El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 08

Total number of words is 4280
Total number of unique words is 1306
37.7 of words are in the 2000 most common words
50.7 of words are in the 5000 most common words
56.7 of words are in the 8000 most common words
Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
O será que una de nosotras es mala, y la otra buena. ~(Míranle atentas
al rostro.)~
EL CONDE
Quizás...
NELL, ~generosa~.
En ese caso, la mala soy yo y la buena Dolly.
DOLLY, ~correspondiendo~.
No, no: la mala soy yo, que siempre estoy haciendo diabluras.
EL CONDE, ~atormentado de una idea~.
Chiquillas, acercaos más a mi; aproximad vuestros rostros para que os
vea bien. ~(Se ponen una a cada lado, y él las abraza. Las tres cabezas
resultan casi juntas.)~ Así, así... ~(Mirándolas fijamente y con
profunda atención.)~ No veo, no veo bien... ~(Con desaliento.)~ Esta
condenada vista se me va, se me escapa cuando más la necesito... Y por
más que os miro, no hallo diferencia en vuestros semblantes.
NELL
Dicen que nos parecemos. Pero Dolly es un poquito más morena que yo,
menos blanca.
EL CONDE, ~con gran interés~.
¿Y el cabello, lo tenéis negro las dos, muy negro, muy negro?
DOLLY
Sí, _estrepitosamente_ negro. El pelo castaño de mamá es más bonito.
EL CONDE
¡Qué ha de ser!
DOLLY
Otra diferencia tenemos. Mi nariz es un poquitín más gruesa.
NELL
Y mi boca más chica que la tuya.
EL CONDE
¿Y los dientes?
NELL
Las dos los tenemos preciosos; no es por alabarnos.
DOLLY
Pero yo tengo este colmillo un poquito encaramado... así, como
retorcido. Toca, abuelito. ~(Llevándose a la boca el dedo del Conde.)~
EL CONDE
Es verdad... colmillo retorcido.
NELL
Otra diferencia tengo yo: un lunar en este hombro.
DOLLY
Yo tengo dos más abajo, así de grandes.
EL CONDE, ~preocupado~.
¿Dos?
DOLLY
Sí, señor: dos que parecen tres.
EL CONDE, ~soltándolas de sus brazos.~
Vuestros ojos, cuando los examino con mi corta vista, me parecen
igualmente bellos. Nell, hazme el favor de mirar bien el color de los
ojos de tu hermana... Y tú, Dolly, fíjate bien en los de Nell. Decidme
el color... justo.
NELL
Los ojos de Dolly son negros.
DOLLY
Los de Nell son negros: pero los míos son más.
EL CONDE, ~con interés ansioso.~
¿Más? ¿Los tuyos, Dolly, tienen acaso un viso verde?
NELL
Me parece que sí... entre verde y azul.
DOLLY, ~mirando de cerca los ojos de su hermana.~
Lo que tienen los tuyos es rayitas doradas... Sí, sí, y también algo de
verde.
EL CONDE
Pero son negros. Los de vuestro papá, mi querido hijo, negros eran como
el ala del cuervo.
NELL
Era guapísimo papá.
EL CONDE, ~suspirando~.
¿Os acordáis de él?
DOLLY
¡Pues no hemos de acordarnos!
NELL
¡Pobrecito, cuánto nos quería!
DOLLY
Nos adoraba.
EL CONDE
¿Cuándo le visteis por última vez?
NELL
Hace... creo que dos años, cuando se fue a París. Entonces nos sacaron
del colegio.
EL CONDE, ~vivamente~.
¿Se despidió de vosotras?
DOLLY
Sí, sí. Dijo que volvía pronto, y no volvió más. Después fue a Valencia.
NELL
Mamá salió también para París, pero se quedó en Barcelona. No nos llevó.
DOLLY
Al volver a Madrid estaba muy disgustada, sin duda por la ausencia de
papá.
EL CONDE
¿Y en qué le conocíais su disgusto?
NELL
En que se aburría, y estaba siempre en la calle. Nosotras comíamos
solas.
EL CONDE
¿Y en esa época os trajeron aquí?
DOLLY
Sí, señor.
EL CONDE, ~con dulzura~.
Decidme otra cosa. ¿Queríais mucho a vuestro papá?
NELL
Muchísimo.
EL CONDE
Me figuro que una de vosotras le quería menos que la otra.
LAS DOS, ~protestando~.
