Historia de la literatura y del arte dramático en España, tomo II - 20

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contrario, recibían de ellas adelantos y auxilios en dinero.
[124] Pellicer, en su confuso y desordenado _Tratado histórico_, etc.,
nos habla de ellos sin reflexión ni crítica, refiriéndose unas veces á
los fondos de las hermandades, otras á los de las compañías, ó
confundiendo los de unas y otras, y aumentando siempre con su obscuridad
y defectuoso método las contradicciones que se observan en estos datos.
[125] Por lo curiosas daremos las noticias siguientes:
La suma anual que percibieron las cofradías, hecho el cálculo al
finalizar el siglo XVI, ascendió á unos 14.000 ducados. Cada
representación producía unos 300 reales, y una del 10 de agosto de 1603:
Reales.
Las mujeres en la cazuela 97
Los hombres en el _patio, gradas, bancos_, etc 119
_Los aposentos y desvanes_ 48
_Las celosías y rejas_ 18
---
TOTAL 282

En esta cuenta no se comprende la suma que se reservaba el director de
la compañía.
[126] Mesonero Romanos, en un artículo titulado _Las casas y calles de
Madrid_, de mucho mérito y resultado de diligentes investigaciones, dice
(_Semanario pintoresco_) lo siguiente:
«En los dos teatros populares de Madrid, así como en el suntuoso del
Buen Retiro, del Palacio y de las residencias Reales del Pardo y la
Zarzuela, brillaban indistintamente en su tiempo las musas populares de
Lope de Vega, Tirso, Moreto y Calderón; el primero, sin embargo,
prefería el teatro de la Cruz, y también el rey Felipe IV, que asistía
de incógnito á sus funciones, pasando por la plazuela del Ángel y por
una casa inmediata entonces al teatro, é incorporada después en él, que,
según nuestras noticias, era de D. Jerónimo Villaizán. En este mismo
teatro representaban la aplaudida María Calderón, la no menos famosa
Amarilis (María de Córdoba) y la Antandra (Antonia Granados). D. Rodrigo
Calderón, el duque de Lerma y otros magnates, al contrario, concurrían
más al Príncipe, en donde tenían un aposento con celosías. Las famosas
actrices, posteriores á las antedichas, María Lavenant y María del
Rosario Fernández (la Tirana), representaban comunmente en el Príncipe.»
[127] «Responder quería Don Quijote á Sancho Panza, pero estorbóselo una
carreta que salió al través del camino, cargada de los más diversos y
extraños personajes y figuras que pudieron imaginarse. El que guiaba las
mulas y servía de carretero era un feo demonio. Venía la carreta
descubierta al cielo abierto, sin toldo ni zarzo. La primera figura que
se ofreció á los ojos de Don Quijote, fué la de la misma muerte con
rostro humano; junto á ella venía un ángel con unas grandes y pintadas
alas; al un lado estaba un emperador con una corona, al parecer de oro,
en la cabeza; á los pies de la muerte estaba el dios que llaman Cupido,
sin venda en los ojos, pero con su arco, carcaj y saetas; venía también
un caballero armado de punta en blanco, excepto que no traía morrión ni
celada, sino un sombrero de plumas de diversos colores: con éstas venían
otras personas de diferentes trajes y rostros. Todo lo cual, visto de
improviso en alguna manera alborotó á Don Quijote, y puso miedo en el
corazón de Sancho; mas luego se alegró Don Quijote, creyendo que se le
ofrecía alguna nueva y peligrosa aventura; y con este pensamiento y con
ánimo dispuesto de acometer cualquier peligro, se puso delante de la
carreta, y con voz alta y amenazadora, dijo: «Carretero, cochero ó
diablo, ó lo que eres, no tardes en decirme quién eres, á do vas, y
quién es la gente que llevas en tu carricoche, que más parece la barca
de Caron que carreta de las que se usan.» A lo cual mansamente,
deteniendo el diablo la carreta, respondió: «Señor, nosotros somos
recitantes de la compañía de Angulo el Malo; hemos hecho en un lugar que
está detrás de aquella loma, esta mañana, que es la octava del Corpus,
el acto de las Cortes de la muerte, y hémosle de hacer esta tarde en
aquel lugar que desde aquí se aparece; y por estar tan cerca y excusar
el trabajo de desnudarnos y volvernos á vestir, nos vamos vestidos con
los mesmos vestidos que representamos. Aquel mancebo va de muerte; el
otro, de ángel; aquella mujer, que es la del autor, va de reina; el
otro, de soldado; aquél, de emperador, y yo, de demonio, y soy una de
las principales figuras del auto, porque hago en esta compañía los
primeros papeles.»--_Don Quijote_, parte 2.ª, cap. 11.
