Ataramiñe'15 Euskal Errepresaliatu Politikoen Literatura Koadernoak - 3
los militantes que luchaban por la dignidad de los hombres y
mujeres ecuatorianos. La memoria te acerca y me lleva, nos
acerca y nos lleva a ti…
Me lleva también, el recuerdo, a la ventana enrejada de una
celda del Regimiento Quito, allí, frente a los Andes, buscando
huellas de libertad entre las nubes. Aislado y alejado, mientras
leía, en manoseados periódicos, que policías españoles ayudaban
a Febres Cordero en el asesinato de militantes de “Alfaro Vive
¡Carajo!”, en Guayaquil. Los funcionarios del terror no tenían
fronteras. Entre el sonido de cerrojos, mis ojos se helaban, llenos
de ausencias, aunque encontraran refugio y libertad leyendo
Rayuela.
Memoria y recuerdo se juntan, como se juntan las sórdidas
historias del penal García Moreno, asustándonos con cuentos
de terror que parecían mentiras y eran verdades, cual si
fuéramos niños. Aquel penal de donde escapaste con tus
compañeros por el túnel del tiempo del minero Marco Troya.
Leo en los poemas que escapaste para seguir dejando huellas:
pájaro que prefirió seguir volando, para escribir libertad en
el cielo. “Se ha dicho que somos terroristas”, decías, “aquello
que no solamente es falso sino que está cargado de veneno”.
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Alfontso Etxegarai Atxirika
Desde la orilla eta beste bat
Ahí estaban los cuerpos, prisioneros de los funcionarios
sicarios, en la obscuridad, guindados, salpicados de destrozos,
amoratados…el cuerpo de Juan Carlos Acosta, o el cuerpo de
Consuelo Benavides tirado en una zanja. Ahí está la piedad de
los funcionarios sicarios y la de sus amos León Febres Cordero
y el ministro Luís Robles. Querían robarnos hasta las palabras,
¡carajo! Luego nos llamaban terroristas.
Memoria y recuerdo se juntan y evocan en mis labios doloridos
los nombres Elsie, Laura… Los nombres de los compañeros de
CEDHU, o de tantos otros que, con su solidaridad y vigilancia,
ayudaban con su empeño y caricias a los desamparados que
caían en las celadas. Memoria y recuerdo que todos los pueblos
tienen, que nunca se apagan, que son fruto de semillas como
la que dejaste caer cuando emprendiste el vuelo de libertad a
nuestras almas. Serás un cóndor, acaso, o un pajarito de la jungla,
porque preferiste las alas.
La memoria te acerca y me lleva, nos acerca y nos lleva a ti...
Familiares, amigos, militantes y luchadores vascos te enviamos
este mensaje reconocimiento desde la otra orilla de los mares,
desde las laderas de otra cordillera verde, porque nos une y nos
hace compañeros de camino el combate por una “Democracia
auténtica; una justicia social; y una economía nacional” que
frene al sistema capitalista que te asesinó con las manos de los
sicarios de León Febres Cordero, que te asesinó pero que no
te mataron pues eres de los muertos que habitas en los vivos
que siguen luchando. La memoria y el recuerdo están contigo.
Desde otra orilla, con los pies siguiendo y dejando huellas,
mirando cordilleras que nos acercan.
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En esta orilla también creemos en la memoria de los pueblos y en
las semillas de sus luchadores por una democracia auténtica, por
una justicia social, por una economía nacional. Creemos en los
que, enfrentándose a yugos y ocupantes, recuperan del olvido la
dignidad de los pueblos, dándolo todo y hasta sumiéndose en la
tragedia. A veces los escenarios cambian, cambian los discursos,
y donde había rosas y claveles toman sitio olvidos y condenas.
Cortaron los claveles y las rosa; expulsaron las palabras y todas
las imágenes, prohibieron que fueran transmitidas pensando
que bastaba, sin darse cuenta de que hay un tiempo en el que lo
que no se ve se sumerge en la tierra y va cobrando más fuerza
para renacer en otro tiempo
Desde orillas que nos acercan...
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Alfontso Etxegarai Atxirika
Desde la orilla eta beste bat
“Kintsukuroi” y el gudari roto
No sabes cómo has llegado allí, un sitio obscuro, denso, con falta
de aire. Andas en cuclillas, el techo es bajo, te das cabezadas si
intentas erguirte. No sabes, parece…No sabes ni si te mueves
ni si estás entero o en pedazos como un puzle. No te ves a ti
mismo. Recuerdas que has sido interpelado en la calle, en una
calle de tu pueblo, por unas personas con “acento de fuera”,
acento de otros parajes, acentos españoles. No sabes, parece…
No sabes dónde estás. Te acuerdas, sí, te acuerdas de nombres,
de sitios, de nombres como “La Cumbre”, “La Salve”. De
nombres de sitios donde llevan a la gente para interrogarla. No
puedes decir que llevan a la gente para torturar y quebrar su
alma, está prohibido decirlo, mucho menos decir que la llevan
allí para vengarse. En estos tiempos hay mucha cosa prohibida.
Tratas de pensar, la obscuridad te desconcierta. No ves nada.
Sientes la densidad de la obscuridad, las respiraciones de otra
gente: “No tengas miedo, aquí te lo vas a pasar bien. Yo soy
González”, te dice una voz con acento de otros parajes. Quieres
saber de qué sitio de la obscuridad sale esa voz, te mueves
con miedo, a tientas, a cuatro patas, o piensas que te mueves.
No ves nada, como si te hubieran arrancado los ojos. No ves
nada. Como los ciegos, tú también has desarrollado nuevas
capacidades y a tus oídos llegan varias respiraciones, diferentes,
las cuentas, aterrorizado de estar en sus manos, como si te
tuvieran en uno de sus sitios... “Será que he caído, que me han
pillado”.Tratas de levantarte para salir a correr y romperlo todo;
quieres gritar, pero tu voz no sale de dentro de ti, rebota en tus
adentros, ni tus piernas se echan a andar. Estas como sujeto al
suelo, clavado, enterrado en una tierra arcillosa que te dice algo.
Tus manos, sudorosas, encuentran un objeto en ese suelo que
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parece que te cubre, en esa tierra arcillosa cuyo aroma te
recuerda la niñez: “Qué es esto”, dices, temblando y evitando
avanzar a gatas otro milímetro más, si es que de verdad avanzas.
A tu alrededor todo puede ser un precipicio, sientes el vértigo,
sientes un miedo frío. “Es un tricornio... Jajaja. Yo soy Galindo”,
dice otro acento de otros parajes.
Los ojos o el alma se te humedecen, seguramente de pena,
aunque acaso no tienes ni ojos ni alma y el dolor es en su vacío.
No te puedes ver a ti mismo, claro, te imaginas y crees que te
has encogido o empequeñecido. La rodilla de tu pierna derecha
tropieza con otro objeto. Te asustas y sientes que tu cuerpo
existe porque repentinamente se tensa, como si se fuera a
romper, como si fuera electrocutado. Por tu tacto crees que es
un tejido, duro, espeso: “Es una camisa de fuerza, como esas de
los hospitales psiquiátricos.Yo soy Vera”, dice una nueva voz que
irrumpe en la obscuridad.
No recuerdas si estabas yendo a casa de unos amigos; si había
una cena y tu compañera te había dicho que anduvieses con
cuidado, que rondaba gente rara por el barrio, gente de otros
parajes, como las de aquellas voces. Una cena particular en casa
de amigos, prohibida por apología del terrorismo. Por mucho
que pienses no encuentras la respuesta. Hay momentos en los
que piensas que eres la silueta de un rostro, apenas eso, y que
estás en una fotografía colgada de una pared, junto a decenas
de otras fotografías sin rostro. Otras veces, en la obscuridad
se ilumina un muro de una vieja calle, como recién pintado
de blanco, y lees un nombre que no sabes si es el tuyo, un
nombre que te dice algo sobre el pasado, tu pasado o el de
otros: “Txiki”. Una ráfaga de tiros comienza, no, son un tiro
tras otro, rápidos pero cadentes, y alguien canta “Eusko gudariak
gara” mientras su cuerpo se agujerea de balas...
