Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 09

Total number of words is 4094
Total number of unique words is 1300
40.7 of words are in the 2000 most common words
56.0 of words are in the 5000 most common words
63.0 of words are in the 8000 most common words
Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
No hay camino de estorbarla.
Sirva de ejemplo este raro
Espectáculo, esta extraña
Admiracion, este horror,
Este prodigio; pues nada
Es más, que llegar á ver
Con prevenciones tan várias,
Rendido á mis piés á un padre,
Y atropellado á un monarca.
Sentencia del cielo fué;
Por más que quiso estorbarla
Él, no pudo; ¿y podré yo
Que soy menor en las canas,
En el valor y en la ciencia,
Vencerla?—Señor, levanta, _(Al Rey.)_
Dame tu mano; que ya
Que el cielo te desengaña
De que has errado en el modo
De vencerla, humilde aguarda
Mi cuello á que tú te vengues:
Rendido estoy á tus plantas.
BASILIO.
Hijo, que tan noble accion
Otra vez en mis entrañas
Te engendra, príncipe eres.
A tí el laurel y la palma
Se te deben; tú venciste;
Corónente tus hazañas.
TODOS.
¡Viva Segismundo, viva!
SEGISM.
Pues que ya vencer aguarda
Mi valor grandes victorias,
Hoy ha de ser la más alta
Vencerme á mí.—Astolfo dé
La mano luego á Rosaura,
Pues sabe que de su honor
Es deuda y yo he de cobrarla.
ASTOLFO.
Aunque es verdad que la debo
Obligaciones, repara
Que ella no sabe quién es;
Y es bajeza y es infamia
Casarme yo con mujer...
CLOTAL.
No prosigas, tente, aguarda;
Porque Rosaura es tan noble
Como tú, Astolfo, y mi espada
Lo defenderá en el campo;
Que es mi hija, y esto basta.
ASTOLFO.
¿Qué dices?
CLOTAL.
Que yo hasta verla
Casada, noble y honrada,
No la quise descubrir.
La historia desto es muy larga;
Pero, en fin, es hija mia.
ASTOLFO.
Pues siendo así, mi palabra
Cumpliré.
SEGISM.
Pues porque Estrella
No quede desconsolada,
Viendo que príncipe pierde
De tanto valor y fama,
De mi propia mano yo
Con esposo he de casarla
Que en méritos y fortuna,
Si no le excede, le iguala.
Dáme la mano.
ESTREL.
Yo gano
En merecer dicha tanta.
SEGISM.
A Clotaldo, que leal
Sirvió á mi padre, le aguardan
Mis brazos, con las mercedes
Que él pidiere que le haga.
SOLDADO.
Si así á quien no te ha servido
Honras, ¿á mí que fuí causa
Del alboroto del reino,
Y de la torre en que estabas
Te saqué, qué me darás?
SEGISM.
La torre; y porque no salgas
Della nunca, hasta morir
Has de estar allí con guardas;
Que el traidor no es menester
Siendo la traicion pasada.
BASILIO.
Tu ingenio á todos admira.
ASTOLFO.
¡Qué condicion tan mudada!
ROSAURA.
¡Qué discreto y qué prudente!
SEGISM.
¿Qué os admira? ¿qué os espanta,
Si fué mi maestro un sueño,
Y estoy temiendo en mis ánsias
Que he de dispertar y hallarme
Otra vez en mi cerrada
Prision? Y cuando no sea,
El soñarlo sólo basta;
Pues así llegué á saber
Que toda la dicha humana
En fin pasa como un sueño,
Y quiero hoy aprovecharla
El tiempo que me durare:
Pidiendo de nuestras faltas
Perdon, pues de pechos nobles
Es tan propio el perdonarlas.


LA DEVOCION DE LA CRUZ.


PERSONAS.

EUSEBIO.
CURCIO, _viejo_.
LISARDO.
OCTAVIO.
ALBERTO, _sacerdote_.
CELIO. }
RICARDO. } _Bandoleros._
CHILINDRINA. }
GIL, _villano gracioso_.
BRAS. }
TIRSO. } _Villanos._
TORIBIO. }
JULIA, _dama_.
ARMINDA, _criada_.
MENGA, _villana graciosa_.
_Bandoleros._
_Villanos._
_Soldados._
La accion es en Sena y en sus contornos.


