Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 14

Total number of words is 4975
Total number of unique words is 1499
38.4 of words are in the 2000 most common words
50.6 of words are in the 5000 most common words
57.1 of words are in the 8000 most common words
Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
paso dentro de poco no habrá representante sin imposibilidad. Es de
esperar, sin embargo, que esta moda de poco gusto y de menos patria
se proscriba, como se proscribió para siempre el escote exagerado de
las mujeres, al cual se parece en presentar desnudas cosas que deben
siempre estar tapadas.--Empiezan á estilarse mucho los artículos de
oposición: se asegura que hacen bien á todos los cuerpos. Algunos
se ven, sin embargo, que hacen tan mala cara al Estamento, como los
ferronieres de metal á las señoras, que las desfiguran todas y hacen
traición á su hermosura; en este caso están los de hechura llamada á la
sesión secreta. Lo más raro es, que, según parece, esos artículos salen
fabricados del mismo Estamento, no porque sea la mejor fábrica, sino
por estar allí las primeras materias y la mano de obra. Esa moda no
nos gusta: se semeja un tanto cuanto á la falda corta en no ser la más
decorosa.
Los artículos ministeriales, que algunos seudo-elegantes quieren
introducir, no se acreditan. Son como los peines altos, que sólo sirven
para que se vea venir desde lejos á quien los usa, y para dar una
elevación ridícula á la persona. Hay, sin embargo, un regular surtido
al uso de los pretendientes, en la fábrica-colmena de _la Abeja_,
imprenta de don Tomás Jordán. Aunque es moda nueva, se venden baratos,
sin duda porque la gente de gusto no los gasta. Es moda anti-nacional
como los sombreros de señora: así es, que por más flores que se les
pongan, no se saben llevar, con paciencia, se entiende. Estas dos modas
últimas, exageradas, como algunos las llevan, no nos parecen del caso;
los ministeriales no hacen buena figura, y los de oposición pueden
llegar á hacerla mucho peor. Con cierta medida todo es bueno.
Se siguen estilando las sesiones cortas, muy cortas, como si dijéramos,
á media pierna: en esto se dan la mano con los vestidos de maja: así es
que se suelen dejar lo mejor en descubierto.
En punto á calzado, sólo podemos decir que lo más común es andarse
con pies de plomo.--Con respecto á talle, la gran moda es estar muy
oprimido, tan estrecho que apenas se pueda respirar: por ahora á lo
menos éste es el uso; podrá pasar pronto, si no nos ahogamos antes.--En
punto á muebles los hay nuevos todos los días; pero allá se van con los
antiguos. Por lo que hace á adornos de mesa, sabido es que en España no
somos fuertes; bien que falta lo principal, que es qué comer.
De colores, en fin, estamos poco más ó menos como estábamos; si bien el
blanco y negro son los fundamentales, aquél más caído, éste más subido:
lo más común especialmente en personas de calidad, son los colores
indecisos, tornasolados, partícipes de negro y blanco, como gris ó
entre dos luces: en una palabra, colores que apenas son colores; es de
esperar que pronto se habrán de admitir, sin embargo, de grado ó por
fuerza, colores más fuertes y decididos, puros y sin mezcla alguna. En
el ínterin chocan tanto estos últimos, que hay personas nerviosas que
sólo al considerar que habrá que entrar en ellos, padecen y ofician, y
guardan la cama.


LA GRAN VERDAD DESCUBIERTA

Dirán que los grandes trastornos políticos no sirven para nada.
¡Mentira!, ¡atroz mentira! Del choque de las cosas y de las opiniones
nace la verdad. De dos días de discusión nace un principio nuevo
y luminoso. ¿Saben ustedes lo que se ha descubierto en España, en
Madrid, ahora, hace poco, hace dos días no más? Se ha descubierto,
se ha decidido, se ha determinado que _la ley protege y asegura la
libertad individual_. Cosa recóndita, de nadie sabida, ni nunca
sospechada. Han sido precisos todos los sucesos de la Granja, la caída
de tres ministerios, una amnistía, la vuelta de todos los emigrados,
la rebelión de un mal aconsejado príncipe, una cuádruple alianza, una
guerra en Vizcaya, un jura, una proclamación, un estatuto, unas leyes
fundamentales resucitadas en traje de Próceres, una representación
nacional, dos estamentos, dos discusiones, una corrección ministerial,
un empate y la reserva de un voto importante, que no hacía falta, para
sacar del fondo del arca política la gran verdad de que la ley protege
y asegura la libertad individual. Pero ahora ya lo sabemos. _Girolamo,
lo sappiamo_, responderá alguno. _Sappete_ un!!! Ahora es, y no antes,
cuando verdaderamente lo sabemos, y ya nunca se nos olvidará.