[128] _Don Quijote_, parte 1.ª, cap. 12.
En la novela cómica _Alonso, mozo de mucho amor_ (Barcelona, 1625), se
lee la siguiente anécdota, relativa á este punto:
«En un lugar de Castilla la Vieja, un día de Corpus, por la festividad y
regocijo, hicieron una representación unos mozuelos labradores, y fué el
auto de la _Cena de Cristo Nuestro Señor_: púsose en el tablado una mesa
muy bien aderezada; sentáronse á comer los doce apóstoles con su
Maestro; sacaron un cordero en una gran fuente de plata; hízose pedazos
y fueron comiendo de él, y de tan buena gana, como la que tendrían de
almorzar unos mozos en lo mejor de su vida. El que representaba la
persona del glorioso evangelista San Juan, aunque estaba como dormido en
el pecho del Señor, como veía que los demás apóstoles comían, de la
manera que podía, de cuando en cuando, sacaba la mano y cogía del mejor
bocado del cordero, y ayudaba á sus compañeros. El que hacía el
personaje de Judas, enojado con el apóstol, viendo que no guardaba la
propiedad que debía, con mucha cólera le dijo:--O sois San Juan ó no
sois San Juan: si sois San Juan, dormid y no comáis; y si no lo sois,
comed, y vaya otro á servir por vos.»
[129] Cuenta el héroe de esta historia (pág. 136 vuelta), que mientras
sirvió en Sevilla á un director de escena, tenía que escribir los
anuncios todas las mañanas; después, desde la una, estar de centinela á
la puerta del teatro; su amo acudía más tarde, y se sentaba en el
despacho, enviándolo al vestuario para cuidar de los cofres y de los
vestidos que habían de usarse en la comedia. Desempeñaba á veces el
papel de dragón en las _comedias de santos_; otras veces el de muerto en
las piezas trágicas; luego hacía de bailarín, etc.
[130] _Joco-Seria_, _Burlas veras ó Reprehension moral y festiva de los
desordenes publicos en doce entremeses representados y veinte y cuatro
cantados_. _Van insertas seis Loas y seis Jácaras, que los Autores de
comedias han representado y cantado en los teatros de esta Corte._ Por
Luis Quiñones de Benavente: Madrid, 1645, y Barcelona, 1654, fol. 1.--En
esta misma obra (fol. 816), se leen también los siguientes versos,
análogos á los citados:
«Sabios y críticos bancos;
Gradas bien intencionadas;
Piadosas barandillas;
Doctos desvanes del alma;
Aposentos, que callando
Sabéis suplir nuestras faltas;
Infantería española
(Porque ya es cosa muy rancia
El llamaros mosqueteros);
Damas, que en aquesa jaula
Nos dais con pitos y llaves
Por la tarde alboreada:
A serviros he venido.
Seis comedias estudiadas
Traigo, y tres por estudiar,
Todas nuevas: los que cantan
Letras y bailes, famosos,» etc.
Estos versos de Benavente, que cita el Sr. Schack, han sido copiados del
libro que se titula _Colección de piezas dramáticas, entremeses, loas y
jácaras, escritas por el licenciado Luis Quiñones de Benavente, y
sacadas de varias publicaciones ó de manuscritos recientemente allegados
por D. Cayetano Rosell, devotísimo del autor_, como uno de los _Libros
de antaño, nuevamente dados á luz por varios aficionados_: Madrid,
librería de los Bibliófilos, 1872. La obra consta de dos tomos, con
curiosas observaciones al final del primero; notas muy interesantes, y
distintos apéndices al final del segundo, sobre los actores y actrices
de la época.--(_N. del T._)
[131]
«Si hubiere quien tenga _á lengua_
Como _á mano_ algún aplauso,
Un vítor ú otra moneda,
En ésta ú otra ocasión
Se lo pagará el poeta.»
(Francisco de Rojas, _El más impropio verdugo_, á su conclusión.)
[132] Cervantes, _Persiles y Sigismundo_, lib. III, cap. 2.º--Guevara,
_El diablo cojuelo_, tranco 4.º
[133] Montalván, _Fama póstuma_.