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Alfontso Etxegarai Atxirika
Desde la orilla eta beste bat
Te parece que llevas allí mucho tiempo, una eternidad, si es que
existe. Como en un escenario de teatro, la luz de un foco ilumina
a una persona envuelta en una camisa de fuerza: “Recordad, soy
Vera”, dice a un supuesto auditorio, y comienza a desfilar o
bailar bajo el foco, con su camisa y una sonrisa crispada por
el odio. Poco tiempo después Vera desaparece, y con él la
luz del foco. Tú inmovilizado y envuelto en algo extraño, acaso
la camisa de fuerza de Vera, ruedas por una ladera, ruedas y
ruedas hasta que te paras boca abajo, sobre un riachuelo. Tratas
de levantar la cabeza, sin saber si la tienes o no, y algo te empuja
hacia abajo, para que bebas, y ahí sientes que tienes cabeza,
aunque ahora no sabes si te faltan los hombros o el resto del
cuerpo. Tus pulmones se van llenando de un líquido frío, acaso
agua, y lloras de miedo; o no lloras, no puedes llorar porque lo
tienes prohibido: Los gudaris no lloran hacia fuera frente a sus
enemigos. El aroma de la tierra arcillosa te devuelve algo de
vida, te conforta; nuevamente el recuerdo del niño de barrio,
la ría, los tiragomas… El aroma de esa tierra que te dice algo,
un amor, no sabes, un pasado, un futuro, mientras sigues boca
abajo y bebiendo aquel líquido frío que se te encharca en los
pulmones. Toses y toses, sin parar.
No sabes si es de día o de noche, se paró el tiempo cuando
te llevaron bajo una luna azul. No sabes si pasaron muchos
años o si ya es la eternidad. No sientes más sus respiraciones:
“Se habrán ido”, te preguntas, como otras veces, aunque eres
consciente de que volverán en otro momento, en otro tiempo,
cuando menos lo esperes. Siempre que se van, la tierra y la
obscuridad tiemblan, casi se rompen, como si una manada de
caballos trotara encima, tan fuerte que hasta la eternidad podría
resquebrajarse para volver al presente. Escuchas sus temblores,
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los de la tierra y los de tu cuerpo que no existe. Comienza la
sacudida del trote, ya lo sabías, y sientes moverse tu cuerpo,
primero una parte, luego otra, hasta vuelves a sentir los ojos
que no tenías. “Ya están aquí los caballos, libres”, imaginas, y
pides que troten mucho, que galopen, que salten y se revuelvan.
Las respiraciones vuelven cuando el trote de caballos cesa,
las sientes otra vez, y también los acentos de otros parajes:
“Todavía estas así, no te das cuenta de que eres un asesino que
no tendrás paz”, te dice alguien. “Pero quién eres tú”, preguntas
a la nueva voz. “Yo soy Billy el Niño”, te responde riéndose
a carcajadas, como se reían los guardia civiles voluntarios que
fusilaban a los tuyos, como también se reían los torturadores de
“la Cumbre: “La ceremonia de la venganza y la sangre”, estaba
escrito en un panfleto o en la hoja de un papel de periódico
que habías leído. Ese nombre no es de ahora, es de otro tiempo,
el tiempo de Franco: “Será que yo también soy del tiempo en el
que nos fusilaban…” Estabas confuso, desorientado.
La luz vuelve a iluminar el escenario: gente que va y viene, con
prisas, y aquél que está allí parece un camarada, su cara te dice
algo, puede ser alguien que murió en una emboscada. La luz le
sigue, él camina lentamente, como esperando algo o alguien. De
repente se aproxima a dos personas uniformadas y les dispara,
por la espalda, para no darles la posibilidad de responderle o
escapar. “Asesino, asesino...”, escuchas que le dicen algunos. “Será
verdad, será verdad que un gudari puede ser asesino y matar a
alguien solo porque tiene ideas diferentes, será...”. Cruza la calle
y se pierde por una esquina, como uno más.
¿Será o no un asesino? Quieres saberlo, pero no hay respuesta
final o si existe está en la conciencia de cada uno. En tú tiempo
muchas personas dicen que ese camarada es un asesino. Pero
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Alfontso Etxegarai Atxirika
Desde la orilla eta beste bat
él no mataba para sembrar terror, nada de eso, ni por placer
ni por locura, lo hacía pensando en la lucha, en su pueblo y
en los pueblos del mundo; él luchaba y mataba como gudari
porque había nacido en una tierra donde no se puede ser de
ni estar de un pueblo al que se le quiere enterrar en el olvido.
Txabi, que así era el nombre del gudari, hubiera preferido que
se fueran, que se fueran a defender su país y no a implantarse
en el tuyo, o que ese día no apareciesen en aquel sitio. Txabi
era consciente de que disparaba contra personas, personas
con familia y amigos, personas con proyectos de vida; sabía
también que le podían matar y que perdería también su familia
y amigos, su propio proyecto de vida. Había elegido ser gudari
porque no podía ser y estar de un pueblo que no le dejan
existir, no encajaba en un pueblo sometido y solo tenía sentido
cambiarlo. Es verdad que mataba personas y que pagaba por
ello con su vida quebrada, con su alma rota, pero no había
instinto de venganza ni de odio por el pasado. Tantos años
pagando, tantos años: Gernika, Durango, cientos de años de
cárcel y exilio, deportaciones de niños… Mataron a casi toda su
familia, a miles y miles de vascos para pagar, y siguieron matando.
A su madre no la mataron porque era una niña, la dejaron
huérfana y moribunda, y esas cosas no se podían escribir en
ningún sitio porque las enterraban para que no se supiera y así
creciera el miedo, creciera y creciera. No había reconocimiento
de autoridades ni de instituciones, decenas de años, cientos de
años para que creciera el miedo, creciera y creciera.
Ahora, en tu tiempo, siguen pidiendo que los gudaris paguen,
que paguen y que paguen para devolverles la dignidad a sus
víctimas, una dignidad que se vuelve insaciable. Quieren que los
gudaris pidan perdón, para seguir pagando, pero a quién pedirlo
si sus soldados muertos ya no están ¿Pedir perdón a los Judas
o a los Pilatos que aquí se quedaron? ¿Pedir perdón a su pueblo
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o al tuyo? Es difícil contentar a un ejército que nunca está
dispuesto a hacerlo, ni después de que decidas entregarle las
armas. Ellos se asientan confortablemente en la Teoría del Poder,
la de las victimas de primera y segunda clase, la del terrorismo
y de la negación del conflicto; la teoría de la Condena de Todas
las Víctimas, mientras no sean lo mismo y no se les trate igual:
“El problema es el conflicto, no los ejércitos de un lado u otro,
ni sus familias. Todos tenemos miles de familias golpeadas por el
conflicto. El conflicto nos une y nos desune, decenas y decenas
de años”, piensas y les cuentas a esas voces de otros parajes,
pero ya no sientes sus respiraciones, te han dejado pensando y
hablando solo.
Vuelve a temblar la tierra y tú con ella, como si hubiera un
terremoto. Piensas en el trote de los caballos, en su libertad;
algo se resquebraja y los rayos de luz te sorprenden:” Será la
luz del día”, lo dices pensando que algo nuevo nace. Y escuchas
otras voces, voces que te dicen algo: “¡Ibai! ¡Ibai! ¡Eman baloia!...”
Una parte de ti siente el aire fresco, parece que es de invierno.
La mano de un chaval, vestido con la camiseta del Athletic, te
recoge de la tierra, encharcada: “ ¡Aduriz ikusi, ikusi hemen…
Zerbait topatu dut!”, dice...
La tierra arcillosa ya no te cubre del todo: “Iepa, una vasija de
barro”, dice otro chaval, “Vamos a llevarla a casa para pegar los
pedazos”...
