a la punta de las Piedras con sus ochenta
marañones, muy bien armados, hallo que el fraile con su nauio y jente se
avia lebantado de aquel puerto e yua nauegando la buelta del pueblo; y
como esto uio, sin detenerse alli mas tiempo, dio luego[405] la buelta
con su jente al pueblo, dandose toda priesa en el caminar, porque el
nauio no llegase primero y ouiese algun mal rrecado.
Viendo su maese de canpo como boluia su General, saliole a rreceuir al
camino con todos los demas arcabuzeros que con el auian quedado,
haziendole muy gran salua de alcabuzeria y dandole muy gran muestra
todos de alegria con su llegada, abrazandose vnos a otros como si uviera
mucho tiente[406] que no se auian bisto. Se entraron todos en el pueblo
y fortaleza, donde hallo Aguirre a todos los uezinos en las prisiones
que el auia dejado, y en este tiempo aun no auia llegado el nauio.
Tenia Lope de Aguirre un capitan de ynfanteria llamado Cristoual Garcia,
que hera antes calafate, el qual, o por odio que tenia al maese de
Campo, o por uentura deseando el auer aquel oficio, procuro poner mal al
maese de canpo con el Aguirre, conociendo del que bien poca ocasion hera
menester para matar al mas amigo, y asi, fynxiendo vna manera de amistad
y zelo que dezia tener de la honrra y uida de su jeneral, le dijo:
«Señor, ago sauer a vuestra merced que en su canpo ay mucho mas mal del
que se puede pensar. Martin Perez, su maese de canpo, tiene conbocados
muchos amigos suyos para matar a vuestra merced y el alzarse con la
jente y nauios e yrse con ellos a Francia, para lo qual tuuieron liga y
junta y se conjuraron, y en confirmacion dello an comido oy todos juntos
en la fortaleza con gran solenidad, tañendo tronpetas y tocando atabales
y haziendo otras muchas muestras y señales de alegria. Suplico a vuestra
merced que lo mande rremediar todo y no pase adelante vna traicion como
esta, que si vuestra merced nos falta todos somos perdidos.»
Aguirre le agradecio el auiso, y le pregunto que si tenia algun testigo
que supiese de aquello, y le dijo que si, que un pajecillo suyo,
mestizo, no echandolo de uer los de la liga, se auia hallado presente a
hello y lo auia oydo todo; y trayendo al muchacho ante Aguirre, por
ventura yndustriado en lo que auia de dezir, le dijo el muchacho al
traidor que el se auia hallado presente y les auia oydo a Martin Perez y
a los demas lo que su amo auia dicho. Demas desto supo Aguirre que
aquel propio dia, estando en la plaza Martin Perez en vna rrueda de
soldados, movieron platica entre hellos, diziendo que si acaso le
sucediese a Lope de Aguirre, su jeneral, alguna desgracia a donde auia
ydo con la jente del fraile, que quyen los auia de gouernar; rrespondio
Martin Perez aquysto[407] yo, que seruire a todos y hare lo que soy
hobligado si el uiejo falta.
Con estas dos falsas ynformaciones se determino Lope de Aguirre de matar
a su maese de campo, para el qual efeto aperciuio a un Chaues, mochacho
en hedad y biejo en bellaquerias, y a otros de su guardia, mandandoles
que luego como entrase Martin Perez, a quyen el auia ynuiado ha llamar,
lo matasen; y asi ynuio vn soldado o criado suyo a llamar al maese de
Campo, que bien descuidado estaua desto, y entrando por la plaz[408]
camara de la fortaleza, donde estaua Lope de Aguirre, y llegando por
detras el Chauezillos le tiro vn arcabuzazo y lo hirio muy mal, y luego
acudieron los demas y le dieron tantas estocadas y cuchilladas, asi en
el cuerpo como en la caueza que por muchas partes le hicieron echar las
tripas y sesos de fuera; y con el tormento destas heridas andaua el
proue de Martin Perez huyendo por la fortaleza y diciendo, confision,
confision, y los sayones tras del hasta que lo acauaron de matar el
ministro Chauezillos derriuandolo hen el suelo y degollandolo con vna
daga que tenia.