[134] Lope de Vega dice expresamente (prólogo al tomo IX de sus
_Comedias_), que él no ha escrito ninguna comedia, para ser
trasplantadas del teatro al gabinete del lector.--El ejemplo de
Cervantes, que imprimió las suyas antes de ser representadas, quizás sea
el único que nos ofrezca la literatura española de su época.
[135] Son útiles para este propósito, entre las obras de Lope, sus
innumerables epístolas, las dedicatorias de sus comedias, y la segunda
parte de _La Filomena_ y _La Dorotea_. Según parece, el poeta refiere en
la última, bajo del nombre de Don Fernando, las aventuras de una parte
de su juventud. Pero como la poesía puede ir mezclada con la realidad,
es conveniente no dar entero crédito á cuanto en ella dice, y en este
concepto el Sr. Fauriel no anda muy acertado, cuando (_Revue des deux
mondes_, cap. 19) considera como sucesos reales de la vida de Lope
cuantos en ella se refieren; lo contrario, aunque igualmente erróneo, es
lo sostenido por un Sr. Damas Hinard (en la _Revue independante_), de
que toda la novela es una ficción, puesto que el mismo Lope afirma más
de una vez que la historia es verdadera, y que mucha parte de la vida de
Don Fernando concuerda con las vicisitudes bien conocidas de la suya.
Parécenos lo mas sensato adoptar un justo medio entre ambos extremos,
considerando á _La Dorotea_ como un auxilio para ilustrar la biografía
de nuestro poeta, siempre que sus indicaciones estén confirmadas por
otros datos auténticos.
[136] _Epístola de Belardo á Amarilis._
[137] En una colección de cartas de Lope de Vega al duque de Sessa, que
D. Agustín Durán ha copiado del original autógrafo, y que me ha dejado
examinar por la amistad que me profesa, se encuentra lo siguiente:
«Yo nací en Madrid, pared en medio de donde puso Carlos V la soberbia de
Francia entre dos paredes, y, siempre que se ofrezca ocasión, hará su
nieto lo mismo á ejemplo de su padre, pues de él y de San Quintín no se
podrá olvidar las veces que entrare en San Lorenzo.»
Según Mesonero Romanos, el más profundo conocedor de todas las
localidades de Madrid, Lope de Vega nació en la calle Mayor, y en la
casa, ahora de construcción moderna, números 7 y 8 antiguos y 82
moderno, manzana 415. Como esta casa está situada cerca de la antigua
puerta de Guadalajara y de la plazuela de la Villa, en donde Francisco I
estuvo prisionero en la casa de los Lujanes, concuerda este dato con la
indicación hecha por el mismo Lope de Vega. Es cosa notable que la casa,
en donde nació este gran poeta, estuviera frente por frente de aquella
otra, en la cual habitó Calderón la mayor parte de su vida.
La colección epistolar mencionada, de cuya autenticidad no puede
dudarse, porque el mismo Durán asegura haberla copiado de las originales
autógrafas de Lope, y que además ofrecen signos y caracteres intrínsecos
muy fidedignos, contiene muchas noticias insignificantes; pero hay otras
útiles para completar y confirmar la biografía de Lope.
Lo más importante es el párrafo de una, fecha en Madrid á 6 de julio de
1611, en que dice: «Aquí paso, señor excelentísimo, mi vida con este mal
importuno de mi mujer, ejercitando actos de paciencia, que si fuesen
voluntarios como precisos, no fuera aquí su penitencia menos que
principio del Purgatorio,» y otra de 7 de septiembre de 1611, en la cual
dice al duque que su esposa Juana está mejor. Dedúcese también de ella
que Lope no entró tan pronto en el estado eclesiástico como Navarrete
indica, y, siguiéndolo yo, repetí después... Algunas dudas se me
ocurrieron no se hubiese cometido algún error en la copia de la fecha;
pero, después de pensarlo maduramente, he averiguado que otras
circunstancias confirman su exactitud. Sabemos por Montalván que la
segunda mujer de nuestro poeta murió poco después de su hijo Carlos;
pero entonces dedicó Lope sus _Pastores de Belén_, cuya primera edición
apareció en 1612 (la licencia es de noviembre de 1611), á este mancebo,
y no es posible admitir que, si al publicarse el libro, ó, por lo menos,
al escribirse para la impresión, no viviera ya, la dedicatoria no
llevara signo alguno de la pena de su padre. Añádese á esto que en otra
carta de 4 de agosto de 1604 se dice que Juana da buenas esperanzas;
pero como nosotros sólo sabemos de dos hijos, que Lope tuvo de su
segunda esposa (Marcela y Lope, el más joven, fueron fruto de otras
relaciones amorosas), y como el nacimiento de su hija Feliciana coincide
con la muerte de su madre (epístola de Belardo á Amarilis), hay que
deducir que el hijo nacido de Juana, á mediados de 1603, fué este mismo
Carlos. Este murió, según dice Montalván, á la edad de siete años, y,
por tanto, su muerte no pudo ocurrir antes de 1611; y si la fijamos á
fines del otoño de este año (cuando _Los Pastores de Belén_ estaban ya
en prensa), hubo de vivir Doña Juana, por lo menos, hasta fines de 1612.
