Filosofía Fundamental, Tomo I - 06

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Santo Tomás sumamente curiosa. Este metafísico eminente es de parecer
que requiere mas perfeccion el ser inmediatamente inteligible que el
ser inteligente, de manera que el alma humana dotada de la
inteligencia no posee la inteligibilidad.
En la primera parte de la Suma teológica, cuestion 87, artículo 1º,
pregunta el Santo Doctor si el alma se conoce á sí misma por su
esencia, y responde que nó, apoyando su opinion de la manera
siguiente. Las cosas son inteligibles en cuanto están en acto y no en
cuanto están en potencia; lo que cae bajo el conocimiento es el ser,
lo verdadero, en cuanto está en acto, así como la vista percibe, no lo
que puede ser colorado, sino lo que lo es. De esto se sigue que las
substancias inmateriales en tanto son inteligibles por su esencia, en
cuanto están en acto, y así la esencia de Dios; que es un acto puro y
perfecto, es absoluta y perfectamente inteligible por sí misma, y de
aquí es que por ella Dios se conoce á sí mismo y á todas las cosas. La
esencia del ángel pertenece al género de las cosas inteligibles en
cuanto es acto; pero como no es acto puro ni completo, su entender no
se completa por su esencia. Pues aunque el ángel se conozca á sí mismo
por su esencia, no conoce las demás cosas sino por ideas que las
representan. El entendimiento humano, en el género de las cosas
inteligibles, se halla como un ser en potencia tan solamente, por lo
cual considerado en su esencia tiene facultad para entender mas nó
para ser entendido, sino en cuanto se pone en acto. Por esta causa los
platónicos señalaron á los seres inteligibles un rango superior á los
entendimientos, porque el entendimiento no entiende sino por la
participacion inteligible; y segun ellos, el que participa es menos
perfecto que la cosa participada. Si pues el entendimiento humano se
pusiese en acto por la participacion de las formas inteligibles
separadas como opinaron los platónicos, el entendimiento humano se
conoceria á sí mismo por la participacion de ellas; pero como es
natural á nuestro entendimiento en la presente vida el entender con
relacion á las cosas sensibles, no se pone en acto sino por las ideas
sacadas de la experiencia sensible por la luz del entendimiento agente
que es el acto de las cosas inteligibles; y así el entendimiento no
se conoce por su esencia sino por su propio acto. Esta es en
substancia, la doctrina de Santo Tomás; que mas bien he traducido que
no extractado.
El cardenal Cayetano, uno de los entendimientos mas penetrantes y
sutiles que han existido jamás, pone sobre este lugar un comentario
digno del texto. Hé aquí sus palabras: «de lo dicho en el texto
resultan dos cosas. 1.ª Que nuestro entendimiento tiene por sí mismo
la facultad de entender. 2.ª Que no tiene la de ser entendido; de
donde se sigue que el órden de los entendimientos es inferior al de
las cosas inteligibles; pues que si la perfeccion que de sí tiene
nuestro entendimiento le basta para entender, mas nó para ser
entendido, se infiere que se necesita mas perfeccion para ser
entendido que para entender. Y como Santo Tomás veia que así resultaba
de lo dicho, y esto á primera vista no parece ser verdad, antes se le
podia objetar lo mismo como un inconveniente, por esto excluye
semejante aprehension manifestando que así lo debian admitir no solo
los peripatéticos, en cuya doctrina se fundaba, sino tambien los
platónicos.»
Mas abajo, respondiendo á una dificultad de Escoto, llamado el doctor
sutil, añade, «Para entender se necesita entendimiento é inteligible.
La relacion de aquel á este es la de lo perfectible á la propia
perfeccion; pues que el estar el entendimiento en acto consiste en que
él sea la misma cosa inteligible segun se ha dicho antes; de donde se
sigue que los seres inmateriales se distribuyen en dos órdenes,
inteligibles é inteligentes. Y como el ser inteligible consiste un ser
inmaterialmente perfectivo; resulta que una cosa en tanto es
inteligible, en cuanto es inmaterialmente perfectiva. Que la
inteligibilidad exija la inmaterialidad lo demuestra el que las cosas
materiales no son inteligibles sino en cuanto están abstraidas de la
materia.............................................................
.......Se ha manifestado mas arriba que una cosa es inteligente en
cuanto es no solo ella misma sino las otras en el órden ideal; este
modo de ser es en acto ó en potencia, y así no es mas que ser
perfeccionado ó perfectible por la cosa entendida.»