¡Que nos quiten esa ventaja! Á un dos por tres descubrió Copérnico
que la tierra es la que gira; en un abrir y cerrar de ojos descubrió
Gassendi la gravedad de los cuerpos; Newton halló su prisma en un
mal vidrio; Linneo encontró los sexos de las plantas entre rama y
rama. Pero han sido necesarios siglos de opresión y una corrección
ministerial para descubrir que la ley protege y asegura algo. He
aquí la diferencia que hay de las verdades físicas á las verdades
políticas: aquéllas suelen encontrarse detrás de una mata: éstas
están siglos enteros agazapadas detrás de una corrección ministerial.
Ábrase la discusión, discútase el punto, pronúnciese la modificación
ministerial, _et voilà la vérité_, que salta como un chorro, y salpica
á los circunstantes. ¡¡¡¡Uff!!!! _La ley protege y asegura la libertad
individual._ Luego que esto esté escrito y sancionado, ya quisiera yo
saber quién es el que no anda derecho. ¿Qué ladrón vuelve á robar, qué
asesino mata, qué facción vuelve á levantar la cabeza, y qué carlista,
en fin, no se apea de su destino? La discusión, la discusión; he aquí
el secreto. _La ley protege_, es decir, que la ley no es cosa mala,
como se había creído hasta ahora; la ley por último, he aquí la gran
verdad escondida. Loor á la revolución, loor á las discusiones largas y
peliagudas, loor á las correcciones ministeriales, y loor en fin, para
siempre, y más loor á la gran verdad descubierta.


EL MINISTERIAL

¿Qué me importa á mí que Locke exprima su exquisito ingenio para
defender que no hay ideas innatas, ni que sea la divisa de su escuela:
_Nihil est intellectu quod prius non fuerit in sensu?_ Nada. Locke
pudiera muy bien ser un visionario, y en ese caso ni sería el primero
ni el último. En efecto, no debía de andar Locke muy derecho: ¡figúrese
el lector que siempre ha sido autor prohibido en nuestra patria!...
Y no se me diga que ha sido mal mirado, como cosa revolucionaria,
porque, sea dicho entre nosotros, ni fué nunca Locke emigrado, ni tuvo
parte en la constitución del año 12, ni empleo el año 20, ni fué nunca
periodista, ni tampoco urbano. Ni menos fué perseguido por liberal;
porque en sus tiempos no se sabía lo que era haber en España ministros
liberales. Sin embargo, por más que él no escribiese de ideas para
España, en lo cual anduvo acertado, y por más que se le hubiese dado
un bledo de que todos los padres censores de la Merced y de la Vitoria
condenasen al fuego sus peregrinos silogismos, bien empleado le estuvo.
Yo quisiera ver al señor Locke en Madrid en el día, y entonces veríamos
si seguiría sosteniendo que porque un hombre sea ciego y sordo desde
que nació, no ha de tener por eso ideas de cosa alguna que á esos
sentidos ataña y pertenezca. Es cosa probada que el que no ve ni oye
claro á cierta edad, ni ha visto nunca ni verá. Pues bien, hombres
conozco yo en Madrid de cierta edad, y no uno ni dos, sino lo menos
cinco, que así ven y oyen claro como yo vuelo. Hábleles usted, sin
embargo, de ideas; no sólo las tienen, sino que ¡ojalá no las tuvieran!
Y de que estas ideas son innatas, así me queda la menor duda, como
pienso en ser nunca ministerial; porque si no nacen precisamente con el
hombre, nacen con el empleo, y sabido se está que el hombre, en tanto
es hombre, en cuanto tiene empleo.