No, no, no... Las dos igual.
EL CONDE, ~después de una pausa, clavando en ellas sus ojos, que poco
ven~.
¿Y creéis que él quería lo mismo a entrambas?
DOLLY
A las dos lo mismo.
EL CONDE
¿Estáis bien seguras?
NELL
Segurísimas. Desde París nos escribía cartitas.
EL CONDE
¿A cada una por separado?
DOLLY
No; a las dos en un solo papel, y nos decía: «Florecitas de mi alma,
únicas estrellas de mi cielo...» Pero de Valencia no nos escribió
nunca.
NELL
Ninguna carta recibimos de Valencia. Nosotras le escribíamos, y él no
nos contestaba.
~(Larga pausa. El Conde apoya la frente en sus manos, con las cuales
empuña el palo, y permanece un rato en profunda meditación.)~
DOLLY
Abuelito, ¿te has dormido?
EL CONDE. ~(Suspirando, alza la cabeza y se frota los ojos.)~
¿Queréis que andemos un poquito?
NELL
Sí.
~(Se ponen las dos en pie, le dan la mano, y le ayudan a levantarse.)~
DOLLY
¿A dónde quieres que vayamos?
EL CONDE, ~indiferente~.
Guiad vosotras.
DOLLY
Iremos hacia el Calvario y la gruta de Santorojo.
NELL
No nos alejaremos mucho.
EL CONDE
Nos alejaremos todo lo que queramos, y volveremos cuando nos dé la
gana... Parece que sopla viento de turbonada... ¿Qué? ¿Se ha nublado el
sol?
DOLLY
Sí, y de aquel lado vienen nubes gruesas. Lloverá.
EL CONDE
Si llueve, que llueva, y si nos mojamos, que nos mojemos.
DOLLY
¿Quieres que te demos el brazo?
EL CONDE
No, chiquillas, no quiero aprisionaros. Corred solas y con libertad...
Ya estamos en sendero franco, y pisamos la finísima alfombra del bosque
sombrío.
NELL, ~a Dolly~.
¿A que no me coges?
~(Se alejan corriendo.)~
EL CONDE, hablando solo, ~desalentado~.
Las facciones nada me dicen... ~(Animándose.)~ Hablarán los
caracteres... Ya se clarean, ya. Nell paréceme más grave, más reposada;
Dolly más frívola y traviesa... Pero noto que cambian, permutan las
cualidades de una y otra, de modo que aquella parece esta, y esta,
aquella. Observemos mejor. ~(Las niñas juegan a cuál corre más.)~
DOLLY, ~que vuelve triunfante, casi sin respiración~.
No me has cogido, no.
NELL, ~jadeante también~.
Que sí... Corro yo más que tú.
DOLLY
Nunca.
NELL
Ayer te gané.
DOLLY
Mentira.
NELL
Yo digo la verdad.
DOLLY. ~(Picadas las dos.)~
Ahora no... Es que eres tú muy orgullosa.
NELL
Abuelo, me ha dicho que miento.
EL CONDE
Y tú no mientes nunca; no está en tu natural la mentira.
DOLLY
Ella me dijo ayer a mí... embustera.
EL CONDE
¿Y qué hiciste?
DOLLY
Echarme a reír.
NELL
Pues yo no consiento que me digan que miento. ~(Lloriquea.)~
EL CONDE
¿Lloras, Nell?
DOLLY, ~riendo~.
Tonterías, abuelo.
NELL
Soy muy delicada. Mi dignidad por la menor cosa se ofende.
EL CONDE
¡Tu dignidad!
DOLLY
Lo que tiene es envidia.
EL CONDE
¿De qué?
DOLLY, ~con travesura jovial~.
De que todos me quieren más a mí.
NELL
Yo no soy envidiosa.
EL CONDE
Vaya, Nell, no llores, pues no hay motivo para tanto. Y tú, Dolly, no
te rías. ¿No ves que la has ofendido?
NELL
Siempre es así. Todo lo toma a risa.
EL CONDE, ~para sí~.
Nell tiene dignidad. Esta es la buena. ~(A Dolly, con un poquito de
severidad.)~ Dolly, te he mandado que no te rías.
DOLLY
Es que me hace gracia.
EL CONDE, ~a Nell, acariciándola~.
Tú eres noble, Nell. En ti se revela la sangre, la raza... Vaya, haced
las paces.
NELL
No quiero.
DOLLY
Ni yo...
