Historia de la literatura y del arte dramático en España, tomo I - 20

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pies lascivos, danzando en círculo con pasos insinuantes y trémulos,
entonando cantares escandalosos con meneos impúdicos, y provocando de
este modo la diabólica y pestilencial lujuria.--El legislador no ha de
discutir, sino mandar. Ni es propio de él establecer las leyes con
disputas, sino en virtud de su autoridad. Sus graves asuntos no piden
aplausos ruidosos como en el teatro, sino disposiciones encaminadas al
bien del pueblo.--(_T. del T._)
[133] Masdeu, XIII, 277.--Aschbach, _Geschichte der Ommaijaden_, s. 272.
[134] Masdeu, XIII, 198. Sábese con toda evidencia que la lengua usada
en la liturgia mozárabe era la latina, y que es exagerada la aserción
del obispo Álvaro de Córdoba en su _Indiculo luminoso_, muchas veces
citado, de que en el siglo IX fué el árabe el idioma casi exclusivo
usado en toda España. (V. á Flórez, _España sagrada_, tomo XI, pág. 274,
y á Du Cange en el prólogo de su _Gloss_.) Y aunque muchos cristianos no
desdeñasen emplear con retórica elegante la lengua arábiga, y hasta
escribir pulidos versos, consta también de la crónica del obispo Idacio,
que los árabes por su parte no creyeron rebajarse escribiendo en el
idioma de Cicerón y de Virgilio. Así comienza un manifiesto del rey moro
de Coimbra: _Alboucen Iben-Mahumet, Iben-Tarif, bellator fortis,
vincitor Hispaniarum, dominator Cantabriæ Gothorum et magnæ litis
Roderici_, etc. (V. la introducción al _Romancero_ de Durán, Madrid,
1832.)
[135] _Bibliotheca Arabico-hispana Escurialesius_, tomo I, págs. 136 y
144.--CCCCXCVII. _Codex nitide exaratus anno Egiræ 746 idemque
autographus, quo continetur opus, tum soluta, tum stricta oratione
concinnatum, hac inscriptione: Sales et Elegantiæ Dialogi inter variarum
Artium Professores instituti, comœdia nimirum jocosa et satyrica, ubi
quisque professor juxta suæ Artis vocabula et leges loquitur, alius
alium dictis acutis ridiculisque illudit ac fugillat; tum ejus vitia
dolosque aperit enarratque: auctore Mohamad Ben-Mohamad Albalisi
Ben-Alí, ex Urbe Velez, qui colloquentes inducit quinquaginta et unum
variarum artium Professores, videlicet Judicem, Lanium, Coquum,
Pullarium, Medicum, Pocillatorem, Pomarium, Musicum, Fidicinem, Cæcum,
Rhetorem, Grammaticum, Concionatorem, Præfectum, Præconem publicæ
precationis Mahometicæ_, etc., etc.--(N. 497. Códice esmeradamente
escrito en el año 746 de la Egira, y autógrafo de la obra en prosa y
verso, titulada Chistosos y elegantes diálogos entre maestros de varias
artes, ó comedia jocosa y satírica, en que cada maestro habla empleando
su peculiar tecnicismo, y con arreglo á las leyes de su arte: búrlanse
unos de otros, y esquívanse con dichos agudos y ridículos, y se revelan
y narran sus vicios y engaños: su autor Mohamad Ben-Mohamad Albalisi
Ben-Alí, de la ciudad de Vélez, que introduce cincuenta y un maestros de
varias artes, á saber: un juez, un carnicero, un cocinero, un recobero,
un médico, un copero, un vendedor de fruta, un músico, un tocador de
vihuela, un ciego, un retórico, un gramático, un orador, un prefecto, un
muezín, etc., etc.)--(_T. del T._)
CCCCLXVII, _Codex nitide exaratus feria 5 die 17 mensis Dilcadat, horis
meridianis, anno Egiræ 845, quo continetur opus Anonymi inscriptum
comœdia Blateronis, in tres partes divisum. Prima agit de Equo
vendito, ubi ad colloquendum inducuntur Blatero, Dux minax,
Jurisconsultus, qui plura acute et jocose dicta proferunt, de Equi
venditione inter se contendentes; secunda quorundum hominum vagorum
instituta et dolos complectitur ac describit, quorum aliqui Medicinam,
alii Astrologiam, alii alias artes ad credulum vulgus fallendum
ostentant venditantque, tertia denique Amantium mores repræsentat._--(N.