Podría haber algo de contusión en lo que llevo dicho, porque los
ideólogos más famosos, los Condillac y Destutt-Tracy, hablan sólo del
hombre, de ese animal privilegiado de la creación, y yo me ciño á
hablar del ministerial, ese ser privilegiado de la gobernación. Saber
ahora lo que va de ministerial á hombre, es cuestión para más despacio,
sobre todo cuando creo ser el primer naturalista que se ocupa de este
ente, en ninguna zoología clasificado. Los antiguos por supuesto no le
conocieron; así es que ninguno de sus autores le mienta para nada entre
las curiosidades del mundo antiguo, ni se ha descubierto ninguno en las
excavaciones de Herculano, ni Colón encontró uno solo entre todos los
Indios que descubrió; y entre los modernos, ni Buffon le echó de ver
entre los racionales, ni Valmont de Bomare le reconoce; ni entre las
plantas le coloca Jussieu, Tournefort, ni de Candolle, ni entre los
fósiles le clasifica Cuvier; ni el barón de Humboldt, en sus largos
viajes, hace la cita más pequeña que pueda á su existencia referirse.
Pues decir que no existe, sin embargo, sería negar la fe, y vive Dios
que mejor quiero pasar que la fe y el ministerialismo sean cosas para
renegadas que para negadas, por más que pueda haber en el mundo más de
un ministerial completamente negado.
El ministerial podrá no ser hombre; pero se le parece mucho, por
defuera sobre todo: la misma fachada, el exterior mismo. Por supuesto,
no es planta, porque no se cría ni se coge; más bien pertenecería al
reino mineral, lo uno porque el ministerialismo tiene algo de mina, y
lo otro porque se forma y crece por superposición de capas: lo que son
las diversas capas superpuestas en el reino mineral, son los empleos
aglomerados en él: á fuerza de capas medra un mineral; á fuerza de
empleos crece un ministerial, pero en rigor tampoco pertenece á este
reino. Con respecto al reino animal, somos harto urbanos, sea dicho
con terror suyo, para colocar al ministerial en él. En realidad, el
ministerial más tiene de artefacto que de otra cosa. No se cría,
sino que se hace, se confecciona. La primera materia, la masa, es
un hombre. Coja usted un hombre (si es usted ministro, se entiende,
porque si no, no sale nada): sonríasele usted un rato, y le verá
usted ir tomando forma, como el pintor ve salir del lienzo la figura
con una sola pincelada. Déle usted un toque de esperanza, derecho al
corazón, un ligero barniz de nombramiento, y un color pronunciado de
empleo, y le ve usted irse doblando en la mano como una hoja sensitiva,
encorvar la espalda, hacer atrás un pie, inclinar la frente, reir á
todo lo que diga: y ya tiene usted hecho un ministerial. Por aquí se
ve que la confección del ministerial tiene mucho de sublime, como lo
entiende Longino. Dios dijo: _Fiat lux, et lux facta fuit._ Se sonrió
un ministro, y quedó hecho un ministerial. Dios hizo al hombre á su
semejanza, por más que diga Voltaire que fué al revés: así también un
ministro hace un ministerial á imitación suya. Una vez hecho, le sucede
lo que al famoso escultor griego que se enamoró de su hechura, ó lo que
al Supremo Hacedor, de quien dice la Biblia á cada creación concluida:
_Et vidit Deus quod erat bonum._ Hizo el ministro su ministerial, y vió
lo que era bueno.
Aquí entra el confesar que soy un si es no es materialista, si no tanto
que no pueda pasar entre las gentes del día lo bastante para haber
muerto emparedado en la difunta que murió de hecho á catorce años, y
que mató no ha mucho de derecho el ministerio de gracia y justicia,
que fué matarla muerta. Dígolo, porque soy de los que opinan en los
ratos que estoy de opinar algo sobre algo, con muchos fisiólogos y con
Gall, sobre todo, que el alma se adapta á la forma del cuerpo, y que la
materia en forma de hombre da ideas y pasiones, así como da naranjas en
forma de naranjo.--La materia, que en forma sólo de procurador producía
un discurso racional, unas ideas intérpretes de su provincia, se seca,
se adultera en forma ministerial: y aquí entran las ideas innatas,
esto es, las que nacen con el empleo, que son las que yo sostengo, mal
que les pese á los ideólogos. Aquí es donde empieza el ministerial á
participar de todos los reinos de la naturaleza. Es mona por una parte
de suyo imitadora; vive de remedo. Mira al amo de hito en hito: ¿hace
éste un gesto?, miradle reproducido como en un espejo en la fisonomía
del ministerial. ¿Se levanta el amo? La mona al punto monta á caballo.