Hicieron tanto alboroto estos ministros del diablo con la muerte deste
malauenturado[409], que todos los uezinos quen la fortaleza estavan,
creyeron que los querian matar. Ya ciegos con el temor, honbres y
mugeres, se escondieron deuajo de las camas y en otros lugares oscuros
donde les parecia que no los uian, haciendo lo que haze la perdiz quando
vye o se asconde del que la persigue, que metiendo la caueza entre las
pajas, deja lo demas del cuerpo fuera.
Algunas personas se arojaron de las uentanas y almenas de la fortaleza,
pero con el miedo que lleuauan aforrados sus corazones, no sentian el
tormento del golpe[410] que dauan. Vna Maria de Trujillo, muger de un
Francisco de Rriuera, alcalde, se arrojo por vna bentana vien alta de la
fortaleza a la calle, y nunca se hizo mal, aunque dio gran golpe en el
suelo; y de lo alto de lo omenaje se arrojaron vn Domingo Lopez y un
Pedro de Angulo, vezinos, y no se hicieron mal nenguno, y se huyeron y
fueron a esconder al monte.
La demas gente del traidor estavan en la plaza con muy gran sobresalto
del alboroto que auian oydo, por no sauer lo que hera, y tenian entre si
muy gran mormullo, por lo cual se asomo Lope de Aguirre a una uentana y
dixo a todos los que en la plaza estauan ynorantes de lo que auia
sucedido hacerca de la muerte del maese de canpo, que se sosegasen y
supiesen quel estruendo que en la fortaleza auia, hera que el auia
mandado matar a Martin Perez, su hijo y maese de canpo, porque lo auia
querido matar a hel y amotinarse contra su jeneral y alcarse con la
jente; y con esto que les dijo los aplaco y ssosego.


CAPITULO SSESENTA Y DOS
De lo que hizo un Llamoso[411] con el cuerpo muerto de Martin
Perez, maese de campo.

Hecho esto que ariua se a contado, y estando Martin Perez, maese de
canpo, muerto en el suelo, y Lope de Aguirre alli junto, vio acaso un
Anton Llamoso, capitan de su municion y muy grande amigo suyo, el qual
asi mesmo le auia[412] dicho que hera o auia sido vno de los del
concierto o liga con Martin Perez para matar Aguirre: y biendolo, que
aun no estaua muy sosegada la jente y carniceros que abian muerto a
Martin Perez, porque aun todauia se tenian las armas en las manos, le
dijo: «Veni a aca, Anton Llamoso, hijo mio, tambien me dizen que bos
herades vno de los de la Liga con el maese de canpo; pues como, toda esa
hera el amistad, y en tan poco teneis el mucho amor que yo os e tenido y
tengo.»
Los ministros y carnizeros de Aguirre, como oyeron esta platica,
pareciendoles que Aguirre les haria del ojo para que matasen a Llamoso,
se pusieron muy a punto, mas el Anton Llamoso, no tardandose en
rresponder, comenzo a descargarse, dando sastifaciones a Lope de
Aguirre, zertificandole con muchos generos de juramentos, mezclados con
muchas blasfemias, que se lo lebantaron, y que nunca le auia pasado por
el pensamiento cometer semejante traicion ni maldad, lo qual se lo pudo
muy vien crer, segun la boluntad tenia al traidor[413] y a sus cosas; y
pareziendole que el Lope de Aguirre no daua muestra de tener por
bastante descargo ni satisfacion lo que el le decia, arremetio con el
cuerpo del Martin Perez, que estaua tendido en el suelo con muchas
cuchilladas en la caueza, por las quales se le parecian los sesos, y
delante de todos los que presentes estauan, se hecho sobre el cuerpo
muerto, diciendo: a este traidor, que semejante maldad y traicion queria
cometer, veuelle la sangre. Puso su boca en las heridas que en la caueza
tenia el Martin Perez con vn animo mas de demonio que de honbre vmano, y
comenzo a chupalle la sangre y sesos que por las heridas corrian de la
caueza del muerto y tragallo.
Puso esto tanta admiracion a todos los questauan presentes, que no vbo
honbre que no quedase espantado deste echo, y Lope de Aguirre muy
sastifecho del Llamoso, y asi, despues no obo honbre que le sustentase
ni quedase con el hasta que lo mataron, sino fuese este Llamoso.