467. Códice esmeradamente escrito en la feria quinta, día 17 del mes
Dilcadat y horas del medio día, año 845 de la Egira, que contiene la
obra de un anónimo llamada la comedia de Blateron, dividida en tres
partes: la primera trata de la venta de un caballo, y hablan en ella
Blateron, un capitán feroz y un jurisconsulto, los cuales, disputando
entre sí sobre la venta del caballo, dicen muchas cosas tan agudas como
discretas; la segunda comprende y describe las costumbres y amaños de
ciertos vagabundos, que ya con el nombre de astrólogos, ya con otros de
este jaez, se dan importancia y explotan y engañan al vulgo crédulo; y
por último, la tercera representa las costumbres de los
enamorados.)--(_T. del T._)
[136] V. los _Frag._ de Hairi y Hamabani, insertos en la _Chrestomathie
arabe_ de De Sacy, tomo III, págs. 167-272.--Niebuhrs, _Reise in
Arabien_, B. I. S. 151.--Alexander Burnes, _Travels into Bokhara_, tomo
II, pág. 329.--Lane, _Account, on the manners and customs of modern
Egyptians_.--Sir H. J. Brydges, _Mission to the court of Persia_, tomo
I, págs. 124 y siguientes.--Belzoni, _Voyage en Egipte et en Nubie_,
tomo I, págs. 27-31.--Michaud, _Correspondence d'Orient_, tomo V, págs.
30-31, 248-252 y 255-257.--_Description de l'Egipte_, tomo XXIII, 2e
partie, pág. 442.--Hammer's _Schirin_, en el prólogo, L. 28.--El autor
de esta historia asistió en Brussa, en el Asia menor, á una
representación semejante á la descrita por Hammer, que contaba los
amores de Yusuff y de Guleika.
[137] _Mitridates_ de Adelung, II, 10.--Aldrete, _Del origen de la
lengua castellana_, fol. 46, 6.--Díez, _Grammatik der romanischen
Sprachen_, B. I. S. 48.--_Uber die Länderverwaltung unter dem
Chalifate_, Berlín, 1835, L. 75.
[138] Aún hoy se observan en el dialecto asturiano moderno, llamado
_bable_, muchas palabras y locuciones que se leen en los más antiguos
monumentos de la lengua castellana, como el poema del Cid, desusados ya
en el lenguaje moderno. V. la _Introducción al Romancero_ de Durán.
[139] V. á Durán, ya citado.--Jovellanos, _Memoria sobre las diversiones
públicas_, pág. 17.
[140] Es de presumir que en Aragón lucharon desde un principio por la
supremacía los dos dialectos lemosino y castellano; este era el hablado
vulgarmente y el natural al pueblo, y el otro el favorito de nobles y
cultos.
[141] Díez, _Poesie der Troubadours, und Leben und Werke der
Troubadours_.
[142] _Parnasse Occitanien_, págs. 43 y 329.--Raynouard, III, 462, y V,
165.
[143] Raynouard, II, 236; III, 313.--Díez, _P. d. T._, S. 151.
[144] Díez, ibid., pág. 20.
[145] Raynouard, V, 102.--Díez _P. d. T._, S. 45 y 199.
[146] _Fabliaux, contes_, etc., par Barbazan et Meon, tomo I, págs. 380
y siguientes.
[147] Véase á Zurita, _Anales de la Corona de Aragón_, tomo VII, c. I y
II, fol. 85.
[148] Crescimbini, _Comment._, tomo II, pág. 44.--Tiraboschi, IV, pág.