Allí vas tú, vasija de barro quebrada y desenterrada del olvido,
con tus imperfecciones y fragilidades, envuelta en una camiseta
del Athletic para ser recompuesta por unos chavales que te
desenterraron. Allí vas tú: roto.
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Alfontso Etxegarai Atxirika
Desde la orilla eta beste bat
En la tradición japonesa del “Kintsukuroi” los defectos y las
grietas de las vasijas rotas se acentúan como prueba de la
imperfección y la fragilidad pero también de la capacidad de
recuperarse y hacerse más fuerte, como si de la vida se tratase.
São Tomé, 27 de setiembre de cualquier año
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Ekaitz Sirvent Auzmendi
1979
Zarautz
Atxilotze data: 2009ko apirilaren 10a.
Centre Pénitentiaire Tarascon
Quart. Radoubs
Chemin Départemental 122
B.P. 82
13155 Tarascon Cédex
Eroglifikoa
Bigarren Mundu Gerran
eta egunak ez dira behar bezain beteak
irratiz propaganda faxista hedatu ostean
eta gauak ez dira behar bezain beteak
idatzi zuen Poundek, Adornoren aurka
aliatuek atxilotu eta burutik ezgaitzat hartuta
Washingtongo erietxe psikiatrikoan itxi zuten
ez egunak ez gauak ez dira eneak
esan nuen doi, euskaraz
baina hobe ero bat lau txoro baino
hilabeterik ankerrenean apirilean
Struczyck doktoreak ospitaleratzea agindu zuen.
Eroglifikoz mintzo nintzela zioen.
zaindariek indarrez pijama urdin bat jantzi,
oinetan girgiluak eta eskuetan burdinak ipini
eta Avignongo Montfaveten ingresatu ninduten
ez nago ganbaratik
orduko gazte eroen ondorengoa naiz soilik
gela zuri batean sartu ninduten, ohera estekatu
eta xiringaz ziztatu zidaten, ipurdian
ez zen absenta antsiolitiko eta antipsikotikoak baizik
han geratu nintzen lotuta durduzatuta bakarrik
barrezka joan zirenean
70
Ekaitz Sirvent Auzmendi
Olerkiak
gas hilgarriz akabatuko nindutela uste nuen
Xabierren pentsura txiza egin nuen gainean
nire urtebetetzetik neraman gose greban
presoen askatasuna exijitzeko saioan
Euskal Herriaren aitortza instituzionalaren alde
euskararen ofizialtasunaren alde
Gernika! hasi nintzen oihuka, etorri ziren
pijama bustia aldatu eta ohea lehortu zidaten
lotu ninduten atzera sei egun eman nituen horrela
Tarasconeko kartzelan naukate orain
itzuleran ez nituen burkideak ezagutu
ez naiz ia ezertaz oroitzen
baina galdera berberek jaten dizkidate erraiak:
zer egin, Lenin, egun eta gau mortu hauekin?
zer egin, Lenin, itxaronaldi eramangaitzekin?
ahal dutenek ez dute nahi
eta nahi dugunok ezin dugu oraingoz aterik ireki
71
Libre
Libre bizi.
Egunaren argi arrosan
ortzadarrari begira zilar euritan
lokatz artean kideak eta ni
Libre bizi.
Gaueko kriseiluan
ezerezaren erdian iluntasun irekian
itzalen artean beltza eta ni
Libre bizi.
Zuengan bermaturik
eta galdurik
mendetako gaitzondo amaigabea
72
Ekaitz Sirvent Auzmendi
Olerkiak
Telesfororen manifestua
berpiztu zaitez Sabino Lazaro bazina!
ikus dezazun Aberria ikus dezazun argia
gorria herri honi gudariek eskaini diote
Orreagan frontean lubakietan Intxortan
eta gerora sasian eta oraindik kartzelan
eta oraindik herritarren taupa guztietan
berpiztu zaitez Sabino Lazaro bazina!
ikus dezazun Lege ikus dezazun jendea
berdea herri honi Ama-lurrak eman dio
mendietan haranetan basoetan begietan
eta orain arau zaharrak jada dira berri
eta gure zuhaitzek iraungo dute beti
berpiztu zaitez Sabino Lazaro bazina!
ikus dezazun Alderdia ikus dezazun egia
zuria zure itsumutilek zikindu dute
gezurrek promesek jukutriak diruak
eta oraino askatasunaren aldeko guduan
hitz lehorrak hitz antzuak hitz galduak
berpiztu zaitez Sabino Lazaro bazina!
sasi guztien gainetik Maltzagara goaz
73
Ateak eta kateak
ateak irekitzen saiatzen gara
eta kateak ipintzen dizkigute
kateak askatzen saiatzen gara
eta ateak ixten dizkigute
ateak zabaltzen saiatzen gara
berriro
eta kateak estutzen dizkigute
kateez libratzen saiatzen gara
behin berriz
eta ateak zarratzen dizkigute
ateak irekitzen saiatzen gara
bai eta kateak askatzen ere
baina kalteak eragiten dizkigute
kalteak gainditzen saiatzen gara
bai eta kateez libratzen ere
baina ateek itxita jarraitzen dute
ateak zabaltzen saiatzen gara
kateak askatzen
kalteak gainditzen...
eta oinez ibiltzen ikasten dugu
ezaren gudaz baietza sortuz
askatasuneranzko bide luzean
74
Ekaitz Sirvent Auzmendi
Olerkiak
Askatasun eskaera
etsaiei barkatu egin behar omen zaie
euren gorbatekin urkatu ondoren
nire jarrera guztiz baketsua da
ez daukat heriotza-oldarrik
ezta karga tragikorik ere
egunean hiru sagar jaten ditut
eta zazpi zigarro erretzen soilik
nire bizitzari kutsu dramatikoa emateko
nire nahiak honako hauek dira:
Schiller edo Sarrionandia bezala
kartzelatik ihes egin nahi nuke
Sturm und Drang mugimendua berpiztu
edo Benitoren nire Bulkada idatzi
etsaiei barkatu egin behar omen zaie
euren gorbatekin urkatu ondoren
baina ez daukat hiztegi poetiko ele-ederrik
ez baikortasun nahikorik ez idealismo moralik
gutxiago formaren zentzu klasikorik
ez dut gauza handirik eskatzen:
Thoreau bezala nire Walden nahi dut
Pagoetan etxola xume bat lastozkoa
lastaira lurrean eta jatekoa urri
katu gris begi berde baten konpainia
zahar usaineko liburu orri horizta kolorekoak
75
leihoaren aurrean oroiloreak
eta atarian haritz eder batzuk
etsaiei barkatu egin behar omen zaie
euren gorbatekin urkatu ondoren
nire bideak poetikoak izango dira osoki
eta nire eskaerak demokratikoak beti
egia psikologikoa Heinerena batek daki
halatan prokuradore txit agurgarria
zerbait zoriontsu egin nahi banauzu
utzidazu gure etsaietatik hiruzpasei
haritz horietatik zintzilik ikusten
bihotza erdibiturik
egin diguten kalte guztia barkatuko diet
etsaiei barkatu egin behar baitzaie...