EL CONDE
Esa risita, Dolly, es un poquito ordinaria.
DOLLY, ~poniéndose seria~.
Bueno.
~(Súbitamente se lanza a la carrera.)~
EL CONDE, a Nell.
Estoy algo cansado. Dame el brazo.
NELL
Dolly está sentida... Le has dicho ordinaria, y esto le llega al alma.
¡Pobrecilla!
EL CONDE
Dime, hija mía, ¿has notado otra vez en Dolly estos arranques...?
NELL
¿De qué?
EL CONDE
De naturaleza ordinaria.
NELL
No, papá... ¡Qué cosas tienes! Dolly no es ordinaria. Creo que se lo
has dicho en broma. Dolly es muy buena.
EL CONDE
¿La quieres?
NELL
Muchísimo.
EL CONDE
¿Y no estás incomodada con ella porque te dijo que mentías?
NELL
Yo no... Cosas de nosotras. Reñimos, y en seguida hacemos las paces.
Dolly es un ángel: le falta sentar un poquito la cabeza. Yo la quiero;
nos queremos... ¡Ya tengo unas ganas de abrazarla y decirle que me
perdone!
EL CONDE, ~con júbilo~.
¡Otro rasgo de nobleza! Nell, tú eres noble. Ven a mí... ~(La abraza.)~
Y esa loca, ¿dónde está?
NELL
Ya viene.
DOLLY, ~volviendo como una exhalación~.
Abuelito, llueve. Me ha caído una gota de agua en la nariz.
NELL, ~deseando coyuntura para hacer las paces~.
Y a mí dos.
DOLLY
Papá, ¿quieres que nos metamos en la gruta de Santorojo? Has hecho mal
en no traer paraguas.
EL CONDE
Es un chisme que no he usado nunca.
DOLLY
¡Ya... acostumbrado a andar siempre en coche! Pero ahora no tienes más
remedio que andar a patita, como nosotras.
EL CONDE, ~para sí~.
Se burla de mí... ¡Qué innoble!
NELL
¡Ay, qué gotas tan gordas!
DOLLY
¡Menudo chaparrón nos viene encima!... Abuelito, ¿quieres que vaya a
casa en cuatro brincos, y te traiga un capote de agua?
EL CONDE
No. ~(Para sí.)~ Ahora quiere desenojarme con sus zalamerías.
NELL
Nos meteremos en la gruta. Oiremos el eco. ~(Dirígense por un sendero
áspero, entre peñas y zarzales.)~
DOLLY
Por aquí. Yo iré delante, apartando las zarzas para que el abuelo no se
pinche... ¡Ay, ay, qué pinchazo me he dado! ~(Chupándose la herida.)~
EL CONDE
¿Te has hecho sangre?... Ya ves: por traviesa, por correntona.
DOLLY
Si ha sido por abrirte camino, para que no te hicieras daño. ¡Así me lo
agradeces!
EL CONDE
Sí que te lo agradezco, tontuela.
NELL, ~que soltando el brazo del anciano, y recogiéndose el vestido
para no engancharse, se adelanta~.
Dolly, da el brazo a papaíto, y tráele con cuidado.
EL CONDE, ~dejándose guiar por Dolly, que continúa chupándose el dedito
lastimado~.
Chiquilla, ¿de veras te has hecho sangre?
DOLLY
Poca cosa. La he derramado por ti. Derramaría más: toda la que tengo.
EL CONDE, ~parándose~.
¿De veras?
DOLLY
¡Oh, sí!... Pruébalo... ¡Si pudiera probarse...!
EL CONDE
¿Tanto me amas?
DOLLY
Más de lo que crees.
EL CONDE
¿Me querrás más que tu hermana?
DOLLY
No, más no. Ofendería a Nell si dijera que ella te quiere menos que yo.
Las dos somos tus nietas, y te queremos lo mismo.
EL CONDE, ~para sí~.
Pues esto es nobleza... y de la fina. ¿Resultará esta la legítima y la
otra la falsa?... ¡Dios mío, luz, luz! ~(Alto.)~ ¿Dónde está Nell?
DOLLY
Ha dado un rodeo para no engancharse el vestido. Sabe sortear las púas.
EL CONDE
¿Y tú?
DOLLY
¿Yo? Tengo la piel mechada y endurecida de tanto aguijonazo, y una
encarnadura que no me la merezco. Mi hermana es más delicada que yo.