Lope pudo ser ya entonces hermano de cofradías, y sólo más tarde
ordenarse de sacerdote.
De la carta última, á que aludimos, y del contenido de otras, copio aquí
la parte de ellas, que ofrece algún interés para conocer la vida de Lope
ó la historia del teatro, siendo digno de especial atención lo que dice
de Cervantes, porque realmente da á entender que hubo enemistad grave
entre estos dos grandes hombres.
«Toledo 4 de Agosto 1604. Yo tengo salud y toda aquella Casa. D.ª Juana
está para parir, que no hace menores los cuidados. Toledo está caro pero
famoso, y camina con propios y extraños al paso que suele; las mugeres
hablan, los hombres tratan, la justicia busca dineros, no la respetan
como la entienden, representa Morales, silvale la gente: unos caballeros
están presos, porque eran la causa de esto: pregonose en el patio que no
pasase tal cosa, y asi apretados los Toledanos por no silvar se peen,
que para el Alcalde mayor ha sido doble desacato porque estaba este dia
sentado en el patio. Aplacó esto porque hizo _La Rueda de la fortuna_,
comedia en que un Rey aporrea á su muger y acuden muchos á llorar este
paso como si fuera possible......
»De poetas no digo muchos en cierne para el año que viene, pero _ninguno
hay tan malo como Cervantes ni tan necio que alabe á D. Quixote_. Dicen
en esta ciudad que se viene la corte para ella. Mire Vd. por donde me
voy á vivir á Valladolid, porque si Dios me guarda el seso, no mas
Cortes, coches, caballos, Alguaciles, músicos, rameras, hambres,
hidalguias, poder absoluto y sin P... disoluto, sin otras sabandijas que
avia ese Oceano de perdidas y escuela de desvanecidos... no mas, por no
imitar a Garcilaso en aquella figura _Correctionis_ quando dijo
A satira me voy mi paso á paso,
_cosa para mi mas odiosa que mis librillos á Almendares y mis Comedias á
Cervantes_.
»Si allá murmuran de ellas _algunos_ que piensan que las escribo por
opinion, desengañeles Vm. y dígales que por dinero.»
Carta sin fecha: «Estos dias he escrito un libro que llamo _Pastores de
Belen_, prosa y versos divinos á la traza de _La Arcadia_. Dicen mis
amigos, lisonja aparte, que es lo mas acertado de mis ignorancias, con
cuyo animo le he presentado al Consejo y le imprimiré con toda brebedad,
que ha sido devocion mia, y aunque de materia sagrada, tan copiosa de
historia humana y divina que pienso será recibido igualmente.»
Carta sin fecha: «No hay acá cosa nueva mas de que el gran Morales vino,
y anoche estaban Pastrana, etc., la Señora Josefa Vaca descolorida y
menos arrepentida. Hiciéronles bayles, vilos desde la calle por la reja,
y habiendo dicho Victor, respondió dentro Pastrana: Esto habiamos de
decir nosotros, y llovieron albricias de boca por todo el aposento.
»Carlos anda con calzones, dice que desea que V. E. le vea.»
«Toledo á 4 de Septiembre de 1605. Mi Jerusalén enviela á Valladolid
para que el consejo me diese licencia. Imprimirela muy á prisa y el
primero tendrá V. E. Es cosa que he escrito en mi mejor edad y con
estudio diferente que otras de mi juventud, donde tiene mas poder el
apetito y corazon.»