76
Ekaitz Sirvent Auzmendi
Olerkiak
Gerra bitartean
Paris hiriko tren geltoki batean atxilotu ninduten
apirilaren 10ean, Stormonteko Akordio egunean
gure Aberri Egun bezperetan, 29 urterekin
presidenteak jolie cadeau de pâques esanez
zoriondu omen zituen poliziak, telefonoz
jendarmeek konfiskatutako gauzen artean:
Asus ordenagailu eramangarria
9 usb 3 disko gogor
Moleskine kaiera eta agenda bat
CNI frantsesak 2 DNI espainiarrak 21
Smith & Wesson errebolberra (.38 berezia)
iPod entzungailua, arropak eta hiru liburu:
Krimena eta zigorra
Ongi etorri benetako desertura
Etika. Gaizkiaren kontzientziari buruzko saioa
Arma ateratzen saiatu nintzela esan zuten
espainiar hedabideek. Ez nuen egin ordea
Parisko geltokiak ez dira far westeko saloonak
ez naiz odol berokoa ez naiz norbait bortitza
Argien Hirira inspirazio bila nindoan
hitzordu batera. Behar nuena eguzkia zen
etsenplu ona eta maitasun pixka bat
mundua aldatzeko ezinbestekoa baita
psikologikoki beste bide bat hartzea
77
Krimena eta zigorra ez baina
Ateak eta kateak ari nintzen idazten
laster ateak kateak kalteak izango zen
urtetarako kartzela eman ziguten, ez du munta
handirik. Mendeak daramatzagu borrokan
han ziren senideak lagunak etsaiak
krudelkeriaren teatro horren erdian
Antonin Artaudek berak ere ez bailuke
epaiketa haren ankerkeria gaindituko lukeen
antzezlanik idatziko bide batez esanda
42 rue de la Santén kartzelatu ninduten
Apollinaire eta Genet eta Ben Bella bezala
Montparnasse dorrea eta gaztainondoak ikusten nituen
ziegatik. Parisek nire iragana, nire lehen irrikak
nire lehen atsekabeak oroitaraziko dizkit beti
orain hau dena dakitenak egongo dira:
begiratuko nautenak begiratuko diedanak
eta gero eta gehiago izan orduan eta hobe
78
Ibon Muñoa Arizmendiarrieta
1958
Eibar
Atxilotze data: 2000ko urriaren 17a.
Liburu bi argitaratuak ditu:
Ametsen txokoan bizi naiz (Ataramiñe, 2011);
Ainarak herrira itzuliko dira (Ataramiñe, 2014).
Centro Penitenciario Córdoba
14014 Córdoba
Elkartasuna den Arrateri
Artega egoten naiz zuekin batu arte,
maiz diot, “halako nekerik merezi ote?,
bidaian gerta liteke hamaika ezuste,
ordu txikietan makina bat buruhauste,
Guardia Zibilek kontrolak jartzen dituzte,
kilometroek hola itzelak dirudite.
Zeharkatu eta gero horrenbeste ate
laño zaude neure zain, mintzalekuan tente,
adei esan dizut, “ia dugu ordubete”,
zirrararen lurrunak du esparrua bete,
toki hauek oroimenik izango balute
kontu zoragarriak esango lituzkete,
amaieran tristatu zarelako hainbeste
zure begiek erabat inarrosi naute
aizu, desioek biziro iraungo dute,
nahi dugun goiztiria gertu dago Arrate.
2014ko abuztuaren 17an
80
Ibon Muñoa Arizmendiarrieta
Bertsoak
Isolamenduan gaudenok ikusi nahi duguna
1
Puertotik Kordobara
doa gogaketa,
“mortu bietan dago
sakabanaketa”,
hau, dirudien arren
ez da hurbilketa,
bertan delako zeken
dena murrizketa,
sarreran pairatu dut
ohiko araketa,
zerek gu gogaitzeko
daukaten kasketa.
3
Beharrez nago ziegan
hormari begira,
halaber altzairuzko
arantza larrira,
nahiz kurloiak hor dauden
aske bizi dira,
hesitik gurtzen dute
goizeko dirdira,
eguzkiak eraman
nazala herrira,
Arratera joateko
pagoen zelaira.
2
Rajoy darraielako
irmo mendekuan,
Kordoban sartu naute
isolamenduan,
zorionez ez nago
soilik moduluan,
kideak nonahi daude
leotzen munduan,
egoten garen arren
zoko lar estuan,
alaitzen zaigu soa
batzeko orduan.
4
Urruti gaudela da
egia bakarra,
sarritan dagi minez
arimak negarra,
kraska jausiko baita
hormatzar zabarra,
gure bizinahia ez
delako meharra,
ederretsiko dugu
noizbait artizarra,
katerik gabe libre
lurralde zaharra.
2014ko abuztuaren 24an
81
Leihotik goizero dakusadana
1
Burdinsarea ezarrita daukan leihotik dakusazu hurbil horma,
berari begira ikusmena gera dakizuke lausotuta,
tamalez, hesi grisa bost metrotara jaso zutenez hotz dagi ziegan,
ekia nekez sar daiteke zerak daukalako zokoratuta,
txapel biribil zatarra altzairuzko arantzarekin egin diote
Ceuta eta Melillan lez zauri zaitezen trabatuta.
2
Segur aski arkitekto batek diseinatu zuen isolamendua,
jakin beza gera zaitezkeela psikologikoki gaixotuta,
gizatasuna desagertuta dago lartxo ziztrina den esparrutik
diziplinarekin eskubideak dauzkazulako murriztuta,
txolarreek behintzat alaitasuna dakarkizute txorrotxioekin,
une zoragarrian sorlekua dakusat horman islatuta.
2014ko abuztuaren 24an
82
Ibon Muñoa Arizmendiarrieta
Bertsoak
Euskal preso politikoen abokatuak
1
Abokatuekin gara
esperantzan bizitzen,
lerden ari direlako
amnistia goritzen,
kartzelen zoruan dira
arduratsu higitzen,
zigor latzak dizkigute
bisitetan eztitzen.
4
Ankerrek nahiago dute
gatazka elikatu,
abokatuen kaltetan
mendekua hedatu,
batzuk atzitu dituzte
beteak mehatxatu,
nahi liekete kartzelan
adorea xehatu.
2
Auzitegian dabiltza
usu abokatuak,
gu babesteko unean
direlako prestuak,
aspaldi dauzkate kontra
beltz diren Estatuak,
mugatu nahi lituzkete
lotuz bilur estuak.
5
Jakinduria digute
betidanik opatu,
horri esker bikain gara
kartzelan defendatu,
buru-eskaintza nahi dugu
atseginez aipatu
dagiten lan erraldoia
pozarren txalokatu.
3
Amets berberak ditugu
gauero edukitzen,
horregatik dizkiegu
bihotzak irekitzen,
konponketa dihardugu
batera eraikitzen,
Euskal Herriko arimak
urratsekin hunkitzen.
6
Bakean laga ditzala
juje guda zaleak,
lagun finak direlako
onuraren aleak,
zapalkuntza du agintzen
erroi miserableak,
arren, ebats diezaiola
boterea eleak.
83
7
Abokatuekin gara
goizean elkartuko,
irri politek gaituzte
gozoro agurtuko,
mintzalekuan diegu
arreta eskertuko,
musu alaien urtean
ditugu ondratuko.
8
Zuek bai gizaki duinak!
beti prest laguntzeko,
sufritzen ari denari
fereka eskaintzeko,
hona etortzen zarete
egoera ontzeko,
askamenaren xedea
gurekin ehuntzeko.
2014ko irailaren 7an
84
Ibon Muñoa Arizmendiarrieta
Bertsoak
Isolamenduko horma
1
Horma zatar pila daude,
hau da kartzelakoa,
kolorea du grisaxka,
porlan petralekoa,
aurrean dago isilik
delako halakoa,
ihes egin ez dezagun
jaso zuten trinkoa.
4
Ziegan gaude ia-ia
hormarekin berbetan,
hola daude kide batzuk
etsi gabe urtetan,
gogoak ontzen ditugu
jardun atseginetan,
batik bat zuekin batzen
garenean letretan.
2
Zemaika dago hormaren
gainean altzairua,
bera soilik da jendarte
sorraren aierua,
arantzek dute beltzuri
bihurtu ingurua,
dirudi ari direla
sastakatzen zerua.
5
Idazten ari natzaio
gobernu kaskarrari,
gatazka sutzeko asmoz
zuloan gauzkanari,
zapla esango nioke
barne ministroari,
jar diezaiola horma bat
salako leihoari.
3
Isolamenduan denez
jabea hoztasuna,
hazten zaizkigu estresa
eta samintasuna,
horma sendoen ostean
ei dabil ontasuna,
hemen nekez edukiko
dugun gizatasuna.