Por eso, cuando me has llamado ordinaria, dije para mí que tenías razón.
EL CONDE, ~para sí, aturdido, sin saber qué pensar~.
Razón... verdad... duda... problema.
NELL, ~desde lejos, mirando hacia atrás~.
Dolly, ¿por qué nos has traído por esta vereda? Es la peor.
DOLLY
¿Qué sabes tú...? Sigue, sigue, que a la vuelta tienes la entrada de la
gruta.
EL CONDE
Llueve... Vamos a prisa.
NELL, ~encontrando el paso fácil hacia la gruta~.
Que os mojáis... Yo estoy en salvo ya.
EL CONDE, ~para sí~.
Paréceme Nell un poco egoísta... ¡Qué horrible duda, Señor! ¡Si
resultará que Dolly es la buena! (Alto.) ¿Llegamos por fin?
DOLLY
Abuelo, por aquí... cuidado... Otro escaloncito, otro... ~(Llueve
copiosamente.)~
NELL, ~guarecida en la boca de la cueva~.
Os habéis mojado; yo no.
~Gruta de Santorojo.~
~Cavidad ancha y profunda en la fragorosa peña. Festonean su boca
parietarias viciosas, raíces de árboles cercanos, helechos y plantas
mil de variado follaje. El interior se compone de masas cretáceas
de variado color, con formas de una arquitectura de pesadilla. Las
concreciones de la bóveda son como un sueño de bizarras magnificencias,
labradas en cristal, azúcar y estearina.~
EL CONDE, ~sentándose en una piedra~.
¡Cuántas veces, niño, me he refugiado, como ahora, en esta soberbia
estancia natural de Santorojo!
NELL
¿Y es cierto que aquí vivió y murió un ermitaño llamado Toronjillo, que
hacía milagros?
EL CONDE
Es tradición que viene labrando en la mente popular desde el siglo
XIII. Ejecutorias de la casa de Laín mencionan al santo Toronjillo, que
desde este balcón amansaba las olas furibundas con un gesto... Aquí
abajo, al pie de la pendiente llena de malezas, bate la mar.
DOLLY, ~asomándose~.
Ya se ven de aquí los espumarajos.
EL CONDE
¿Y esto no te da miedo? ¡Si te cayeras...!
DOLLY
Llegaría al mar en pedacitos así.
NELL, ~cariñosa~.
Por Dios, hermana, no te acerques al abismo.
EL CONDE
Dolly, no hagas tonterías... Una tarde, siendo Rafael niño, quiso
descender por esta escarpa... Al primer salto que dio, ya no podía
bajar ni subir. ¡Qué susto pasó su madre! ¡Nos costó un trabajo subirle!
DOLLY
¡Qué trance!...
NELL
De pensarlo, me da escalofríos.
DOLLY
Dicen que nuestra abuelita era muy hermosa... ~(Se sientan las dos
junto al Conde.)~
EL CONDE
Sí: la figura más arrogante y noble que podríais imaginar.
DOLLY
Y que Nell se le parece mucho.
EL CONDE, ~mirando a Nell~.
No sé... no veo bien las facciones de tu hermana.
NELL
Por el retrato que hay en casa, más se parece a Dolly que a mí.
DOLLY
¡Si fuera verdad! ¡Qué gusto parecerse a una señora tan santa y tan...
bonita! Abuelo, mírame bien, y haz memoria.
EL CONDE
Dime que haga vista.
DOLLY
¿Me parezco?
EL CONDE, ~confuso, mirándola de cerca~.
No sé... No veo...
NELL, ~que se ha levantado para sentarse en mejor sitio, junto a la
roca~.
Eso no puede decirlo más que el abuelo.
DOLLY
Eso no puede decirlo más que el abuelo.
EL CONDE, ~sobrecogido por la igualdad del timbre de las voces~.
¿Quién habla?
LAS DOS
Yo.
EL ECO, ~repitiendo la voz de Nell~.
Yo.
EL CONDE
Ese _yo_ me ha sonado como si lo pronunciara mi pobre Adelaida, vuestra
abuela.
NELL, ~riendo~.
Es el eco, papá. ~(Gritando.)~ Conde de Albrit, soy yo.
DOLLY, ~que corre junto a su hermana y grita~.
Soy yo... yo... ~(El eco repite la voz de entrambas.)~
EL CONDE, ~tembloroso, profundamente excitado~.
Venid aquí... No os apartéis de mi lado... No hagáis hablar al eco...
