Historia de la literatura y del arte dramático en España, tomo II - 19

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Inventivas, novedades,
Música, entremeses, letras,
Graciosidad, bailes, máscaras,
Vestidos, galas, riquezas,
Torneos, justas, sortijas,
Y al fin, cosas tan diversas,
Que en punto las vemos hoy,
Que parece cosa incrédula
Que digan más de lo dicho
Los que han sido, son y sean.
¿Qué harán los que vinieren,
Que no sea cosa hecha?
¡Qué inventarán, que no esté
Ya inventado? Cosa es cierta.
Al fin, la comedia está
Subida ya en tanta alteza,
Que se nos pierde de vista:
¡Plega á Dios que no se pierda!
Luce el sol de nuestra España;
Compone Lope de Vega,
La fénix de nuestros tiempos
Y Apolo de los poetas,
Tantas farsas por momentos,
Y todas ellas tan buenas,
Que ni yo sabré contarlas,
Ni hombre humano encarecerlas.»
Después menciona Rojas otros dramáticos, cuyo mayor número son los que,
según Cervantes, «han ayudado á llevar esta gran máquina al gran Lope.»
[88] Lope de Vega llamaba á su Dorotea, que no está en verso, _acción en
prosa_, y Calderón, á la pieza en dos actos titulada _El Jardín de
Falerina, representación de dos jornadas_.
[89] Sirva esta prueba para demostrar que la palabra comedia era mucho
más absoluta que la de tragedia, comprendiéndose la última en la
primera. Varios poetas, más bien por capricho, que para indicar la
diferencia esencial entre una y otra, pusieron á algunas obras suyas el
nombre de _tragedia_; pero estas tragedias, en las antiguas ediciones,
van seguidas casi siempre de las palabras sacramentales: _comedia
famosa_.--Mira de Mescua acaba su _tragedia del conde Alarcos_ (parte
5.ª de _las comedias escogidas_: Madrid, 1653) de esta manera:
«Damos fin á una tragedia
Que resulta en mayor gloria,
Y si os agrada la historia,
Dad perdón á la comedia.»
Lope de Vega apostrofa de esta suerte, en su _Laurel de Apolo_, al
capitán Virués:
«¡Oh ingenio singular! en paz reposa,
A quien las Musas cómicas debieron
Los mejores principios que tuvieron;
Celebradas tragedias escribiste.»
Poca importancia debe darse también al título de _tragicomedia_, que
suele preceder á algunos dramas españoles. Demuéstralo Lope de Vega en
los prólogos ó dedicatorias de las suyas, que llevan aquel título,
llamándoles _comedias_.
[90] _Poética_ de Aristóteles, IV; _Retórica_, III, 8; _Demetrius de
elocutione_, párr. 43.
[91] La estrofa, que originaria y propiamente se llama _lira_, constaba
de cinco versos, y traía su nombre de una célebre oda de Garcilaso, que
comenzaba así:
«Si de mi baja _Lira_
Tanto pudiese el son, que en un momento
Aplacase la ira
Del animoso viento
Y la furia del mar y el movimiento.»
Extendióse después este nombre á la estrofa pareada de seis versos, tal
como aparece de los ejemplos siguientes de la jornada primera de _Sin
honra no hay valentía_, de Moreto:
«Divino y claro objeto,
Del regalado Amor lugar sagrado,
De Venus dedicado
Por afable y gallardo y por secreto,
Donde Amor se regala,
Pluma del sol, que con su luz se iguala:
Jardín bello y florido
Que con decir agradecido basta,
Pues de flores vestido
Con tan clara limpieza honesta y casta,
Tesoro de Amaltea
Ejercitas en trono de la idea.»
Esta es la lira dramática. En los versos citados pueden verse las
combinaciones posibles de los cuatro primeros. No hay necesidad absoluta
de que alternen los versos de tres y de cinco pies, y el poeta puede
seguir otro sistema, aunque obligándose á no variarlo, una vez adoptado,
en las demás estrofas. Cuídese, sin embargo, de no confundir la lira con
la silva, como lo han hecho muchos escritores.
[92] Quintillas de pie quebrado:
«No aumenten, doña María,
Mis ansias vuestros enojos,
Que en vos salen por los ojos
Parando en el alma mía.
No sabía
Que desposados los dos
(¡Ay honra, ay Dios!)