JORNADA PRIMERA.

_Arboleda inmediata á un camino que se dirige á Sena._

ESCENA PRIMERA.
MENGA, GIL.
MENGA.
_(Dentro.)_ ¡Verá por dó va la burra!
GIL.
_(Dentro.)_ Jo, dimuño; jo mohina.
MENGA.
Ya verá por dó camina:
Arre acá.
GIL.
¡El diabro te aburra!
¿No hay quien una cola tenga,
Pudiendo tenella mil? _(Salen.)_
MENGA.
¡Buena hacienda has hecho, Gil!
GIL.
¡Buena hacienda has hecho, Menga,
Pues tú la culpa tuviste!
Que como ibas caballera,
Que en el hoyo se metiera
Al oido la dijiste,
Por hacerme regañar.
MENGA.
Por verme caer á mí,
Se lo dijiste, eso sí.
GIL.
¿Cómo la hemos de sacar?
MENGA.
¿Pues en el lodo la dejas?
GIL.
No puede mi fuerza sola.
MENGA.
Yo tiraré de la cola,
Tira tú de las orejas.
GIL.
Mejor remedio sería
Hacer el que aprovechó
A un coche, que se atascó
En la corte esotro dia.
Este coche, Dios delante,
Que arrastrado de dos potros,
Parecia entre los otros
Pobre coche vergonzante;
Y por maldicion muy cierta
De sus padres (¡hado esquivo!)
Iba de estribo en estribo,
Ya que no de puerta en puerta;
En un arroyo atascado,
Con ruegos el caballero,
Con azotes el cochero,
Ya por fuerza, ya por grado,
Ya por gusto, ya por miedo,
Que saliesen procuraban:
Por recio que lo mandaban,
Mi coche quedo que quedo.
Viendo que no importan nada
Cuantos remedios hicieron,
Delante el coche pusieron
Un harnero de cebada.
Los caballos, por comer,
De tal manera tiraron,
Que tosieron y arrancaron;
Y esto podemos hacer.
MENGA.
¡Que nunca valen dos cuartos
Tus cuentos!
GIL.
Menga, yo siento
Ver un animal hambriento,
Donde hay animales hartos.
MENGA.
Voy al camino á mirar
Si pasa de nuestra aldea
Gente, cualquiera que sea,
Porque te venga á ayudar,
Pues te das tan pocas mañas.
GIL.
¿Vuelves, Menga, á tu porfía?
MENGA.
¡Ay burra del alma mia! _(Vase.)_

ESCENA II.
GIL.
¡Ay burra de mis entrañas!
Tú fuiste la más honrada
Burra de toda la aldea;
Que no ha habido quien te vea
Nunca mal acompañada.
No eres nada callejera:
De mijor gana te estabas
En tu pesebre, que andabas
Cuando te llevaban fuera.
Pues ¿altanera y liviana?
Bien me atrevo á jurar yo
Que ningun burro la vió
Asomada á la ventana.
Yo sé que no merecia
Su lengua desdicha tal;
Pues jamás por habrar mal
Dijo: Aquesta boca es mia.
Pues como á ella la sobre
De lo que comiendo está,
Luego al punto se lo da
A alguna borrica pobre. _(Ruido dentro.)_
Mas ¿qué ruido es este? Allí
De dos caballos se apean
Dos hombres, y hácia mí vienen,
Despues que atados los dejan.
¡Descoloridos, y al campo
De mañana! Cosa es cierta
Que comen barro, ó están
Opilados. Mas ¿si fueran
Bandoleros? ¡Aquí es ello!
Pero lo que fuere sea,
Aquí me escondo: que andan,
Que corren, que salen, que entran.
_(Escóndese.)_