Me asusta.
DOLLY
¿De veras?
NELL
No creas, a mí también me asusta un poquitín.
EL CONDE, ~para sí~.
¡Confusión horrible!... «Soy yo,» dice la Naturaleza... ¿Y quién
eres tú?... ~(Reflexionando.)~ ¿Será Nell la mala?... ¿Será Dolly?
~(Se clava los dedos en el cráneo, y permanece un rato en actitud de
meditación o somnolencia. Un trueno retumba, con formidable sucesión de
sonidos pavorosos.)~
DOLLY
¡Jesús, qué miedo!
NELL
¡María Santísima!
EL CONDE, ~vivamente, creyendo hallar un dato~.
¿Cuál de las dos se asusta de los truenos?
NELL
Yo.
DOLLY
Y yo... pero me hago la valiente. No me rinde un poco de ruido.
EL CONDE, ~para sí~.
Carácter entero.
NELL
Yo no finjo, yo no disimulo la falta de valor. Digo lo que siento.
Cualidad de la familia, como decía papá.
EL CONDE
Es cierto... Ven acá, que yo te bese.
DOLLY
¿Y a mí no?
EL CONDE
También a ti. ~(Las besa y abraza.)~
NELL, ~con efusión~.
Abuelo del alma, las niñas de Albrit te adoran.
EL CONDE, ~asustado~.
Por Dios, no gritéis, no hagáis hablar al eco... Me espanta... no lo
puedo remediar.
DOLLY
¿Y los truenos no te impresionan? ~(Retumba otro.)~
EL CONDE
Los truenos, no; el eco, sí. La tempestad corre hacia el Este.
NELL
Hay una clara. ¿Quieres que nos vayamos?
EL CONDE, ~levantándose~.
Sí... La gruta me confunde más de lo que estoy... Estas rocas son mi
propio cerebro... Siento el eco aquí, como si mis ideas hablasen solas.
DOLLY
Ahora no llueve. Aprovechemos esta clara, y vámonos. En cinco minutos
llegaremos a las primeras casas; y si el aguacero se repite, nos
metemos en la casucha de la tía Marqueza.
NELL
Bien pensado. Y con cualquiera de los chicos mandamos un recado a la
Pardina.
EL CONDE
Sí, vamos... Llevadme. ~(Salen de la gruta.)~

ESCENA IX
~Casa pobre de campo, de un solo piso, de una sola puerta, con dos
ventanuchos tuertos. Sale el humo en bocanadas por entre las tejas
musgosas, que en sus junturas y en las jorobas del caballete ostentan
un jardín botánico en miniatura, colección lindísima de criptógamas y
plantas parásitas. Junto a la casa, un huerto mal cercado de pedruscos,
con un albérchigo desgarbado, un madroño copudo, varios girasoles con
sus caras amarillas, atónitos ante la lumbre del sol, y unas cuantas
coles agujereadas por los gusanos. La fauna consiste en un cerdo libre,
que hociquea en el charco formado por la lluvia; dos patos, gallinas, y
todos los caracoles y babosas que se quieran poner. Las moscas, huyendo
de la lluvia, han querido refugiarse en el interior de la casa, y como
el humo las expulsa, voltejean en la puerta sin saber si entrar o
salir.~
~Agréganse a la fauna niño y niña, descalzos y con la menor ropa
posible, y una vieja corpulentísima, mujer de excepcional naturaleza,
nacida para poblar el mundo de gastadores, y que por su musculatura, en
cierto modo grandiosa, parece prima hermana de la Sibila de Cumas, obra
de Miguel Ángel.~
~LA MARQUEZA, EL CONDE, NELL y DOLLY; los dos NIÑOS~
LA MARQUEZA
Mira, Gilillo, ¿no es aquel el señor Conde con sus nenas?
NIÑO
Sí que son... madre, ellos... _Cá_ vienen.
LA MARQUEZA, ~adelantándose a recibirles~.
Señor mi Conde, Dios le guarde. ¡Quién pensara verle más!... ¿Quiere
descansar?
NELL
Sí: descansaremos un rato.
DOLLY
No llueve. Madre Marqueza, sáquenos el banquito.
EL CONDE, ~muy complacido, mientras la anciana le besa la mano~.
Gracias, mujer... ¿Era tu marido Zacarías Márquez?
LA MARQUEZA
¡Ay, señor... no me haga llorar recordándomelo!... Hace dos meses que
me le quitó Dios...