422.
[149] Raynouard, II, 134-143.
[150] Schmidt, _Geschichte Aragoniens im Mittelalter_, S. 461.
[151] Véanse los párrafos sobre la _Gaya ciencia_, del marqués de
Santillana, que trae Mayans en sus _Orígenes de la lengua española_.
[152] Díez, _L. u. W. d. T._, S. 44 y 133.--_P. d. T._, S. 61.
[153] Díez, _P. d. T._, S. 333 y siguientes.
[154] "Otrosí los que son juglares é los remedadores é los facedores de
los zaharrones que públicamente andan por el pueblo ó cantan ó facen
juegos por precio; esto es, porque se envilecen ante otros por aquel
precio que les dan. Mas los que tañeren estrumentos ó cantaren por facer
solaz á sí mesmos ó por facer placer á sus amigos ó dar solaz á los
reyes ó á los otros señores, non serían por ende enfamados." Part. VII,
tít. VI, ley 4.ª
Según el Diccionario de la Academia, _zaharrón_ vale tanto como
_moharracho_ ó _botarga_. _Moharracho_ es el que se disfraza
ridículamente en alguna función para alegrar ó entretener á otros,
haciendo gestos, ademanes ó muecas ridículas. _Botarga_ es el vestido
ridículo de varios colores, que se usa en las mogigangas y algunas
representaciones teatrales.--(_N. del T._)
[155] "Ilustres personas son llamadas en latín las personas honradas é
de gran guisa é que son puestas en dignidades, así como los reyes é los
que descienden de ellos, é los condes, é otrosí los que descienden
dellos, é los otros homes honrados semejantes destos. É estos atales,
como quier que segun las leyes pueden recebir las barraganas, tales
mujeres ya que non deben recebir así como la sierva ó fija de sierva.
Nin otrosí la que fuese aforrada nin su fija, nin juglaresa nin sus
fijas, nin tabernera, nin regatera, nin alcahueta, nin sus fijas, nin
otra persona de aquellas que son llamadas viles por razon de sí mismas,
ó por razon de aquellos do descendieron, ca non seria guisada cosa que
la sangre de los nobles fuese embargada nin ayuntada á tan viles
mujeres. É si alguno de los sobredichos ficiere contra esto, ú oviere de
tal mujer fijo segun las leyes, non seria llamado fijo natural, ante
seria llamado spurio, que quier tanto decir como fornecino. E demas tal
fijo como este non debe partir en los bienes del padre, nin es el padre
tenudo de criarle si non quisiere." Part. IV, tít. XIV, ley 3.ª
[156] Duarte Núñez de Liao, _Origen é ortographia da lingua port._
Lisboa, 1774, 4. Tomo II, pág. 76.
[157] También se puede decir el gallego-portugués, supuesta la innegable
semejanza, que hay entre el dialecto gallego y el que usaron en sus
cantos los primeros poetas portugueses. Así se prueba comparando el
antiguo _Cancionero_ portugués con las poesías gallegas de Alfonso X. Y
ya que hablamos de aquel antiguo _Cancionero_, añadiremos que se halla
manuscrito en la biblioteca del _Colegio dos Nobres_ de Lisboa, y que
debe contener importantes documentos para ilustrar la historia de la
antigua poesía lírica. Está ricamente iluminado, y lo adornan pequeñas
miniaturas, que representan cantores, bufones y bailarines. El autor de
esta historia no ha podido verlo, pero ha examinado composiciones de él,
publicadas por lord Stuart, y ha visto que por sus formas son semejantes
á las provenzales, y por su dialecto á las gallegas. V. á Raynouard,
_Journal des savants_. Agosto de 1825, y Bellermann, _Die alten
Liederbücher der Portugiesen_: Berlín, 1840, pág. 55.
[158] "Non há mucho tiempo que cualesquier decidores é trovadores destas
partes, agora fuesen castellanos, andaluces ó de la Extremadura,
componían todas sus obras en lengua gallega ó portuguesa." Sánchez,
_Colección de poesías castellanas anteriores al siglo XV_. Edición de
París, pág. 16.