6
mujeres ecuatorianos. La memoria te acerca y me lleva, nos
acerca y nos lleva a ti…
Me lleva también, el recuerdo, a la ventana enrejada de una
celda del Regimiento Quito, allí, frente a los Andes, buscando
huellas de libertad entre las nubes. Aislado y alejado, mientras
leía, en manoseados periódicos, que policías españoles ayudaban
a Febres Cordero en el asesinato de militantes de “Alfaro Vive
¡Carajo!”, en Guayaquil. Los funcionarios del terror no tenían
fronteras. Entre el sonido de cerrojos, mis ojos se helaban, llenos
de ausencias, aunque encontraran refugio y libertad leyendo
Rayuela.
Memoria y recuerdo se juntan, como se juntan las sórdidas
historias del penal García Moreno, asustándonos con cuentos
de terror que parecían mentiras y eran verdades, cual si
fuéramos niños. Aquel penal de donde escapaste con tus
compañeros por el túnel del tiempo del minero Marco Troya.
Leo en los poemas que escapaste para seguir dejando huellas:
pájaro que prefirió seguir volando, para escribir libertad en
el cielo. “Se ha dicho que somos terroristas”, decías, “aquello
que no solamente es falso sino que está cargado de veneno”.
58
Alfontso Etxegarai Atxirika
Desde la orilla eta beste bat
Ahí estaban los cuerpos, prisioneros de los funcionarios
sicarios, en la obscuridad, guindados, salpicados de destrozos,
amoratados…el cuerpo de Juan Carlos Acosta, o el cuerpo de
Consuelo Benavides tirado en una zanja. Ahí está la piedad de
los funcionarios sicarios y la de sus amos León Febres Cordero
y el ministro Luís Robles. Querían robarnos hasta las palabras,
¡carajo! Luego nos llamaban terroristas.
Memoria y recuerdo se juntan y evocan en mis labios doloridos
los nombres Elsie, Laura… Los nombres de los compañeros de
CEDHU, o de tantos otros que, con su solidaridad y vigilancia,
ayudaban con su empeño y caricias a los desamparados que
caían en las celadas. Memoria y recuerdo que todos los pueblos
tienen, que nunca se apagan, que son fruto de semillas como
la que dejaste caer cuando emprendiste el vuelo de libertad a
nuestras almas. Serás un cóndor, acaso, o un pajarito de la jungla,
porque preferiste las alas.
La memoria te acerca y me lleva, nos acerca y nos lleva a ti...
Familiares, amigos, militantes y luchadores vascos te enviamos
este mensaje reconocimiento desde la otra orilla de los mares,
desde las laderas de otra cordillera verde, porque nos une y nos
hace compañeros de camino el combate por una “Democracia
auténtica; una justicia social; y una economía nacional” que
frene al sistema capitalista que te asesinó con las manos de los
sicarios de León Febres Cordero, que te asesinó pero que no
te mataron pues eres de los muertos que habitas en los vivos
que siguen luchando. La memoria y el recuerdo están contigo.
Desde otra orilla, con los pies siguiendo y dejando huellas,
mirando cordilleras que nos acercan.
59
En esta orilla también creemos en la memoria de los pueblos y en
las semillas de sus luchadores por una democracia auténtica, por
una justicia social, por una economía nacional. Creemos en los
que, enfrentándose a yugos y ocupantes, recuperan del olvido la
dignidad de los pueblos, dándolo todo y hasta sumiéndose en la
tragedia. A veces los escenarios cambian, cambian los discursos,
y donde había rosas y claveles toman sitio olvidos y condenas.
Cortaron los claveles y las rosa; expulsaron las palabras y todas
las imágenes, prohibieron que fueran transmitidas pensando
que bastaba, sin darse cuenta de que hay un tiempo en el que lo
que no se ve se sumerge en la tierra y va cobrando más fuerza
para renacer en otro tiempo
Desde orillas que nos acercan...
60
Alfontso Etxegarai Atxirika
Desde la orilla eta beste bat
“Kintsukuroi” y el gudari roto
No sabes cómo has llegado allí, un sitio obscuro, denso, con falta
de aire. Andas en cuclillas, el techo es bajo, te das cabezadas si
intentas erguirte. No sabes, parece…No sabes ni si te mueves
ni si estás entero o en pedazos como un puzle. No te ves a ti
mismo. Recuerdas que has sido interpelado en la calle, en una
calle de tu pueblo, por unas personas con “acento de fuera”,
acento de otros parajes, acentos españoles. No sabes, parece…
No sabes dónde estás. Te acuerdas, sí, te acuerdas de nombres,
de sitios, de nombres como “La Cumbre”, “La Salve”. De
nombres de sitios donde llevan a la gente para interrogarla. No
puedes decir que llevan a la gente para torturar y quebrar su
alma, está prohibido decirlo, mucho menos decir que la llevan
allí para vengarse. En estos tiempos hay mucha cosa prohibida.
Tratas de pensar, la obscuridad te desconcierta. No ves nada.
Sientes la densidad de la obscuridad, las respiraciones de otra
gente: “No tengas miedo, aquí te lo vas a pasar bien. Yo soy
González”, te dice una voz con acento de otros parajes. Quieres
saber de qué sitio de la obscuridad sale esa voz, te mueves
con miedo, a tientas, a cuatro patas, o piensas que te mueves.
No ves nada, como si te hubieran arrancado los ojos. No ves
nada. Como los ciegos, tú también has desarrollado nuevas
capacidades y a tus oídos llegan varias respiraciones, diferentes,
las cuentas, aterrorizado de estar en sus manos, como si te
tuvieran en uno de sus sitios... “Será que he caído, que me han
pillado”.Tratas de levantarte para salir a correr y romperlo todo;
quieres gritar, pero tu voz no sale de dentro de ti, rebota en tus
adentros, ni tus piernas se echan a andar. Estas como sujeto al
suelo, clavado, enterrado en una tierra arcillosa que te dice algo.
Tus manos, sudorosas, encuentran un objeto en ese suelo que
61
parece que te cubre, en esa tierra arcillosa cuyo aroma te
recuerda la niñez: “Qué es esto”, dices, temblando y evitando
avanzar a gatas otro milímetro más, si es que de verdad avanzas.
A tu alrededor todo puede ser un precipicio, sientes el vértigo,
sientes un miedo frío. “Es un tricornio... Jajaja. Yo soy Galindo”,
dice otro acento de otros parajes.
Los ojos o el alma se te humedecen, seguramente de pena,
aunque acaso no tienes ni ojos ni alma y el dolor es en su vacío.
No te puedes ver a ti mismo, claro, te imaginas y crees que te
has encogido o empequeñecido. La rodilla de tu pierna derecha
tropieza con otro objeto. Te asustas y sientes que tu cuerpo
existe porque repentinamente se tensa, como si se fuera a
romper, como si fuera electrocutado. Por tu tacto crees que es
un tejido, duro, espeso: “Es una camisa de fuerza, como esas de
los hospitales psiquiátricos.Yo soy Vera”, dice una nueva voz que
irrumpe en la obscuridad.
No recuerdas si estabas yendo a casa de unos amigos; si había
una cena y tu compañera te había dicho que anduvieses con
cuidado, que rondaba gente rara por el barrio, gente de otros
parajes, como las de aquellas voces. Una cena particular en casa
de amigos, prohibida por apología del terrorismo. Por mucho
que pienses no encuentras la respuesta. Hay momentos en los
que piensas que eres la silueta de un rostro, apenas eso, y que
estás en una fotografía colgada de una pared, junto a decenas
de otras fotografías sin rostro. Otras veces, en la obscuridad
se ilumina un muro de una vieja calle, como recién pintado
de blanco, y lees un nombre que no sabes si es el tuyo, un
nombre que te dice algo sobre el pasado, tu pasado o el de
otros: “Txiki”. Una ráfaga de tiros comienza, no, son un tiro
tras otro, rápidos pero cadentes, y alguien canta “Eusko gudariak
gara” mientras su cuerpo se agujerea de balas...