Cuando su fama ofendiera
Se atreviera
Al cielo, á mi honor y á Dios.»
(De _Escarmientos para el cuerdo_, de Tirso de Molina acto 3.º)
Versos pareados, el segundo de los cuales es quebrado:
«Abre la puerta vejona
Cara de mona,
Abre hechicera, bruja
La que estruja
Quantos niños hay de teta,
Por alcahueta
Once meses azotada
Y emplumada, etc.»
(De _El Rufián castrucho_, de Lope, acto 2.º)
[93] En efecto, no hace mucho que un filósofo ha clasificado las
comedias españolas en tres clases, fundado en las tres ideas capitales,
que así dominan en la tierra como en el cielo. _Las comedias de capa y
espada_, representan _la tesis_; _las heróicas, la antítesis_, y _las
divinas, la síntesis_; ó, en otras palabras, el Padre, el Hijo y el
Espíritu Santo.
[94] Cuando en _la loa_ al auto de Lope, titulado _El Nombre de Jesús_,
se contesta á la pregunta de _¿qué son autos?_ de esta manera:
«Comedias á gloria y honor del pan,
Que tan devota celebra
Esta coronada villa.»
no se emplea la palabra _comedia_ en su significación más estricta, sino
en la más lata, en que expresa toda composición de forma dramática.
[95] La única excepción, que yo conozca, es la comedia _La venganza
honrosa_, de Gaspar Aguilar, que en la parte 5.ª de _La flor de las
comedias de España_ (Madrid, 1616), lleva el título de _comedia de capa
y espada_.
[96] Las _comedias de ruido_ se llamaron también _comedias de caso_ y
_comedias de fábrica_. Lo primero consta del _Día de fiesta_, de Juan
Zabaleta: Coimbra, 1666, parte 2.ª, pág. 95, y lo segundo de un escrito
inédito de Bances Candamo sobre el drama español.
En la _Rhythmica_, de Caramnel (2.ª edición, Campaniae, 1668), se
encuentran algunas observaciones, explicando ciertas voces técnicas del
arte teatral español, dignas de ser conocidas:
«_Autor de comedias_ apud Hispanos non est qui illas scribit aut
recitat, sed qui comicos alit et singulis solvit convenientia stipendia.
_Compañía de comediantes_ est illorun societas, qui sunt ad comediam
agendam necessarii. Ad quorum etiam numerum spectant personae mutae,
quae in obsequiis humilionibus serviunt et ipsi vocantur _Mete-sillas_,
quia sellas in theatrum important.
_Primer Papel_ et _Segundo Papel_ dicitur qui agit primam, qui secundam
personam. Prima persona solet esse Rex aut Regina. Interim qui primus
est inter comicos, habet jus, ut eligat et agat personam, quam velit.
_Entremés_ apud hispanos est comoedia brevis, in qua Actores ingeniose
nugantur.
Actus est id quod hodie vocamus jornada: et jam praescripsit consuetudo,
ut comoedia non nisi tres actus habeat et duabus horis representetur.
Hodie Prologus comoediis Hispanis praemittitur et vocatur _Loa_, quia
profunditur in Auditorum laudes: et recitare prologum est _echar la
loa_, quare laudes non tam dicantur quam in Auditores profundantur.
¿Quid est Plaustris ferre Poemata? Scint qui in Hispania viderunt las
comoedias, quas _Actos del Corpus_ vocamus: nam scenae et proscenium per
publica fora vehuntur, ut notabat Horatius.»
Autor de comedias, entre los españoles, no es el que las escribe ni las
recita, sino el que mantiene á los cómicos y paga á cada uno de ellos el
estipendio convenido.
Compañía de comediantes es reunión de personas necesarias para
representar la comedia. A cuyo número pertenecen también los personajes
mudos, que sirven para ciertos oficios humildes, y se llaman
_Mete-sillas_, porque son quienes las llevan al teatro.
Primer papel y segundo papel se dice el que representa á la primera y á
la segunda persona. La primera persona suele ser el rey ó la reina.
También el primer papel, entre cómicos, tiene el derecho de elegir y
representar el personaje que quiera.
Entremés, entre españoles, es comedia breve, en la cual los actores
hacen, sin formalidad, gala de su ingenio.