[159] Díez, _Alt-Spanische Romanzen_, S. 199 y siguientes.
[160] Rodríguez de Castro, _Biblioteca española_. Madrid, 1786, tomo II,
pág. 504--Sánchez, l. c., pág. 270.
[161] V. el _Discurso preliminar al Romancero_ de Don Agustín Durán.
[162] Cons. á Raynouard, _Journal des Savants_, 1831, pág. 135.
[163] Es error muy general confundir _los romances_ con _las
redondillas_, siendo en realidad tan distintos, y caracterizando á los
primeros su especial versificación, que consiste en el acorde ó
asonancia de cada dos versos, por largos que sean, al paso que las
segundas forman cuatro versos de rima perfecta, en esta forma: 1 2 2 1.
Para explicarnos mejor y evitar semejante confusión en lo sucesivo,
ponemos los ejemplos siguientes:
ROMANCES.
¡Nuño Vero, Nuño Vero,
Buen caballero probado,
Hinquedes la lanza en tierra,
Y arrended el caballo!
Preguntaros he por nuevas
De Baldovinos el Franco.
Tal es el romance perfecto, que más tarde fué admitido en el drama, y en
el cual siempre se usa del asonante, nunca de la rima perfecta. En los
más antiguos se usa indistintamente de la rima perfecta ó del asonante,
pero las vocales finales son las mismas en toda la composición, v. gr.:
Porque el gran emperador
Así lo había mandado,
Llegó el valiente Roldán
De todas armas armado,
En el fuerte Briador,
Su poderoso caballo,
Y la fuerte Durlindana
Muy bien ceñida á su lado;
La lanza como una entena,
El fuerte escudo embrazado, etc.
REDONDILLA.
Ven, muerte, tan escondida,
Que no te sienta venir,
Porque el placer de morir
No me torne á dar la vida.
Escritores alemanes, y hasta algunos españoles modernos, como Sarmiento,
dan el nombre común de _redondilla_ á todos los versos trocáicos de
cuatro pies, diferenciándolas después (lo cual no deja de ser extraño),
según la asonancia ó disposición de las rimas. No sucede así con los
antiguos españoles, que ignoran estas distinciones, y jamás confunden
_los romances y las redondillas_.
[164] «El verso de ocho sílabas es el propio y natural de España, en
cuya lengua se halla más antiguo que en alguna otra de las vulgares, y
así en ella solamente tiene toda la gracia, lindeza y agudeza que es más
propia del ingenio español.»--Argote de Molina, _Discurso sobre la
poesía castellana_.
«El de ocho sílabas es el más famoso, más antiguo, más natural y más
común.»--Sarmiento, _Memorias para la historia de la poesía
española_.--Sarmiento cita cuatro párrafos de antiguas crónicas y de
leyes alfonsinas, que, si bien escritas en prosa, son verdaderos
romances.
[165] Hay memoria en diversos lugares del _Repartimiento de Sevilla_, de
Nicolás de los Romances y Domingo Abad de los Romances; ambos quiere
Argote de Molina que fuesen poetas del Santo Rey; y de Domingo Abad de
los Romances,--«este nuestro poeta (dice) escribió en castellano, que es
lo más antiguo que he visto en Castilla; y por el gusto de los curiosos
pondré aquí una _serranica_, que dice así:
«En somo del Puerto
Cuidéme ser muerto
De nieve y de frío,
Y de ese rocío
De la madrugada.
A la decidida
De una corrida
Fallé la serrana
Fermosa, lozana
E bien colorida.
Díxele á ella:
Omillome bella;
Diz tú que bien corres,
Aquí no te engorres,
Que el sol se recala.
Dix él: frío tengo,
E por eso vengo
A vos, fermosura;
Quered por mesura
Abrir la posada.
Dixo la moza:
Cormano, la choza
Está defendida.