62
Alfontso Etxegarai Atxirika
Desde la orilla eta beste bat
Te parece que llevas allí mucho tiempo, una eternidad, si es que
existe. Como en un escenario de teatro, la luz de un foco ilumina
a una persona envuelta en una camisa de fuerza: “Recordad, soy
Vera”, dice a un supuesto auditorio, y comienza a desfilar o
bailar bajo el foco, con su camisa y una sonrisa crispada por
el odio. Poco tiempo después Vera desaparece, y con él la
luz del foco. Tú inmovilizado y envuelto en algo extraño, acaso
la camisa de fuerza de Vera, ruedas por una ladera, ruedas y
ruedas hasta que te paras boca abajo, sobre un riachuelo. Tratas
de levantar la cabeza, sin saber si la tienes o no, y algo te empuja
hacia abajo, para que bebas, y ahí sientes que tienes cabeza,
aunque ahora no sabes si te faltan los hombros o el resto del
cuerpo. Tus pulmones se van llenando de un líquido frío, acaso
agua, y lloras de miedo; o no lloras, no puedes llorar porque lo
tienes prohibido: Los gudaris no lloran hacia fuera frente a sus
enemigos. El aroma de la tierra arcillosa te devuelve algo de
vida, te conforta; nuevamente el recuerdo del niño de barrio,
la ría, los tiragomas… El aroma de esa tierra que te dice algo,
un amor, no sabes, un pasado, un futuro, mientras sigues boca
abajo y bebiendo aquel líquido frío que se te encharca en los
pulmones. Toses y toses, sin parar.
No sabes si es de día o de noche, se paró el tiempo cuando
te llevaron bajo una luna azul. No sabes si pasaron muchos
años o si ya es la eternidad. No sientes más sus respiraciones:
“Se habrán ido”, te preguntas, como otras veces, aunque eres
consciente de que volverán en otro momento, en otro tiempo,
cuando menos lo esperes. Siempre que se van, la tierra y la
obscuridad tiemblan, casi se rompen, como si una manada de
caballos trotara encima, tan fuerte que hasta la eternidad podría
resquebrajarse para volver al presente. Escuchas sus temblores,
63
los de la tierra y los de tu cuerpo que no existe. Comienza la
sacudida del trote, ya lo sabías, y sientes moverse tu cuerpo,
primero una parte, luego otra, hasta vuelves a sentir los ojos
que no tenías. “Ya están aquí los caballos, libres”, imaginas, y
pides que troten mucho, que galopen, que salten y se revuelvan.
Las respiraciones vuelven cuando el trote de caballos cesa,
las sientes otra vez, y también los acentos de otros parajes:
“Todavía estas así, no te das cuenta de que eres un asesino que
no tendrás paz”, te dice alguien. “Pero quién eres tú”, preguntas
a la nueva voz. “Yo soy Billy el Niño”, te responde riéndose
a carcajadas, como se reían los guardia civiles voluntarios que
fusilaban a los tuyos, como también se reían los torturadores de
“la Cumbre: “La ceremonia de la venganza y la sangre”, estaba
escrito en un panfleto o en la hoja de un papel de periódico
que habías leído. Ese nombre no es de ahora, es de otro tiempo,
el tiempo de Franco: “Será que yo también soy del tiempo en el
que nos fusilaban…” Estabas confuso, desorientado.
La luz vuelve a iluminar el escenario: gente que va y viene, con
prisas, y aquél que está allí parece un camarada, su cara te dice
algo, puede ser alguien que murió en una emboscada. La luz le
sigue, él camina lentamente, como esperando algo o alguien. De
repente se aproxima a dos personas uniformadas y les dispara,
por la espalda, para no darles la posibilidad de responderle o
escapar. “Asesino, asesino...”, escuchas que le dicen algunos. “Será
verdad, será verdad que un gudari puede ser asesino y matar a
alguien solo porque tiene ideas diferentes, será...”. Cruza la calle
y se pierde por una esquina, como uno más.
¿Será o no un asesino? Quieres saberlo, pero no hay respuesta
final o si existe está en la conciencia de cada uno. En tú tiempo
muchas personas dicen que ese camarada es un asesino. Pero
64
Alfontso Etxegarai Atxirika
Desde la orilla eta beste bat
él no mataba para sembrar terror, nada de eso, ni por placer
ni por locura, lo hacía pensando en la lucha, en su pueblo y
en los pueblos del mundo; él luchaba y mataba como gudari
porque había nacido en una tierra donde no se puede ser de
ni estar de un pueblo al que se le quiere enterrar en el olvido.
Txabi, que así era el nombre del gudari, hubiera preferido que
se fueran, que se fueran a defender su país y no a implantarse
en el tuyo, o que ese día no apareciesen en aquel sitio. Txabi
era consciente de que disparaba contra personas, personas
con familia y amigos, personas con proyectos de vida; sabía
también que le podían matar y que perdería también su familia
y amigos, su propio proyecto de vida. Había elegido ser gudari
porque no podía ser y estar de un pueblo que no le dejan
existir, no encajaba en un pueblo sometido y solo tenía sentido
cambiarlo. Es verdad que mataba personas y que pagaba por
ello con su vida quebrada, con su alma rota, pero no había
instinto de venganza ni de odio por el pasado. Tantos años
pagando, tantos años: Gernika, Durango, cientos de años de
cárcel y exilio, deportaciones de niños… Mataron a casi toda su
familia, a miles y miles de vascos para pagar, y siguieron matando.
A su madre no la mataron porque era una niña, la dejaron
huérfana y moribunda, y esas cosas no se podían escribir en
ningún sitio porque las enterraban para que no se supiera y así
creciera el miedo, creciera y creciera. No había reconocimiento
de autoridades ni de instituciones, decenas de años, cientos de
años para que creciera el miedo, creciera y creciera.
Ahora, en tu tiempo, siguen pidiendo que los gudaris paguen,
que paguen y que paguen para devolverles la dignidad a sus
víctimas, una dignidad que se vuelve insaciable. Quieren que los
gudaris pidan perdón, para seguir pagando, pero a quién pedirlo
si sus soldados muertos ya no están ¿Pedir perdón a los Judas
o a los Pilatos que aquí se quedaron? ¿Pedir perdón a su pueblo
65
o al tuyo? Es difícil contentar a un ejército que nunca está
dispuesto a hacerlo, ni después de que decidas entregarle las
armas. Ellos se asientan confortablemente en la Teoría del Poder,
la de las victimas de primera y segunda clase, la del terrorismo
y de la negación del conflicto; la teoría de la Condena de Todas
las Víctimas, mientras no sean lo mismo y no se les trate igual:
“El problema es el conflicto, no los ejércitos de un lado u otro,
ni sus familias. Todos tenemos miles de familias golpeadas por el
conflicto. El conflicto nos une y nos desune, decenas y decenas
de años”, piensas y les cuentas a esas voces de otros parajes,
pero ya no sientes sus respiraciones, te han dejado pensando y
hablando solo.
Vuelve a temblar la tierra y tú con ella, como si hubiera un
terremoto. Piensas en el trote de los caballos, en su libertad;
algo se resquebraja y los rayos de luz te sorprenden:” Será la
luz del día”, lo dices pensando que algo nuevo nace. Y escuchas
otras voces, voces que te dicen algo: “¡Ibai! ¡Ibai! ¡Eman baloia!...”
Una parte de ti siente el aire fresco, parece que es de invierno.
La mano de un chaval, vestido con la camiseta del Athletic, te
recoge de la tierra, encharcada: “ ¡Aduriz ikusi, ikusi hemen…
Zerbait topatu dut!”, dice...
La tierra arcillosa ya no te cubre del todo: “Iepa, una vasija de
barro”, dice otro chaval, “Vamos a llevarla a casa para pegar los
pedazos”...
Allí vas tú, vasija de barro quebrada y desenterrada del olvido,
con tus imperfecciones y fragilidades, envuelta en una camiseta
del Athletic para ser recompuesta por unos chavales que te
desenterraron. Allí vas tú: roto.
66
Alfontso Etxegarai Atxirika
Desde la orilla eta beste bat
En la tradición japonesa del “Kintsukuroi” los defectos y las
grietas de las vasijas rotas se acentúan como prueba de la
imperfección y la fragilidad pero también de la capacidad de
recuperarse y hacerse más fuerte, como si de la vida se tratase.