Acto es lo que hoy llamamos jornada: ya ha prescrito la costumbre de que
la comedia tenga sólo tres actos, y se represente en dos horas.
Hoy precede un prólogo á las comedias españolas, llamado _loa_, porque
se consagra á alabar á los espectadores; recitar el prólogo es _echar la
loa_, dando á entender, no tanto que se necesitan esas alabanzas, cuanto
que se derraman entre los espectadores.
¿Qué significa llevar poemas en carros? Sábenlo los que han visto en
España las comedias, que llamamos _Autos del Corpus_, porque el
escenario y el proscenio se llevan por las plazas públicas, como
indicaba Horacio.--(_T. del T._)
[97] «Dos caminos tendréis por donde enderezar los pasos cómicos en
materia de trazas. Al uno llaman comedias de cuerpo; al otro de ingenio,
ó sea de capa y espada. En las de cuerpo (que son las de reyes de
Hungría ó príncipes de Transilvania), que suelen ser de vidas de santos,
intervienen varias tramoyas y apariencias.»
Suárez de Figueroa, _El pasajero_: Madrid, 1617, página 104.
«El poeta juró que no escribiría más comedias de ruido, sino de capa y
espada.»
Luis Vélez de Guevara, _El diablo cojuela_, tranco 4.º
[98] La señal externa, que diferencia á _los autos de las comedias_, es
que aquéllos no se dividen, como éstas, en actos ó jornadas, aunque, á
la verdad, haya algunos _autos al nacimiento_ que se exceptúan de esta
regla.
[99] Estas falsas denominaciones provienen de los años en que, como
dijimos antes, se había prohibido la representación de las comedias,
porque como la prohibición no se refería á los autos, se abusaba de este
nombre para expender fraudulentamente mercancías de contrabando.
[100] Agustín de Roxas dice, en su _Viaje entretenido_ (1603), que
«Las _loas_ fueron inventadas
Para loar y eternizar los nombres,
Para hacer inmortales á las famas,
Para animar los hombres que emprendiesen
Cosas altas, empresas memorables,
Y en comedias antiguas y modernas
Para tener propicios los oyentes,
Para alabar sus ánimos hidalgos
Y para engrandecerles sus ingenios.»
López Pinciano, en su _Philosophia antigua poética_ (Madrid, 1596, pág.
413), divide _las loas_ ó los prólogos, porque tal es el nombre con que
las llama, como erudito, en _laudatorios_, cuando son alabados el autor
ó la obra; en _relativos_, cuando el poeta da las gracias al público, y
contesta á sus enemigos; en _argumentativos_, en los cuales se ilustra
lo futuro por lo pasado, y, por último, en _mixtos_.
[101] En _El pasajero_, de Suárez de Figueroa, pág. 109, se dice
expresamente que _en las farsas, que comunmente se representan, han ya
abandonado esta parte, que llamaban loa. Y según de lo poco que servía,
y cuán fuera de propósito era su tenor, anduvieron acertados._
[102] Muchas loas, que preceden á los autos de Calderón, no son suyas,
sino escritas por otros por indicación de los editores.
[103] Roxas, por ejemplo, las menciona, que servían para alabar diversas
ciudades de España, las estaciones del año, los días de la semana, el
arte escénico, etc., y que, sin duda, podían recitarse antes que todos
los dramas imaginables.
[104] Se ha quedado la costumbre de llamar _entremeses_ las comedias
antiguas, donde está en su fuerza el arte, siendo una acción y entre
plebeya gente.--Lope de Vega, _Arte nuevo de hacer comedias_.
[105] En todo lo que se ha escrito hasta ahora acerca del teatro
español, y también en mi obra, se afirma que el primer teatro de corte
de Madrid, ha sido el que mandó construir Felipe IV en el palacio del
Buen Retiro Consta, sin embargo, de un manuscrito de la Biblioteca
nacional de Madrid, titulado «Relaciones de las cosas sucedidas,
principalmente en la corte, desde el año de 1599 hasta el de 1614, por
Luis Cabrera de Córdoba,» que ya á principios del siglo XVII, en el
palacio ó alcázar real, que existía en el mismo lugar en donde está hoy
el palacio real (al poniente de Madrid, mientras el Buen Retiro estaba
al Oriente), se representaron algunas comedias, y que Felipe III, además
del teatro, que al parecer hubo de existir en uno de los salones de su
palacio, mandó construir otro en las _casas del Tesoro_, cerca de su
residencia. El pasaje citado, que lo confirma, dice así: «Madrid á 20 de
Henero 1607. Hase hecho en el segundo patio de las casas del Tesoro un
Teatro, donde vean SS. MM. las comedias como se representan al pueblo en
los corrales que están deputados para ello, porque puedan gozar mejor
dellas que quando se les representa en su sala, y así han hecho
alrededor galerías y ventanas, donde esté la gente de palacio, y SS. MM.