[123.] Esta teoría será mas ó menos sólida, pero de todos modos es
algo mas que ingeniosa; suscita un nuevo problema filosófico de la mas
alta importancia: señalar las condiciones de la inteligibilidad.
Además tiene la ventaja de estar acorde con un hecho atestiguado por
la experiencia, cual es, la dificultad que siente el espíritu en
conocerse á sí propio. Si fuese inteligible inmediatamente, ¿por qué
no se conoce á sí mismo? ¿qué condicion le falta? ¿Acaso la presencia
íntima? tiene no solo la presencia sino la identidad. ¿Por ventura el
esfuerzo para conocerse? la mayor parte de la filosofía no tiene otro
fin que este conocimiento. Negando al alma la inteligibilidad
inmediata se explica por qué es tanta la dificultad que envuelven las
investigaciones ideológicas y psicológicas, señalándose la razon de
la obscuridad que sentimos al pasar de los actos directos á los
reflejos.

[124.] La opinion de Santo Tomás sobre no ser una simple conjetura,
por fundarse en algun modo sobre un hecho, puede apoyarse en una razon
que en mi concepto la robustece mucho, y que tal vez puede ser mirada
como una ampliacion de la señalada mas arriba.
Para ser una cosa inmediatamente inteligible es menester suponerle dos
calidades, 1.ª La inmaterialidad. 2.ª La actividad necesaria para
operar sobre el ser inteligente. Esta actividad es indispensable;
porque si bien se observa, en la operacion de entender, la accion nace
de la idea; el entendimiento en cierto modo está pasivo. Cuando la
idea se ofrece, no es posible no entender; y cuando falta, es
imposible entender; la idea pues fecunda al entendimiento, y este sin
aquella nada puede. Por consiguiente si admitimos que un ser puede
servir de idea á un entendimiento, es necesario que le concedamos una
actividad para excitar la operacion intelectual y que por tanto le
hagamos superior al entendimiento excitado.
De esta suerte se explica por qué nuestro entendimiento, al menos
mientras nos hallamos en esta vida, no es inteligible por si mismo
para sí mismo. La experiencia atestigua que su actividad ha menester
excitacion. Entregado á sí propio como que duerme: es uno de los
hechos psicológicos mas constantes la falta de actividad en nuestro
espíritu, cuando no han precedido influencias excitantes.
No es esto decir que estemos destituidos de espontaneidad, y que
ninguna accion sea posible sin una causa externa determinante; pero sí
que el mismo desarrollo espontáneo no existiria, si anteriormente no
hubiésemos estado sometidos al influjo de causas que han dispertado
nuestra actividad. Podemos aprender cosas que no se nos enseñan; pero
nada podriamos aprender si al primitivo desarrollo de nuestro espíritu
no hubiese presidido la enseñanza. Hay en nuestro espíritu muchas
ideas que no son sensaciones ni pueden haber dimanado de ellas, es
verdad; pero tambien lo es que un hombre que careciese de todos los
sentidos, nada pensaria por faltarle á su espíritu la causa excitante.