¿Se sienta el amo? Abajo la mona.--Es papagayo por otra parte; palabra
soltada por el que le enseña, palabra repetida. Sucédele así lo que
á aquel loro, de quien cuenta Jouy que habiendo escapado con vida de
una batalla naval, á que se halló casualmente, quedó para toda su vida
repitiendo, lleno de terror, el cañoneo que había oído: ¡pum!, ¡pum!,
¡pum!, sin nunca salir de esto. El ministerial no sabe más que este
cañoneo. «La España no está madura.--No es oportuno.--Pido la palabra
en contra.--No se crea que al tomar la palabra lo hago para impugnar la
petición, sino sólo sí para hacer algunas observaciones», etc., etc. Y
todo ¿por qué?, porque le suena siempre en los oídos el cañoneo del año
23. No ve más que el Zurriago, no oye más que á Angulema.
El cangrejo porque se vuelve atrás de sus mismas opiniones francamente:
abeja en el chupar: reptil en el serpentear: mimbre en lo flexible:
aire en el colarse: agua en seguir la corriente: espino en agarrarse á
todo: aguja imantada en girar siempre hacia su norte: girasol en mirar
al que alumbra: muy buen cristiano en no votar: y seméjase, en fin, por
lo mismo al camello en poder pasar largos días de abstinencia; así es
que en la votación mal decidida álzase el ministerial y exclama: «Me
abstengo:» pero, como aquel animal, sin perjuicio de desquitarse de la
larga abstinencia á la primera ocasión.
El ministerial anda á paso de reforma; es decir, que más parece que se
columpia, sin moverse de un sitio, que no que anda.
Es por último el ministerial de suyo tímido y miedoso. Su coco es el
urbano: no se sabe por qué le ha tomado miedo; pero que se le tiene es
evidente: semejante á aquel loco célebre que veía siempre la mosca en
sus narices, tiene de continuo entre ceja y ceja la anarquía: y así la
anda buscando por todas partes, como busca Guzmán en _la Pata de cabra_
las fantasmas por entre las rendijas de las sillas.--El ministerial,
para concluir, es ser que dará chasco á cualquiera, ni más ni menos
que su amo. Todas las esperanzas anteriores, sus antecedentes todos se
estrellan al llegar al sillón; á cuyo propósito quiero contar un cuento
á mis lectores.
Era año de calamidad para un pueblo de Castilla, cuyo nombre callaré;
reunióse el ayuntamiento, y decidió recurrir á otro pueblo inmediato,
en el cual se veneraba el cuerpo de un santo muy milagroso, según
las más acordes tradiciones, en petición de la sagrada reliquia y de
algunas semillas de granos para la nueva cosecha. Hízose el pedido,
que fué al punto mismo otorgado. Al año siguiente pasaba el alcalde
del pueblo sano por el afligido: es de advertir que contra todas las
esperanzas, si bien la cosecha era abundante, el cielo, que oculta
siempre al hombre débil sus altos fines, no había querido terminar
la plaga, sin duda porque al pueblo no le debía de convenir.--¿Cómo
ha ido por ésta?, le preguntaba el uno al otro alcalde.--Amigo,
le respondió el preguntado, con expresión doliente y afligido, la
semilla asombrosa... pero... no quisiera decírselo á usted.--¡Hombre!,
¿qué?--Nada: la semilla, como digo, asombrosa, pero el santo salió
flojillo.
Los ministeriales efectivamente, amigo lector, no quisiera decirlo,
pero salieron también flojillos.


SEGUNDA CARTA DE UN LIBERAL DE ACÁ
Á UN LIBERAL DE ALLÁ

Sin duda será cosa que te asombre, querido Silva Carballo
d'Alburquerque, recibir mi segunda carta antes que la primera. Ya se
ve, acostumbrados ahí en Portugal á proceder lógicamente y empezar
siempre por el principio, me tratarás de loco, si es que no me tratas
de ministerial. Pero te has de hacer varios cargos. En primer lugar, no
en todas partes hay las mismas costumbres. En España solemos empezar
por lo último, dejándonos lo principal en el tintero, y pensar que yo
solo me he de salir del camino trillado es pedir peras al olmo, ó,
lo que es lo mismo, libertad á un ministerio; es buscar cotufas en
el golfo; más claro, por si no entiendes este refrán, es buscar una
sentencia de muerte en causa carlista.