EL CONDE
Era más viejo que yo, mucho más. Buen hombre, recio como ninguno para
el trabajo, y honrado a carta cabal.
LA MARQUEZA
Vea, señor, a qué pobreza hemos llegado desde el tiempo de usía...
Entonces teníamos hacienda, ganado, y Zacarías traía napoleones a casa.
EL CONDE
¡Ay! desde aquel tiempo ha dado muchas vueltas y sacudidas el mundo, y
se han caído algunas torres. Otros conozco yo que eran más ricos que
tú, mucho más, y ahora son pobres, más pobres que tú... Y tus hijos,
¿qué ha sido de ellos? Yo recuerdo unos mocetones como castillos...
LA MARQUEZA
En la América están dos... Dicen que ricachones. Los demás se han
muerto. Para mí, muertos todos... Pasó la nube, señor, y se llevó lo
bueno, dejándome a mí para rociarlo con mis lágrimas. Estas criaturas
son de mi hija la Facunda, que enviudó por San Roque, y en las minas
trabaja como una mula. Vivimos en miseria. Dispénseme, señor mi Conde;
pero no tengo nada que ofrecerle.
EL CONDE
Gracias. Yo tampoco puedo darte más que palabras tristes... el tesoro
del pobre. Estamos iguales.
NELL
Marqueza, yo te voy a traer ropita para tus nietas.
DOLLY
Y yo los cuartitos que tengo ahorrados, para que tú les compres lo que
quieras. ~(Se van a jugar con los chicos junto a unos troncos.)~
LA MARQUEZA
Bendígalas Dios... ¡Qué par de pimpollos tiene aquí el buen Conde! Da
gloria verlas tan reguapas, tan bien apañaditas... ¡Ay, qué vieja soy,
y cuánto he visto en este mundo! El día en que nació el señor Condesito
Rafael, padre de estas nenas, estábamos mi hermana y yo en la Pardina.
Las dos le planchábamos a la señora Condesa. Usía no se acordará...
EL CONDE
Mi memoria flaquea. ¿Y tú te acuerdas de mi hijo?
LA MARQUEZA
Como si lo tuviera delante. Ya sé que está gozando de Dios.
EL CONDE
Dime una cosa: ¿se parecen a él mis nietas?
LA MARQUEZA, ~mirándolas detenidamente~.
Se parece la señorita _Nela_. Es la misma cara.
EL CONDE
¿Y su hermana?
LA MARQUEZA
La señorita _Dola_ no... digo, sí, también tiene la pinta; pero cuando
se ríe, nada más que cuando se ríe.
EL CONDE, ~secamente~.
Rafael era muy serio...
LA MARQUEZA
¡Y qué galán! Tan caballero y _respetoso_ que toda Jerusa se quitaba el
sombrero cuando pasaba, y hasta la torre de la iglesia parecía como si
le hiciera la reverencia.
EL CONDE, ~que mira y no ve, impaciente~.
Dime, Marqueza, ¿qué hacen ahora las niñas? Oigo sus risotadas; pero no
las veo.
LA MARQUEZA
Juegan con mis chicos... ¡Qué bonicas son, y qué afables con el pobre!
La señorita _Nela_ quiere bailar con mi Narda, y la señorita _Dola_ y
mi Gil están ahora cogiendo moras. Las niñas de la Pardina llevan la
alegría por donde quiera que van. ¡Ay, si el señor las hubiera visto
aquí, esta primavera, cuando venían a pintar...!
EL CONDE, ~sorprendido~.
¡A pintar!... ¿Acaso mis nietas son pintoras?
LA MARQUEZA
Anda, anda... ¿Pues no sabe...? Si pintan como los serafines. Pues en
un librote grande retrataron toda esta casa, y a mí mesma... y hasta
el guarro, con perdón, hasta el guarro, tan parecido, que era él en
persona.
EL CONDE, ~excitadísimo, llamando~.
Nell, Nell... Ven acá, hija... ~(Se acerca.)~ Oye lo que dice la
Marqueza... ~(Esta repite lo del guarro.)~
NELL
Yo, no. Es Dolly la que dibuja y hace acuarelitas...
EL CONDE, ~llamando~.
Dolly... ven... ¿Es verdad esto, Dolly?... ~(Acércase esta, sofocada.)~
¡Qué callado te lo tenías! ¡Tú pintora!
