Filosofía Fundamental, Tomo I - 09

Total number of words is 4748
Total number of unique words is 1010
37.3 of words are in the 2000 most common words
53.5 of words are in the 5000 most common words
60.1 of words are in the 8000 most common words
Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
de lo que se infiere que en dicha proposicion, lo primitivamente
conocido, es mas bien el predicado que el sujeto; y que de los dos
conceptos, el del sujeto tiene mas bien el carácter de contenido que
el de continente.
En efecto: el _yo_ nace, digámoslo así, para sí mismo, con la
presencia del pensamiento; si la actividad intelectual se concentra
para buscar su primer apoyo, se encuentra nó con el _yo_ puro, sino
con sus actos; es decir, con su pensamiento. Este último es por
consiguiente el objeto primitivo de la actividad intelectual
reflexiva; este es su primer elemento de combinacion, su primer dato
para la resolucion del problema. Fijando la vista en este elemento,
descubre una unidad en medio de la pluralidad, descubre un ser que
continúa el mismo en medio del flujo y reflujo de los fenómenos de la
conciencia: esta identidad se la atestigua de una manera irresistible
la conciencia misma. La idea del _yo_ pues está sacada del
pensamiento, y por consiguiente mas bien nace el sujeto del predicado
que nó el predicado del sujeto.

[184.] El pensamiento de donde se saca la idea del _yo_, no es el
pensamiento en general, sino realizado, existente en nosotros mismos.
Pero esta realidad es infecunda, si no se ofrece al espíritu bajo una
idea general; porque es evidente que el _yo_ no sale de un acto solo,
pues que es la unidad sujeto de la pluralidad. Para llegar á la idea
del _yo_ necesitamos la unidad de conciencia, y esta no la conocemos
sino en cuanto la tenemos experimentada, es decir, en cuanto
percibimos la relacion de lo uno á lo múltiplo, de un sujeto á sus
modificaciones.
Tanta elaboracion es necesaria para producir una expresion tan
sencilla como «yo pienso;» por donde se echa de ver con cuánta razon
he distinguido entre el fondo y la forma, y cuán inconsideradamente
proceden los que confunden cosas tan diversas. Así, y por falta del
debido análisis, se dan en la filosofía saltos inmensos pasando de un
órden á otro, confundiendo las ideas y embrollando las cuestiones.

[185.] Para dilucidar completamente la materia examinaré las
relaciones de la existencia con el pensamiento; exámen que será muy
fácil teniendo presentes las observaciones anteriores.
Es cierto que concebimos la existencia anterior al pensamiento: nada
puede pensar sin existir, la existencia es para el pensamiento una
condicion indispensable; pensar y no existir, es una contradiccion
manifiesta. Pero lo que se ofrece primitivamente á nuestro espíritu,
no es la existencia sino el pensamiento; y este nó en abstracto, sino
determinado, experimental, empírico como se dice ahora. La idea de
existencia es general, comprende á todo ser, y la conciencia no puede
comenzar por ella; ora lleguemos á esta idea por abstraccion, ora sea
una forma preexistente en nuestro espíritu, no es lo primero que se
nos ocurre; ó para hablar con mas exactitud, no es el último punto que
encontramos al seguir con movimiento retrógrado el hilo de nuestros
conocimientos para descubrir su punto de partida. Este es la
conciencia, que despues de objetivada, y habiendo sufrido el análisis
del concepto que ofrece, nos presenta la idea de existencia como
contenido en ella.
Se infiere de esto, que el _luego existo_, no es rigurosamente
hablando una consecuencia del «yo pienso,» sino la intuicion de la
idea de existencia en la de pensamiento. Hay aquí dos proposiciones
_per se notæ_ como dicen los escolásticos; una general: «lo pensante
es existente;» otra particular; «yo pensante, soy existente.» La
primera pertenece al órden puramente ideal, es de evidencia
intrínseca, independientemente de toda conciencia particular; la
segunda participa de los dos órdenes; real é ideal; real, en cuanto
encierra el hecho particular de la conciencia; ideal, en cuanto
incluye una combinacion de la idea general de la existencia con el
hecho particular: pues solo así es concebible la union del predicado
con el sujeto.