Acabado esto, mando Lope de Aguirre luego que se fuesen los uezinos a
sus casas con sus mugueres, que en esta sazon los tenia presos,
amonestandoles y exortandoles que de alli adelante no rreynase hen ellos
ninguna alteracion ni bullicio, y tuuiesen con el el amistad que hera
rrazon y perdiesen todo el temor y miedo que tenian, porque entonzes se
acauauan y auian fin todas la muertes y crueldades que auian sucedido,
porque el autor de hellas hera Martin Perez a quyen el auia muerto; y
con esto se fueron todos a sus casas.
Muchos fueron de opinion que en esto que Lope de Aguirre dijo, de que
Martin Perez, su maese de campo, auia caussado las muertes y daños de
hasta alli, mintio hen ello, porque antes le estoruo muchas mas
crueldades que queria hazer de las que hizo.
Quyto en esta sazon el cargo de su capitan de su guardia, que auia dado
a un Niculas de Susaya quando mato a su Principe, porque tanbien le
dijeron que auia sido de los de la liga con Martin Perez, y lo dio a un
Rrouerto de Susaya, baruero, muy grande amigo y panyaguado de Lope de
Aguirre.


CAPITULO SESENTA Y TRES
De como el nauio del Prouincial surxio en el puerto de la
Margarita, y una carta que le scriuio Aguirre, con la suma de lo
que el Prouincial le rrespondio, y la muerte de dos soldados.

Pasadas estas cosas, vn martes por la mañana, parecio o amanecio el
nauio del Prouincial sobre el puerto, que por tener o auerle hecho el
tienpo algo contrario, no auia podido arriuar desde el domingo, que
partio del puerto de las Piedras, y llegandose todo lo que pudo al
puerto, surxio hobra de media legua de tierra, porque con la artilleria
que Aguirre tenia no le hiciese mal.
Lope de Aguirre no rreciuio ningun contento de que el nauio se le ouiese
hacercado tanto ni ouiese surxido, y asi luego puso su jente en horden
de guerra, y creyendo quel fraile o prouincial queria echar su jente en
tierra, se salio el de la fortaleza por la playa adelante, en hordenanza
con sus soldados, lleuando consigo cinco falconetes de bronze que avia
traido del Marañon, y uno de hierro que auia tomado en la Margarita,
todos cargados para disparar quando fuese tiempo.
Los soldados del nauio, saltando en vnas piraguas que consigo traian, se
azercaron mas a tierra, de suerte que podian oyrse los vnos a los otros
lo que dezian, y diciendo a los de Aguirre de crueles traidores, les
rrespondian hellos otras uellaquerias mayores, y asi se deshonrrauan de
palabra los vnos a los otros con muchos generos de vituperios; mas con
todo esto nunca saltaron en tierra.
Tenia puestas en el navio muchas vanderas[414] y estandartes rreales
tendidos en banda; y biendo Aguirre que la jente del nauio no saltaua en
tierra, se boluio con los suyos a la fortaleza, y acordo escreuir vna
carta al Prouincial, que la letra decia[415] desta manera:
«Muy magnifico y rreuerendo señor: Mas quysiera hazer a vuestra
paternidad el rreciuimiento con rramos y flores que no con arcabuzes y
tiros de artilleria, por auernos dicho aquy muchas personas ser mas que
generoso en todo, y cierto por las hobras emos uisto oy en este dia ser
mas de lo que nos dezian, por ser tan amigo de las armas y exercicio
militar como lo es V. P., y ansi uehemos que la honrra e uirtud y
nobleza alcanzaron[416] nuestros mayores con la espada en la mano.
»Yo no niego, ni todos estos señores que aqui estan, que salimos del
Peru para el rrio Marañon a descubrir y poblar, dellos cojos, dellos
mancos y dellos sanos, y por los muchos trauajos que emos pasado en
Piru, zierto hallar tierra, por miserable que fuera, para anpararnos
hen ella, para dar descanso a estos tristes cuerpos, questan con mas
costuras que rropas de rromeros; mas la falta de lo que digo y con los
muchos trauajos que hemos pasado, hazemos quenta que uiuimos de grazia,
ssegun el rrio y la mar y la hambre nos an amenazado con la muerte, y
asi, los que uinieren contra nosotros, hagan quenta que vienen a pelear
con los espiritus de los honbres muertos, y los soldados de V. P. nos
llaman traidores: deuelos castigar, que no digan tal cosa, porque
acometer a Don Felipe, rey de Castilla, no es sino de generosos y de
grande animo, porque si nosotros tuuieramos algunos oficios rruines
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