ESCENA III.
EUSEBIO, LISARDO.—GIL, _escondido_.
LISARDO.
No pasemos adelante,
Porque esta estancia encubierta
Y apartada del camino,
Es para mi intento buena.
Sacad, Eusebio, la espada;
Que yo de aquesta manera,
A los hombres como vos
Saco á reñir.
EUSEBIO.
Aunque tenga
Bastante causa en haber
Llegado al campo, quisiera
Saber lo que á vos os mueve.
Decid, Lisardo, la queja
Que de mí teneis.
LISARDO.
Son tantas,
Que falta voz á la lengua,
Razones á la razon,
Y al sufrimiento paciencia.
Quisiera, Eusebio, callarlas,
Y áun olvidarlas quisiera;
Porque cuando se repiten,
Hacen de nuevo la ofensa.
¿Conoceis estos papeles?
EUSEBIO.
Arrojadlos en la tierra,
Y los alzaré.
LISARDO.
Tomad.
¿Qué os suspendeis? ¿Qué os altera?
EUSEBIO.
¡Mal haya el hombre, mal haya
Mil veces aquel que entrega
Sus secretos á un papel!
Porque es disparada piedra
Que se sabe quién la tira,
Y no se sabe á quién llega.
LISARDO.
¿Habeislos ya conocido?
EUSEBIO.
Todos están de mi letra,
Que no la puedo negar.
LISARDO.
Pues yo soy Lisardo, en Sena,
Hijo de Lisardo Curcio.
Bien excusadas grandezas
De mi padre consumieron
En breve tiempo la hacienda
Que los suyos le dejaron;
Que no sabe cuánto yerra
Quien, por excesivos gastos,
Pobres á sus hijos deja.
Pero la necesidad,
Aunque ultraje la nobleza,
No excusa de obligaciones
A los que nacen con ellas.
Julia, pues (¡saben los cielos
Cuánto el nombrarla me pesa!),
Ó no supo conservarlas,
Ó no llegó á conocerlas.
Pero al fin, Julia es mi hermana;
¡Pluguiera á Dios no lo fuera!
Y advertid que no se sirven
Las mujeres de sus prendas
Con amorosos papeles,
Con razones lisonjeras,
Con ilícitos recados,
Ni con infames terceras.
No os culpo en el todo á vos;
Que yo confieso que hiciera
Lo mismo, á darme una dama
Para servirla licencia.
Pero cúlpôs en la parte
De ser mi amigo, y en esta
Con más culpa os comprehende
La culpa que tuvo ella.
Si mi hermana os agradó
Para mujer (que no era
Posible, ni yo lo creo
Que os atrevierais á verla
Con otro fin, ni áun con este;
Pues ¡vive Dios! que quisiera,
Ántes que con vos casada,
Mirarla á mis manos muerta):
En fin, si vos la elegisteis
Para mujer, justo fuera
Descubrir vuestros deseos
Á mi padre, ántes que á ella.
Este era término justo,
Y entónces mi padre viera
Si le estaba bien el darla,
Que pienso que no os la diera;
Porque un caballero pobre,
Cuando en cosas como estas
No puede medir iguales
La calidad y la hacienda,
Por no deslucir su sangre
Con una hija doncella,
Hace sagrado un convento;
Que es delito la pobreza.
Aqueste á Julia mi hermana
Con tanta prisa la espera,
Que mañana ha de ser monja,
Por voluntad ó por fuerza.
Y porque no será bien
Que una religiosa tenga
Prendas de tan loco amor
Y de voluntad tan necia,
Á vuestras manos las vuelvo,
Con resolucion tan ciega,
Que no sólo he de quitarlas,
Mas tambien la causa dellas.
Sacad la espada, y aquí
El uno de los dos muera,
Vos, porque no la sirvais,
Ó yo, porque no lo vea.
EUSEBIO.
Tened, Lisardo, la espada,
Y pues yo he tenido flema
Para oir desprecios mios,
Escuchadme la respuesta.
Y aunque el discurso sea largo
De mi suceso, y parezca
Que, estando solos los dos,
Es demasiada paciencia;
Pues que ya es fuerza reñir,
Y morir el uno es fuerza;
Por si los cielos permiten
Que yo el infelice sea,
Oid prodigios que admiran
Y maravillas que elevan;
Que no es bien que con mi muerte
Eterno silencio tengan.
Yo no sé quién fué mi padre;
Pero sé que la primera
Cuna fué el pié de una Cruz,
Y el primer lecho una piedra.
Raro fué mi nacimiento,
Segun los pastores cuentan,
Que desta suerte me hallaron
En la falda de esas sierras.
Tres dias dicen que oyeron
Mi llanto, y que á la aspereza
Donde estaba, no llegaron
Por el temor de las fieras,
Sin que alguna me ofendiese;
Pero ¿quién duda que era
Por respeto de la Cruz,
Que tenía en mi defensa?
Hallóme un pastor, que acaso
Buscó una perdida oveja
En la aspereza del monte,
Y trayéndome á la aldea
De Eusebio, que no sin causa
Estaba entónces en ella,
Le contó mi prodigioso
Nacimiento, y la clemencia
Del cielo asistió á la suya.
Mandó en fin que me trajeran
A su casa, y como á hijo
Me dió la crianza en ella.
Eusebio soy de la Cruz,
Por su nombre, y por aquella
Que fué mi primera guía,
Y fué mi guarda primera.
Tomé por gusto las armas,
Por pasatiempo las letras;
Murió Eusebio, y yo quedé