[186.] Ahora será sumamente fácil resolver todas las cuestiones que se
agitan en las escuelas.
Primera cuestion. ¿El principio «yo pienso» depende de otro? Debe
responderse con distincion: si se entiende por este principio el
simple hecho de la conciencia, es evidente que nó. Para nuestro
entendimiento, no hay nada anterior á nosotros; todo lo que conocemos,
en cuanto conocido por nosotros, supone nuestra conciencia; si la
suprimimos, lo destruimos todo; y si ensayamos el destruirlo todo,
ella permanece indestructible: no depende pues de nada, no presupone
nada.
Si por el principio «yo pienso» se entiende una proposicion, en tal
caso no puede haber dimanado sino de un raciocinio, ó mas bien de un
análisis: y así no puede ser el principio fundamental de nuestros
conocimientos.

[187.] Segunda cuestion. Faltando los demás principios, ¿falta tambien
el presente? Aplíquese la misma distincion: como simple hecho, nó;
como proposicion, sí. Niéguese todo, incluso el principio de
contradiccion, la conciencia subsiste. Pero negado el principio de
contradiccion, queda destruida toda proposicion; toda combinacion es
absurda; el análisis, la relacion del predicado con el sujeto, son
palabras vacías de sentido.

[188.] Tercera cuestion. Admitido el principio «yo pienso», ¿puede ser
conducido á la verdad al menos indirectamente, quien niegue los demás?
Es menester distinguir: ó se trata de reducirle por raciocinio ó por
observacion; es decir, ó se le quiere combatir con argumentos ó se
trata de llamarle la atencion sobre sí propio, como se hace con un
hombre distraido ó con uno que padece enagenacion mental. Lo segundo
se puede hacer; lo primero nó. Quien niega todos los principios
incluso el de contradiccion, hace imposible todo raciocinio; en vano
pues se discurre contra él. Ensayémoslo.
Tú piensas, se le dirá; al menos así lo afirmas cuando admites el
principio «yo pienso.»
Es verdad.
Luego debes admitir tambien el principio de contradiccion.
¿Por qué?
Porque de otro modo podrias pensar y no pensar á un mismo tiempo.
No hay inconveniente.
Pero entonces destruyes tu pensamiento....
¿Por qué?
¿Piensas? ¿no es verdad?
Cierto.
Segun tú mismo, es posible que no pienses al mismo tiempo.
Estamos conformes.
Luego destruyes tu pensamiento: porque cuando no piensas se destruye
el «yo pienso;» y como todo esto es simultáneo, resulta que destruyes
tu propio pensamiento.
Nada de eso: lo que hay en el argumento que se me objeta es que se
supone verdadero lo que yo niego; incurriéndose en el sofisma que los
dialécticos llaman peticion de principio. En efecto, por lo mismo que
niego el principio de contradiccion, no admito que el no ser destruya
al ser, ni el ser al no ser; y por consiguiente, que el no pienso
pueda destruir el yo pienso. Cuando se me arguye en este sentido, se
supone lo mismo que se busca; se me ataca por principios que yo no
reconozco. En vuestro sistema, en que el ser destruye al no ser y
vice-versa, es cierto que el pensar y el no pensar son incompatibles;
pero en mis principios el caso es muy sencillo, como segun ellos no es
imposible que una cosa sea y no sea á un mismo tiempo, cuando no
pienso no dejo de pensar.
Este lenguaje es absurdo, pero consecuente: negado el principio, la
deduccion es necesaria; y si se le replica que en tal caso no puede ni
hacer el raciocinio que se acaba de oir, podrá él contestar, que
tampoco pueden raciocinar los adversarios; ó que si se quiere, no
halla inconveniente en que se raciocine y no se raciocine.
No hay otro medio de reducir á un hombre extraviado de esta manera que
el de la observacion; se ha salido de la razon y por tanto es
imposible volverle á ella por medio de ella misma. Las observaciones
que se le dirigen han de ser mas bien un llamamiento, una especie de
grito para despertar la razon, que nó una combinacion para
reconstruirla; es un hombre dormido ó desvanecido á quien se llama y
se toca para volverle en sí, nó un adversario con quien se disputa
(XIX).