Ni yo veo la necesidad de empezar siempre por el principio, sobre ser
esto cosa que á cualquiera le ocurriría, y aquí no somos cualquiera: el
empezar por lo último tiene la singular ventaja, que á ti no te habrá
ocurrido, de aparecer las cosas acabadas desde luego. Las naciones se
manejan como los sonetos; los cuales si han de ser buenos, no hay poeta
mediano que no los empiece por el último verso. Agrega á esto que de
hacer las cosas mal, resulta otro beneficio, cual es el de poderlas
enmendar, y así lo que no va en el libro va en la fe de erratas. Á
cuyo propósito viene de perilla el recordarte el cuento de nuestro don
Bartolomé, acerca del mal pintor que quería blanquear, y luego pintar
su casa, y á quien un inteligente aconsejaba que mejor le estaría para
su gloria pintarla primero y después blanquearla.--En segundo lugar
has de saber que mi primera carta fué malamente interceptada: y no es
decir que te la enviase yo por Vizcaya, lo cual hubiera sido grave
error geográfico, sino por el conducto de este malhadado periódico, que
perdone la censura. Pero es de advertir, amigo, que un periódico es en
el día en punto á interceptaciones una verdadera Vizcaya. Es más fácil
casi llevar un pliego al general en jefe, aunque no se sepa dónde para,
que hacer llegar al público un mal artículo. Verdad es que, si hemos de
hablar claro, es más fácil saber dónde está el público que dónde está
Rodil: ya ves que no te lo pondero poco. Cada periódico dice que lo
tiene en su casa; pero en realidad el público es como la libertad, que
todos dan en decir que la tenemos, y ninguno la ve.
Interceptada, pues, mi primera carta, ¿qué otro recurso me queda que
escribirte la segunda? Si yo no fuera tan escrupuloso, bien pudiera
llamar segunda á la primera; pero yo, amigo, como Boileau, _j'appelle
un chat un chat et Rolet un fripon_.
Y así me dejaran, como llamaría otras muchas cosas por su nombre: que
á creerme autorizado como el ministerio de lo interior á mudar los
nombres á las cosas, ya puedes imaginarte que no sería por mis cartas
por donde empezaría.
Vamos á otra cosa; ¿no hay facciosos en Portugal, querido Silva? ¿Hay
país más raro? ¿Cómo podéis vivir sin facciosos? ¿De qué habláis pues?
¿á quién perseguís? ¿de qué llenáis vuestra gaceta? ¿Vivís sin partes
oficiales, sin sorpresas? Raro me habían dicho que era Portugal, pero
no tanto.
Dolorosa me ha sido la muerte de vuestro don Pedro, muy dolorosa, más
por afición que le tenía, que por creer que os fuese necesario. Sin ir
más lejos, aquí no hemos tenido don Pedro, y nos hemos pasado sin él:
verdad es que también nos pasamos sin otras cosas. ¿Es posible que en
Portugal nadie tiene miedo á los liberales? ¡Lo que va de un clima á
otro! Lo mismo sucede con esto que con las tarántulas, que en tierra de
Tarento son ponzoñosas, y en países más fríos no; por acá los liberales
son tremendos; así es que les tenemos, no diré un miedo cerval, pero
sí un miedo ministerial. Si el liberal, sobre todo, ha emigrado, y si
necesita empleo para vivir, es cosa muy perjudicial: los liberales
buenos son los que no han emigrado, ni se han estado aquí, y los que
no necesitan comer para vivir. Los demás llevan siempre la anarquía
en el bolsillo. En Portugal, por el contrario, los temibles eran los
miguelistas; aquí no: aquí los carlistas son como si dijéramos de
casa... pero baste en este punto.
Por las gacetas, dices, conoces que lo de Vizcaya va bien; yo lo creo:
un señor procurador bien informado ha dicho no ha mucho en el Estamento
que el año pasado tenía la facción unos dos mil hombres, y que en
el día cuenta veinte mil; me parece, pues, que no puede ir mejor; la
facción parece deuda del Estado según crece.
Preguntarásme de dineros: en eso sí que estamos bien: ya sabes por la
mucha filosofía que has estudiado, que no es más rico aquél que tiene
más dinero, sino aquél que tiene menos deseos. Por esta regla de eterna
verdad, ¿qué nación más rica que la nuestra? Aquí nadie desea más de lo
que tenemos: ¡mira tú si nos contentamos con poco! En realidad no falta
casi nada, porque no falta más que dinero. Pero esto se compondrá, Dios
y un empréstito mediantes.