Heredero de su hacienda.
Si fué prodigioso el parto,
No lo fué ménos la estrella
Que enemiga me amenaza,
Y piadosa me reserva.
Tierno infante era en los brazos
Del ama, cuando mi fiera
Condicion, bárbara en todo,
Dió de sus rigores muestra;
Pues con solas las encías,
No sin diabólica fuerza,
Partí el pecho de quien tuve
El dulce alimento; y ella,
Del dolor desesperada,
Y de la cólera ciega,
En un pozo me arrojó,
Sin que ninguno supiera
De mí. Oyéndome reir,
Bajaron á él, y cuentan
Que estaba sobre las aguas,
Y que con las manos tiernas
Tenía una Cruz formada
Y sobre los labios puesta.
Un dia que se abrasaba
La casa, y la llama fiera
Cerraba el paso á la huida,
Y á la salida la puerta,
Entre las llamas estuve
Libre, sin que me ofendieran:
Y advertí despues, dudando
Que haya en el fuego clemencia,
Que era dia de la Cruz.
Tres lustros contaba apénas,
Cuando por el mar fuí á Roma,
Y en una brava tormenta,
Desesperada mi nave
Chocó en una oculta peña:
En pedazos dividida,
Por los costados abierta;
Abrazado de un madero
Salí venturoso á tierra,
Y este madero tenía
Forma de Cruz. Por las sierras
De esos montes caminaba
Con otro hombre, y en la senda
Que dos caminos partia,
Una Cruz estaba puesta.
En tanto que me quedé
Haciendo oracion en ella,
Se adelantó el compañero;
Y despues dándome priesa
Para alcanzarle, le hallé
Muerto á las manos sangrientas
De bandoleros. Un dia,
Riñendo en una pendencia,
De una estocada caí,
Sin que hiciese resistencia,
En la tierra; y cuando todos
Pensaron hallarla ajena
De remedio, sólo hallaron
Señal de la punta fiera
En una Cruz que traia
Al cuello, que en mi defensa
Recibió el golpe. Cazando
Una vez por la aspereza
Deste monte, se cubrió
El cielo de nubes negras,
Y publicando con truenos
Al mundo espantosa guerra,
Lanzas arrojaba en agua,
Balas disparaba en piedras.
Todos hicieron las hojas
Contra las nubes defensa,
Siendo ya tiendas de campo
Las más ocultas malezas;
Y un rayo, que fué en el viento
Caliginoso cometa,
Volvió en ceniza á los dos
Que de mí estaban más cerca.
Ciego, turbado y confuso
Vuelvo á mirar lo que era,
Y hallé á mi lado una Cruz,
Que yo pienso que es la mesma
Que asistió á mi nacimiento,
Y la que yo tengo impresa
En los pechos; pues los cielos
Me han señalado con ella,
Para públicos efectos
De alguna causa secreta.
Pero aunque no sé quién soy,
Tal espíritu me alienta,
Tal inclinacion me anima,
Y tal ánimo me fuerza,
Que por mí me da valor
Para que á Julia merezca;
Porque no es más la heredada,
Que la adquirida nobleza.
Este soy, y aunque conozco
La razon, y aunque pudiera
Dar satisfaccion bastante
A vuestro agravio, me ciega
Tanto la pasion de veros
Hablando de esa manera,
Que ni os quiero dar disculpa,
Ni os quiero admitir la queja;
Y pues quereis estorbar
Que yo su marido sea;
Aunque su casa la guarde,
Aunque un convento la tenga,
De mí no ha de estar segura;
Y la que no ha sido buena
Para mujer, lo será
Para dama: así desea,
Desesperado mi amor
Y ofendida mi paciencia,
Castigar vuestro desprecio,
Y satisfacer mi afrenta.
LISARDO.
Eusebio, donde el acero
Ha de hablar, calle la lengua.
_(Sacan las espadas, y riñen; Lisardo cae en el suelo, y procurando
levantarse, torna á caer.)_
¡Herido estoy!
EUSEBIO.
¿Y no muerto?
LISARDO.
No, que en los brazos me queda
Aliento para... ¡Ay de mí!
Faltó á mis plantas la tierra.
EUSEBIO.
Y falte á tu voz la vida.
LISARDO.
No me permitas que muera
Sin confesion.
EUSEBIO.
¡Muere, infame!
LISARDO.
No me mates, por aquella
Cruz en que Cristo murió.
EUSEBIO.
Aquesa voz te defienda
De la muerte. Alza del suelo;
Que cuando por ella ruegas,
Falta rigor á la ira,
Y falta á los brazos fuerza.
Alza del suelo.
LISARDO.
No puedo;
Porque ya en mi sangre envuelta
Voy despreciando la vida,
Y el alma pienso que espera
Á salir, porque entre tantas
No sabe cuál es la puerta.
EUSEBIO.
Pues fíate de mis brazos,
Y anímate; que aquí cerca
De unos penitentes monjes
Hay una ermita pequeña,
Donde podrás confesarte
Si vivo á sus puertas llegas.
LISARDO.
Pues yo te doy mi palabra,
Por esa piedad que muestras,
Que si yo merezco verme
En la divina presencia
De Dios, pediré que tú
Sin confesarte no mueras.
_(Llévale Eusebio en brazos.)_
GIL.
¡Han visto lo que le debe!
La caridad está buena;
Pero yo se la perdono.
¡Matarle y llevarle á cuestas!