irán allí de su camera por el pasadizo que está hecho, y las verán por
unas celosías.»
De este mismo manuscrito copio algunas otras noticias:
«Madrid á 9 de Octubre 1599. SS. MM. llegaron á Zaragoza á los 11 del
pasado.
Hubo fiesta de toros y juego de cañas, y el día San Mateo un torneo de á
caballo en una plaza que llaman de Nuestra Señora, donde se hizo una
montaña con ciertos repartimientos, que se representan en ella autos y
otras invenciones.
Valladolid á 9 de Febrero 1602. A los trece del pasado el Duque de Lerma
hizo á Sus Magestades una grande fiesta en el cuarto, donde pasa en
Palacio en ciertos aposentos y galerias que tienen alli muy buenas.--De
alli pasaron Sus Magestades á otra sala muy bien aderezada, y delante de
los Reyes estuvieron las Dos Damas, y en el otro testero estaba el
aparato de una farsa, pintada la ciudad de Barcelona al natural, donde
representaron los pages del Duque una comedia del carnaval de Barcelona,
que dió mucho gusto á Sus Magestades.
Madrid á 28 de Junio 1614. La noche de San Juan los Reyes gustaron mucho
de la gente que salía al Prado de San Gerónimo, y de lo que en aquella
noche pasa en el campo. Al otro dia vinieron á la plaza de la Villa á la
fiesta de toros y juego de cañas, que hubo donde el Cardenal Deste tuvo
el mismo lugar que en la huerta del Duque, y aunque las libreas de las
cañas fueron muy buenas, las cuadrillas pudieron jugarlas mexor:
volviéronse á la huerta para ver la comedia de la Sta. Juana, que es
cierta monja de exemplar vida que hubo en un Monasterio, que llaman de
la cruz á cuatro leguas de aquí.»
La comedia mencionada sería acaso la _Santa Juana_, de Tirso de Molina.
[106] _Journal de voyage en Espagne_, por Boisel: París, 1660, pág. 298
[107] Probablemente alude al canto, que precedía á toda representación,
no al prólogo ó loa propiamente dicho, que á veces se acompañaba también
con música.
[108] _Voyage d'Espagne, curieux, historique et politique fait en
l'annie 1665:_ A París, chez Charles de Lerey, 1665, pág. 28.
[109] _Relation du voyage d'Espagne de la comtesse d'Aulnoy_: A la Haye,
1705.
[110] _Voyage d'Espagne curieux_, etc., pág. 110.
[111] Es tan escaso el conocimiento, que tenemos de la escenografía del
teatro español, que serán bien recibidas las noticias siguientes:
«Lo que estaba muy descuidado era la decoración del escenario, y todo lo
relativo á la propiedad de la representación. Con corta diferencia se
hallaba todavía en el estado en que la pinta Cervantes, pues las
representaciones se hacían, ordinariamente, sin más aparato que unas
cortinas de indiana ó lienzo pintado, pendientes de una cuerda, que
atravesaba de una parte á otra la embocadura, á diez palmos de
elevación; el foro lo formaba también una cortina de tafetán carmesí, y
ésta tenía detrás otra, á distancia de ocho palmos, con lo cual se
figuraba algún solio ó cosa semejante. Cuando se hacían comedias, en que
hubiese de figurarse torre, cárcel ú otro edificio de esta especie, se
ponía sobre las mismas cortinas, y entonces se aumentaba un dinero el
precio de la entrada, que, como queda dicho, eran catorce. Sin embargo,
en tiempo de Navidad y Carnestolendas solían hacerse comedias de teatro,
con bastidores y máquinas, y entonces se colocaban los telones que entre
año estaban arrimados: se ponía orquesta, y se aumentaba, á proporción,
el precio de las entradas y palcos. La música ordinaria estaba reducida
á una vihuela, que tocaba el guitarrista de la compañía. Sólo en las
comedias, que se hacían el viernes, y habían de repetirse el domingo
(porque el sábado no las había por devoción), se añadían dos ó tres
violines y un oboé; con cuyo acompañamiento, y el de la guitarra, que
tocaba el músico de compañía, y siempre salía al tablado á dar el tono,
solía cantar la graciosa algunas coplas.» (_El teatro de Valencia_, por
L. Lamarca, pág. 27.)
«Scenarum mutationes Hispani superfluas judicant: quas tamen Itali esse
necessarias supponentes in theatris fabricâ pro unicâ interdum Comoediâ
magnam summam ducatorum impendunt. Et hic, si loquamur sincere,
inconsequenter Hispani laborare videmur: quonian hinc leges scribendi
Comoedias ab Antiquis latas fastidimus, inde scenarum mutationes _cosas
superfluas_ judicamus, cum tamen haec duo non subsistant. Cur non
volumus, ut nostrae Comoedia subsint Veterum legibus? Quia falsae
hypothesi leges á Veteribus prolatae insistunt. Putabant ipsi Comoedias
Viris tantum doctis scribi, et coram doctis tantum agi, cum tamen certum
sit et nos supponimus, illas scribi vulgo el coram numeroso vulgo
representari. Et cur non volumus mutare scenas? Quia ab earum mutatione
conceptuum subtilitas, verborum elegantia et nitor prolationis non
defendet. Ecce severas scribendi Comoedias leges negligimus, nam illae
repraesentantur propter vulgus, qui illas leges non capit: et ecce
scenarum mutationes negligimus, nam docti, quorum est, de conceptuum et
versuum nitore judicare, ut bona laudent carmina, hoc impendium non
indigent. Ego hoc auderem discurrere. Seu doctis seu indoctis scribantur
Comoediae, debent scenae muitari et apparentiae quas vocant admitti:
illarum enim varietate doctorum et indoctorum oculi dilectantur.»
(J. Caramuelis Primus Calamus, tomo II, qui continet Rhythmicam. Editio
secunda: Campaniae, 1668, página 708).--(Los españoles juzgan superfluas
las mudanzas de escena: á las cuales, por el contrario, los italianos
estiman tan necesarias en el arte teatral, que, á veces, para poner en
escena una sola comedia, gastan considerables sumas de ducados. En esto,
si hemos de hablar con sinceridad, parécennos inconsecuentes los
españoles: porque despreciamos las leyes establecidas por los antiguos
para escribir comedias, y, no obstante, juzgamos cosa superflua las
mudanzas de escena, siendo así que son dos extremos incompatibles. ¿Por
qué no queremos que nuestras comedias observen los preceptos de los
antiguos? Porque se supone que esas reglas, establecidas por ellos, son
erróneas. Creían ellos que las comedias tan sólo debían escribirse por
los doctos y sólo ante los doctos representarse, siendo cierto, como
pensamos, que hayan de escribirse para el vulgo, y también representarse
ante numeroso vulgo. Y ¿por qué nos oponemos á los cambios de escena?
Porque de estos cambios no depende la sutileza de los conceptos, la
elegancia de la frase y el brillo de la exposición. De aquí que hagamos
poco caso de las leyes severas para escribir las comedias, porque se
representan para el vulgo, que no comprende esas leyes; y de aquí que
despreciemos las mudanzas de escena, porque los doctos, capaces de
apreciar el primor de los conceptos y de los versos, para alabar los
buenos poemas dramáticos, no necesitan de esos requisitos. Yo me
atrevería á opinar que, ya se escriban las comedias por los doctos ó por
los indoctos, debe mudarse la escena y acomodarse á las apariencias de
la representación, porque esa variedad deleita por igual á doctos é
indoctos.--(_T. del T._))
[112] Erróneo parece, pues, lo dicho por _la Academia Española_ en su
prólogo á las comedias de Moratín, cuando asegura que _las comedias de
capa y espada_ se representaban con aquellas decoraciones sencillas é
invariables, y que, al contrario, en todas las demás se ostentaba mayor
lujo escénico. Hay comedias de capa y espada, cuya representación no se
concibe sin algún cambio de decoración, indicándose así expresamente en
antiguas ediciones, como, por ejemplo, en _La Confusión de un Jardín_,
de Moreto; en la cual hay escenas ininteligibles, á no suponerse que el
teatro está adornado con árboles. Hay, en cambio, otras obras de esta
clase, cuyos personajes de primer rango, poco comunes en ellas, no
exigen, sin embargo, mudanzas de escena, como en la de Tirso, titulada
_Amor y celos hacen discretos_, cuya acción se supone ocurrir en un solo
aposento.