Por las discusiones del Estamento te enterarías de como la España
no está bastante civilizada; en una palabra, bastante madura para
instituciones más anchas. Pero si no está madura para eso, lo está en
cambio para otras cosas. Para pagar lo que se ha comido y lo que no
se ha comido; para reconocer sus deudas y las ajenas está en toda su
sazón. Se desgaja del árbol. En punto á deudas está al nivel de las
naciones más cultas. Efectivamente, si es señal de madurez en la fruta
el estar caída, convengamos en que nuestra patria está más que madura;
está pasada.
Con respecto á caminos no hay otra novedad, si es que eso se puede
llamar novedad, que el seguir los más de ellos interceptados, incluso
el de las reformas. Á bien que siempre nos queda expedito el del cielo,
que es el gran camino, y por el cual caminamos á pasos agigantados con
toda la paciencia de buenos cristianos: los demás en realidad más son
veredas que caminos.
Á propósito de veredas, ya sabrás que han nombrado á Mina para la
guerra de Vizcaya. Mina hará una carrera rápida con este gobierno. Un
año ha tardado no más en ser empleado. Otro año más, y sabe Dios adónde
llegará.
El Estamento de Próceres tuvo antes de ayer una sesión: es probable que
tenga otras.--Sabrás como ya se emplean por todas partes los hombres
de talento. No se da un solo destino que no sea al mérito.
La milicia urbana ya se ha reunido, no sólo una vez, sino que creo que
ha sido hasta dos. Se dice que si dará ó no dará un poquito de servicio
las tardes de los días de fiesta en el teatro. Con esto ya verás qué
paso lleva Zumalacárregui.
El cólera sigue haciendo en algunas provincias más estragos que un
reglamento de censura.
Mucho me alegro de que en Portugal seáis tan libres y tan felices. Aquí
es enteramente lo mismo.
Hasta otra, querido Silva.--_El liberal de acá._


PRIMERA CONTESTACIÓN DE UN LIBERAL DE ALLÁ
Á UN LIBERAL DE ACÁ

Dices, querido liberal casteçao, que me asombrará el recibir tu segunda
carta antes que la primera. Te equivocaste, amigo, como es estrella
vuestra en todas ocasiones: á mí en hablándoseme de ese país no me
asombra nada. Hubiérame antes parecido cosa rara haber recibido tus
cartas por su orden. Ya por acá sabemos que en punto á _cartas_ no
jugáis muy limpio.
Pero, en fin, he recibido la segunda, á propósito de lo cual te diré
que vengan ellas, y vengan como y cuando puedan, que yo luego las
ordenaré, como Dios me diere á entender, á semejanza de aquél que, no
sabiendo más de ortografía que muchos gobernantes de gobierno, enviaba
juntos en la posdata gran número de comas y signos de puntuación,
añadiendo á su corresponsal: _por lo que hace á los puntos y las
comas_, ahí van todos juntos para que usted se entretenga en ponerlos
en su lugar, que yo ando de prisa.
Nótase en toda tu carta cierto mal sabor de ironía, capaz de dar
vahídos al más duro de cabeza, si se les diese á ciertas cabezas duras
algo de algo. Por el rey don Sebastián te juro que no entiendo por qué
os quejáis tanto los liberales casteçaos. ¿Tenéis vosotros vencedores
y vencidos? Claro está que no; porque aunque los facciosos en algunas
partes hasta ahora han podido más, se les debía contar lo que de dos
que habían reñido decía un chusco, al preguntarle quién de los dos
había podido más. «Claro está, respondió, que el que cayó debajo,
puesto que tuvo al otro encima».
Ellos han podido más, porque en realidad siempre os tienen encima.
Insisto por otra parte en que no hay vencedores ni vencidos, como dice
vuestro ministerio; para convencerse de lo cual basta echar una ojeada
á los puestos respectivos que ocupaban el año 32 Calomarde y los suyos,
y á los que ocupan en el día sus sucesores: esas mudanzas no han sido
haber vencedor ni vencido, sino finura de Calomarde, que ha renunciado
generosamente su sillón á los que mandan en el día.
Convengamos en que es un gran consuelo para uno que lo pasa mal,
decirle al oído: lo pasa usted mal, pero hágase usted cargo de que no
hay vencedores ni vencidos. En no habiendo vencedores ni vencidos, que
te roben al volver de una esquina, que te salga una lupia en medio
de la frente, ó una joroba en medio de las espaldas, nada te debe
de importar: porque sin esos vencedores y vencidos no hay felicidad
posible en la tierra, como lo hallarás escrito en todos los filósofos.