Non habedes guarida
Sin facer jornada.»
«Domingo Abad de los Romances y Nicolás de los Romances quedaron
avecindados en Sevilla, que consta de escrituras del archivo de la Santa
Iglesia.»--Diego Ortiz de Zúñiga, _Anales eclesiásticos y seculares de
Sevilla_. Edición de Madrid, 1795, tomo I, pág. 196.
La _serranica_ citada (sobre cuya autenticidad se han suscitado graves
dudas) no está escrita en forma de romance, y la denominación de
_romances_ nada implica en verdad, puesto que en un principio sólo se
daba á entender con esta palabra una poesía en romance ó en lengua
vulgar, pero la fundada sospecha de que los dos poetas que siguieron á
San Fernando á la conquista de Sevilla, eran realmente romanceros, no
deja de ser importante. No hay duda de que pocos años después, en el
reinado de Alfonso X, se usaron versos octosílabos trocáicos, casi
iguales á los de los romances. Hasta en las obras de este rey se
encuentran ejemplos de ellos, pues suprimiendo el estribillo final de
las estrofas, resulta un verdadero romance. Sirva de ejemplo el
siguiente:
E de tal razon com esta
Vos direi com huna vez
A Virgen Santa María
Un muy gran miragre fez
Por lo bon Rey Don Fernando
Que foi comprido de prez.
V. los _Anales de Sevilla_, tomo I, pág. 301.
[166] _Historia de las grandezas de Avila_, por Fr. Luis de Ariz, parte
II, pág. 37.
[167] Masdeu, _Historia crítica de España_, tomo XIII, pág. 327.
[168] Masdeu, tomo XIII, págs. 198 y 277.
[169] Binterim, _Denkwürdigkeitten der katholischen Kirche_, Bd. IV, Th.
3.
[170] Sánchez, l. c. (edición de París), pág. 251.
[171] Rodríguez de Castro, _Biblioteca Española_, tomo II, pág. 632, a.
[172] Rodríguez de Castro, _Biblioteca Española_, tomo II, págs. 631 y
siguientes.--Argote de Molina, _Nobleza de Andalucía_; Sevilla, 1588,
folios 151 y siguientes.--Ortíz de Zúñiga, _Anales de Sevilla_; Madrid,
1795, tomo I, págs. 94 y 301 y siguientes.--Papebroch, _Acta vitæ San
Ferdinandi_; Antuerpiæ, 1684, págs. 321 y siguientes.--Terreros y Pando,
_Paleografía española_; Madrid, 1758, página 71.--Fernando Wolf en los
_Wiener Jahrbüchern_; Jahrgang, 1831.
[173] «Vestir non debe ninguno hábitos de religion, sino aquellos que
los tomaron para servir á Dios; ca algunos hay que los traen á mala
entencion, para remedar los religiosos, é para fazer otros escarnios é
juegos con ellos, é es cosa muy desaguisada que lo que fué fallado para
servicio de Dios sea tomado en desprecio de Santa Eglesia, é en
abiltamiento de la religion; onde cualquier que vestiese hábitos de
monjes é de monjas ó de religioso, debe ser echado de aquella villa ó de
aquel logar donde lo fiziere á azotes. E si por aventura clérigo fiziere
tal cosa, porque le estaria peor que á otro ome, dévele poner su prelado
gran pena, segun toviese por razon: ca estas cosas tambien los prelados
como los judgadores seglares de cada un logar las deben mucho
escarmentar que no se fagan.» Part. I, tít. VI, ley 36.
[174] Jacobus Grætser, _De sacris peregrinationibus_; Ingolstadt, 1606,
pág. 274.--Idem, _De Catholicæ Ecclesiæ_ _sacris processionibus et
supplicationibus_, lib. II, pág. 127.--Idem, _De festis christianorum et
benedictionibus_, en sus opp., Regensburg, 1635, Th. V.--_Thesaurus
sacrorum rituum_ de Gavanti; Lugduni, 1685, pág. 255.--El cardenal
Lambertini (Benedicto XIV) en sus de _Jesu Christi matrisque ejus
festis_; Patavii, 1751, pág. 211.