CAPÍTULO XX.
VERDADERO SENTIDO DEL PRINCIPIO DE CONTRADICCION.
OPINION DE KANT.

[189.] Antes de examinar el valor del principio de contradiccion como
punto de apoyo de todo conocimiento, será bien fijar con exactitud su
verdadero sentido. Esto me obliga á entrar en algunas consideraciones
sobre una opinion de Kant manifestada en su _Crítica de la razon
pura_, á propósito de la forma con que el principio de contradiccion
ha sido enunciado hasta el presente en todas las escuelas filosóficas.
Conviene el metafísico aleman en que sea cual fuere la materia de
nuestro conocimiento y de cualquier modo que se le refiera el objeto,
es condicion general aunque puramente negativa, de todos nuestros
juicios, el que no se contradigan mutuamente; de otro modo, aun sin
órden al objeto, no son nada en sí mismos. Asentada esta doctrina
advierte que se llama principio de contradiccion el siguiente: «un
predicado que repugna á una cosa no le conviene;» observando en
seguida que este es un criterio universal de toda verdad, aunque
puramente negativo; mas que por lo mismo pertenece exclusivamente á la
lógica, pues que vale para los conocimientos puramente como
conocimientos en general, sin relacion á su objeto, y declara que la
contradiccion los hace desaparecer completamente. «Hay sin embargo,
continúa, una fórmula de este célebre principio puramente formal y
desprovisto de contenido, fórmula que encierra una síntesis confundida
mal á propósito con el principio mismo, y sin la menor necesidad. Héla
aquí; es imposible que una cosa sea y no sea á _un mismo tiempo_. A
mas de que la certeza apodíctica ha sido añadida inútilmente aquí (por
la palabra _imposible_), certeza que debe de sí misma estar
comprendida en la proposicion, este juicio se halla además afectado
por la condicion del tiempo y significa en algun modo lo siguiente:
_una cosa_ = A, que es alguna cosa = B, no puede al mismo tiempo ser
no B; pero puede muy bien ser sucesivamente lo uno y lo otro (B y no
B). Por ejemplo, un hombre que es jóven no puede ser viejo á un mismo
tiempo; pero este mismo hombre puede muy bien ser jóven en un tiempo y
ser viejo ó no ser jóven en otro; es así que el principio de
contradiccion, como principio puramente lógico, no debe restringir su
significado á relaciones de tiempo; luego esta fórmula es del todo
contraria al objeto del principio mismo. La equivocacion nace de que
se comienza por separar el predicado de una cosa del concepto de ella;
y en seguida se une á este mismo predicado su contrario, lo que no da
jamás una contradiccion con el sujeto sino únicamente con su predicado
que le está unido sintéticamente; contradiccion que ni aun tiene
lugar sino en cuanto el primer predicado y el segundo son puestos al
mismo tiempo. Si digo, un hombre que es ignorante no es instruido, la
condicion _al mismo tiempo_ debe estar expresada, porque el que es
ignorante en un tiempo puede muy bien ser instruido en otro. Pero si
digo, ningun hombre ignorante es instruido, la proposicion será
analítica, porque el carácter de la ignorancia constituye ahora el
concepto del sujeto, en cuyo caso la proposicion negativa dimana
inmediatamente de la proposicion contradictoria, sin que la condicion
_al mismo tiempo_ deba intervenir. Por esta razon he cambiado mas
arriba la fórmula del principio de contradiccion, de manera que por
ella fuese explicada claramente la naturaleza de una proposicion
analítica.» (Lógica trascendental, libro 2.º cap. 2.º seccion 1.ª).