Ahora con vencedores y vencidos marchas por tu camino como un coche
con sus ruedas. Despachaos, pues, los liberales casteçaos á vencer á
alguien, y si los carlistas no se dejan vencer, venceos por el pronto á
vosotros mismos, que ése será el vencimiento que esos señores querrán
dar á entender como necesario para que todo entre en caja, sobre ser
esa clase de victoria la más agradable á los ojos de Dios.
Y aunque no tuvierais en cada desgracia que os sucede el gran consuelo
de reflexionar que no hay vencedores ni vencidos, no veo yo la causa de
tanta aflicción. Que está el pretendiente en Vizcaya... y bien: ¿y qué
es el pretendiente? Según una feliz expresión de un diputado francés,
traducida y arreglada para vosotros por un amigo tuyo y mío, nada: un
faccioso más.
Que se ha aumentado la facción; que tenía dos mil hombres el año
pasado, y que éste tiene veinte mil, como me dices en tu segunda carta.
Pero ¿qué es eso, amigo mío? Bien contado, nada: diez y ocho mil
facciosos más.
Que os dió gran dolor lo de Carondelet: ¡oh almas apocadas! ¿Y qué es
eso bien mirado? Nada: una sorpresa más.
¡Ay, amigo, las cosas son como se quieren ver! Filosofemos un momento.
Quiero suponer que volviéramos al año 23, que es todo lo peor que os
podría suceder. ¿Y bien?, á los ojos de la poesía, ¿qué sería esto?
Nada: diez años más de despotismo; y que te ahorcasen á ti por ejemplo.
¿Y qué sería esto comparado con la inmensidad del universo? Nada: un
ahorcado más en el mundo.
Que no tenéis dinero... ¿y qué es eso? Nada: una miseria más. Que no
teniendo un cuarto, habéis reconocido todo lo anterior. ¿Y qué es eso?
Nada: una deuda más. Que tenéis que recurrir á un empréstito. ¿Y qué es
eso? ¡oh ánimas mezquinas! Nada: un empréstito más. Que hay cólera, en
fin, en varias provincias... ¿Y qué es eso últimamente? Una calamidad
más.
Ya ves que tomadas las cosas de esa manera, maldito si hay por qué
afligirse. Á propósito de afligirse, ¿qué hay del ministerio del
interior? Después de haber mudado los nombres á las cosas, supongo que
habrá hecho mil otras reformas de primera importancia. Escríbeme largo
en ese punto, si hay de qué.
¿Cómo va de milicia urbana? Ya inspirará confianza á todo el mundo; ya
estará toda organizada y armada; doylo por supuesto.
Háceme reir por último en tu carta lo que del miedo que á los liberales
se tiene por ahí, me dices. En cuanto á eso y en cuanto á los muchos
que han andado de cárcel en cárcel, y de destierro en destierro por
conspiradores, así como á los que andan sin colocación todavía por
anarquistas, concluiré esta misiva con recordarte el lema que un
escribano ladino encontró en un pesado mamotreto, revolviendo el
archivo de la chancillería de Valladolid. Decía así: «Causa formada á
las monjas del convento de Santa Clara de esta ciudad, por volar, y
otros excesos».
Así me parece á mí que son los excesos de esos pobres liberales de
Castilla como los vuelos de las madres: con lo cual quedo á tus
órdenes, esperando noticias de esa nación privilegiada, la cual se me
figura que andando siglos podrá llegar algún día á remontarse á la
altura de Portugal.--_O senhor don Sebastian Carvalhao d'Alburquerque._


LA CUESTIÓN TRANSPARENTE

No ha dos días que un señor orador apellidó en el Estamento de
Procuradores á la cuestión de los empleos, cuestión transparente,
You have read 1 text from Spanish literature.