[175] Flórez (Enrique), Risco, Merino y Canal, _España sagrada, Theatro
geográfico-histórico de la Iglesia de España_, 1754-1832. Tomo 45.
Madrid, 1832, pág. 17.--El importante documento, que citamos, ha pasado
hasta ahora completamente desapercibido para los historiadores del
teatro español.
[176] El nuevo editor de _Los Orígenes_, de Moratín, demuestra con
extractos de manuscritos del Archivo de la ciudad de Barcelona, que en
ella, ya en el siglo XIII, se representaron dramas religiosos y otras
fiestas, y da noticia de una farsa satírica, titulada _Mascarón_, que
encontró en manuscritos del siglo XIII y XIV (los cuales pasaron de los
Archivos de Ripoll y de San Cugat del Vallés al de la corona de Aragón).
En esta pieza, Mascarón, como representante del infierno, acusa por sus
pecados al linaje humano ante el tribunal de Dios; Éste y la Virgen
María, como defensora de los hombres, son los personajes del drama.
Abundan más los datos de representaciones de espectáculos teatrales en
Aragón y Cataluña durante los siglos XIV y XV, hablándose de algunas del
antiguo y nuevo Testamento en el día del Corpus, en las cuales los
gremios y hermandades se encargaban de ciertos papeles, y también de
_Entremeses de Santa Eulalia de Belén_ (en que aparecían los tres Reyes
Magos á caballo), etc.
Merece también conocerse lo que refiere Ortiz de Zúñiga en los _Anales
de Sevilla_, puesto que menciona representaciones hechas en el año 1327
para solemnizar la entrada de Alfonso XI en dicha ciudad: «De Córdova
vino el Rey á Sevilla, y aunque no consta el día de su entrada, estava
en ella á 10 de julio, y fué recibido con la solemnidad que pondera su
crónica. Grandes fueron las galas, _máscaras_, _representaciones_, arcos
triunfales, fiestas de á pié y á cavallo, juegos que llamavan bojordos
de espada y lança.» Refiérese en papeles antiguos, que volviendo los
Cortesanos á Castilla, en sus exageraciones de esta ostentosa entrada,
dieron principio al elogio: «Quien no vió á Sevilla, no vió maravilla;»
y al adagio: «A quien Dios quiso bien, en Sevilla le dió de comer.»
[177] _Crónica de Alfonso XI_, págs. 177 y siguientes; Madrid, 1787.
Ya las _Siete Partidas_ hablan de las obligaciones de los caballeros de
tal suerte, que nos hacen acordarnos de Amadís ó de Palmerín de
Inglaterra. El caballero debe usar vestidos limpios y brillantes, y en
las ciudades largo manto que los envuelva, para inspirar al pueblo mayor
respeto. Su buen caballo se ha de distinguir por su belleza y por sus
ricos arreos. Debe vivir morigeradamente, y evitar los placeres
afeminados é indignos de su sexo. Mientras coma ha de oir la relación de
las hazañas de los tiempos pasados, para imitarlas, é invocar en las
batallas el nombre de su dama para acrecer el vigor de su alma, y
abstenerse de toda acción que pueda deshonrarlo. (V. la Part. II, tít.