[125.] Me he detenido en la explicacion del problema de la
inteligibilidad, porque en mi concepto es poco menos importante que el
de la inteligencia, por mas que no se le vea tratado cual merece en
las obras filosóficas. Ahora voy á reducir la doctrina anterior á
proposiciones claras y sencillas; ya para que el lector se forme de
ella concepto mas cabal; ya tambien para deducir algunas consecuencias
que no se han tocado en la exposicion, ó han sido solamente indicadas.
1.ª Para ser una cosa inmediatamente inteligible, debe ser inmaterial.
2.ª La materia por sí misma no puede ser inteligible.
3.ª La relacion entre los espíritus y los cuerpos, ó la representacion
de estos en aquellos, no puede ser de pura objetividad.
4.ª Es necesario admitir algun otro género de relacion con que se
explique la union representativa del mundo de las inteligencias y del
mundo corpóreo.
5.ª La representacion objectiva inmediata, supone actividad en el
objeto.
6.ª La fuerza de representarse un objeto por sí mismo á los ojos de
una inteligencia, supone en aquel una facultad de obrar sobre esta.
7.ª Esta facultad de obrar produce necesariamente su efecto; y por
consiguiente envuelve una especie de superioridad del objeto sobre la
inteligencia.
8.ª Un ser inteligente puede no ser inmediatamente inteligible.
9.ª La inteligibilidad inmediata, parece encerrar mayor perfeccion que
la misma inteligencia.
10.ª Aunque no todo ser inteligente sea inteligible, todo ser
inteligible es inteligente.
11.ª Dios, actividad infinita en todos sentidos, es infinitamente
inteligente é infinitamente inteligible para sí mismo.
12.ª Dios es inteligible para todos los entendimientos creados,
siempre que él quiera presentarse inmediatamente á ellos,
fortaleciéndolos y elevándolos de la manera conveniente.
13.ª No hay ninguna repugnancia en que la inteligibilidad inmediata se
haya comunicado á algunos espíritus, y por consiguiente el que estos
sean inteligibles por sí mismos.
14.ª Nuestra alma mientras está unida al cuerpo, no es inmediatamente
inteligible, y solo la conocemos por sus actos.
15.ª En esta falta de inteligibilidad inmediata se encuentra la razon
de la dificultad de los estudios ideológicos y psicológicos, y de la
obscuridad que experimentamos al pasar del conocimiento directo al
reflejo.
16.ª Luego la filosofía del _yo_, ó la que quiere explicar el mundo
interno y externo, partiendo del _yo_, es imposible, y comienza por
prescindir de uno de los hechos fundamentales de la psicología.
17.ª Luego la doctrina de la identidad universal es absurda tambien;
pues que da á la materia inteligencia e inteligibilidad inmediata,
cuando no puede tener ni uno ni otro.
18.ª Luego el espiritualismo es una verdad que nace así de la
filosofía subjetiva como de la objetiva, así de la inteligencia como
de la inteligibilidad.
19.ª Luego es necesario salir de nosotros mismos y elevarnos además
sobre el universo, para encontrar el orígen de la representacion así
subjetiva como objetiva.
20.ª Luego es necesario llegar á una actividad primitiva, infinita,
que ponga en comunicacion á las inteligencias entre sí y con el mundo
corpóreo.
21.ª Luego la filosofía puramente ideológica y psicológica nos conduce
á Dios.
22.ª Luego la filosofía no puede comenzar por un hecho único, orígen
de todos los hechos; sino que debe acabar y acaba por este hecho
supremo, por la existencia infinita, que es Dios (XII).


CAPÍTULO XIII.
REPRESENTACION DE CAUSALIDAD Y DE IDEALIDAD.

[126.] A mas de la representacion por identidad, hay la que he llamado
de causalidad. Un ser puede representarse á sí propio; una causa puede
representar á sus efectos. La actividad productiva no se concibe si el
principio de la accion productriz, no contiene en algun modo á la cosa
producida. Por esto se dice que Dios, causa universal de todo lo que
existe y puede existir, contiene en sí á todos los seres reales y
posibles de una manera virtual eminente. Si un ser puede representarse
á sí propio, puede representar tambien lo que en sí contiene; luego la
causalidad, con tal que existan las demás condiciones arriba
expresadas, puede ser orígen de representacion.