[113]
«Salimos aquí nosotros
A recitar nueve ó diez (personas)
Por un interés muy poco,
Dos horas y media ó tres.»
(Gaspar Aguilar, loa de la comedia _La Nuera humilde_.)
«En este Senado ilustre
Oidnos solas dos horas,
Y si es mucho, ved que el tiempo
Acaba todas las cosas.»
(Tárrega, loa de _La Perseguida Amaltea_.)
«La comedia ahora empezamos;
De aquí á dos horas saldremos,
Cuando ya estará acabada.»
(Lope de Vega, loa de primer tomo de sus _Comedias_.)
[114] Lope de Vega, en la época, en que las comedias tenían cuatro
jornadas, dice que en cada uno de los tres entreactos se representaba un
entremés; pero después no se hizo así, y ordinariamente se representaba
uno solo.
«Entonces en las tres distancias
Se hacían tres pequeños entremeses,
Y ahora apenas uno, y luego un baile.»
(_Arte nuevo de hacer comedias._)
[115] El pueblo, en especial, acudía en tropel á los teatros,
distinguiéndose Sevilla por los desórdenes que en ellos se cometían, en
cuya ciudad, como dice Rojas, hormigueaban en el teatro los espadachines
y barateros.
[116] Lope de Vega dice, en su _Nuevo arte de hacer comedias_, que
Felipe II no podía sufrir que apareciesen en la escena personajes
reales; pero, á pesar de esto, es falso, como asegura un escritor
alemán, que publicase con dicho objeto ley alguna.
[117] En la biblioteca de la Real Academia de la Historia, se encuentra
manuscrita la _Consulta que hicieron á S. M. el Rey Felipe II, García de
Loaysa, Fr. Diego de Yepes y Fr. Gaspar de Córdova sobre las comedias_.
Los autores de este escrito piden la prohibición absoluta de las
comedias, y dicen, entre otras cosas: «Destas representaciones y
comedias se sigue otro gravisimo daño, y es que la gente se da al ocio,
deleytes y regalos y se divierte de la milicia, y con los bailes
deshonestos que cada dia inventan estos faranduleros, y con las fiestas,
banquetes y comedias se haze la gente de España muelle y afeminada é
inhabil para las cosas de travajo y guerra.--Pues siendo esto asi, y
teniendo V. Mgd. tan preciosa necesidad de hazer guerra á los enemigos
de la fé, y apercibirnos para ella, bien se vee quan mal aparejo es para
las armas el uso tan ordinario de las comedias que aora se representan
en España. Y á juizio de personas prudentes, si el Turco ó Xarife ó Rey
de Inglaterra quisieran buscar una invencion eficaz para arruinarnos y
destruirnos, no la hallarán mejor que la destos faranduleros, pues á
guisa de unos mañosos ladrones, abrazando matan y atosigan con el sabor
y gusto de lo que representan, y hazen mugeriles y flojos los corazones
de nuestros españoles, para que no sigan la guerra ó sean inutiles para
los trabajos y exercicios della.»
De los manuscritos de la misma biblioteca copio además las dos
ordenanzas reales siguientes:
«I. En el consejo se tiene noticia, que, en las comedias y
representaciones, que se recitan en esta ciudad, salen mugeres á
representar, de que se siguen muchos inconvenientes. Tendreys particular
cuydado de que mugeres no representen en las dichas comedias,
poniendoles las penas que os pareciere, aperciviendoles que haciendo lo
contrario se executará en ellas.
De Madrid á cinco de setiembre de mil y quinientos y noventa y seys
años.