XXI.)--Despréndese de muchos pasajes de historias y crónicas antiguas,
que los caballeros andantes no existieron sólo en España en la
imaginación de los romanceros. Fernando del Pulgar habla de muchos
caballeros, á quienes conocía, que fueron á paises lejanos en busca de
aventuras y de gloriosos hechos de armas, y después añade: «E oí decir
de otros castellanos, que con ánimo de caballeros fueron por los reynos
extraños, á facer armas con cualquier caballero que quisiese facerlas
con ellos, é por ellas ganaron honra para sí, é fama de valientes y
esforzados caballeros para los fijosdalgo de Castilla.» (Pulgar, _Claros
varones_, tít. XVII.)--En las _Paston letters_ se cuenta, que, en la
corte de Enrique IV de Inglaterra apareció un caballero español _with a
kercheff of Plesaunce iwrapped aboute hys arms, the gwych knigt wyll
renne a course wyth a sharpe spere for his son eyn lady sake_. (Con una
capa de Plasencia alrededor de sus brazos, el cual caballero quería
romper á la carrera una afilada lanza por amor á la señora de su
hijo)--(_T. del T._)--Monstrelet refiere las aventuras de un bravo
castellano, que llegó á la corte de Borgoña _para ganar gloria y
renombre_, y se hizo admirar por su insólita osadía. (_Chroniques_;
París, 1595, II, pág. 109.)
[178] V. á Sánchez, ed. de París, pág. 418.
[179]
«Fise muchas cántigas de danza é troteras
Para jodías et moras, é para entendederas.
Para en instrumentos de comunales maneras,
El cantar que no sabes, oílo a cantaderas.
Cantares fis algunos de los que disen los ciegos,
Et para escolares que andan nocherniegos,
Cazurros e de bulras, non cabrían en diez pliegos.»
Consúltese á Fern. Wolf en los _Wiener Jahrbüchern_, tomo XVIII, pág.
247.
Debemos advertir aquí, que la palabra _cantares_ indicaba también
poesías de forma dramática, como se deduce de las siguientes palabras de
la carta del marqués de Santillana, ya citada: «Pedro González de
Mendoza, mi abuelo, usó una manera de decir cantares así como cénicos,
plautinos y terencianos, también en estrambotes como en serranas.» V. á
Sánchez, l. c., pág. 16.
[180] _Pamphilus de Amore cum commento familiari_; París, 1550,
4.--También en _Ovidii erotica et amatoria opuscula_, ed. Goldast.
Francof., 1610.
Como esta obra, escrita en versos elegiacos, sirvió de modelo á nuestro
Arcipreste, que la copió muy exactamente, y más tarde al autor de _La
Celestina_, expondremos en breves palabras su argumento:
En el primer acto se queja Pamphilo á la diosa Venus de su amor á una
bella, rica y principal señora, de cuyos padres teme una negativa á
causa de su pobreza. Venus le da diversos consejos, con los cuales
espera que consiga la realización de sus deseos, y el más importante de
todos que llame en su auxilio á una alcahueta. Pamphilo queda solo, y
expresa sus temores en un monólogo: ve pasar entonces á su amada
Galatea, y se decide á hablarla. Así acaba el primer acto.
Acto segundo.--Pamphilo declara su amor á Galatea, que no parece
oponerse á él, aunque no pueda hablar de este punto mucho tiempo, porque
la celan cuidadosamente sus padres, y no le es posible faltar de su
casa. El amante piensa entonces en los medios más eficaces para la
consecución de su propósito, y resuelve, creyéndolo más acertado, seguir
el consejo de la diosa y recurrir á una vieja alcahueta, famosa por su
astucia.
Acto tercero.--La vieja viene á la casa de Pamphilo, y oye de sus labios
el nombre de la bella, á quien ama, después de prometerle la mayor
reserva. La vieja dice que la conoce, y para obtener más rica
recompensa, que la empresa es muy difícil; y en efecto, Pamphilo le hace
deslumbradoras ofertas. Encamínase á casa de Galatea y alaba al joven,
diciendo que es el más bello, rico y noble de toda la ciudad; al
principio no quiere escucharla Galatea, pero la vieja persiste en su
propósito, é intenta persuadirla que se case con Pamphilo sin
conocimiento de sus padres. La astuta alcahueta vuelve en busca del
amante, y le dice que la mano de Galatea ha sido ya prometida á otro por
sus padres, y de esta manera encarece aún más su victoria, dado el caso
de lograrla. Pamphilo se desespera, y sólo se mitiga su pena al saber
que Galatea habla de él continuamente, y le muestra mucha inclinación.