[127.] Aquí haré notar cuán profundo filósofo se muestra Santo Tomás
al explicar el modo con que Dios conoce las criaturas. En la Suma
teológica cuestion 14, artículo 5, pregunta si Dios conoce las cosas
distintas de sí mismo (alia à se) y responde afirmativamente, no
porque considere á la esencia divina como un espejo, sino que apelando
á una consideracion mas profunda, busca el orígen de este conocimiento
en la causalidad. Hé aquí en pocas palabras extractada su doctrina.
Dios se conoce perfectamente á sí mismo; luego conoce todo su poder y
por consiguiente todas las cosas á que este poder se extiende. Otra
razon ó mas bien ampliacion de la misma. El ser de la primera causa,
es su mismo entender: todos los efectos preexisten en Dios, como en su
causa, luego han de estar en él, en un modo inteligible, siendo su
mismo entender. Dios pues, se ve á sí mismo por su misma esencia; pero
las demás cosas las ve, no en sí mismas sino en sí mismo, en cuanto su
esencia contiene la semejanza de todo. La misma doctrina se halla en
la cuestion 12 artículo 8.º donde pregunta si los que ven la esencia
divina ven en Dios todas las cosas.

[128.] La representacion por idealidad es la que no dimana ni de la
identidad de la cosa representante con la representada, ni de la
relacion de causa con efecto. Nuestras ideas se hallan en este caso,
pues ni se identifican con los objetos ni los causan. Nos es imposible
saber si á mas de esa fuerza representativa que experimentamos en
nuestras ideas, existen substancias finitas capaces de representar
cosas distintas de ellas y no causadas por ellas. Está por la
afirmativa Leibnitz; pero como se ha visto en su lugar, su sistema de
las mónadas debe ser considerado como meramente hipotético. Siendo
preferible no decir nada á entretenerse en conjeturas que no podrian
conducir á ningun resultado, me contentaré con asentar las
proposiciones siguientes.
1.ª Si hay algun ser que represente á otro que no sea su efecto, esta
fuerza representativa no la tiene propia, le ha sido dada.
2.ª La comunicacion de las inteligencias no puede explicarse sino
apelando á una inteligencia primera que siendo causa de las mismas,
pueda darles la fuerza de influir una sobre otra, y por consiguiente
de producirse representaciones.

[129.] La causalidad puede ser principio de representacion, pero no es
razon suficiente de ella.
En primer lugar, una causa no será representativa de sus efectos, si
ella en sí misma no es inteligible. Así, aun cuando atribuyéramos á la
materia una actividad propia, no deberíamos concederle la fuerza de
representacion de sus efectos, por faltarle la condicion indispensable
que es la inteligibilidad inmediata.

[130.] Para que los efectos sean inteligibles en la causa, es
necesario que esta tenga completamente el carácter de causa, reuniendo
todas las condiciones y determinaciones necesarias para la produccion
del efecto. Las causas libres no representan á sus efectos porque
estos se hallan relativamente á ellas en la sola esfera de la
posibilidad. Puede realizarse la produccion, pero no es necesaria; y
así en la causa se verá lo posible mas nó lo real. Dios conoce los
futuros contingentes que dependen de la voluntad humana, no
precisamente porque conoce la actividad de esta, sino porque ve en sí
mismo, sin sucesion de tiempo, no solo todo lo que puede suceder sino
lo que ha de suceder, pues que nada puede existir ni en lo presente ni
en lo futuro sin su voluntad ó permision. Conoce tambien los futuros
contingentes dependientes de su sola voluntad, porque desde toda la
eternidad sabe lo que tiene resuelto y sus decretos son inmutables é
indefectibles.

[131.] Aun refiriéndonos al órden necesario de la naturaleza, y
suponiendo conocida una ó mas causas secundarias, no es posible ver en
ellas todos sus efectos con toda seguridad, á no ser que la causa
obrase aisladamente ó que junto con ella se conociesen todas las
demás. Como la experiencia nos enseña que las partes de la naturaleza
están en comunicacion íntima y recíproca, no es dado suponer el
indicado aislamiento, y por consiguiente la accion de toda causa
secundaria está sujeta á la combinacion de otras que pueden ó impedir
su efecto ó modificarle. De aquí la dificultad de establecer leyes
generales enteramente seguras en todo lo que concierne á la
naturaleza.