«Lerma á 19 de Octubre de 1613. Ya, Señor Exmo., estamos de partida para
Ventorrilla. El miercoles se hará en aquel jardin, si quiere el agua, la
comedia de estos caballeros y luego tomaré yo, si Dios fuese servido, el
camino de mi casa para servir á V. E., como deseo...--Muy metidos
estamos en hacer Dragones y serpientes para este teatro; pudiera
ahorrarse la costa con darnos algunas de estas Señoras mondongas...--De
Madrid me han escrito que por pregon público se ha prohibido que las
mugeres no vayan á la Comedia, no se que se murmura aquí acerca de la
causa.»
La noticia que doy de que Lope se casó con Isabel de Urbina,
inmediatamente después de su vuelta de Inglaterra, se ve confirmada por
la siguiente anécdota, por otra parte, insignificante, que cuenta en una
carta sin fecha, porque no es posible suponer que, en caso contrario,
refiriera de sí mismo lo que dice:
«Quiero contarle á V. E. un cuento, y es, que llegando yo mozuelo á
Lisboa quando la jornada de Ingalaterra se apasionó una cortesana de mis
partes y yo la visité lo menos honestamente que pude. Dile unos
escudillos, reliquias tristes de las que habia sacado á una vieja madre
que tenia, la qual con un melindre entre puto y grave me dijo asi: No me
pago cuando me huelgo.»
Carta sin fecha: «No se si es sobra de tiempo ó falta de gusto juntar V.
E. estos papeles que me escribe, pero de cualquiera suerte quisiera que
fueran, ya que ignorancias mias, en su original por lo menos, por que
aunque tengan los nombres no serán mias, pues de partos y adulterios ya
no tendrian la primera forma que les di en sus principios. Liñan hizo
algunas y yo las vi: del _Cid_ eran dos, una de la _Cruz de Oviedo_ y
otra que llamaban la _Escolastica_, de Brabonel tambien, y de un _Conde
de Castilla_: no se que escribiere otras: De _Lupercio_ hubo algunas
tragedias, pienso que buenas, lo que permitió aquel siglo en que ni los
ingenios eran tantos ni los ignorantes tan atrevidos....... Se
entretuviera mucho V. E. viendo tanto representante con el luto en los
estómagos que es cosa lastimosa. Todos se han venido aquí, que como es
el corazon este lugar no hay parte necesitada que no le pida favor.»
Merece notarse, como consta de la fecha de otras cartas, que Lope
residió en Toledo, á fines de julio de 1610, y desde el 15 al 22 de
marzo de 1611.--El Marqués de Pidal posee otra colección de cartas
autógrafas de Lope de Vega al duque de Sessa.
[138] _Libro de la vida del V. Bernardino de Obregón_, por D. Francisco
de Herrera y Maldonado, pág. 265 b.
[139] Nicolás Antonio.
[140] Montalván, _Fama póstuma_ en _Las obras sueltas_, tomo XX.
[141] Ibid., y en _Filomena_, pág. 2.
[142] _Arte nuevo de hacer comedias._
[143] _Vida del V. Bernardino de Obregón_, por Herrera, pág. 265.
[144]
«Así desde las Indias á Valaquia
Corra tu nombre y fama,
Que ya por nuestra patria se derrama
Desde que viste la morisca puerta
De Túnez y Biserta.
Armado y niño en forma de Cupido,
Con el marqués famoso
Del mejor apellido,
Como su padre, por la mar dichoso,
No siempre has de atender á Marte airado
Desde tu tierna edad ejercitado.»

[145] Vanderhamen, _Historia de D. Juan de Austria_, lib. IV.--Torres
Aguilera, _Crónica de varios sucesos_, parte 3.ª, caps. 7.º y
8.º--Babia, _Historia pontificia_, parte 3.ª, cap. 7.º
[146] Vanderhamen, libs. IV, V y VI.
[147] V. las _Memorias de la Academia de la Historia_, tomo VI, apéndice
13.--Francisco I, durante su forzosa permanencia en España, exclamó,
admirado de la extraordinaria juventud de muchos soldados españoles:
_¡Oh bienaventurada España, que pare y cría los hombres armados!_--L.
Marineo, _Cosas memorables_, lib. V.
[148] Dedicatoria de _Pobreza no es vileza_, tomo XX.