[190.] El lector no comprenderá bien el sentido de este pasaje, ya de
suyo no muy claro, si no sabe lo que Kant entiende por proposiciones
analíticas y sintéticas; lo explicaré. En todos los juicios
afirmativos la relacion de un predicado con un sujeto es posible de
dos maneras: ó el predicado pertenece al sujeto como contenido en él,
ó le es completamente extraño, aunque en realidad esté ligado con él
mismo. En el primer caso, el juicio es analítico, en el segundo
sintético. Los juicios analíticos afirmativos son aquellos en que la
union del predicado con el sujeto es concebida por identidad; al
contrario se llaman sintéticos aquellos en que dicha union está
concebida sin identidad. Kant aclara su idea con los ejemplos
siguientes. «Cuando digo todos los cuerpos son extensos, este es un
juicio analítico, pues no necesito salir del concepto de cuerpo para
encontrarle unida la extension; me basta descomponerle, es decir, que
es suficiente el tener conciencia de la diversidad que pensamos
siempre en este concepto, para encontrar en él el predicado de que se
trata. Este es pues un juicio analítico. Al contrario, cuando digo,
todos los cuerpos son pesados, aquí el predicado es una cosa del todo
diferente de lo que pienso en general por el simple concepto de
cuerpo: la union pues de semejante predicado da un juicio sintético.»
(Crítica de la razon pura. Introduccion § 1).
Échase de ver fácilmente la razon de la nueva nomenclatura empleada
por el filósofo aleman. Llama analíticos á los juicios en que basta
descomponer el sujeto para encontrar en él el predicado, sin necesidad
de añadirle nada que no estuviese ya pensado en el concepto mismo del
sujeto, á lo menos oscuramente; y apellida sintéticos ó de
composicion, aquellos en que es preciso añadir algo al concepto del
sujeto, pues que el predicado no se encuentra en este concepto por mas
que se le descomponga.

[191.] Esta division de juicios en analíticos y sintéticos es muy
nombrada en la filosofía moderna, sobre todo entre los alemanes; y de
seguro no falta quien se imagina que este es un descubrimiento del
autor de la _Crítica de la razon pura_; la misma novedad del nombre
puede dar orígen á la equivocacion. Sin embargo, en todos los autores
escolásticos que olvidados y cubiertos de polvo yacen ahora en el
fondo de las bibliotecas, se habla de juicios analíticos y sintéticos;
bien que nó con estos nombres. Se decia que los juicios eran de dos
especies: unos en que el predicado estaba contenido en la idea del
sujeto y otros en que nó; á las proposiciones que expresaban los
juicios de la primera clase se las llamaba _per se notæ_ ó conocidas
por sí mismas, á causa de que entendida la significacion de los
términos se veia que el predicado estaba contenido en la idea ó en el
concepto del sujeto. Se les daba tambien el nombre de primeros
principios, y á la percepcion de ellos se la llamaba _inteligencia,
intellectus_, distinguiéndola de la _razon_ en cuanto esta versaba
sobre los conocimientos de evidencia mediata ó de raciocinio.
Véase si dejan algo que desear ni en claridad ni en precision, los
siguientes textos de Santo Tomás. «Una proposicion es conocida por sí,
_per se nota_, cuando el predicado está incluido en la razon del
sujeto, como el hombre es animal; pues que animal es de la esencia del
hombre. Si pues todos conocen lo que es el sujeto y el predicado, la
proposicion será conocida por sí, para todos; como se ve en los
primeros principios de las demostraciones cuyos términos son cosas
comunes que nadie ignora, como ser y no ser; todo y parte y otras
semejantes.» (1.ª Parte. Cuest. 2. art. 1.º)
«Cualquiera proposicion cuyo predicado es de la esencia del sujeto, es
conocida por sí, bien que puede suceder que no lo sea para quien
ignore lo que significa la definicion del sujeto: así esta
proposicion, «el hombre es racional,» es de su naturaleza conocida por
sí; pues _quien dice hombre dice racional_.» (1.ª 2.ª Cuest. 94. Art.
2).