Acto cuarto.--Prosiguen las entrevistas entre la vieja y Galatea, la
cual fluctúa entre su amor, la vergüenza y el miedo que tiene á sus
padres. La alcahueta, sin embargo, disipa sus escrúpulos, y se da traza
de llevarla disfrazada á su casa.
Acto quinto.--Este acto se supone pasar en la casa de la vieja, en donde
está Galatea sin conocimiento de sus padres. Hállase en ella Pamphilo,
que pronto consigue su deseo. Galatea lamenta la pérdida de su honor, y
acusa á la vieja de haberla engañado. Esta se disculpa como puede, y
exhorta á los dos amantes á casarse en secreto y así lo hacen en efecto,
y se acaba la comedia.
El Arcipreste de Hita sustituyó al nombre de Pamphilo el de D. Melón de
la Huerta; al de Galatea el de Doña Endrina, y al de la vieja el de
Trota-conventos.
[181] Rodríguez de Castro, _Biblioteca Española_, tomo I, págs. 198 y
siguientes.
[182] V. á Carpentier, _Glossar._, tomo II, pág. 1.1O3, s. v.,
_Machabœrum chorea_, y á F. Wolf, en la obra citada antes.
[183] V. la nota anterior á la pág. 228. Para comprender bien las
últimas palabras, téngase en cuenta que la preposición _en_, así en el
castellano antiguo como en valenciano moderno, hace las veces de _con_.
[184] Fernán Pérez de Guzmán, _Claros varones_. Sevilla,
1543.--Sarmiento, _Memorias_, pág. 321.
[185] _Historia de España_. L. XIX, cap. VIII.
[186] La descripción detallada de las fiestas que se celebraron á la
coronación de Fernando I de Aragón por Alvar García de Santa María, que
asistió á ellas, se encuentra en las _Coronaciones de los serenísimos
Reyes de Aragón_. Escritas por Jerónimo de Blancas, Chronista del
Reyno.--Publícalo el Doctor Francisco Andrés de Uztarroz. Çaragoça,
1641.
Página 91.--«El Rey llegó á Çaragoça, segun que avedes oido, para se
coronar á quinze dias de Henero del año del nacimiento de Nuestro Señor
Jesu Christo de mil cuatrocientos é catorze años...»
(p. 112 b.) «E queremos ir pasando por las cosas que falló en el camino
por las calles donde iva; falló como salia de la Iglesia una villa fecha
de madera sobre carretones, que la llevavan homes, que de dentro ivan,
en la qual Villa ivan dentro, que parecia verdaderamente que estavan
dentro casas é tejados é torres, é un poco delante de la una parte
estava un Castillo é otro de la otra, en cada Castillo estava una como
manera de tienda que eran de madera, é estos Castillos combatian la
Villa é ivan gentes de Armas que la defendian, é con los Castillos ivan
gentes de armas de fuera de ellos, que fazian sus escaramuzas con los de
la Villa, é en los Castillos en cada uno iva un engenio, é combatíanla
con ellos é lanzavan las pellas tan grandes como la cabeça de un moço de
diez años, que eran de cuero llenas de borra como pelotas, é tiravan á
la Villa con lombardas é con los engenios, é los de la Villa tiraban sus
truenos é facian sus artificios para se defender, é esto hiço la Ciudad
de Çaragoça á semejança de como tomó á Balaguer, é por las tiendas
entendian los dos Reales que tenian sobre ellos, el Rey de la una parte
de la tierra é el Duque de Gandia de la otra parte del rio.
«Luego adelante iva un gran Castillo que dezian la Rueda, é una Torre
alta en medio, é otras cuatro torres á los cantos, é la de enmedio era
foradada fasta ainso, é enmedio iva una Rueda muy grande en que ivan
quatro donzellas, é en cada una la suya que dezian que eran las quatro
virtudes, Justicia, é Verdad, é Paz, é Misericordia, é en cima de la
gran Torre de medio estava un assentamiento de silla, é iva en ella
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