[149] Si la historia de Fernando, en _La Dorotea_, fuese idéntica en
todo á la de Lope, como lo es en algunos puntos, hubo de ir á la
Universidad á los diez años y abandonarla á los diez y siete; pero lo
primero concuerda difícilmente con los otros datos. Ateniéndonos también
á _La Dorotea_, sus padres hubieron de morir mientras él residía en
Alcalá, apoderándose de sus bienes un malvado, que huyó con ellos á
América.
[150] _Epístola de Belardo á Amarilis._
[151] _Epístola al Dr. Gregorio de Angulo._
[152] En la _Filomena_ se llama Elisa á Dorotea, y Nise á Marfisa.
[153] Dice así:
«Ni mi fortuna muda,
Ver en tres lustros de mi edad primera
Con la espada desnuda
Al bravo portugués en la Tercera,
Ni después, en las naves españolas,
Del mar inglés los puertos y las olas.»
La nimia precisión con que se expresa este poeta español, hablando de
aquel tiempo, nos inclinaría acaso á interpretar las palabras _tres
lustros_ por quince años, y así se ha hecho, en efecto. (Véase un
artículo sobre la vida de Lope, inserto en el cap. 19 de _La Revue des
deux mondes_.) Pero el suceso, á que alude, ocurrió en el año 1577, y no
concuerda con la historia, que nada nos habla de expedición alguna en
dicho año contra las islas Azores. Para mí las palabras citadas han de
entenderse _durante tres lustros_, y opino que Lope se refiere á todo el
tiempo en que sirvió como soldado, comprendiendo, por tanto, el
principio de su carrera militar, esto es, su primera expedición á la
costa de África. Este espacio de tiempo abraza justamente unos quince
años, desde 1573 á 1588.
[154] Herrera, _Historia de Portugal_, lib. IV.--Mosquera de Figueroa,
_Comentario de la jornada de las islas de las Azores_, lib. I, fols. 14
y siguientes.--Miñana, en su _Continuación á Mariana_, tomo III, lib.
VIII, cap. 10 de la edición en folio.
[155] Miñana, A., cap. 12.--Herrera, lib. V.--Mosquera de Figueroa, lib.
II, fols. 58 y siguientes.
[156] _Dorotea_, lib. V.--_Filomena_, parte 2.ª
[157] Dedicatoria de _Querer la propia desdicha_ á Claudio Conde (vol.
XV).
[158] «En una jornada de mar, donde con pocos años iba á exercitar las
armas, forzado de mi inclinacion exercité la pluma, donde á un tiempo
mismo el general acabó su empresa y yo la mia. Allí, pues, sobre las
aguas entre jarcias del galeon Sant Juan y las vanderas del Rey
Catholico escribí y traduxe de Turpino estos pequeños cantos: á cuyas
_Rimas_ puse despues la última lima...» Las palabras _acabó su empresa_
aluden á otra expedición, diversa de la dirigida contra Inglaterra, que
fracasó por completo.
[159] Baena, _Hijos ilustres de Madrid_, tomo I, pág. 309.--Navarrete,
_Vida de Cervantes_, pág. 248.--Pellicer, _Vida de Cervantes_, pág. 193.
[160]
«Esta historia verdadera
Que halló su autor en Italia
Del Caballero de Illescas.»
(_Comedias_ de Lope de Vega, parte 14.)
[161] Dedicatoria de _Las Almenas de Toro_, parte 14.
[162] Dorotea, lib. V. La _Egloga á la muerte de Doña Isabel de Urbina_,
por D. Pedro Medina de Medinilla, entre las poesías que siguen á _La
Filomena_, y el verso citado antes, de la _Egloga á Conde_, cuyas
palabras, _hasta que en Alba fué mi noche obscura_, se explican y
completan mutuamente.
[163] Así se deduce de un soneto y de un epigrama latino, que se
encuentran en _Las Rimas_, de Lope de Vega. (Parte 1.ª, soneto 178.)
[164] Por el interés que ofrece, en cuanto se refiere á la familia de
Lope, es digno de nota el párrafo siguiente de la dedicatoria de _El
Valor de las mujeres_ (impresa en 1623 del tomo XVIII de sus
_Comedias_): «Marcela es ya monja descalça. Lope está en Sicilia con el
excelentísimo marqués de Santa Cruz, mi señor y mi protector.»
[165] Epíst. á D. Francisco de Herrera.
[166] _Fundación y fiestas de la congregación del Oratorio de la calle
del Olivar_, por D. Joséf Martínez de Grimaldo. Madrid, 1657, IV, fólio
24.--Navarrete, _Vida de Cervantes_, pág. 468.