São Tomé, 27 de setiembre de cualquier año
67
68
Ekaitz Sirvent Auzmendi
1979
Zarautz
Atxilotze data: 2009ko apirilaren 10a.
Centre Pénitentiaire Tarascon
Quart. Radoubs
Chemin Départemental 122
B.P. 82
13155 Tarascon Cédex
Eroglifikoa
Bigarren Mundu Gerran
eta egunak ez dira behar bezain beteak
irratiz propaganda faxista hedatu ostean
eta gauak ez dira behar bezain beteak
idatzi zuen Poundek, Adornoren aurka
aliatuek atxilotu eta burutik ezgaitzat hartuta
Washingtongo erietxe psikiatrikoan itxi zuten
ez egunak ez gauak ez dira eneak
esan nuen doi, euskaraz
baina hobe ero bat lau txoro baino
hilabeterik ankerrenean apirilean
Struczyck doktoreak ospitaleratzea agindu zuen.
Eroglifikoz mintzo nintzela zioen.
zaindariek indarrez pijama urdin bat jantzi,
oinetan girgiluak eta eskuetan burdinak ipini
eta Avignongo Montfaveten ingresatu ninduten
ez nago ganbaratik
orduko gazte eroen ondorengoa naiz soilik
gela zuri batean sartu ninduten, ohera estekatu
eta xiringaz ziztatu zidaten, ipurdian
ez zen absenta antsiolitiko eta antipsikotikoak baizik
han geratu nintzen lotuta durduzatuta bakarrik
barrezka joan zirenean
70
Ekaitz Sirvent Auzmendi
Olerkiak
gas hilgarriz akabatuko nindutela uste nuen
Xabierren pentsura txiza egin nuen gainean
nire urtebetetzetik neraman gose greban
presoen askatasuna exijitzeko saioan
Euskal Herriaren aitortza instituzionalaren alde
euskararen ofizialtasunaren alde
Gernika! hasi nintzen oihuka, etorri ziren
pijama bustia aldatu eta ohea lehortu zidaten
lotu ninduten atzera sei egun eman nituen horrela
Tarasconeko kartzelan naukate orain
itzuleran ez nituen burkideak ezagutu
ez naiz ia ezertaz oroitzen
baina galdera berberek jaten dizkidate erraiak:
zer egin, Lenin, egun eta gau mortu hauekin?
zer egin, Lenin, itxaronaldi eramangaitzekin?
ahal dutenek ez dute nahi
eta nahi dugunok ezin dugu oraingoz aterik ireki
71
Libre
Libre bizi.
Egunaren argi arrosan
ortzadarrari begira zilar euritan
lokatz artean kideak eta ni
Libre bizi.
Gaueko kriseiluan
ezerezaren erdian iluntasun irekian
itzalen artean beltza eta ni
Libre bizi.
Zuengan bermaturik
eta galdurik
mendetako gaitzondo amaigabea
72
Ekaitz Sirvent Auzmendi
Olerkiak
Telesfororen manifestua
berpiztu zaitez Sabino Lazaro bazina!
ikus dezazun Aberria ikus dezazun argia
gorria herri honi gudariek eskaini diote
Orreagan frontean lubakietan Intxortan
eta gerora sasian eta oraindik kartzelan
eta oraindik herritarren taupa guztietan
berpiztu zaitez Sabino Lazaro bazina!
ikus dezazun Lege ikus dezazun jendea
berdea herri honi Ama-lurrak eman dio
mendietan haranetan basoetan begietan
eta orain arau zaharrak jada dira berri
eta gure zuhaitzek iraungo dute beti
berpiztu zaitez Sabino Lazaro bazina!
ikus dezazun Alderdia ikus dezazun egia
zuria zure itsumutilek zikindu dute
gezurrek promesek jukutriak diruak
eta oraino askatasunaren aldeko guduan
hitz lehorrak hitz antzuak hitz galduak
berpiztu zaitez Sabino Lazaro bazina!
sasi guztien gainetik Maltzagara goaz
73
Ateak eta kateak
ateak irekitzen saiatzen gara
eta kateak ipintzen dizkigute
kateak askatzen saiatzen gara
eta ateak ixten dizkigute
ateak zabaltzen saiatzen gara
berriro
eta kateak estutzen dizkigute
kateez libratzen saiatzen gara
behin berriz
eta ateak zarratzen dizkigute
ateak irekitzen saiatzen gara
bai eta kateak askatzen ere
baina kalteak eragiten dizkigute
kalteak gainditzen saiatzen gara
bai eta kateez libratzen ere
baina ateek itxita jarraitzen dute
ateak zabaltzen saiatzen gara
kateak askatzen
kalteak gainditzen...
eta oinez ibiltzen ikasten dugu
ezaren gudaz baietza sortuz
askatasuneranzko bide luzean
74
Ekaitz Sirvent Auzmendi
Olerkiak
Askatasun eskaera
etsaiei barkatu egin behar omen zaie
euren gorbatekin urkatu ondoren
nire jarrera guztiz baketsua da
ez daukat heriotza-oldarrik
ezta karga tragikorik ere
egunean hiru sagar jaten ditut
eta zazpi zigarro erretzen soilik
nire bizitzari kutsu dramatikoa emateko
nire nahiak honako hauek dira:
Schiller edo Sarrionandia bezala
kartzelatik ihes egin nahi nuke
Sturm und Drang mugimendua berpiztu
edo Benitoren nire Bulkada idatzi
etsaiei barkatu egin behar omen zaie
euren gorbatekin urkatu ondoren
baina ez daukat hiztegi poetiko ele-ederrik
ez baikortasun nahikorik ez idealismo moralik
gutxiago formaren zentzu klasikorik
ez dut gauza handirik eskatzen:
Thoreau bezala nire Walden nahi dut
Pagoetan etxola xume bat lastozkoa
lastaira lurrean eta jatekoa urri
katu gris begi berde baten konpainia
zahar usaineko liburu orri horizta kolorekoak
75
leihoaren aurrean oroiloreak
eta atarian haritz eder batzuk
etsaiei barkatu egin behar omen zaie
euren gorbatekin urkatu ondoren
nire bideak poetikoak izango dira osoki
eta nire eskaerak demokratikoak beti
egia psikologikoa Heinerena batek daki
halatan prokuradore txit agurgarria
zerbait zoriontsu egin nahi banauzu
utzidazu gure etsaietatik hiruzpasei
haritz horietatik zintzilik ikusten
bihotza erdibiturik
egin diguten kalte guztia barkatuko diet
etsaiei barkatu egin behar baitzaie...
76
Ekaitz Sirvent Auzmendi
Olerkiak
Gerra bitartean
Paris hiriko tren geltoki batean atxilotu ninduten
apirilaren 10ean, Stormonteko Akordio egunean
gure Aberri Egun bezperetan, 29 urterekin
presidenteak jolie cadeau de pâques esanez
zoriondu omen zituen poliziak, telefonoz
jendarmeek konfiskatutako gauzen artean:
Asus ordenagailu eramangarria
9 usb 3 disko gogor
Moleskine kaiera eta agenda bat
CNI frantsesak 2 DNI espainiarrak 21
Smith & Wesson errebolberra (.38 berezia)
iPod entzungailua, arropak eta hiru liburu:
Krimena eta zigorra
Ongi etorri benetako desertura
Etika. Gaizkiaren kontzientziari buruzko saioa
Arma ateratzen saiatu nintzela esan zuten
espainiar hedabideek. Ez nuen egin ordea
Parisko geltokiak ez dira far westeko saloonak
ez naiz odol berokoa ez naiz norbait bortitza
Argien Hirira inspirazio bila nindoan
hitzordu batera. Behar nuena eguzkia zen
etsenplu ona eta maitasun pixka bat
mundua aldatzeko ezinbestekoa baita
psikologikoki beste bide bat hartzea
77
Krimena eta zigorra ez baina
Ateak eta kateak ari nintzen idazten
laster ateak kateak kalteak izango zen
urtetarako kartzela eman ziguten, ez du munta
handirik. Mendeak daramatzagu borrokan
han ziren senideak lagunak etsaiak
krudelkeriaren teatro horren erdian
Antonin Artaudek berak ere ez bailuke
epaiketa haren ankerkeria gaindituko lukeen
antzezlanik idatziko bide batez esanda
42 rue de la Santén kartzelatu ninduten
Apollinaire eta Genet eta Ben Bella bezala
Montparnasse dorrea eta gaztainondoak ikusten nituen
ziegatik. Parisek nire iragana, nire lehen irrikak
nire lehen atsekabeak oroitaraziko dizkit beti
orain hau dena dakitenak egongo dira:
begiratuko nautenak begiratuko diedanak
eta gero eta gehiago izan orduan eta hobe
78
Ibon Muñoa Arizmendiarrieta
1958
Eibar
Atxilotze data: 2000ko urriaren 17a.