[192.] Por estos ejemplos, y otros muchos que seria fácil aducir, se
ve que la distincion entre los juicios analíticos y sintéticos era
vulgar en las escuelas muchos siglos antes de Kant. Los analíticos
eran todos los que se formaban por evidencia inmediata; y sintéticos,
los que resultaban de evidencia mediata, ya fuese esta del órden
puramente ideal, ya dependiese en algun modo de la experiencia. Se
sabia muy bien que hay conceptos de sujeto en los cuales está pensado
el predicado, á lo menos en confuso: y por esto se explicaba esta
union ó identidad, diciendo que las proposiciones en que se enunciaba,
eran _per se notæ ex terminis_. El predicado en los juicios analíticos
está ya en el sujeto; nada se le añade segun Kant; solo se le explica;
«Quien dice _hombre_ dice _racional_;» así habla Santo Tomás: la idea
es la misma que la del filósofo aleman.

[193.] Pero volvamos al exámen de si debe ó nó mudarse la fórmula en
que hasta ahora se ha expresado el principio de contradiccion.
La primera observacion de Kant se refiere á la palabra _imposible_
por juzgarla añadida inútilmente, ya que la certeza apodíctica que se
quiere expresar, debe estar comprendida en la misma proposicion. Kant
formula el principio de esta manera: «un predicado que _repugna_ á una
cosa no le conviene.» ¿Qué se entiende por la palabra imposible?
«posible é imposible absolutamente, se dice por la relacion de los
términos: posible porque el predicado no repugna al sujeto; imposible,
cuando el predicado repugna al sujeto;» así se expresa Santo Tomás (1
P. Cuest. 25. Art. 3.) y con él todas las escuelas; luego la
imposibilidad es la repugnancia del predicado al sujeto, luego ser una
cosa imposible es ser repugnante, luego emplea Kant el mismo lenguaje
que reprende en los otros. La fórmula comun podria expresarse de esta
manera: «que una cosa sea y no sea al mismo tiempo, repugna; ó bien
hay repugnancia entre el ser y el no ser; ó bien el ser excluye al no
ser;» todo viene á parar á lo mismo, y nada mas expresa Kant cuando
dice: un predicado que repugna á una cosa, no le conviene.

[194.] Tratándose de un criterio universal, hay mas exactitud en la
fórmula comun que en la de Kant. Esta ciñe el principio á la relacion
de predicado y sujeto, y por consiguiente le encierra en el órden
puramente ideal, no valiendo para el real sino por una especie de
ampliacion. Esta ampliacion aunque muy legítima y muy fácil, no la
necesita la fórmula comun: con decir, el ser excluye al no ser, abraza
lo ideal y lo real, y presenta al entendimiento la imposibilidad, no
solo de los juicios contradictorios, sino tambien de las cosas
contradictorias.
Kant admite que este principio es la condicion _sine qua non_ de la
verdad de nuestros conocimientos, de manera que debemos tener cuidado
de no ponernos jamás en contradiccion con él so pena de anonadar todo
conocimiento. Hágase la prueba: á un hombre que no se haya ocupado á
fondo de estas materias, aunque sepa muy bien lo que se entiende por
predicado y sujeto, dénsele las dos fórmulas; ¿cuál de ellas se le
presentará como mas fácil para todos los usos así en lo externo como
en lo interno? es claro que no será la de Kant. Que una cosa no puede
ser y no ser á un mismo tiempo, al instante se ve con toda
generalidad, y se aplica el principio á todos los usos así en el órden
real como en el ideal. Se trata de un objeto externo y se dice: esto
no puede ser y no ser á un mismo tiempo; se trata de juicios
contradictorios, de ideas que se excluyen, y se dice sin dificultad:
esto no puede ser, porque es imposible que á un mismo tiempo una cosa
sea y no sea. Pero no se ve con la misma facilidad y prontitud cómo se
hace el tránsito del órden ideal al real, ó cómo pueden tener uso en
el órden de los hechos las ideas puramente lógicas de sujeto y
predicado. Luego la fórmula comun, á mas de ser igualmente exacta que
la de Kant, es mas sencilla, mas inteligente, y mas fácilmente
aplicable. ¿Pueden desearse calidades mejores para un criterio
universal, para la condicion _sine qua non_ de la verdad de nuestros
conocimientos?