ESCENA IV.
BRAS, TIRSO, MENGA, TORIBIO.—GIL.
TORIBIO.
¿Aquí dices que quedaba?
MENGA.
Aquí se quedó con ella.
TIRSO.
Mírale allí embelesado.
MENGA.
Gil, ¿qué mirabas?
GIL.
¡Ay Menga!
TIRSO.
¿Qué te ha sucedido?
GIL.
¡Ay Tirso!
TORIBIO.
¿Qué viste? Dános respuesta.
GIL.
¡Ay Toribio!
BRAS.
Dí, ¿qué tienes,
Gil, ó de qué te lamentas?
GIL.
¡Ay Bras, ay amigos mios!
No lo sé más que una bestia.
Matóle y cargó con él,
Sin duda á salar le lleva.
MENGA.
¿Quién le mató?
GIL.
¿Qué sé yo?
TIRSO.
¿Quién murió?
GIL.
No sé quién era.
TORIBIO.
¿Quién cargó?
GIL.
¿Qué sé yo quién?
BRAS.
¿Y quién le llevó?
GIL.
Quienquiera.
Pero porque lo sepais,
Venid todos.
TIRSO.
¿Dó nos llevas?
GIL.
No lo sé, pero venid,
Que los dos van aquí cerca. _(Vanse.)_