Liburu bi argitaratuak ditu:
Ametsen txokoan bizi naiz (Ataramiñe, 2011);
Ainarak herrira itzuliko dira (Ataramiñe, 2014).
Centro Penitenciario Córdoba
14014 Córdoba
Elkartasuna den Arrateri
Artega egoten naiz zuekin batu arte,
maiz diot, “halako nekerik merezi ote?,
bidaian gerta liteke hamaika ezuste,
ordu txikietan makina bat buruhauste,
Guardia Zibilek kontrolak jartzen dituzte,
kilometroek hola itzelak dirudite.
Zeharkatu eta gero horrenbeste ate
laño zaude neure zain, mintzalekuan tente,
adei esan dizut, “ia dugu ordubete”,
zirrararen lurrunak du esparrua bete,
toki hauek oroimenik izango balute
kontu zoragarriak esango lituzkete,
amaieran tristatu zarelako hainbeste
zure begiek erabat inarrosi naute
aizu, desioek biziro iraungo dute,
nahi dugun goiztiria gertu dago Arrate.
2014ko abuztuaren 17an
80
Ibon Muñoa Arizmendiarrieta
Bertsoak
Isolamenduan gaudenok ikusi nahi duguna
1
Puertotik Kordobara
doa gogaketa,
“mortu bietan dago
sakabanaketa”,
hau, dirudien arren
ez da hurbilketa,
bertan delako zeken
dena murrizketa,
sarreran pairatu dut
ohiko araketa,
zerek gu gogaitzeko
daukaten kasketa.
3
Beharrez nago ziegan
hormari begira,
halaber altzairuzko
arantza larrira,
nahiz kurloiak hor dauden
aske bizi dira,
hesitik gurtzen dute
goizeko dirdira,
eguzkiak eraman
nazala herrira,
Arratera joateko
pagoen zelaira.
2
Rajoy darraielako
irmo mendekuan,
Kordoban sartu naute
isolamenduan,
zorionez ez nago
soilik moduluan,
kideak nonahi daude
leotzen munduan,
egoten garen arren
zoko lar estuan,
alaitzen zaigu soa
batzeko orduan.
4
Urruti gaudela da
egia bakarra,
sarritan dagi minez
arimak negarra,
kraska jausiko baita
hormatzar zabarra,
gure bizinahia ez
delako meharra,
ederretsiko dugu
noizbait artizarra,
katerik gabe libre
lurralde zaharra.
2014ko abuztuaren 24an
81
Leihotik goizero dakusadana
1
Burdinsarea ezarrita daukan leihotik dakusazu hurbil horma,
berari begira ikusmena gera dakizuke lausotuta,
tamalez, hesi grisa bost metrotara jaso zutenez hotz dagi ziegan,
ekia nekez sar daiteke zerak daukalako zokoratuta,
txapel biribil zatarra altzairuzko arantzarekin egin diote
Ceuta eta Melillan lez zauri zaitezen trabatuta.
2
Segur aski arkitekto batek diseinatu zuen isolamendua,
jakin beza gera zaitezkeela psikologikoki gaixotuta,
gizatasuna desagertuta dago lartxo ziztrina den esparrutik
diziplinarekin eskubideak dauzkazulako murriztuta,
txolarreek behintzat alaitasuna dakarkizute txorrotxioekin,
une zoragarrian sorlekua dakusat horman islatuta.
2014ko abuztuaren 24an
82
Ibon Muñoa Arizmendiarrieta
Bertsoak
Euskal preso politikoen abokatuak
1
Abokatuekin gara
esperantzan bizitzen,
lerden ari direlako
amnistia goritzen,
kartzelen zoruan dira
arduratsu higitzen,
zigor latzak dizkigute
bisitetan eztitzen.
4
Ankerrek nahiago dute
gatazka elikatu,
abokatuen kaltetan
mendekua hedatu,
batzuk atzitu dituzte
beteak mehatxatu,
nahi liekete kartzelan
adorea xehatu.
2
Auzitegian dabiltza
usu abokatuak,
gu babesteko unean
direlako prestuak,
aspaldi dauzkate kontra
beltz diren Estatuak,
mugatu nahi lituzkete
lotuz bilur estuak.
5
Jakinduria digute
betidanik opatu,
horri esker bikain gara
kartzelan defendatu,
buru-eskaintza nahi dugu
atseginez aipatu
dagiten lan erraldoia
pozarren txalokatu.
3
Amets berberak ditugu
gauero edukitzen,
horregatik dizkiegu
bihotzak irekitzen,
konponketa dihardugu
batera eraikitzen,
Euskal Herriko arimak
urratsekin hunkitzen.
6
Bakean laga ditzala
juje guda zaleak,
lagun finak direlako
onuraren aleak,
zapalkuntza du agintzen
erroi miserableak,
arren, ebats diezaiola
boterea eleak.
83
7
Abokatuekin gara
goizean elkartuko,
irri politek gaituzte
gozoro agurtuko,
mintzalekuan diegu
arreta eskertuko,
musu alaien urtean
ditugu ondratuko.
8
Zuek bai gizaki duinak!
beti prest laguntzeko,
sufritzen ari denari
fereka eskaintzeko,
hona etortzen zarete
egoera ontzeko,
askamenaren xedea
gurekin ehuntzeko.
2014ko irailaren 7an
84
Ibon Muñoa Arizmendiarrieta
Bertsoak
Isolamenduko horma
1
Horma zatar pila daude,
hau da kartzelakoa,
kolorea du grisaxka,
porlan petralekoa,
aurrean dago isilik
delako halakoa,
ihes egin ez dezagun
jaso zuten trinkoa.
4
Ziegan gaude ia-ia
hormarekin berbetan,
hola daude kide batzuk
etsi gabe urtetan,
gogoak ontzen ditugu
jardun atseginetan,
batik bat zuekin batzen
garenean letretan.
2
Zemaika dago hormaren
gainean altzairua,
bera soilik da jendarte
sorraren aierua,
arantzek dute beltzuri
bihurtu ingurua,
dirudi ari direla
sastakatzen zerua.
5
Idazten ari natzaio
gobernu kaskarrari,
gatazka sutzeko asmoz
zuloan gauzkanari,
zapla esango nioke
barne ministroari,
jar diezaiola horma bat
salako leihoari.
3
Isolamenduan denez
jabea hoztasuna,
hazten zaizkigu estresa
eta samintasuna,
horma sendoen ostean
ei dabil ontasuna,
hemen nekez edukiko
dugun gizatasuna.
6
- Parts
- Ataramiñe'15 Euskal Errepresaliatu Politikoen Literatura Koadernoak - 1
- Ataramiñe'15 Euskal Errepresaliatu Politikoen Literatura Koadernoak - 2
- Ataramiñe'15 Euskal Errepresaliatu Politikoen Literatura Koadernoak - 3
- Ataramiñe'15 Euskal Errepresaliatu Politikoen Literatura Koadernoak - 4
- Ataramiñe'15 Euskal Errepresaliatu Politikoen Literatura Koadernoak - 5