[195.] Hasta aquí he dado por supuesto que la fórmula de Kant
expresaba realmente el principio de contradiccion; pero esta
suposicion es cuando menos inexacta. No cabe duda que seria una
contradiccion el que un predicado que repugnase á un sujeto, le
conviniese; y en este sentido se puede decir que el principio de
contradiccion está de algun modo expresado en la fórmula de Kant. Mas
esto no es suficiente: porque de lo contrario seria preciso decir que
todo axioma expresa el principio de contradiccion, pues no es posible
negar ningun axioma sin una contradiccion. La fórmula del principio
debe expresar _directamente_ la exclusion recíproca, la repugnancia
entre el ser y el no ser; esto es lo que se quiere significar; jamás
se ha entendido otra cosa por el principio de contradiccion. Kant en
su nueva fórmula no expresa directamente esta exclusion: lo que
expresa es, que cuando de la idea de un sujeto está excluido el
predicado, este no le conviene. Si bien se mira, lejos de que esta
fórmula exprese el principio de contradiccion, es la famosa de los
cartesianos: lo que está comprendido en la idea clara y distinta de
una cosa, se puede afirmar de ella con toda certeza. En substancia las
dos fórmulas expresan lo mismo, y solo se distinguen por dos
diferencias puramente accidentales: 1ª. en que la de Kant es mas
concisa; 2.ª en que la de este filósofo es negativa y la de los
cartesianos afirmativa.

[196.] Kant viene á decir: «lo que está _excluido_ de la idea clara y
distinta de una cosa, se puede negar de ella.» _Predicado que repugna_
á un sujeto, es lo mismo que lo que está _excluido_ de la idea de una
cosa; _no le conviene_, es lo mismo que _se puede negar de él_. Y como
por otra parte es evidente que el principio de los cartesianos debe
entenderse en ambos sentidos, afirmativo y negativo, pues que al decir
que lo que está comprendido en la idea clara y distinta de una cosa,
se puede afirmar de la misma, entendian tambien que cuando una cosa
estaba excluida, se podia negar; resulta que Kant dice lo mismo que
ellos; así intentando corregir á todas las escuelas, ha incurrido en
una equivocacion no muy á propósito para abonar su perspicacia.
Claro es que la misma fórmula de Kant implica esta otra: el predicado
contenido en la idea de un sujeto, le conviene. Esta proposicion es
tambien condicion _sine qua non_, de todos los juicios analíticos
afirmativos: pues estos desaparecen, si no conviene al sujeto lo que
está en su idea. En tal caso, no hay diferencia ni aun aparente entre
la fórmula de Kant y la de los cartesianos; solo hay variedad en los
términos: la proposicion es exactamente la misma. Por donde se echa de
ver que antes de afirmar que en el punto mas claro y mas fundamental
de los conocimientos humanos, se han expresado mal todas las
escuelas, es necesario andar con mucho tiento: testigo la
_originalidad_ de la fórmula de Kant.

[197.] No fué mas feliz el autor de la _Crítica de la razon pura_ al
censurar la condicion _á un mismo tiempo_, que se añade generalmente á
la fórmula del principio de contradiccion. Ya que él se tomó la
libertad de creer que ningun filósofo antes de él habia expresado de
la manera conveniente este principio, permítaseme decir que él no
entendió bien lo que querian significar los otros. No creo que con
decir esto cometa una profanacion filosófica; si para ciertos hombres
Kant es un oráculo, todos los filósofos juntos y la humanidad entera
son tambien oráculos que deben ser oidos y respetados.
Segun el mismo Kant, el principio de contradiccion es condicion _sine
qua non_ de todos los conocimientos humanos. Si pues esta condicion ha
de servir para su objeto, es necesario que se la exprese de un modo
aplicable á todos los casos. Nuestros conocimientos no se componen
únicamente de elementos necesarios, sino que admiten en buena parte
ideas enlazadas con lo contingente; pues como hemos visto ya, las
verdades puramente ideales no conducen á nada positivo si no se las
hace descender al terreno de la realidad. Los seres contingentes están
sometidos á la condicion del tiempo; y todos los conocimientos que á
ellos se refieren, deben contar siempre con esta condicion. Su
existencia se limita á un determinado espacio de tiempo; y conforme á
esta determinacion es preciso pensar y hablar de la misma. Aun las
propiedades esenciales están afectadas en cierto modo por la condicion
del tiempo; porque si bien prescinden de él, si se las considera en
general, no es así cuando están realizadas, es decir, cuando dejan de
ser una pura abstraccion y son una cosa positiva. Hé aquí pues la
razon, y razon bien poderosa y profunda, de que todas las escuelas
hayan juntado la condicion del tiempo con la fórmula del principio de
contradiccion: razon bien profunda, repito, y que es extraño se
escapase á la penetracion del filósofo aleman.