DOLLY, ~con modestia~.
Me dio por hacer monigotes. Aquí veníamos algunas mañanas, por ser este
el sitio más bonito de los alrededores de Jerusa.
NELL, ~que quiere congraciarse con Dolly~.
Tiene un álbum lleno de apuntes preciosos.
DOLLY
No valen nada, abuelito.
NELL
Dí que sí. Pinta y dibuja... ¡Si tuviera fundamento, qué preciosidades
haría!
DOLLY
Quita, quita.
EL CONDE, ~con profundo interés~.
¿Quién te ha dado lecciones?
DOLLY
Nadie: lo que sé lo he aprendido yo solita, mirando las cosas. Me
gusta, eso sí, y cuando me pongo a ello no sé acabar.
LA MARQUEZA
Unos señores que vinieron acá una tarde... eran de Madrid, y traían
unas cajas con trebejos y cartuchitos de pintura... vieron lo que
hacía la señorita Dola, y se pasmaron...
DOLLY, ~ruborizada~.
No hagas caso, papá.
NELL
Y dijeron que esta chica, si estudiara, sería una gran artista... sí
que lo dijeron. No vengas ahora con farsas.
EL CONDE, ~con gran agitación, que procura disimular~.
¡Eres pintora, Dolly... y te avergüenzas de serlo! Dime, ¿sientes una
afición honda, un gusto intenso de la pintura? ¿Te sale del fondo del
alma el anhelo de reproducir lo que ves? ¿Ayúdante los ojos y la mano,
y encuentras facilidad para dar satisfacción a tu deseo?
DOLLY
Facilidad, sí... digo, no... Me gusta... Quiero, y a veces no puedo...
EL CONDE
¿Y hace tiempo que sientes en ti ese ardor, esa fiebre del arte, don
concedido a la criatura desde el nacer, que no se aprende, que se trae
de otro mundo, de...?
DOLLY
Me entró la afición... qué sé yo cuándo.
NELL
Desde niña hacía garabatos...
EL CONDE
Ya me acuerdo. Cinco años tenías, y me quitabas todos los lápices.
LA MARQUEZA
¡Ángel de Dios!
EL CONDE
Y tú, Nell, ¿no dibujas?
NELL
¡Soy más torpe...! No sirvo... no acierto. Me aburro.
EL CONDE, ~con viveza~.
¡Tú eres pintora, Dolly, tú... tú!... ¡Y te avergüenzas!... Bueno,
hijas, seguid jugando... Dejad aquí a los viejos que hablemos de cosas
tristes. ~(Nell y Dolly se alejan y continúan su juego.)~
LA MARQUEZA
¡Qué par de serafines! Ya puede el señor estar contento. ~(El Conde no
contesta. Mirando al suelo se sumerge en profunda abstracción.)~ ¿Qué
tiene, mi señor, que está tan triste?
EL CONDE, ~como quien vuelve de un letargo~.
¡Ay, Marqueza, qué malo es vivir mucho!
LA MARQUEZA
Lleva razón. Mientras más se vive, más cosas malas se ven. Digo yo,
gran señor, que los niños de pecho ya saben lo que hacen al morirse.
EL CONDE, ~con tristeza~.
¡Y otros ¡ay! qué bien harían en no nacer!... Porque después de nacidos
y crecidos, ya no hay remedio...
LA MARQUEZA
¿Y los viejos, qué tenemos que hacer aquí?
EL CONDE
Por algo estamos cuando estamos.
LA MARQUEZA
Es verdad: somos troncos, que servimos para que las plantas tiernas se
agarren y vivan.
EL CONDE
Tú eres útil, Marqueza. Hoy me has hecho un gran servicio.
LA MARQUEZA
¿Yo? ~(Pausa larga. El Conde vuelve a quedarse abstraído, cual si su
espíritu se sumergiera en abismos profundos.)~ Señor... ¿qué le pasa
que no habla?
EL CONDE, ~después de otra pausa~.
Has sido la Sibila que me ha revelado lo que yo quería saber. Dios me
trajo a tu choza.
LA MARQUEZA, ~confusa~.
¿Qué dice que soy?
EL CONDE
Mis horribles dudas, gracias a ti, se han trocado en triste
certidumbre...
LA MARQUEZA, ~creyendo fundado lo que se dice del desorden mental del
Señor de Jerusa~.
¿Quiere que le dé un vasito de vino? Lo tengo blanco y bueno.