* * * * *

_Sala en casa de Curcio, en Sena._

ESCENA V.
JULIA, ARMINDA.
JULIA.
Déjame, Arminda, llorar
Una libertad perdida,
Pues donde acaba la vida,
Tambien acaba el pesar.
¿Nunca has visto de una fuente
Bajar un arroyo manso,
Siendo apacible descanso
El valle de su corriente;
Y cuando le juzgan falto
De fuerza las flores bellas,
Pasa por encima dellas
Rompiendo por lo más alto?
Pues mis penas, mis enojos
La misma experiencia han hecho;
Detuviéronse en el pecho,
Y salieron por los ojos.
Deja que llore el rigor
De un padre.
ARMINDA.
Señora, advierte...
JULIA.
¿Qué más venturosa suerte
Hay, que morir de dolor?
Pena que deja vencida
La vida, ser gloria ordena;
Que no es muy grande la pena
Que no acaba con la vida.
ARMINDA.
¿Que novedad obligó
Tu llanto?
JULIA.
¡Ay, Arminda mia!
Cuantos papeles tenía
De Eusebio, Lisardo halló
En mi escritorio.
ARMINDA.
¿Pues él
Supo que estaban allí?
JULIA.
Como aqueso contra mí
Hará mi estrella cruel.
Yo (¡ay de mí!) cuando le vía
El cuidado con que andaba,
Pensó que lo sospechaba,
Pero no que lo sabía.
Llegó á mí descolorido,
Y entre apacible y airado,
Me dijo que habia jugado,
Arminda, y que habia perdido:
Que una joya le prestase
Para volver á jugar.
Por presto que la iba á dar,
No aguardó á que la sacase:
Tomó él la llave y abrió
Con una cólera inquieta,
Y en la primera naveta
Los papeles encontró.
Miróme y volvió á cerrar.
Y sin decir nada (¡ay Dios!)
Buscó á mi padre, y los dos
(¿Quién duda es para tratar
Mi muerte?) gran rato hablaron
Cerrados en su aposento;
Salieron, y hácia el convento
Los dos sus pasos guiaron,
Segun Octavio me dijo.
Y si lo que está tratado
Ya mi padre ha efectuado,
Con justa causa me aflijo;
Porque si de aquesta suerte
Que olvide á Eusebio desea,
Ántes que monja me vea,
Yo misma me daré muerte.

ESCENA VI.
EUSEBIO.—DICHAS.
EUSEBIO.
(_Ap._ Ninguno tan atrevido,
Si no tan desesperado,
Viene á tomar por sagrado
La casa del ofendido.
Ántes que sepa la muerte
De Lisardo Julia bella,
Hablar quisiera con ella,
Porque á mi tirana suerte
Algun remedio consigo
Si, ignorado mi rigor,
Puede obligarla el amor
Á que se vaya conmigo;
Y cuando llegue á saber
De Lisardo el hado injusto,
Hará de la fuerza gusto
Mirándose en mi poder.)
Hermosa Julia.
JULIA.
¿Qué es esto?
¿Tú en esta casa?
EUSEBIO.
El rigor
De mi desdicha y tu amor
En tal peligro me ha puesto.
JULIA.
Pues ¿cómo has entrado aquí
Y emprendes tan loco extremo?
EUSEBIO.
Como la muerte no temo.
JULIA.
¿Qué es lo que intentas así?
EUSEBIO.
Hoy obligarte deseo,
Julia, porque agradecida
Des á mi amor nueva vida,
Nueva gloria á mi deseo.
Yo he sabido cuánto ofende
Á tu padre mi cuidado:
Que á su noticia ha llegado
Nuestro amor, y que pretende
Que tú recibas mañana
El estado que desea,
Para que mi dicha sea,
Como mi esperanza, vana.
Si ha sido gusto, si ha sido
Amor el que me has mostrado,
Si es verdad que me has amado,
Si es cierto que me has querido,
Vente conmigo; pues ves
Que no tiene resistencia
De tu padre la obediencia,
Deja tu casa; y despues
Que habrá mil remedios piensa;
Pues ya en mi poder, es justo
Que haga de la fuerza gusto,
Y obligacion de la ofensa.
Villas tengo en que guardarte,
Gente con que defenderte,
Hacienda para ofrecerte
Y un alma para adorarte.
Si darme vida deseas,
Si es verdadero tu amor,
Atrévete, ó el dolor
Hará que mi muerte veas.
JULIA.
Oye, Eusebio.
ARMINDA.
Mi señor
Viene, señora.
JULIA.
¡Ay de mí!
EUSEBIO.
¿Pudiera hallar contra mí
La fortuna más rigor?
JULIA.
¿Podrá salir?
ARMINDA.
No es posible
Que se vaya; porque ya
Llamando á la puerta está.
JULIA.
¡Grave mal!
EUSEBIO.
¡Pena terrible!
¿Qué haré?
JULIA.
Esconderte es forzoso.
EUSEBIO.
¿Dónde?
JULIA.
En aquese aposento.
ARMINDA.
Presto, que sus pasos siento.
_(Escóndese Eusebio.)_