Next - Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 15
  • Parts
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 01
    Total number of words is 4060
    Total number of unique words is 1434
    36.2 of words are in the 2000 most common words
    47.4 of words are in the 5000 most common words
    53.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 02
    Total number of words is 4782
    Total number of unique words is 1582
    35.9 of words are in the 2000 most common words
    47.9 of words are in the 5000 most common words
    53.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 03
    Total number of words is 4874
    Total number of unique words is 1604
    35.9 of words are in the 2000 most common words
    48.9 of words are in the 5000 most common words
    56.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 04
    Total number of words is 4871
    Total number of unique words is 1537
    35.7 of words are in the 2000 most common words
    48.2 of words are in the 5000 most common words
    54.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 05
    Total number of words is 4943
    Total number of unique words is 1662
    37.0 of words are in the 2000 most common words
    49.0 of words are in the 5000 most common words
    56.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 06
    Total number of words is 4940
    Total number of unique words is 1599
    38.5 of words are in the 2000 most common words
    51.8 of words are in the 5000 most common words
    58.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 07
    Total number of words is 4817
    Total number of unique words is 1586
    37.0 of words are in the 2000 most common words
    50.9 of words are in the 5000 most common words
    56.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 08
    Total number of words is 4758
    Total number of unique words is 1530
    36.8 of words are in the 2000 most common words
    52.2 of words are in the 5000 most common words
    59.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 09
    Total number of words is 4823
    Total number of unique words is 1611
    37.4 of words are in the 2000 most common words
    50.0 of words are in the 5000 most common words
    56.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 10
    Total number of words is 4865
    Total number of unique words is 1531
    35.8 of words are in the 2000 most common words
    49.9 of words are in the 5000 most common words
    56.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 11
    Total number of words is 4694
    Total number of unique words is 1541
    33.5 of words are in the 2000 most common words
    46.4 of words are in the 5000 most common words
    54.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 12
    Total number of words is 4778
    Total number of unique words is 1602
    37.0 of words are in the 2000 most common words
    50.4 of words are in the 5000 most common words
    57.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 13
    Total number of words is 4909
    Total number of unique words is 1601
    36.7 of words are in the 2000 most common words
    50.2 of words are in the 5000 most common words
    57.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 14
    Total number of words is 4975
    Total number of unique words is 1499
    38.4 of words are in the 2000 most common words
    50.6 of words are in the 5000 most common words
    57.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 15
    Total number of words is 4955
    Total number of unique words is 1565
    37.7 of words are in the 2000 most common words
    50.5 of words are in the 5000 most common words
    57.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 16
    Total number of words is 4933
    Total number of unique words is 1634
    36.4 of words are in the 2000 most common words
    50.0 of words are in the 5000 most common words
    56.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 17
    Total number of words is 4915
    Total number of unique words is 1533
    38.1 of words are in the 2000 most common words
    52.1 of words are in the 5000 most common words
    57.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 18
    Total number of words is 4956
    Total number of unique words is 1448
    39.3 of words are in the 2000 most common words
    53.3 of words are in the 5000 most common words
    60.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 19
    Total number of words is 4743
    Total number of unique words is 1499
    35.0 of words are in the 2000 most common words
    49.7 of words are in the 5000 most common words
    57.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 20
    Total number of words is 4932
    Total number of unique words is 1493
    37.6 of words are in the 2000 most common words
    50.4 of words are in the 5000 most common words
    56.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 21
    Total number of words is 5002
    Total number of unique words is 1614
    37.7 of words are in the 2000 most common words
    52.2 of words are in the 5000 most common words
    58.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 22
    Total number of words is 4959
    Total number of unique words is 1599
    37.9 of words are in the 2000 most common words
    52.2 of words are in the 5000 most common words
    58.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 23
    Total number of words is 4871
    Total number of unique words is 1631
    37.2 of words are in the 2000 most common words
    50.6 of words are in the 5000 most common words
    57.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 24
    Total number of words is 4829
    Total number of unique words is 1687
    35.4 of words are in the 2000 most common words
    50.5 of words are in the 5000 most common words
    57.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 25
    Total number of words is 4944
    Total number of unique words is 1651
    35.9 of words are in the 2000 most common words
    50.5 of words are in the 5000 most common words
    57.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 26
    Total number of words is 4838
    Total number of unique words is 1707
    33.9 of words are in the 2000 most common words
    49.1 of words are in the 5000 most common words
    57.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 27
    Total number of words is 4857
    Total number of unique words is 1556
    36.8 of words are in the 2000 most common words
    49.5 of words are in the 5000 most common words
    55.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 28
    Total number of words is 5015
    Total number of unique words is 1474
    38.8 of words are in the 2000 most common words
    52.1 of words are in the 5000 most common words
    58.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 29
    Total number of words is 4990
    Total number of unique words is 1541
    38.8 of words are in the 2000 most common words
    52.1 of words are in the 5000 most common words
    58.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Obras completas de Fígaro, Tomo 2 - 30
    Total number of words is 500
    Total number of unique words is 273
    53.0 of words are in the 2000 most common words
    64.6 of words are in the 5000 most common words
    66.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.