[198.] La importancia de la materia reclama todavía ulteriores
aclaraciones. Lo esencial en el princio de contradiccion, es la
exclusion del ser por el no ser y del no ser por el ser. La fórmula
debe expresar este hecho, esta verdad que se nos ofrece con evidencia
inmediata y que es contemplada por el entendimiento con una intuicion
clarísima que no consiente duda ni oscuridad de ninguna especie.
El verbo _ser_ puede tomarse de dos maneras: sustantivamente, en
cuanto significa la existencia, y copulativamente, en cuanto expresa
la relacion de un predicado con un sujeto. Pedro es; aquí el verbo
_es_ significa la existencia de Pedro, y equivale á esta otra: Pedro
existe. El triángulo equilátero es equiángulo; aquí el verbo _es_ se
toma copulativamente; pues no se afirma que exista ningun triángulo
equilátero, y solo se establece la relacion de la igualdad de los
ángulos con la igualdad de los lados, prescindiendo absolutamente de
que existan unos ni otros.
El principio de contradiccion debe extenderse á los casos en que el
verbo _ser_ es copulativo y á los en que es sustantivo; porque cuando
decimos que es imposible que una cosa sea y no sea, no hablamos
únicamente del órden ideal ó de las relaciones entre predicados y
sujetos, sino tambien del órden real: si no se refiriese á este último
tendríamos que el mundo entero de las existencias estaria falto de la
condicion indispensable para todo conocimiento sino tambien para todo
ser en sí mismo, prescindiendo de que sea conocido y de que sea
inteligente. ¿Qué fuera un ser real que pudiese ser y no ser? ¿qué
significa una contradiccion realizada? luego el principio se ha de
extender no solo al verbo _ser_ como copulativo, sino tambien como
sustantivo. Todas las existencias finitas, inclusa la nuestra, son
medidas por una duracion sucesiva; luego si la fórmula del principio
de contradiccion no ha de ser inaplicable á todo cuanto conocemos en
el universo, ha de estar acompañado de la condicion del tiempo. De
todas las cosas finitas que existen se ha verificado que no existian y
de todas se podria verificar que no existiesen: de ninguna se
afirmaria con verdad que su no existencia fuese imposible; esta
imposibilidad nace de la existencia en un tiempo dado, y solo con
respecto á este tiempo se la puede afirmar. Luego la condicion del
tiempo es absolutamente necesaria en la fórmula del principio de
contradiccion, si esta fórmula ha de poder servirnos para lo
existente, es decir, para lo que tienen de objeto real nuestros
conocimientos.