ESCENA VII.
CURCIO.—JULIA, ARMINDA; EUSEBIO, _escondido_.
CURCIO.
Hija, si por el dichoso
Estado que tú codicias,
Y que ya seguro tienes,
No das á mis parabienes
La vida y alma en albricias,
Del deseo que he tenido
No agradeces el cuidado.
Todo queda efectuado,
Y todo tan prevenido,
Que sólo falta ponerte
La más bizarra y hermosa,
Para ser de Cristo esposa:
Mira ¡qué dichosa suerte!
Hoy aventajas á todas
Cuantas se ven envidiar,
Pues te verán celebrar
Aquestas divinas bodas.
¿Qué dices?
JULIA.
_(Ap.)_ ¿Qué puedo hacer?
EUSEBIO.
_(Ap.)_ Yo me doy la muerte aquí,
Si ella le dice que sí.
JULIA.
(_Ap._ No sé cómo responder.)
Bien, señor, la autoridad
De padre, que es preferida,
Imperio tiene en la vida;
Pero no en la libertad.
¿Pues que supiera ántes yo
Tu intento, no fuera bien?
¿Y que tú, señor, tambien
Supieras mi gusto?
CURCIO.
No,
Que sola mi voluntad
En lo justo, ó en lo injusto,
Has de tener tú por gusto.
JULIA.
Sólo tiene libertad
Un hijo para escoger
Estado; que el hado impío
No fuerza el libre albedrío.
Déjame pensar y ver
Despacio eso; y no te espante
Ver que término te pida;
Que el estado de una vida
No se toma en un instante.
CURCIO.
Basta que yo lo he mirado,
Y yo por tí he dado el sí.
JULIA.
Pues si tú vives por mí,
Toma tambien por mí estado.
CURCIO.
¡Calla, infame! ¡calla, loca!
Que haré de aquese cabello
Un lazo para tu cuello,
Ó sacaré de tu boca
Con mis manos la atrevida
Lengua, que de oir me ofendo.
JULIA.
La libertad te defiendo,
Señor, pero no la vida.
Acaba su curso triste,
Y acabará tu pesar;
Que mal te puedo negar
La vida que tú me diste:
La libertad que me dió
El cielo, es la que te niego.
CURCIO.
En este punto á crêr llego
Lo que el alma sospechó,
Que no fué buena tu madre,
Y manchó mi honor alguno;
Pues hoy tu error importuno
Ofende el honor de un padre,
A quien el sol no igualó,
En resplandor y belleza,
Sangre, honor, lustre y nobleza.
JULIA.
Eso no he entendido yo,
Por eso no he respondido.
CURCIO.
Arminda, salte allá fuera. _(Vase.)_