[167] D. Agustín Durán poseía un cuaderno autógrafo de Lope, que
contiene escritos suyos diversos, y entre ellos algunas poesías líricas
inéditas. Muchos de sus renglones aparecen rayados con innumerables
enmiendas y adiciones. Es notable el plan de una comedia _La palabra
vengada_, algo detallado, que se encuentra también en este cuaderno.
[168] Dieze, en sus notas á Velázquez y Navarrete, en la _Vida de
Cervantes_, dice que el _Arte nuevo de hacer comedias_ es del año 1602;
Moratín le atribuye la fecha de 1609, y este dato parece el verdadero,
porque el número de comedias, compuestas por Lope, que indica aquí,
concuerda con el señalado por Pacheco en su apología del poeta, que
precede á _La Jerusalén conquistada_, y excede considerablemente al
expresado en el preámbulo al _Peregrino_ en 1603.
[169] Cristóbal de Mesa, _Rimas_: 1611, fols. 187 y 216.--Artieda,
_Discursos y epigramas_, fol. 87.--Villegas, _Eróticas_, epíst.
7.ª--Figueroa, _El pasajero_: Madrid, 1607, fols. 103 y 108.
[170] León Pinelo, en sus _Anales de Madrid_, no impresos, habla así de
la fama y admiración general de que gozó Lope de Vega:
«Llegó á conseguir tanta estimacion para con todos, que se puede
advertir de esto tres raras circunstancias que de otro ninguno se dicen:
la primera, que no hubo en España grande, título, prelado, caballero,
ministro, religioso ni hombre de calidad, letras y partes que no le
buscase, y si se ofrecia no le diese con mucho gusto su lado y su mesa.
Y de fuera de España le comunicaron todos los grandes ingenios, y hasta
el pontífice Urbano VIII, de feliz memoria, que no habia persona de
cualquier habilidad ingenua en toda Europa de quien no tuviese
particular noticia. La segunda circunstancia fué la estimacion que le
dió el pueblo donde quiera que estuvo, y particularmente en esta corte,
donde en oyéndole nombrar los que no le conocian se paravan en las
calles á mirarle con atenzion, y otros que venian de fuera luego le
buscavan y á vezes le visitavan solo por ver y conocer la mayor
maravilla que tenia la corte, y muchos le regalavan y presentavan
alhajas, sin más título que el de ser Lope de Vega, y si llegava á
comprar cualquiera cosa de mucha ó poca calidad, en saviendo que era
Lope de Vega, se la ofrezian dada ó se la vendian con toda la cortesía y
baja de valor que les era posible; la terzera es notable que dieron en
Madrid, más de veinte años antes que muriese, ese dezir por adagio á
todo lo que querían zelebrar ó alavar por bueno, que era de Lope, los
plateros, los pintores, los mercaderes, hasta las vendedoras de la
plaza, por grande encarezimiento, pregonavan fruta de Lope, y un autor
grave, que escribió la historia del señor D. Juan de Austria, para
levantar de punto la alavanza, dijo de uno que era capitan de Lope, y
una muger, viendo pasar su entierro, que fué grande, sin saver cuyo era,
dijo que aquel era entierro de Lope, en que acertó dos vezes.»
Después de describir prolijamente León el entierro de Lope, dice del año
1636:
«En este insigne ingenio tuvieron principio las comedias en la forma que
hasta oy permanezen, y con su muerte han ydo descaeziendo, de modo que
el Doctor Montalvan, en el año de 1632, pone setenta y siete poetas, de
que refiere los nombres, y los más escrivian comedias; oy no podremos
señalar quatro que se apliquen á esta ocupazion, y así se van
despoblando los Theatros y desaciendo las compañías de la farsa.»
[171] Pinelo, _Anales de Madrid_, manuscrito del año 1635.--Francisco
Manuel de Melo, _Apólogos dialogales_: 1657, pág. 635.--Quevedo, en las
_Obras de Burguillos_.--Montalbán, I, c.
[172] Fabio Franchi, el editor de las exequias poéticas é italianas de
Lope, dice así: «Negli anni del 30, 31, 32, che mi trovai en Madrid,
conobbi e practicai il famosissimo poeta spagnuolo Lope de Vega, é
sebbene mio principal fine di audare in Spagna doveva essere per
conoscere quest'insigne homo, fu almeno la cosa, che portai piu
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