II. Por muy justas causas y consideraciones á mandado Su Majestad, que
en todos estos reynos no pueda aver sino ocho compañias de
representantes de comedias y otros tantos autores de ellas, que son
_Gaspar de Porras_, _Nicolas de los Rios_, _Baltasar de Pinedo_,
_Melchor de Leon_, _Antonio Granados_, _Diego López de Alcazar_,
_Antonio de Villegas_, _Juan de Morales_, y que ninguna otra compañia
represente en ellos de lo cual se advierte á Vm. para que ansi lo haga
cumplir y executar ynviolablemente en todo su distrito y jurisdiccion, y
si otra cualquiera compañia representase procederá contra el autor de
ella y representantes, y los castigará con el rigor necesario, y en
ninguna manera permita que en ningun tiempo del año se representen
comedias en monasterio de frayles ni monjas, ni que en el de la cuaresma
aya representaciones de ellas, aunque sea á lo divino, todo lo cual hará
guardar y cumplir. Porque de lo contrario se tendrá Su Magestad por
desservido.
De Valladolid 20 y seis de abril de 1603 años.»
En las _Relaciones_, ya citadas, de Luis Cabrera de Córdova, se lee:
«Madrid 16 de henero 1599. Aviase proveido á instancia de los
Hospitales, que se representasen comedias por la mucha necesidad que
padecian los pobres sin el socorro que desto les venia, pero el Confesor
de S. M. lo ha resistido de manera que se ha mandado revocar la orden
dada.
Madrid, 17 de abril 1599. Tambien se ha dado licencia para que de aqui
adelante se hagan comedias en los Teatros como las solia haver, las
cuales dicen que se comenzarán á representar desde el lunes.»
[118] En el _Tratado de las comedias, en el cual se declara si son
lícitas, y si, hablando en todo rigor, será pecado mortal el
representarlas, el verlas y el consentirlas_, por Fructuoso Bisbe y
Vidal, doctor en ambos derechos: Barcelona, 1618, se anatematizan con el
mayor celo las comedias depravadas é inmorales, entre las cuales, según
parece, se cuentan las más famosas de esta época. Es divertido con
extremo el siguiente párrafo, pág. 54 vuelta: «El principio que tuvieron
en Alemania las herejías, fué por estas tales comedias: comenzaron poco
á poco á introducir representaciones de clérigos amancebados, religiosos
disolutos, monjas libres y desenvueltas y casamientos de religiosos con
religiosas. Con esto comenzaron á desestimar las personas, y viniendo
con las continuas representaciones á hacer los oídos á esto, vinieron,
después, á hacer de veras lo que al principio representaban de burlas y
así se casaron, públicamente, religiosos con religiosas, con gravísimo
escándalo, y se vino á desestimar la religión y entrarse con esto otras
herejías, que era lo que el demonio pretendía.»
[119] «Otros las componen (comedias) tan sin mirar lo que hacen, que
después de representadas tienen necesidad los recitantes de huirse y
ausentarse, temerosos de ser castigados, como lo han sido muchas veces,
por haber representado cosas en perjuicio de algunos reyes, y en
deshonra de algunos linajes. Y todos estos inconvenientes cesarían, y
aun otros muchos más, que no digo, con que hubiese en la corte una
persona inteligente y discreta que examinase todas las comedias antes
que se representasen, _no sólo aquéllas que se hiciesen en la corte_,
sino todas las que se quisiesen representar en España.» Dedúcese de las
palabras subrayadas, que entonces existía en Madrid censor de teatros
(y, en efecto, se encuentran antiguos manuscritos de Lope de Vega y de
otros, á los cuales acompaña la licencia del censor), pero muy
indulgente, al parecer, y no más que para llenar una mera formalidad,
desapareciendo, poco después, por completo. (V. las notas de Diego
Clemencín al _Quijote_, parte 1.ª, cap. 8.º.)
[120] _Alonso, mozo de muchas amos_, compuesto por el Dr. Jerónimo de
Alcalá Yáñez: en Barcelona, por Esteban Liberós, 1625, pág. 144 vuelta.
[121] Francisco de los Santos, _Historia de la orden de San Jerónimo_,
parte 4.ª, lib. II, cap. 1.º--_Dichos y hechos de Felipe III_, págs. 229
y 240.
[122] Navarrete, _Vida de Cervantes_, pág. 184.
[123] De las memorias de un Santiago Ortiz, escritas al comenzar el
reinado de Felipe IV, de las cuales trataremos después, consta que los
directores de las compañías nada pagaban á las hermandades, sino que, al
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