[132.] Es de notar que las consideraciones precedentes son una nueva
demostracion de la absurdidad de la ciencia trascendental, si se la
quiere fundar en un hecho del cual dimanen todos los demás. La
representacion intelectual no se explica sustituyendo la emanacion
necesaria á la creacion libre. Aun suponiendo que la variedad del
universo sea puramente fenomenal, no existiendo en el fondo mas que un
ser siempre idéntico, siempre único, siempre absoluto, no puede
negarse que las apariencias están sujetas á ciertas leyes y sometidas
á condiciones muy varias. O el entendimiento humano puede ver lo
absoluto de tal manera que con una intuicion simple descubra todo lo
que en él se encierra, todo lo que es y puede ser bajo todas las
formas posibles, ó está condenado á seguir el desarrollo de lo
incondicional, absoluto y permanente, al través de sus formas
condicionales, relativas y variables: lo primero, que es una especie
de plagio ridículo del dogma de la vision beatífica, es un absurdo tan
palpable tratándose del entendimiento en su estado actual, que no
merece ni refutacion ni contestacion; lo secundo sujeta al
entendimiento si todas las fatigas de la observacion, destruyendo de
un golpe las ilusiones que se le habian hecho concebir prometiéndole
la ciencia trascendental.

[133.] Nuestro entendimiento está sujeto en sus actos á una ley de
sucesion, ó sea á la idea del tiempo. El mismo hecho domina en la
naturaleza; ya sea que así se verifique en la realidad, ya sea que el
tiempo deba ser considerado como una condicion subjetiva que nosotros
trasladamos á los objetos; sea lo que fuere de esta doctrina de Kant,
cuyo valor examinaré en el lugar debido, lo cierto es que la sucesion
existe, al menos para nosotros, y que de ella no podemos prescindir.
En este supuesto, ningun desarrollo infinito puede sernos conocido
sino con el auxilio de un tiempo infinito. Así estamos privados por
necesidad metafísica, de conocer no solo el desarrollo futuro de lo
absoluto, sino el presente y el pasado. Siendo este desarrollo
necesario absolutamente, segun la doctrina á que me refiero, ha debido
precedernos una sucesion infinita; por manera que la organizacion
actual del universo ha de ser mirada como un punto de una escala sin
límites que asi en lo pasado como en lo futuro no tiene otra medida
que la eternidad. Cuál sea el estado actual del mundo no lo podemos
saber con sola la observacion, sino en una parte muy pequeña, y por
tanto nos será preciso sacarlo de la idea de lo absoluto, siguiéndole
en su desarrollo infinito. Esto, aun cuando en sí no fuera
radicalmente imposible, tiene el inconveniente de que no cabe en el
tiempo de vida otorgado á un solo hombre, ni en la suma de los tiempos
que han vivido todos los hombres juntos.

[134.] Pero volvamos á la representacion de causalidad. Si bien se
observa, la representacion ideal va á refundirse en la causal; porque
no pudiendo un espíritu tener idea de un objeto que no ha producido,
sino en cuanto se la comunica otro espíritu causa de la cosa
representada, se infiere que todas las representaciones puramente
ideales proceden directa ó indirectamente, inmediata ó mediatamente,
de la causa de los objetos conocidos. Y como por otro lado segun hemos
visto ya (127), el primer Ser no conoce las cosas distintas de sí
mismo, sino en cuanto es causa de ellas, tenemos que la representacion
de idealidad viene á refundirse en la de causalidad, verificándose en
parte el principio de un profundo pensador napolitano, Vico, «la
inteligencia solo conoce lo que ella hace.»

[135.] De la doctrina expuesta se siguen dos consecuencias que es
preciso notar.
1.º Las fuentes primitivas de representacion intelectual son solo dos:
identidad y causalidad. La de idealidad es necesariamente derivada de
la de causalidad.
2.º En el órden real, el principio de ser es idéntico al principio de
conocer. Solo lo que da el ser puede dar el conocimiento; solo lo que
da el conocimiento puede dar el ser. La causa primera, en tanto puede
dar el conocimiento en cuanto da el ser; representa porque causa.