EL CONDE
No, gracias.
LA MARQUEZA
Lo que tiene mi Conde es debilidad.
EL CONDE
Es tristeza, y mi tristeza no se disipa bebiendo. Es muy honda. A veces
el descubrimiento de la verdad nos amarga la existencia más que la
duda. No sé cuál es más terrible monstruo, si la madre o la hija, si la
duda o la verdad...
LA MARQUEZA, ~con espontánea filosofía, por decir algo~.
No se caliente la cabeza, señor... porque ¿de cavilar, qué sacamos? El
cuento de que las mentiras son verdades y las verdades mentiras. Todo
es dudar, gran señor... Vivimos dudando, y dudando caemos en el hoyo.
EL CONDE, ~con ingenua indecisión~.
¿Y qué debo hacer yo?
LA MARQUEZA
Pues dude siempre el buen padre, y hártese de dudar y de vivir...
tomando las cosas como vienen, y vienen siempre dudosas.
EL CONDE
Eres la Sibila de la duda. Te agradezco tu filosofía. No sé si podré
seguirla.
NELL, ~corriendo hacia el anciano~.
Abuelo, vienen a buscarnos.
EL CONDE
Sí, es Venancio; oigo su rebuzno.
~(Aparecen Venancio y un Mozo por entre un grupo de castaños.)~

ESCENA X
~LOS MISMOS; VENANCIO y un MOZO con paraguas y capotes.~
VENANCIO
Locos buscándole, señor Conde... En cuanto vi venir el nublado,
salimos... Mira por aquí, mira por allá. Nos dicen que en el bosque...
You have read 1 text from Spanish literature.
Next - El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 09
  • Parts
  • El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 01
    Total number of words is 4609
    Total number of unique words is 1581
    36.3 of words are in the 2000 most common words
    47.4 of words are in the 5000 most common words
    54.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 02
    Total number of words is 4345
    Total number of unique words is 1477
    35.3 of words are in the 2000 most common words
    49.1 of words are in the 5000 most common words
    55.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 03
    Total number of words is 4384
    Total number of unique words is 1474
    36.6 of words are in the 2000 most common words
    50.1 of words are in the 5000 most common words
    56.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 04
    Total number of words is 4417
    Total number of unique words is 1540
    34.2 of words are in the 2000 most common words
    48.4 of words are in the 5000 most common words
    54.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 05
    Total number of words is 4266
    Total number of unique words is 1439
    36.1 of words are in the 2000 most common words
    49.0 of words are in the 5000 most common words
    56.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 06
    Total number of words is 4282
    Total number of unique words is 1401
    36.1 of words are in the 2000 most common words
    48.9 of words are in the 5000 most common words
    55.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 07
    Total number of words is 4424
    Total number of unique words is 1493
    35.4 of words are in the 2000 most common words
    48.5 of words are in the 5000 most common words
    54.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 08
    Total number of words is 4280
    Total number of unique words is 1306
    37.7 of words are in the 2000 most common words
    50.7 of words are in the 5000 most common words
    56.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 09
    Total number of words is 4366
    Total number of unique words is 1435
    35.5 of words are in the 2000 most common words
    47.9 of words are in the 5000 most common words
    56.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 10
    Total number of words is 4374
    Total number of unique words is 1469
    34.7 of words are in the 2000 most common words
    48.3 of words are in the 5000 most common words
    54.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 11
    Total number of words is 4648
    Total number of unique words is 1631
    33.3 of words are in the 2000 most common words
    46.4 of words are in the 5000 most common words
    53.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 12
    Total number of words is 4627
    Total number of unique words is 1492
    36.1 of words are in the 2000 most common words
    50.1 of words are in the 5000 most common words
    56.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 13
    Total number of words is 4350
    Total number of unique words is 1426
    36.3 of words are in the 2000 most common words
    48.1 of words are in the 5000 most common words
    54.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 14
    Total number of words is 4458
    Total number of unique words is 1355
    37.0 of words are in the 2000 most common words
    51.2 of words are in the 5000 most common words
    57.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 15
    Total number of words is 4473
    Total number of unique words is 1420
    35.4 of words are in the 2000 most common words
    49.5 of words are in the 5000 most common words
    56.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • El abuelo (Novela en cinco jornadas) - 16
    Total number of words is 1543
    Total number of unique words is 636
    43.0 of words are in the 2000 most common words
    55.1 of words are in the 5000 most common words
    60.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.