[199.] Veamos ahora lo que sucede en el órden puramente ideal, donde
el verbo _ser_ se toma copulativamente. Las proposiciones del órden
puramente ideal son de dos clases: unas tienen por sujeto una idea
genérica que con la union de la diferencia, puede pasar á una especie
determinada; otras tienen por sujeto la misma especie, ó sea la idea
genérica junto con la determinacion de la diferencia. La palabra
_ángulo_ expresa la idea genérica comprensiva de todos los ángulos,
idea que unida con la diferencia correspondiente, puede constituir las
especies de ángulo recto, agudo ú obtuso. Sucédenos á cada paso el
modificar la idea genérica de varias maneras; y como en esto entra por
necesidad una sucesion en que se nos representan distintos conceptos
que todos tienen por base la idea genérica, resulta que consideramos á
esta como un ser que sucesivamente se transforma. Para expresar esta
sucesion puramente intelectual, empleamos la idea de tiempo; y hé aquí
una de las razones que justifican el empleo de esta condicion aun en
el órden puramente ideal. Así decimos: un ángulo no puede ser á un
mismo tiempo recto y no recto; porque encontramos que la idea de
You have read 1 text from Spanish literature.
Next - Filosofía Fundamental, Tomo I - 10
  • Parts
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 01
    Total number of words is 4704
    Total number of unique words is 1370
    36.0 of words are in the 2000 most common words
    49.5 of words are in the 5000 most common words
    57.2 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 02
    Total number of words is 4725
    Total number of unique words is 1337
    34.6 of words are in the 2000 most common words
    49.2 of words are in the 5000 most common words
    57.0 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 03
    Total number of words is 4698
    Total number of unique words is 1127
    38.3 of words are in the 2000 most common words
    52.8 of words are in the 5000 most common words
    60.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 04
    Total number of words is 4829
    Total number of unique words is 1103
    37.8 of words are in the 2000 most common words
    55.0 of words are in the 5000 most common words
    63.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 05
    Total number of words is 4659
    Total number of unique words is 1157
    34.6 of words are in the 2000 most common words
    50.9 of words are in the 5000 most common words
    59.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 06
    Total number of words is 4666
    Total number of unique words is 1045
    38.0 of words are in the 2000 most common words
    53.1 of words are in the 5000 most common words
    60.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 07
    Total number of words is 4711
    Total number of unique words is 1197
    36.3 of words are in the 2000 most common words
    51.1 of words are in the 5000 most common words
    58.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 08
    Total number of words is 4716
    Total number of unique words is 1120
    38.9 of words are in the 2000 most common words
    54.7 of words are in the 5000 most common words
    62.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 09
    Total number of words is 4748
    Total number of unique words is 1010
    37.3 of words are in the 2000 most common words
    53.5 of words are in the 5000 most common words
    60.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 10
    Total number of words is 4648
    Total number of unique words is 972
    37.0 of words are in the 2000 most common words
    51.8 of words are in the 5000 most common words
    59.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 11
    Total number of words is 4762
    Total number of unique words is 1090
    39.9 of words are in the 2000 most common words
    54.7 of words are in the 5000 most common words
    61.8 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 12
    Total number of words is 4776
    Total number of unique words is 1087
    37.2 of words are in the 2000 most common words
    52.6 of words are in the 5000 most common words
    60.9 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 13
    Total number of words is 4789
    Total number of unique words is 1075
    36.9 of words are in the 2000 most common words
    50.0 of words are in the 5000 most common words
    56.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 14
    Total number of words is 4676
    Total number of unique words is 1126
    35.0 of words are in the 2000 most common words
    49.8 of words are in the 5000 most common words
    56.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 15
    Total number of words is 4741
    Total number of unique words is 1104
    38.0 of words are in the 2000 most common words
    54.9 of words are in the 5000 most common words
    63.4 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 16
    Total number of words is 4704
    Total number of unique words is 1201
    36.4 of words are in the 2000 most common words
    52.7 of words are in the 5000 most common words
    61.7 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 17
    Total number of words is 4435
    Total number of unique words is 1495
    31.3 of words are in the 2000 most common words
    44.0 of words are in the 5000 most common words
    51.1 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 18
    Total number of words is 4340
    Total number of unique words is 1425
    29.3 of words are in the 2000 most common words
    41.4 of words are in the 5000 most common words
    47.6 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.
  • Filosofía Fundamental, Tomo I - 19
    Total number of words is 2191
    Total number of unique words is 690
    35.7 of words are in the 2000 most common words
    53.8 of words are in the 5000 most common words
    60.3 of words are in the 8000 most common words
    Each bar represents the percentage of words per 1000 most common words.