[136.] La representacion de idealidad, aunque enlazada con la de
causalidad, es realmente distinta. Bien que la explicacion de su
naturaleza pertenezca al tratado de las ideas, no quiero dejar sin
alguna aclaracion un punto tan íntimamente ligado con el problema de
la representacion intelectual.
Conciben algunos las ideas como una especie de imágenes ó retratos del
objeto: si bien se observa, esto no tiene sentido sino refiriéndose á
las representaciones de la imaginacion, es decir, á lo puramente
corpóreo; y en cuyo caso, aun exige la suposicion de que el mundo
externo sea tal cual nos lo presentan los sentidos, lo que bajo muchos
aspectos no es verdad. Para convencerse de cuán ilusoria es la teoría
fundada en la semejanza de las cosas sensibles, basta preguntar ¿qué
es la imágen de una relacion? ¿cómo se retratan el tiempo, la
causalidad, la substancia, el ser? Hay en la percepcion de estas ideas
algo mas profundo, algo de un órden enteramente distinto de cuanto se
parece á cosas sensibles; la necesidad ha obligado á comparar el
entendimiento con un ojo que ve, y á la idea con una imágen presente;
pero esto es una comparacion; la realidad es algo mas misterioso, mas
secreto, mas íntimo; entre la percepcion y la idea hay una union
inefable; el hombre no la explica pero la experimenta.

[137.] La conciencia nos atestigua que hay en nosotros unidad de ser,
que el _yo_ es siempre idéntico á sí mismo, y que permanece constante
á pesar de la variedad de ideas y de actos que pasan por él como las
olas sobre la superficie de un lago. Las ideas son un modo de ser del
espíritu; pero ¿qué es este modo? ¿en qué consiste su naturaleza? La
produccion y reproduccion de las ideas ¿dimana de una causa distinta
que influya perennemente sobre nuestra alma y le produzca
inmediatamente esos modos de ser que llamamos representaciones é
ideas, ó deberemos admitir que le haya sido dada al espíritu una
actividad productriz de estas representaciones, bien que sujeta á la
determinacion de causas existentes? Estas son cuestiones que por ahora
me contento con indicar (XIII).


CAPÍTULO XIV.
IMPOSIBILIDAD DE HALLAR EL PRIMER PRINCIPIO EN EL ÓRDEN IDEAL.

[138.] Lo que no hemos encontrado en la region de los hechos, tampoco
lo hallaremos en la de las ideas; pues no hay ninguna verdad ideal
orígen de todas las verdades.
La verdad ideal es aquella que solo expresa relacion necesaria de
ideas, prescindiendo de la existencia de los objetos á que se
refieren; luego resulta en primer lugar, que las verdades ideales son
absolutamente incapaces de producir el conocimiento de la realidad.
Para conducir á algun resultado en el órden de las existencias, toda
verdad ideal necesita un hecho al cual se pueda aplicar. Sin esta
condicion, por mas fecunda que fuese en el órden de las ideas, seria
absolutamente estéril en el de los hechos. Sin la verdad ideal, el
hecho queda en su individualidad aislada, incapaz de producir otra
cosa que el conocimiento de sí mismo; pero en cambio la verdad ideal
separada del hecho, permanece en el mundo lógico, de pura objetividad,
sin miedo para descender al terreno de las existencias.