ESCENA VIII.
CURCIO, JULIA.
CURCIO.
Y ya que mi pena fiera
Tantos años he tenido
Secreta, de mis enojos
La ciega pasion obliga
A que la lengua te diga
Lo que te han dicho los ojos.
La señoría de Sena,
Por dar á mi sangre fama,
En su nombre me envió
A dar la obediencia al papa
Urbano Tercio. Tu madre,
Que con opinion de santa
Fué en Sena comun ejemplo
De las matronas romanas,
Y áun de las nuestras (no sé
Cómo mi lengua la agravia;
Mas ¡ay infelice! tanto
La satisfaccion engaña),
En Sena quedó, y yo estuve
En Roma con la embajada
Ocho meses; porque entónces
Por concierto se trataba
Que esta señoría fuese
Del pontífice: Dios haga
Lo que á su estado convenga,
Que aquí importa poco ó nada.
Volví á Sena, y hallé en ella...
Aquí el aliento me falta,
Aquí la lengua enmudece,
Y aquí el ánimo desmaya.
Hallé (¡ay injusto temor!)
A tu madre tan preñada,
Que para el infeliz parto
Cumplia las nueve faltas.
Ya me habia prevenido
Por sus mentirosas cartas
Esta desdicha, diciendo
Que, cuando me fuí, quedaba
Con sospecha; y yo la tuve
De mi deshonra tan clara,
Que discurriendo mi agravio,
Imaginé mi desgracia.
No digo que verdad sea;
Mas quien tiene sangre hidalga,
No ha de aguardar á creer,
Quel imaginar le basta.
¿Qué importa que un noble sea
Desdichado (¡oh ley tirana
De honor! ¡oh bárbaro fuero
Del mundo!) si la ignorancia
Le disculpa? Mienten, mienten
Las leyes; porque no alcanza
Los misterios al efecto
Quien no previene la causa.
¿Qué ley culpa á un inocente?
¿Qué opinion á un libre agravia?
Miente otra vez; que no es
Deshonra, sino desgracia.
¡Bueno es que en leyes de honor
Le comprenda tanta infamia
Al Mercurio que le roba,
Como al Argos que le guarda!
¿Qué deja el mundo, qué deja,
Si así al inocente infama,
De deshonra, para aquel
Que lo sabe y que lo calla?
You have read 1 text from Spanish literature.
Next - Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 10
  • Parts
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 01
    Total number of words is 4432
    Total number of unique words is 1612
    31.6 of words are in the 2000 most common words
    43.1 of words are in the 5000 most common words
    49.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 02
    Total number of words is 4749
    Total number of unique words is 1753
    31.0 of words are in the 2000 most common words
    43.5 of words are in the 5000 most common words
    51.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 03
    Total number of words is 4752
    Total number of unique words is 1610
    31.9 of words are in the 2000 most common words
    45.5 of words are in the 5000 most common words
    52.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 04
    Total number of words is 4618
    Total number of unique words is 1673
    34.8 of words are in the 2000 most common words
    49.3 of words are in the 5000 most common words
    56.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 05
    Total number of words is 4132
    Total number of unique words is 1315
    36.5 of words are in the 2000 most common words
    50.1 of words are in the 5000 most common words
    57.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 06
    Total number of words is 4036
    Total number of unique words is 1200
    39.5 of words are in the 2000 most common words
    54.5 of words are in the 5000 most common words
    61.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 07
    Total number of words is 3913
    Total number of unique words is 1217
    40.3 of words are in the 2000 most common words
    54.4 of words are in the 5000 most common words
    61.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 08
    Total number of words is 4140
    Total number of unique words is 1293
    39.0 of words are in the 2000 most common words
    53.9 of words are in the 5000 most common words
    61.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 09
    Total number of words is 4094
    Total number of unique words is 1300
    40.7 of words are in the 2000 most common words
    56.0 of words are in the 5000 most common words
    63.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 10
    Total number of words is 3868
    Total number of unique words is 1298
    37.2 of words are in the 2000 most common words
    53.7 of words are in the 5000 most common words
    60.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 11
    Total number of words is 3892
    Total number of unique words is 1230
    40.3 of words are in the 2000 most common words
    56.2 of words are in the 5000 most common words
    62.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 12
    Total number of words is 3891
    Total number of unique words is 1255
    41.0 of words are in the 2000 most common words
    56.2 of words are in the 5000 most common words
    62.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 13
    Total number of words is 3968
    Total number of unique words is 1186
    42.0 of words are in the 2000 most common words
    57.8 of words are in the 5000 most common words
    63.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 14
    Total number of words is 3805
    Total number of unique words is 1246
    37.7 of words are in the 2000 most common words
    52.4 of words are in the 5000 most common words
    58.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 15
    Total number of words is 3864
    Total number of unique words is 1288
    36.1 of words are in the 2000 most common words
    51.7 of words are in the 5000 most common words
    59.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 16
    Total number of words is 3764
    Total number of unique words is 1107
    40.0 of words are in the 2000 most common words
    56.4 of words are in the 5000 most common words
    62.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 17
    Total number of words is 4018
    Total number of unique words is 1368
    38.0 of words are in the 2000 most common words
    53.5 of words are in the 5000 most common words
    61.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 18
    Total number of words is 4144
    Total number of unique words is 1364
    38.4 of words are in the 2000 most common words
    52.3 of words are in the 5000 most common words
    59.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 19
    Total number of words is 3916
    Total number of unique words is 1158
    39.5 of words are in the 2000 most common words
    54.6 of words are in the 5000 most common words
    60.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Teatro selecto, tomo 1 de 4 - 20
    Total number of words is 3715
    Total number of unique words is 1216
    38.6 of words are in the 2000 most common words
    53.1 of words are in the 5000 most common words
    61.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.