[139.] Hagamos aplicacion de esta doctrina á los principios ideales
mas ciertos, mas evidentes, y que por contenerse en las ideas que
expresan lo mas general del ser, deben de poseer la fecundidad que
estamos buscando, si es que sea dable encontrarla.
«Es imposible que una cosa sea y no sea á un mismo tiempo.» Ente es el
famoso principio de contradiccion, que sin duda puede pretender á ser
considerado como una de las fuentes de verdad para el entendimiento
humano. Las ideas que en él se contienen son las mas sencillas y mas
claras que puedan concebirse; en él se afirma la repugnancia del ser
al no ser, y del no ser al ser á un mismo tiempo; lo que es evidente
en el mas alto grado. Pero ¿qué se adelanta con este principio solo?
Presentadle al entendimiento mas penetrante ó al genio mas poderoso,
dejadle solo con él, y no resultará mas que una intuicion pura,
clarísima, si, pero estéril. Como no se afirma que algo sea, ó que no
sea, nada se podrá inferir en pro ni en contra de ninguna existencia;
lo que se ofrece al espíritu es una relacion condicional, que si algo
existe repugna que no exista á un mismo tiempo y vice-versa; pero si
no se pone la condicion de la existencia, ó no existencia, el sí el nó
son indiferentes en el órden real, nada se sabe con respecto á ellos
por grande que sea la evidencia en el órden ideal.
Para pasar del mundo lógico al mundo de la realidad, bastará un hecho
que sirva como de puente; si le ofrecemos al entendimiento, las dos
riberas se aproximan, y la ciencia nace. Yo siento, yo pienso, yo
existo. Hé aquí hechos de conciencia; combínese uno cualquiera de
ellos con el principio de contradiccion, y lo que antes eran
intuiciones estériles, se desenvuelven en raciocinios fecundos que se
dilatan á un tiempo por el mundo de las ideas y el de la realidad.

[140.] Aun en el órden puramente ideal, el principio de contradiccion
es estéril si no se junta con verdades particulares del mismo órden.
En la geometría, por ejemplo, se hace uso con mucha frecuencia del
raciocinio siguiente. «Tal cantidad es mayor ó menor que otra, ó le es
igual; porque de lo contrario resultaría mayor y menor, igual y
desigual á un mismo tiempo, lo que es absurdo;» aquí se aplica con
fruto el principio de contradiccion, mas nó solo, sino unido con una
verdad ideal particular que hace útil la aplicacion dicha. Así, en el
raciocinio citado, no se podria hacer uso del principio de
contradiccion para probar la igualdad ó la desigualdad, si antes no se
hubiese probado ó supuesto que existe, ó no existe una de las dos; lo
cual no resulta ni puede resultar del principio de contradiccion que
no encierra ninguna idea particular, sino las mas generales que se
ofrecen al entendimiento humano.

[141.] Las verdades generales por sí solas, aun en el órden puramente
ideal, no conducen á nada, por lo indeterminado de las ideas que
contienen; y por el contrario, las verdades particulares por sí solas,
tampoco producen ningun resultado, porque se limitan á lo que son,
imposibilitando el discurso que no puede dar un paso sin el auxilio de
las ideas y proposiciones generales. De la union de unas con otras
resulta la luz; con la separacion, no se obtiene mas que, o una
intuicion abstracta y vaga, o la contemplacion de una verdad
particular que, limitada á pequeña esfera, nada puede enseñar sobre
los seres considerados bajo un aspecto científico.

[142.] Veremos al tratar de las ideas, que nuestro entendimiento las
tiene de dos clases muy diferentes: unas que suponen el espacio, y no
pueden prescindir de él, como son todas las geométricas; otras que no
se refieren al espacio, como son todas las no geométricas. Estos dos
órdenes de ideas están separados por un abismo que solo se puede
salvar procurando la aproximacion con el uso simultáneo de unas y
otras. El mismo órden ideal queda incompleto si no se hace la
aproximacion; y el órden real del universo se vuelve un caos, ó por
mejor decir desaparece, ni no se combinan en ambos órdenes, tanto
geométrico como no geométrico, las verdades reales con las ideales. De
todas las ideas geométricas imaginables, consideradas en toda su
pureza ideal, no resultaría nada para el órden ideal geométrico, ni
tampoco para el mundo de las realidades aun las materiales, mucho
menos de las inmateriales; y por el contrario, de las ideas no
geométricas por sí solas, no se podria sacar ni la idea de una recta.
Esta observacion acaba de demostrar que en el órden ideal no hay para
nosotros la verdad única, porque si la tomamos en el órden geométrico,
nos limitamos á combinaciones que no salen de él; y si en el órden no
geométrico, nos falta la idea del espacio, y con ella perdemos hasta
la posibilidad de concebir el mundo corpóreo (XIV).


CAPÍTULO XV.
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